15
《YOONGI》
Me dirigía de nuevo a la cabaña de los trabajadores, ya que el rey me había encargado preparar a Jimin para la prueba.
A Jimin.
No podía ser otro, debía ser él.
Abrí la puerta de la cabaña sin decirle nada a los guardias y me dirigí con paso firme hacia la litera de Jungkook y Jimin. Antes de llegar a ella vi que Jungkook no estaba en la suya y me asusté.
-Dónde está Jungkook!?
Me abalancé hacia la cama de arriba, la de Jimin. Realmente rezaba por no encontrarle ahí. Respiré aliviado cuando mis plegarias parecieron ser escuchadas, pues no estaba allí, pero eso no solucionaba el problema.
-Donde está?
Jimin despertó asustado al oírme.
-Ha...ha ido a la enfermería de nuevo.
Fruncí el ceño al ver que por algún motivo me escondía las manos.
-Qué tienes ahí?
Jimin abrió los ojos.
-Nada, señor, de verdad.
-Enséñame, que tienes!?
-No tengo nada.- Me mostró sus manos vacías. No había demasiada luz, pero pude distinguir que estaban teñidas de algo oscuro.
-Qué ha pasado?
-Nada, me he cortado las manos.
-Con qué?
Jimin me miró a los ojos en silencio.
Jamás lo admitiría, pero Jimin me intimidaba. Me infundía cierto miedo cuando me miraba, me hacía sentir pequeño, pero a la vez...ese maldito recuerdo de niño no hacía más que venir a mi mente cuando le veía.
-Responde!! Con qué!?
-No lo sé.
-No lo sabes??
Ya me había cabreado. Encendí rápido una vela que había cerca, causando gran cantidad de humo.
-Mírame, tengo cara de idiota, Jimin?
-Deberías ir a cuidar de Jungkook a la enfermería.
Me atraganté con mi saliva. Ese mocoso acababa de darme una orden!? A mi!? Min Yoongi!?
Le di un tortazo en la cara que resonó por toda la cabaña.
-Jamás vuelvas a ordenarme nada, maldito paleto, no sé quien fue el imbécil que te reclutó para venir a La Corte.-Le escupí en la cara- He venido a por ti, y no, no vengo a castigarte del modo que me encantaría. Son órdenes de arriba, el Rey Namjoon me lo ha pedido, así que será mejor que no pongas ni una maldita queja, entendido?
Se retiró mi escupitajo de la cara y se secó la mano en las sábanas.
-Entendido.
............
Llevé a Jimin a palacio. Esto iba a ser divertido.
Entramos en la cámara de La Prueba y le di a Jimin una manzana roja, y yo saqué una venda.
-Arrodíllate aquí.-señalé el cuadrado de cristal que había en medio del suelo. Jimin escupió a un lado.
-Bastardo.
Volví a darle un tortazo.
-Te he dicho que no iba a castigarte. No hoy. Arrodíllate y coge la maldita manzana.
Dudó unos segundos, pero finalmente me obedeció.
-Y ahora qué? - dijo.
-Voy a vendarte los ojos, vale? Quiero que estés quieto.
Me miró a los ojos. Dios...sabría él lo que me torturaba al hacerlo?
-De acuerdo. Procede.
-Ves algo?
-No.
-Seguro?
Puse mi mano sobre sus ojos para asegurarme y Jimin se estremeció ante el tacto.
-Estás frío, Yoongi.
-No me llames así, maldición!
Me levanté y cogí la cola de la larga venda.
-Vas a pasar aquí la noche, tú sólo, y debes comerte la manzana, entendido?
-Por qué?
-Porque la prueba es así, joder!
-No...por qué no puedo llamarte Yoongi?
-Por que es irrespetuoso, soy tu superior, entiendes?
Cerré la puerta sin despedirme y le dejé sólo dentro.
-Hola? Yoongi? Yoongi por favor! De que trata la prueba??
Me quedé tras la puerta, observando como se iba moviendo por la sala
Mordió la manzana, que él obviamente desconocía que estaba envenenada, y estuvo durante horas dando vueltas y hablando solo.
Parecía discutir con alguien en su cabeza, puede que el veneno ya comenzase a hacer su efecto. Entonces...de repente gritó algo que me heló la sangre.
-Minnie hyung, lo siento!!!
Y cayó al suelo.
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