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chapter thirteen




season 01, episode 12
❛ a simple friendship ❜

VENUS SALIÓ DE LA NAVE donde había tratado de curar a Myles lo máximo posible y fue junto a los demás.

—Vamos, esos agujeros no se van a cavar solos. —decía Bellamy.

—Podrías hacer algo tú también en vez de estar dando órdenes como si fuese el rey del mundo. —respondió la pelirroja sin dignarse a mirarlo.

A todos los que estaban alrededor —menos a Raven y a Octavia—, les extraño el comportamiento que tenía la líder hacia el Blake.

—Espero que las minas funcionen, con toda la pólvora que gastamos podríamos hacer más granadas.

—¿Por qué no vienes y las pruebas? —preguntó la mecánica irritada.

—Uy, problemas en el paraíso... —murmuró Venus con sorna.

—Ya, quiero esta sección minada por la mañana, luego pasaremos al sector sur.

—¡Eh! —lo llamó Raven— Te dije que iríamos a por Finn, Clarke y Monty por la mañana.

—Y yo te dije que nadie sale del campamento. —respondió él yéndose de allí.

—Te estoy hablando. No podemos abandonar a los nuestros. ¿Quieres ser su líder? Demuestra que te importan.

Antes de que Bellamy pudiese contestar y de que Venus pudiese decir alguno de sus sarcásticos comentarios, se escuchó un disparo cerca de ellos. Uno de los chicos que estaba de guardia se había quedado dormido y había apretado el gatillo por accidente.

—¡Eh! ¿A ti qué coño te pasa? —le gritó el Blake.

—Oh, lo siento, tío, me dormí. Llevo todo el día de guardia. —se excusó. El pelinegro se acercó a él y lo agarró por la chaqueta.

—Todos estamos de guardia todo el día. Esa bala es un terrestre muerto menos.

—Bell, los estás asustando. —le dijo su hermana.

—Más vale que se asusten. —respondió— La bomba del puente nos dio tiempo para prepararnos, pero ya se ha agotado. Los terrestres nos están acechando, esperando a que nos vayamos para eliminarnos uno por uno cuando lo hagamos. Clarke, Finn y Monty se han ido. Ya estarán muertos. —miró a Raven— Si quieres ser la siguiente no puedo impedirlo, pero del campamento no saldrán armas. El campamento es lo único que nos mantiene vivos.

—Venga, se acabó el espectáculo, señores, ¡a trabajar! —gritó Venus para luego ir junto a Octavia— ¿Has visto o hablado con Lincoln?

—No y estoy preocupada, se que me dijo que se iría, pero me gustaría saber cómo está.

—Es normal que te sientas así, pero Lincoln es muy fuerte, sabrá cuidarse el solito. —le sonrió la pelirroja.

La líder se despidió de su amiga y fue hacia la nave para revisar a Myles. En ella estaba Bellamy, pero trató de ignorarlo lo máximo posible.

—Ey —le dijo al chico—, voy a revisar tu herida, ¿de acuerdo?

Levantó su camisa y le quitó la gasa improvisada que le había colocado para que no se desangrara. Se giró para coger una aguja e hilo para poder coser la herida, tocando la mano del Blake en el transcurso.

Venus apartó la mano incómoda y se volvió hacia el herido. Comenzó a coserle la herida con el máximo cuidado posible mientras sentía la pesada mirada de Bellamy sobre ella. Cortó el hilo y lo dejó de un lado. Buscó por su alrededor alguna gasa limpia y las encontró justo al lado de donde el pelinegro se encontraba. Venus suspiró y tragándose su orgullo habló:

—Bellamy —llamó su atención—, ¿me pasas una gasa?

El chico asintió y se las dio, agarrando su mano mientras conectaba su mirada con la de la líder. La pelirroja se quedó ensimismada viendo los inmensos ojos del Blake hasta que se dio cuenta de lo que hacía y apartó la mirada.

Le puso la gasa al chico y volvió a bajar su camiseta —Descansa un poco, ¿sí? Estaré aquí por si necesitas algo.

Se desinfectó las manos y estuvo apunto de salir si no hubiese sido por la mano de Bellamy.

—Reina, tenemos que hablar... —murmuró.

—No tenemos nada de que hablar, Bellamy. —respondió ella.

Jasper entró en la nave, cortando el momento incómodo que había entre los dos líderes.

—¿Crees que yo no quiero ir a buscarlos? —preguntó el Blake al ver la cara de decepción que tenía el chico.

—Si se tratará de ti, ¿crees que Monty, Clarke o Finn se esconderían tras estos muros?

—No, irían a por mi y también morirían. Hago lo que creo que le conviene al grupo.

—Tiene gracia que no pensaras igual cuando se trató de Octavia y Venus.

—¿A dónde vas?

—A hacer pólvora para sus explosivos, señor. —le respondió con burla mientras hacía el típico saludo de los militares para luego subir las escaleras.

—Agua, por favor. —pidió Myles como pudo.

—Voy a por ella. —dijo Bellamy yéndose de allí.

Justo en ese momento entró Murphy, quien miró a la pelirroja con una leve sonrisa. Venus sonrió de vuelta y salió de la nave para poder tomar un poco de aire. Toda esta situación la estaba sobrepasando, sin decir la preocupación que tenía en su cuerpo.

Al volver a entrar a la nave, vio como Jasper bajaba las escaleras y como su mejor amigo estaba justo detrás de Myles mientras escondía una bolsa de plástico.

—Dejó de respirar, yo... Intentaba ayudarle. —se excusó John con fingida inocencia.

Jasper asintió no muy convencido y miró hacia el arma que estaba en la mesa. Tanto él como Murphy fueron corriendo hacia ella, siendo ganador el segundo de ellos.

—Murphy, baja el arma. —trató de razonar el chico.

—Intentó matarme. No te muevas. —le dijo al ver como se encaminaba hacia un lado.

—De acuerdo. —asintió— Vale. Tranquilo.

—De tranquilo nada. Ya sabes lo que pasará si se lo cuentas a Bellamy.

¿Si me cuenta qué? —dijo el mencionado a través del walkie-talkie, provocando que la pelirroja se llevase las manos a la cabeza por la idiotez que acababa de cometer Jasper.

—Dame la radio, Jasper. —ordenó Murphy.

El mencionado saco el walkie-talkie poco a poco para luego hablar tras él: —Murphy está armado, ha matado a Myles...

—¡Cállate! —gritó John dándole un golpe con su arma.

Murphy, ¿qué coño haces? —preguntó el líder.

El castaño se acercó al botón de la puerta de la nave y comenzó a cerrarla mientras escuchaba los gritos de los adolescentes.

—Murphy, abre la puta puerta. —gritó Bellamy.

—Hazte el héroe y Jasper y tu preciosa y delicada reina morirán.

El Blake sintió cómo se le paraba el corazón al saber que la pelirroja estaba allí dentro junto a Murphy.

—No te atreverías a tocarle un pelo.

—Oh, créeme, Blake, sí que es capaz de hacerlo. —respondió la pelirroja, la cual estaba atada a una de las paredes. La verdad es que si quería podría soltarse en cualquier momento, pero sabía que lo mejor era no ponerse a John en contra.

—¡Murphy! Como toques a Jasper o a Venus te juro que te mato. —gritó Octavia.

—Así que este era tu plan de venganza... —dijo la líder.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —preguntó Jasper.

—Sí, aunque hay algo que no me cuadra. —le respondió Murphy ignorando al otro chico— ¿Por qué no me lo has impedido o por qué no has puesto resistencia? Ahora mismo podrías estar fuera.

—Porque no quiero ponerme en tu contra, no es algo que me conviene. —le sonrió de lado.

Murphy, se que me oyes. La comida y las municiones están en el nivel intermedio, ya lo sabes. Nos dejas vulnerables ante un ataque. No puedo dejar que eso pase. —dijo Bellamy.

—Ya, pues por si no te has enterado, ahora mismo no tienes el control.

Venga, Murphy. No quieres a Jasper y mucho menos a Venus, me quieres a mí. ¿Qué me dices? ¿Los intercambias conmigo?

—¡Deja de decir idioteces, Blake! ¡Cómo entres aquí te juro que te mat-!

La pelirroja no pudo seguir quejándose ya que John le había puesto un trapo en la boca para que dejase de hablar.

Solo te pido que los dejes salir y yo les sustituiré.

¿Cómo? —preguntó Murphy cediendo a hacer el intercambio.

Fácil, abres la puerta, yo entro y ellos salen.

Murphy miró a Jasper y a Venus, la cual se removía incómoda por culpa de las cuerdas que estaban en sus muñecas y soltaba incoherencias en su idioma nativo.

Se acercó a el botón de la puerta y le dio, haciendo que esta comenzase a abrirse.

—Tú solo, Bellamy, sin armas. —gritó el castaño. Gracias a la lona que había en la puerta, los de fuera no podían ver que sucedía dentro, dándole ventaja a John para que pudiese crear un plan de engaño hacia el líder— Diez segundos o despídete de Jasper y tu reina.

—Estoy aquí. —dijo a través de la lona.

Bellamy entró y Murphy echó a Jasper fuera mientras le daba al botón de cierre. El Blake miró para uno de los lados, viendo como la pelirroja seguía allí atada.

—Esto no fue en lo que habíamos quedado. —dijo con cierto enfado.

—Ya, pero es más divertido así.

Bellamy, ¿me recibes? —preguntó Octavia preocupada.

—Estoy bien. Se le ha disparado. —respondió su hermano haciendo referencia al disparo que había hecho John hace un rato— Dejad de preocuparos por mí y a trabajar todos. Y dile a Raven que se dé prisa. —eso último hizo que la pelirroja rodase los ojos, tenía que admitir que estaba celosa.

—Ya es lo bastante largo. Ata esos dos juntos. —señaló unos cinturones y Bellamy lo hizo sin protestar— Levántate y cuélgalo.

El pelinegro se levantó con pesadez y hizo lo que Murphy le había ordenado.

—¿Qué quieres que te diga? ¿Quieres que me disculpe? Lo... Lo siento.

—Te equivocas, Bellamy. No quiero que digas nada. Lo que sentí yo y luego... Quiero que mueras delante de tu novia.

Venus escupió el trapo que su mejor amigo le había puesto en la boca —No soy su novia, se folló a Raven.

—¡Venus!

—Joder, ya parecéis mi padre todo el día regañándome por todo. —bufó.

El Blake cogió un taburete y lo puso justo debajo de donde estaba el cinturón.

—Sube.

Dorogaya, por favor, no hagas esto... —suplicó la pelirroja.

—Pásatelo por el cuello. —ignoró a su amiga.

—Estás loco. Los terrestres podrían-

John lo interrumpió disparando a uno de los lados de la nave, preocupando a los que estaban fuera de ella.

—Pásatelo por el cuello. —repitió.

Bellamy hizo lo que le pidió —¿Contento?

El castaño tiró de el resto de la cuerda para poder apretar la parte que el líder tenía en el cuello, haciendo que la pelirroja se desesperase más. Trató de quitarse la cuerda, pero John se la había colocado a modo de que no pudiese sacársela de ninguna manera.

—John, por favor, para... —volvió a suplicar.

—¿Por qué lo defiendes? Te hirió y traicionó tu confianza...

—Porque me hace feliz. —admitió con resignación— Y me odio a mi misma por hacer que mi felicidad dependa de un hombre, pero realmente me hace feliz, lo necesito conmigo...

—Lo siento, pero no podrás impedir mis planes, dorogaya. —se volvió a girar hacia el pelinegro, quien no despegaba su mirada de la pelirroja— Que valiente, ¿verdad? Vienes aquí creyendo que le darás la vuelta a la situación, que eres más fuerte que yo —se acercó a él a medida que apretaba más el cinturón—, que quizá tus amigos te ayudarán. Bien, ¿qué crees ahora, Bellamy? Lo reconozco, Bellamy. Los has sabido engañar. Todos te admiran casi tanto como admiran a Clarke o a Venus. Pero ambos lo sabemos, ¿verdad? Eres un cobarde.

—Quítame estas cuerdas y veremos cuál de los dos es el cobarde, pedazo de mierda. —le dijo su mejor amiga.

—Lo se desde que apartaste la caja de mis pies. —continuó— Se lo que pasó. Le diste a la gente lo que quería, ¿verdad?

—Debí detenerles. —dijo Bellamy con la mano en el cinturón tratando de no ahogarse.

—Ya, pues ahora es algo tarde. —respondió Murphy con los ojos cristalizados.

—¿Cómo crees que va a acabar esto? ¿Crees que te dejarán que te vayas sin más?

—Pues creo que la princesa está muerta. Y se que el rey va a morir. Y la reina, por mucho odio que me pueda tener, jamas me haría daño, ¿estoy en lo cierto, Vee? —miró a la pelirroja, quien apartó la mirada sabiendo que tenía razón— ¿Lo ves? ¿A quién seguirá todo el mundo? A mí, aunque pueda que tenga que matar a tu hermanita la montaterrestres. —ante esto último, Bellamy trató de darle una patada, fallando en el intento. Gracias a esto, John agarró el cinturón y lo apretó mucho más.

Se escuchó un grito justo por debajo de la nave, haciendo que la atención de los tres fuese para ahí. Venus tiró aún más de las cuerdas al darse cuenta de que era Raven quien estaba abajo, por eso el Blake le había dicho a Octavia que le dijese que se apurase.

—Seguro que es ella. —sonrió John mientras empezaba a disparar hacia el suelo hasta que se quedó sin balas.

Bellamy aprovechó su distracción para tratar de liberarse, pero Murphy fue más rápido y le dio una patada al taburete, provocando que el pelinegro comenzase a ahogarse.

La pelirroja se removió con fuerza, tratando de liberarse de las cuerdas que cada vez hacían más heridas en sus muñecas. El castaño, al ver a su amiga, se preocupó, pero no por ella, sino por él, porque sabía que si no se iba de ahí acabaría muerto, pero no se iría hasta ver cómo Bellamy Blake moría.

John Murphy, otpusti ego sejchas zhe! —(¡John Murphy, suéltale ahora mismo!) gritó Venus en su idioma, lo cual hacía cuando estaba realmente cabreada.

—No vale usar las manos. —le dijo a Bellamy, quien trataba de soltarse— Yo las tenía atadas, ¿recuerdas?

El líder le dio un puñetazo, tirando a John al suelo, lo cual fue muy mala idea, ya que el castaño se levantó y comenzó a pegarle con el arma en el abdomen hasta dejarlo inconsciente.

La pelirroja se removía desconsoladamente, sintiendo que su garganta se desgarraba al gritar repetidas veces la palabra "ayuda".

Justo en ese momento, la puerta de la nave comenzó a abrirse, por lo que Murphy subió las escaleras corriendo para tratar escapar.

—¡Ayuda! —volvió a gritar la líder.

Octavia y Jasper entraron rápidamente y la pelinegra sintió como sus ojos empezaban picar al ver a su amiga y a su hermano.

—Ayuda a tu hermano, por favor... —pidió Venus con la poca voz que le quedaba.

Los dos fueron a ayudar a Bellamy mientras otros chicos entraban. Miller se acercó a la líder y le desató las manos.

La pelirroja se levantó y se acercó a los otros para poder ayudar a Bellamy.

—¡Bell, respira! —dijo su hermana angustiada.

—Rey, por favor. —le dijo Venus.

—Reina... —murmuró el pelinegro y la mencionada lo abrazó con la máxima delicadeza que pudo, siendo correspondida por el chico.

—Lo siento, lo siento muchísimo... Tenías toda la razón, no debería haber confiado en John, perdóname... —susurró.

—Perdóname tu a mi por lo de Raven.

—No hay nada que perdonar... —rio muy levemente.

Jasper y Octavia veían la escena enternecidos. Porque todos los cien tenían una cosa muy clara.

Bellamy Blake y Venus Larsson sentían algo más que una simple amistad.

—¡Murphy! —gritó el líder al separarse del abrazo— Murphy, se acabó.

El pelinegro subió las escaleras y empezó a empujar la escotilla tratando de abrirla.

—¡Murphy! De aquí sales con los pies por delante.

Justo se escuchó una explosión, haciendo que la nave se tambalease y que Bellamy casi se a cayese al suelo. El pelinegro abrió la escotilla para ver que había pasado seguido por la pelirroja.

—¡Murphy! —se acercaron a uno de los lados de la nave, viendo como esta tenía un agujero, pero no había rastro de John.

—Eso sí es salir por la puerta grande. —comentó Venus sin perder su gracia natural.

—¿Le perseguimos? —preguntó Jasper al ver como corría y se giraba para mirarlos.

—No —respondió Bellamy—, los terrestres se ocuparán de Murphy. Vamos a por Clarke, Finn y Monty. Tú y Raven tenéis razón, no abandonamos a los nuestros. Tres armas, nosotros tres, nada más. —se dirigió a la escotilla— Raven se queda para crear más defensas, con esto hemos perdido un día y toda la pólvora. ¡Raven!

—Bellamy, espera. —lo frenó Jasper— Verás, quería... —se quedó en silencio para luego abrazarlo, sorprendiendo a el líder y a la pelirroja— Gracias. Has mejorado desde lo que te de la gana.

Tiradores, hay movimiento desde la muralla sur. —dijeron por el walkie cortando el momento.

Los tres salieron corriendo hasta la muralla para ver quienes estaban allí.

—Esperad, no disparéis, son Clarke y Finn, abrid la puerta.

Eso hizo que Venus esbozase una gran sonrisa y que su cuerpo se llenase de felicidad y alivio al saber que su hermano y la rubia estaban vivos. Cuando lo vio entrar, antes de que alguien dijese algo, la líder se acercó a Finn y le pegó en toda la cara.

—¡Auch! ¿A qué ha venido eso? —dijo el castaño tocándose la zona afectada.

—Eso por desaparecer y preocuparme tanto —lo abrazó fuertemente— y eso por qué me alegro de saber que estás vivo.

—Hemos oído una explosión, ¿qué ha pasado? —preguntó Clarke.

—Murphy es lo que ha pasado. —respondió el líder.

Jasper abrazó a la rubia con alegría —Gracias a Dios. ¿De dónde salís? ¿Y Monty?

—¿Monty no está?

—Clarke, hay que irse, ahora, nos vamos todos. —dijo Finn— Un gran ejército de terrestres viene directo a matarnos, tenemos que cargar todo lo que podamos y huir.

—De eso nada, sabíamos que vendrían. —se negó Bellamy.

—Bell, no estamos listos. —trató de convencerle Octavia.

—Ni ellos aquí, aún hay tiempo para prepararse. Además, ¿a dónde vamos? ¿Qué sitio es más seguro que estas murallas?

—Hay un mar al este y gente que nos ayudará.

—¿Habéis visto a Lincoln? —preguntó la Blake esperanzada.

—Sí.

—¿Esperas qué confiemos en un terrestre? —preguntó el hermano de la chica— Este es nuestro hogar, lo levantamos de la nada con nuestras propias manos, nuestros muertos yacen tras este muro en esta tierra, nuestra tierra. Los terrestres creen que nos la pueden quitar, que porque llegamos del cielo somos forasteros. Pues van a tener que comprender una realidad muy importante. Ahora estamos en la Tierra, ahora mismo también somos terrestres. —muchos de los delincuentes soltaron gritos afirmativos ante lo último dicho— Eso es, que vengan si quieren.

—Bellamy tiene razón. —apoyó Clarke— Si nos vamos, puede que no hallemos un sitio tan seguro como este, y puede ser, que en este mundo, nos enfrentemos con algo aún peor mañana. Pero eso no cambia el echo, de que si nos quedamos, moriremos esta noche.

—Reina —la llamó el líder—, somos un equipo, necesitamos saber tu opinión.

Todos los demás posaron su mirada en la pelirroja, quien plantó una hermosa sonrisa en su rostro, había llegado la hora de poner en práctica sus habilidades de lucha y dejar de reprimir sus más primitivos instintos.

Quería sangre.

—Cuando era pequeña, mi padre me decía que escapar de los problemas era de cobardes. —comenzó— Y tenía razón, por eso estoy de acuerdo con Bellamy, deberíamos quedarnos y pelear, proteger el hogar con el que tanto hemos soñado y en el que tanto nos hemos volcado. Pero no seré yo quien tome una decisión tan grande como esta, así que, rubia, tú decides, o peleamos o escapamos.

—Coged vuestras cosas, solo lo que podáis llevar. —acabó respondiendo Clarke— Ahora.

Todos comenzaron a moverse de un lado a otro, recogiendo todo lo que podían.

—Ayuda. —dijo alguien desde la entrada.

La pelirroja giró la cabeza y vio a Raven con una mancha de sangre en su cadera. La líder fue corriendo hacia su amiga y la cargó para llevarla a la nave seguida de Clarke.

—Ey, mírame, no te duermas, ¿sí?

—Vee —murmuró como pudo—, siento haber sido tan pésima amiga.

—Guarda fuerzas, Raven. —respondió ella no queriendo hablar de ello justo en ese momento— Pero no estoy enfadada contigo, si eso piensas.

Y eso fue el comienzo de la guerra.

Estoy muy emocionada porque el siguiente será el último episodio de este fanfic.

Cuando llegue el momento de la pelea, os recomiendo escucharla con Radioactive de Imagine Dragons, es... Increíble.

Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.

¡Os quiero y os adoro!

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