chapter fourteen
season 01, episode 13
❛ may we meet again ❜
TODOS SE MOVÍAN DE UN LADO a otro para poder partir a donde Lincoln les había indicado a Finn y a Clarke.
Los gritos de Raven se escuchaban desde fuera de la nave, preocupando a algunos de los adolescentes.
—Esto debería detener la hemorragia. —dijo la rubia.
—No lo entiendo, ¿de dónde sacó un arma Murphy? —preguntó el castaño confundido.
—Es una historia muy larga y en parte es culpa mía. —respondió su hermana con una mueca.
—Ha habido suerte. —murmuró la mecánica— Si llega a darle al combustible y no a mí estaríamos muertos.
—Espera, ¿hay combustible ahí abajo? ¿Cómo para hacer una bomba? —preguntó Griffin.
—Como para hacer cien bombas si nos quedara pólvora.
—Volvamos a los segadores —dijo Bellamy—, quizá nos ayuden. "El enemigo de mi enemigo es mi amigo", ¿no?
—Este enemigo no, lo vimos y, créeme, no es una opción.
—No hay tiempo para esto. —finalizó Finn— ¿Puede caminar o no?
—No, habrá que llevarla.
—Y una mierda, estoy bien. —dijo Raven tratando de incorporarse.
—Escúchame, tienes una bala dentro, Raven. Si por algún milagro no hay hemorragia interna, aguantarás hasta llegar a un lugar seguro, pero no vas a ir andando, ¿queda claro?
—Voy a por la camilla. —dijo el castaño saliendo.
—Tienes prisa por huir, ¿eh? Que valiente. —lo frenó Bellamy.
—Morir en una batalla perdida no es valiente, Bellamy, es una idiotez.
—Eso dicen todos los cobardes que huyen de un combate. —se acercó amenazante.
"Joder, ¿por qué esto me prende tanto?"
—Está bien, basta. —los frenó Clarke— Tenemos que irnos.
—¿Y si nos siguen? Hay casi 200 kilómetros hasta el mar.
—No queda tiempo. Si quiere quedarse, que se quede.
—No, no puede. No podemos hacerlo sin ti, Bellamy.
—Hombre, poder sí que podemos... —susurró Venus.
—¿Qué quieres que te diga, Clarke?
—Quiero que digas que vendrás. Todos esos chicos te hacen caso, os hacen caso. —miró a la pelirroja— Porque se que si él no se va, tú tampoco lo harás.
—Me conoces bien, rubia. —asintió.
—Se preparan para irse, a ti te hacen más caso.
—Les di una elección fácil, pero, hace cinco minutos, estaban dispuestos a pelear y a morir por vosotros. Os admiran. Me temo que eso es lo único que tienen para aguantar la que se avecina. —y salió de la nave, dejando a los dos líderes.
—Que hija de perra es, ella sí que sabe como confundirte con simples palabras... —murmuró la líder.
Y salió con el pelinegro detrás. Ya estaban casi todo preparados para poder irse. Salieron de los muros con las armas en alto y mirando a todos lados para que ningún terrestre les pillase desprevenidos.
Bellamy era el último en salir. Se quedó mirando a la nave y al campamento con nostalgia antes de llegar junto a la pelirroja. Entrelazó su mano con la de ella.
—Lo has hecho bien, rey. —le animó ella.
—Dieciocho muertos.
—Ochenta y dos vivos. —corrigió— Es todo un logro.
Los dos comenzaron a caminar con las manos aún entrelazadas. Los dos se daban apoyo mutuo en esos momentos de penumbra y ambos lo sabían. Y, por mucho que quisiesen quedarse a pelear, sabían que irse de allí era lo correcto.
—¿Sabes lo qué haré en cuanto llegue a la playa? —dijo Miller.
—No, ¿el qué?
—Hacer surf.
—¿Y tú sabes hacer eso? —preguntó Venus con sorna.
—Yo sé hacer de todo. —dijo con gracia— No más bosques, vistas al mar sin putos árboles, solo aguas cristalinas.
Octavia paró de repente, haciendo que todos se pusiesen alerta. La pelirroja soltó la mano de Bellamy y agarró su arma para mirar hacia los árboles por si veía algún terrestre.
—¿Qué pasa? —preguntó Jasper temeroso.
Nadie contestó, todos miraban a sus alrededores para ver si veían algún peligro. Una especie de objeto puntiagudo y afilado llegó prácticamente volando hacia la cabeza de el chico rubio que estaba al lado de Miller.
—¡Terrestres!
Todos salieron corriendo de vuelta al campamento. El líder, por precaución, volvió a entrelazar su mano con la de la pelirroja para no perderla de vista.
Entraron todos al campamento y cerraron las puertas. Los dos líderes se pusieron de francotiradores en una de las puertas de la muralla, vigilando.
—¿Dónde están? ¿Por qué no atacan? —preguntó el pelinegro desconcertado.
—Porque estamos haciendo justo lo que querían. —respondió la pelirroja.
—¿De qué estás hablando?
Venus se giró —Lincoln os dijo que los exploradores serían los primeros.
—Si solo son ellos podemos abrirnos paso luchando. —le respondió Octavia— Es lo que haría Lincoln.
—Ya está bien de hacer lo que haría ese tío. —dijo Bellamy bajando para ir junto a su hermana— Lo hemos hecho y Drew ha muerto, ¿quieres ser la próxima?
—Ese tío nos salvó la vida. —defendió Finn— Estoy con Octavia. Incluso podría haber un solo explorador.
—Pues vaya puntería tiene. —comentó Jasper con sorna.
—Vee, podemos hacerlo.
—Te miran a ti, reina. ¿Qué decides? ¿Correr y morir en campo abierto o resistir y combatir?
—Vee, si seguimos aquí cuando llegue Tristán-
—Lincoln dijo exploradores, más de uno. —interrumpió a su hermano.
—"Volved antes de que lleguen los exploradores". —recitó Clarke las palabras exactas del terrestre.
—Finn, ya están aquí. —continuó la pelirroja y se giró hacia Bellamy— Parece que tendremos oportunidad de matar terrestre y divertirnos, rey.
—De acuerdo, nos hemos preparado para esto. Matar antes de que nos maten. Tiradores, ha vuestros puestos. Usad los túneles para entrar y salir. Desde ahora la puerta permanecerá cerrada.
Venus se acercó a Finn, quien se notaba que estaba preocupado, y lo abrazó.
—Todo saldrá bien, hermanito. —susurró.
—¿Estás segura de lo que vas a hacer? —preguntó el castaño con preocupación.
—Segurísima, ahora ha llegado el momento de salvar a mi familia. —le sonrió.
Entraron en la nave con el pelinegro y la rubia para poder crear un plan concreto.
—Hay veinticinco rifles con veinte balas cada uno, redondeando son unas quinientas balas. —decía Bellamy— Mientras no estabais hicimos mejoras. Gracias a Raven el barranco está minado.
—Parcialmente, gracias a Murphy. —corrigió la mecánica.
—Pero es la ruta de entrada. Si los terrestres la usan, lo sabremos. También hizo granadas.
—No hay muchas. —comentó Clarke.
—También culpa de Murphy.
—Las aprovecharemos. Si los terrestres atraviesan la entrada, las armas y las granadas deberían repelerlos. —continuó el líder.
—¿Y luego? —preguntó la rubia.
—Cerramos la puerta y rezamos.
—¿Rezar para qué? ¿Para qué la nave los aleje? Porque no lo hará.
—Pues impidamos que crucen la puerta. —cogió el walkie— Trincheras, escuchad. Abrid bien los ojos. Causad tantas bajas como podáis. Podéis frenarlos lo suficiente como para que tengan que retroceder. Ese es el plan.
—Tu plan siempre es ese, como con la bomba del puente. —le dijo Finn.
—Pues sí, ¿tienes una idea mejor?
—No puede ser tan fácil. —habló la pelirroja, quien hasta este momento se había mantenido callada— Has dicho que hay combustible en los reactores. Tanto como para hacer cien bombas.
—Y también que no nos queda pólvora. —respondió Raven.
—No quiero hacer una bomba, quiero hacer ignición.
—Atraerlos mucho, activar los reactores. Un anillo de fuego. —dijo entendiendo el plan de su amiga.
—Terrestres asados... Me gusta. —comentó Bellamy con una pequeña sonrisa.
—¿Funcionará?
—Hay un buen lío de cables, pero sí. Si me dais tiempo, los puedo brasear.
❪ ... ❫
Venus estaba sentada en un tronco fuera de la nave. Pensaba en si realmente era una buena idea el volver a manchar sus manos de sangre. Si alguno de los chicos se metía en su camino a la hora de actuar, lo más probable es que morirían, y eso es algo que no podría soportar.
—¿Estás bien? —le preguntó Miller.
—Sí, es solo que esta situación me tiene un poco preocupada, pero estoy bien. —sonrió levemente.
—Has sido muy buena líder, Venus, quédate con eso.
—Este es el Miller que yo conocí. —rieron.
Los dos habían tenido su pequeña historia en el Arca y no, no me refiero de manera romántica, sino que ambos se habían vuelto muy buenos amigos desde que se conocieron, siempre causando problemas.
—Ya vienen. —avisó una chica al escuchar unos ruidos.
La pelirroja se levantó del tronco y se acercó a Bellamy. Los dos se fueron junto a Miller a sus posiciones.
—¿Dónde está Octavia? —preguntó el pelinegro.
—Se ha ido hace cinco minutos, no ha dicho a dónde. Se cree una maldita samurai. —dijo Nathan, haciendo sonreír a ambos líderes.
—¿Veis algo?
—No. ¿A qué diablos esperan? —preguntó la misma chica con la que Venus había bailado el Día de la Unidad.
—Cuanto mas esperen, mejor. Hay que ganar tiempo para Raven.
—Los veo, se mueven. Cuento a uno, dos, tres. Espera, hay cuatro. No lo se, tío. Son un montón. —dijo alguien a través del walkie.
—¿Quién era? —preguntó el líder.
—Creo que Sterling. Trinchera sur.
—Trinchera sur, informa. —dijo el pelinegro al oír disparos.
—Sí, sí, estamos bien. No han atacado, es como cazar fantasmas.
—¡Ahí! Los veo.
Los chicos comenzaron a disparar a los terrestres, quienes iban de un lado a otro sin ningún sentido.
—¡Alto! ¡Alto el fuego! —pidió Venus.
—Recargad, ahora.
—Eran las últimas. —dijo Miller.
—Creo que deberíamos replegarnos. —opinó la chica.
—No. Si cae está posición llegarán directos a la puerta.
—No si yo lo impido... —susurró la pelirroja formulando un pequeño plan en su mente.
Los adolescentes seguían disparando, pero ninguno de los terrestres atacaba, confundiendo a la líder. No entendía el por qué no atacar si se suponía que venían a eso.
—Necesitamos refuerzos.
—Raven, las minas funcionan. —dijo Jasper al ver como un terrestre volaba por los aires.
—Jasper, te necesitamos en el transbordador ya mismo. —ordenó Clarke.
—Negativo, no podemos dejar el bosque oeste. —se negó el Blake.
—Está minado, Bellamy. Los terrestres ya se han dado cuenta. Jasper, ven aquí.
—Joder, lo tratáis como si fuese un perro. —comentó la pelirroja al mismo tiempo que le daba a uno de los terrestres en el hombro— ¡Bingo! Más veinte puntos para Venus.
—Tiradores, escuchad. Los terrestres no atacan, nos hacen malgastar balas. No disparéis cuando corran en lateral. —dijo Jasper dándole sentido a sus movimientos.
—¡Eres un maldito genio, cariño mío! —gritó la líder con cierta alegría.
—Tiene razón. No disparéis al menos que ataquen. Repito: no disparéis sin estar seguros. —concordó el líder.
—Ya vienen.
—Y ahora es mi momento. —dijo Venus antes de salir corriendo hacia las puertas.
Podía escuchar los gritos de los demás pidiéndole que volviera, pero ella sabía lo que hacía, estaba preparada. Lo haría por todos los que perdió: Apolo, Wells, Charlotte, Atom, Diggs, Roma, incluso por sus padres. Lo haría por su familia.
—¡Abre las puertas! —le gritó a un chico que estaba allí cerca. Este al principio se negó, pero al ver la expresión de la pelirroja acató su orden de inmediato.
—Reina, ¿qué cojones haces? —preguntó Bellamy con preocupación.
—Ha llegado la hora de que conozcas a la verdadera Venus Larsson, mi querido rey. Por favor, pase lo que pase, no os interpongáis en mi camino.
—¿Qué dices, Venus?
—¡Qué lo hagáis! ¡Es una maldita orden!
Todos le hicieron caso al notar la furia y la desesperación es su voz. La líder suspiró pesadamente.
Corrió hacia fuera y se escondió detrás de un árbol, esperando con impaciencia a que el primer terrestre apareciera.
Los terrestres se pararon confundidos a pocos metros del campamento. ¿Qué hacía la puerta abierta?
Pero no les dios tiempo a pensar mucho cuando lo terrestre que dirigían el grupo cayeron al suelo por culpa de una bala en la cabeza.
El resto del grupo buscaba al atacante, que se movía con sigilo por detrás de los árboles, acabando con la vida de todos los terrestres que se cruzaban por su camino.
Anya miraba la escena impactada. Para cualquier persona el ver a casi la mitad de sus guerreros en una situación tan grotesca, le hubiesen entrado ganas de vomitar. Gargantas rajadas, agujeros de bala por todas las partes de su cuerpo, cabezas separadas de sus cuerpos. Pero aquella líder estaba impresionada, incluso sentía admiración por aquella pelirroja.
Los movimientos, de la ya conocida como kwin ripa por lo terrestres, eran impecables. Venus sabía como moverse para asesinar y evitar ser asesinada. Se movía con soltura con una espada y pistola en mano. Sus movimientos eran limpios y concisos, estudiados al milímetro para volverlos completamente letales.
Venus, con las pocas fuerzas que le quedaban, volvió corriendo al campamento y cerró las puertas, y se dejó caer al suelo con la respiración agitada y con una gran sonrisa en su rostro. Cogió el walkie y largo una risa.
—Entrada despejada, rey.
Se dejó caer para atrás, tumbándose en el suelo. Sus manos dolían horrores y sentía la sangre reseca de los guerreros por toda su cara y cuerpo, pero ya nada le importaba, había conseguido salvar a su familia, y eso era lo único que le importaba ahora.
Sintió como alguien la cargaba y se la llevaba de allí. Abrió los ojos y vio al pelinegro, quien traía una mueca de preocupación en su rostro.
—Bellamy... —murmuró con las pocas fuerzas que le quedaban.
El mencionado dejó a la chica en el suelo mientras oía como los demás disparaban a los terrestres que seguían llegando. El Blake tenía los ojos cristalizados, el ver como su reina arriesgaba así su vida por aquellos chicos había sido un golpe de realidad para él.
Se había enamorado de Venus Larsson y no permitiría que se la arrebataran.
—Reina. —dijo antes de estrecharla entre sus brazos— No vuelvas hacer eso. Me has preocupado como no tienes idea.
—¿Eso es lo único que me vas a decir? ¿No vas a decirme lo increíbles que son mis habilidades de lucha? La verdad es que me he sentido como en Kill Bill. —dijo sin perder su humor.
—Joder, estás mal de la cabeza.
—Es lo que provoca una familia mal estructurada y estar tres años en aislamiento. —le sonrió poniendo una mano en su mejilla— Por mucho que me gustaría seguir hablando de mis problemas mentales, tenemos que seguir matando terrestres.
Los dos se sonrieron y cogieron sus armas comenzando a disparar. Un terrestre saltó encima de Bellamy, empujando a la pelirroja en el proceso. La chica agarró un palo que encontró en el suelo y golpeó la cabeza del terrestre que trataba de atacar a Miller para después lanzarlo contra una de las minas. Iba a ir hacia el líder, pero vio como Octavia aparecía y le clavaba una espada en el ojo al terrestre.
La pelirroja se acercó a ella y la abrazo fuertemente, siendo correspondida por una feliz pelinegra.
Se separaron y vieron como el Blake seguía en el suelo impactado.
—Admítelo, ¿quieres una? —preguntó su hermana haciendo que el pelinegro sonría.
Justo empezaron a llegar volando algunas flechas, dando a Octavia en el transcurso.
—¡No! Miller, replegaos ya. —ordenó mientras con ayuda de Venus la arrastraban lejos de allí— ¿Puedes andar? Cógete a mí, te llevaremos tras la muralla.
El líder cargó a Octavia en brazos y comenzó a caminar con la pelirroja resguardando su espalda.
—¿Me recibís? —dijo la líder por el walkie— Están atacando el campamento, replegaos.
—Están por todas partes. ¡Ayuda, me han dado!
—Atención, mantened las posiciones. Si tumban la puerta, estamos muertos.
—Están avanzando. Está lleno de terrestres. Vámonos a la puerta, si os queda munición, venid.
—Van a entrar. ¡Todos al transbordador! —gritó Miller.
—No, necesitamos más tiempo. —se negó Clarke— Tiradores, mantened la posición. Los demás adentro. Venga, deprisa.
Todos corrían y disparaban sin saber muy bien que hacer contra tal cantidad en terrestres.
Un ruido en el cielo llamó la atención de todos. Vieron como un destello entraba en la atmósfera.
—¿Viene del Arca? —preguntó una chica.
—No viene del Arca, es el Arca. —corrigió Venus asombrada.
Las partes sobrantes comenzaron a caer al suelo como si fuesen estrellas fugaces.
Se escucharon más gritos de personas, haciendo que los terrestres parasen de intentar entrar y que ahora la atención estuviera en eso.
—¿Qué son? ¿Monos? —preguntó la pelirroja confundida.
Una lucha fuera de los muros comenzó entre los terrestres y lo que hará conocían como segadores. Vieron como Finn entraba corriendo por la puerta del túnel.
—¡Oh Dios mío! —dijo Clarke saltando en los brazos del castaño, provocándole una sonrisa a la líder— ¿Qué has hecho?
Venus corrió junto a Bellamy al darse cuenta de que estaba solo con Octavia. Los vio escondidos tras un árbol.
—¿Quiénes son? —preguntó la Blake.
—No lo sé. —respondió su hermano.
—Son segadores. —los sobresaltó la pelirroja— "El enemigo de mi enemigo es mi amigo", ¿recuerdas? Finn los ha atraído hasta aquí, nos darán algo de tiempo.
—Perfecto, vamos.
—No voy a llegar. —se rindió la pelinegra— Iros vosotros. Ya me las apañare.
—No pienso irme sin ti.
—Y yo tampoco, Tavia, ni en broma.
—Octavia. —dijo Lincoln apareciendo frente a ellos.
—Lincoln. —los dos se abrazaron.
—¿Has sido tú? —le preguntó el líder al terrestre.
—Con Finn. Es muy profundo. —dijo viendo la flecha incrustada en el hombro de la Blake— Puedo ayudarte, pero has de venir conmigo.
—Vete. —aceptó su hermano— Que te ayude.
—Ni hablar. He de seguir luchando. —se negó.
—No puedes caminar y yo no puedo llevarte al transbordador.
—Tiene razón, para ti la lucha ha terminado.
—Oye, Octavia, escúchame. Te dije que mi vida terminó el día en que naciste. La verdad es que había empezado. Ve con él, necesito que vivas. Además, es pan comido.
Los dos se abrazaron como si fuese la última vez que lo harían. Venus los miró con una sonrisa, sabía que Octavia estaría segura con Lincoln.
—Te quiero, hermano. —dijo la pelinegra una vez que se separaron.
—Que volvamos a vernos.
—Que volvamos a vernos. —repitió y miró a su mejor amiga— Cuídalo, por favor.
—Lo haré, mientras tu no cometas ninguna tontería de las tuyas. —rieron.
—Te lo prometo.
Lincoln cargó a Octavia con ayuda de Bellamy y el líder miró al terrestre —Cuida de ella. —le dijo y este asintió para luego mirar a la pelirroja.
—Nos vemos pronto, natblida.
Los dos líderes entrelazaron sus manos y volvieron corriendo al campamento. Los terrestres comenzaron a derribar la puerta, preocupando a todos los adolescentes. Los chicos empezaron a lanzar las pocas granadas que les quedaban.
—¡Ahí están! —señaló Finn a los líderes.
—No van a poder volver. —respondió Clarke con preocupación— ¡Vee, Bellamy, corred!
El pelinegro cogió uno de los rifles que había en el suelo para poder defenderse y la pelirroja cogió una espada que había al lado de un terrestre muerto.
El líder disparó a uno de ellos, pero el rifle no tenía balas, provocando una pelea entre los dos. Venus fue por detrás del terrestre y le clavó la espada en la espalda, pero otro terrestre se acercó por detrás y le hizo un corte en la pierna.
La chica cayó al suelo por el dolor y el terrestre comenzó a pegarle en la cara repetidas veces. La líder trataba de defenderse como podía, pero esta estaba más concentrada en ver al Blake que en el terrestre. Consiguió matar al terrestre y se acercó a Bellamy. Le clavó una espada en la pierna al hombre que trataba de matarlo, cortándosela y agarró de la mano a el líder para alejarlo de allí.
Una vez que estuvieron alejado de la multitud, sin dejarle decir una palabra, junto sus labios con los de él, un beso cargado de pasión y necesidad por parte de ambos, los cuales no sabían que necesitaban ese beso hasta ese momento.
Sus labios encajaban a la perfección, como si estuviese hechos para estar siempre unidos.
El pelinegro, un poco sorprendido, no tardó en corresponder al beso, poniendo sus manos en la cintura de la chica para acercarla más a su cuerpo. La líder puso sus manos en la nuca del chico, profundizando el beso y acariciando el cabello de su nuca.
Se separaron por falta de aire y fue cuando Venus notó que sus ojos estaban cristalizados y que las lágrimas caían de sus ojos.
—Ja nenavizhu tebja, Bellamy Blake. —dijo la pelirroja antes de volver a juntar sus labios un segundo y darse la vuelta para correr en dirección a los terrestres.
Bellamy gritó su nombre, sintiendo como su garganta se desgarraba y como sus ojos no paraban de de soltar lágrimas.
Fue cuando sucedió lo peor.
Los reactores explotaron, lanzando al aire a todos los terrestres de los alrededores y creando un aro de fuego, tal y como Venus quería.
Lo último que vio la líder fue como el fuego consumía al pelinegro antes de caer en la inconsciencia y comenzar a ver todo negro.
Si ese era su fin, estaba dispuesta a aceptarlo, porque ya había hecho lo que más había deseado hacer.
Había besado ha Bellamy Blake y con eso podía morir feliz.
O no...
¡Último capítulo!
Os juro que estoy muy emocionada y muy triste a la vez. Me ha costado escribir el final, pero como veis, no está completo...
En el epílogo lo comprenderéis todo.
Nos vemos muy pronto.
¡Besos y tened lindo día! <33
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