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chapter eleven




season 01, episode 10
❛ sorry handsome, but tavia is mine ❜

MUCHOS DE LOS DELINCUENTES ESTABAN ahora donde había caído la nave éxodo esa noche. Buscaban a ver si había algún superviviente.

Había diferentes extremidades de diferentes personas chamuscadas y restregadas por diferentes partes del suelo, esqueletos completamente carbonizados... Había sido una auténtica masacre.

—Atentos, habrá represalias de los terrestres por lo que ha pasado en el puente. —dijo Bellamy— Es cuestión de tiempo.

—¿Y les culpas? —preguntó Finn.

—No, pero a ti sí.

—Si no hubierais traído armas-

—Sin esas armas, nos habrían matado a todos. —interrumpió Raven a su "novio".

—Lo hecho, hecho está, y punto, y, aunque haya sido culpa vuestra, hay que dejarlo pasar. —replicó Venus apartando con un palo una parte de un brazo.

—Ya no importa quien a provocado a quien —concordó Bellamy—, tenemos que estar listos para cuando vengan. Ahora estamos solos.

—¡Clarke, alto! —gritó la mecánica al ver que estaba muy cerca de una especie de líquido de color magenta.

—¿Es combustible? —preguntó la mencionada.

—Hidracina. Es muy volátil en estados no sólidos. Si la toca el fuego podemos despedirnos. —baño una pequeña piedra en aquel líquido— ¡Todos a cubierto! —gritó antes de lanzar la piedra al fuego, creando una inmensa explosión— Hay que evacuar la zona.

—De acuerdo. Moveos en formación, que nadie se quede atrás, armas en mano. Hay que llegar antes de que oscurezca. —informó el Blake.

Todos los adolescentes comenzaron a caminar devuelta al campamento. Venus iba alejada de los demás, tenía una resaca que creía que en cualquier momento la cabeza le explotaría la cabeza.

Nada más llegar, les informaron que John Murphy había vuelto al campamento. La pelirroja sintió que su corazón se le iba a salir del pecho por lo que corrió a la nave, seguida de Bellamy y los demás.

—¿Donde está? —eso fue lo primero que dijo el Blake al llegar.

Vieron como en una de las paredes había un chico bastante demacrado y con suciedad y sangre por todas partes.

—¿John? —murmuró Venus. Los demás se habían apartado un poco para que la líder pudiese ir al encuentro de su mejor amigo.

El chico al escuchar su voz se incorporó lo máximo que pudo —¿Dorogaya?

La pelirroja sonrió con alegría, por lo que se acercó a él lo más rápido que pudo y, con la mayor delicadeza posible, lo estrechó entre sus brazos, sintiéndose plenamente feliz de que su mejor amigo no hubiese muerto.

—Te he echado de menos, John... Te quiero muchísimo. —dijo mientras sentía al castaño rodearla con sus brazos. 

—Yo te quiero mucho más, Vee.

—Todos fuera menos Connor y Derek. ¡Ya! —ordenó el pelinegro.

—Dice que estaba con los terrestres.

—Intentaba colarse en el campamento.

—No me colaba. Huía de los terrestres. —dijo el chico una vez que se separó de la chica.

—¿Alguien ha visto alguno? —preguntó Bellamy y los dos chicos negaron— En ese caso... —lo apuntó con su arma, pero Venus se puso entre ambos— Reina, sal de ahí.

—Pero, ¿a ti qué te pasa? —le preguntó alarmada mientras Finn bajaba el arma del chico.

—Dejamos claro lo que pasaría si volvía. —volvió a apuntar y la pelirroja cogió el cañón del arma y lo colocó en su pecho, justo donde se encontraba su corazón.

—No, eso lo dijiste tú, pero en ningún momento dije que yo estuviese de acuerdo con ello. Pasé con que lo echaras, pasé con que torturaras a Lincoln, pero si quieres matar a John, tendrás que pasar por encima de mi cadáver. —le dijo mirándolo a los ojos.

—Si ha estado con los terrestres, sabe cosas que pueden sernos útiles. —trató de convencerlo Finn.

—¿Útiles? Lo colgamos, lo desterramos y ahora vamos a matarlo.

—¡No! —volvió a gritar la pelirroja— Tú lo colgaste, tú lo desterraste, pero tú no vas a matarle. Tenías razón, Bellamy, eres un monstruo. —dijo quitándole el arma y viendo como el chico se tensaba ante sus palabras.

Venus realmente no creía que fuese un monstruo, pero era como se estaba comportando en ese mismo momento.

—No. Finn tiene razón. —concordó Clarke.

—Y un cuerno. Clarke, Venus, pensad en Charlotte.

—Estoy pensando en ella. Lo que le pasó fue tanto culpa nuestra como suya.

—Joder con Charlotte, no vamos a hablar sobre esa asesina de nuevo, ¿vale? —dijo la otra líder— ¿Por qué no, en vez de pensar en Charlotte, pensamos en Wells? Él también está muerto y eso es culpa de tu querida niña. Además, vuelvo a repetir, John no tuvo la culpa de que se suicidara.

—No miente, le han arrancado las uñas. —comentó la rubia mirando sus manos— Le han torturado.

—Tenéis las mismas aficiones. —le dijo Finn a Bellamy.

Venus rio y chocó los puños con su hermano.

—Ellos saben que estamos en guerra, ¿qué les has contado? —le preguntó a Murphy.

—Lo que sabía. —murmuró.

Clarke se levantó y se acercó a los líderes —Cuando se recupere, veremos que nos cuenta y se marchará, ¿entendido?

—¿Y si se niega a irse? ¿Qué hacemos con él?

—Lo matamos.

Clarke salió de la nave y Venus se quedó con Murphy. Pronto empezó a escuchar gritos fuera, por lo que salió rápidamente para ver a un chico en el suelo sangrando y a la rubia con sangre en sus ojos.

—¡Dios mío! ¿Pero qué está pasando? —le preguntó a Griffin.

Otro chico comenzó a sangrar por la boca —Venus, aléjate de nosotros.

—¿Qué?

—Son los que trajeron a Murphy. —dijo antes de salir corriendo.

La pelirroja se acercó a Connor sin importar que podría contagiarse. Comprobó un poco lo que le pasaba y se hizo una idea de lo que tenía. Camino a paso apresurado hacia la nave. Cuando entró, vio a Clarke junto a Murphy, quien estaba vomitando sangre.

—Murphy, oye, mírame. —pidió— Tienes que decirme exactamente cómo escapaste de los terrestres. ¿Qué pasó?

—Me desperté. Habían olvidado cerrar mi jaula. No había nadie y me largué. —respondió como pudo.

—Te soltaron.

Justo después entró Bellamy, quien miró a Venus para ver si estaba bien. Ella asintió y el chico miró a la rubia.

—Bellamy, atrás. —ordenó.

—¿Te ha hecho algo? —preguntó el pelinegro y Clarke negó— ¿Qué diablos es esto?

—Una guerra biológica. —dijo la pelirroja.

—Esperabas represalias de los terrestres por lo del puente y es esto. Murphy es el arma.


❪ ... ❫


—¿Esta es tu venganza? —le preguntó Bellamy a John cuando vio a más chicos contagiados dentro de la nave— ¿Ayudar a los terrestres a matarnos?

—No sabía nada de esto, ¿vale? Lo juro.

—¡Deja de mentir! ¿Cuándo vendrán?

—Eh, rey, relájate un poco, ¿sí? —pidió Venus lo más amablemente que pudo para controlar sus ganas de pegarle un culatazo con el arma.

—Murphy, piensa, ¿vale? ¿Puedes decirnos algo útil? ¿Pudiste oír algo? —preguntó Clarke mientras limpiaba sus heridas.

—Son sanguinarios y crueles.

—¿Quieres qué te enseñe crueldades? —dijo el pelinegro acercándose, siendo frenado por la pelirroja otra vez.

—No hace falta, ya las hemos visto.

—Eh, no. Sea lo que sea esto se transmite por contacto. —dijo Griffin para evitar que se acercara.

—¡Clarke! —dijo Finn preocupado nada más entrar.

—Yo estoy bien, hermanito, no te preocupes. —le dijo Venus con sarcasmo.

—Finn, no debes entrar aquí. Que no entre nadie. —ordenó.

—Dicen que estás mal. Clarke, ¿qué es esto?

—No lo se, algún tipo de fiebre con hemorragia. Hay que contenerla antes de que-

Sus palabras se vieron interrumpidas por uno de los chicos, que comenzó a hacer ruidos y movimientos extraños, como si se estuviese ahogando. También empezó a vomitar sangre repetidas veces. Clarke y Venus se acercaron al chico rápidamente para saber que le sucedía.

—¿Qué demonios le pasa? —preguntó Bellamy.

—No lo se.

—¡Se está ahogando con su propia sangre, Clarke! —le gritó la líder, pero ya era tarde. El chico había parado y había caído al suelo. La rubia se acercó para tomar su pulso y comprobar si estaba muerto.

—¿Está...?

—Está muerto. —confirmó. Cogió una botella y se acercó a Finn— Toma. Alcohol. Trae la mano.

—¿Qué hacemos?

—Cuarentena. Reúne a todos los que hayan tocado a Murphy y tráelos aquí. —pidió la rubia.

—¿Y todos los que les hayan tocado a ellos?

—Por algo hay que empezar. Connor, ¿quién estaba contigo cuando lo encontrasteis? ¿Quién cargó con él? Piensa.

—La primera en llegar fue Octavia. —dijo el chico, preocupando a Bellamy, quien salió corriendo para buscar a su hermana.

—Tú abrazaste a Murphy —le dijo la líder a Venus—, así que también tendrás que hacer cuarentena.

—Clarke —se acercó a ella—, no vas a decirme que hacer. Me encuentro bien y no tengo llagas ni ningún síntoma, así que no pienso quedarme encerrada a no ser que esté a las puertas de la muerte.

—Bien, pues entonces ayúdame con los que se contagien, ¿de acuerdo? —y la chica asintió.

A los minutos llegó Bellamy junto a Octavia para que la examinaran. Clarke iba a hacerlo, pero Venus la frenó.

—Yo lo haré.

Cogió una especie de linterna y se puso a examinarla.

—Muy bien, ya está. —le dijo a su amiga— No hay señales de llagas ni de sangrado.

—¿Dices que no lo tiene? —preguntó Bellamy un poco más aliviado.

—Digo que no tiene síntomas, solo por ahora. Tiene que quedarse, por si acaso.

—Ni hablar. —se negó su hermano— Mira este sitio. Enfermará solo por quedarse.

—¿Quieres evitar que se propague o no? —le preguntó esta vez Clarke— La pondré en el nivel tres con los que aún no muestran síntomas. Así evitaremos que vuelva a salir del recinto.

—Que te den, Clarke. —respondió Octavia.

—Te avisaré si hay cambios. —la ignoró. Octavia iba a subir las escaleras, pero la rubia la paró— Octavia, espera. Necesito que vuelvas a salir. Tienes que ir junto a Lincoln para ver si hay alguna cura.

—Está bien. —asintió ella.

—Pero irás con Venus, por si acaso.

Las dos amigas asintieron y salieron sin que Bellamy las viese para ir a la cueva donde habían estado la primera vez.

—¿Qué tal vas con Lincoln? —le preguntó la pelirroja a la Blake por el camino.

Octavia sintió como sus mejillas se calentaban —Realmente bien. Me siento feliz cuando estoy con él.

—Te lo mereces, Tavia, mereces ser feliz. —se sonrieron— Y por el sonrojo de tus mejillas puedo deducir que ya os habéis unido en uno. —dijo lo ultimo con un tono de voz poético.

—Oye, no seas así, si ya lo sabes no hace falta que me lo recuerdes cada cinco minutos.

Las dos entraron en la cueva en busca del terrestre.

—¡Lincoln! —llamó Octavia— Lincoln.

El terrestre apreció con la respiración un poco agitada y se acercó a la pelinegra.

—Octavia. —dijo él comprobando que estuviera bien.

—Lo sabías. —dijo ella y Venus se sintió muy incómoda, estaba de mal tercio.

—Intenté sacarte de allí. ¿No viste la flor?

—La vi. Justo antes de encontrar al que nos mandasteis para infectarnos. Mueren niños, Lincoln. Clarke nos envía a buscar la cura.

—¿Nos? —pregunta el moreno confundido, sin percatarse de la presencia de la pelirroja.

—Hola, estoy aquí. Me alegro de que no te hayan matado, Lincoln. —le sonrió— Pero, volviendo al tema, ¿nos podrías dejar la cura, por favor?

—No existe la cura. —negó él.

—Perdona, ¿qué? —preguntó la líder confundida.

—¿Y dejarás que los míos mueran? —le preguntó Octavia— ¿Ibas a dejarme morir a mí?

—¿Y a mí? Creí que éramos amigos, Lincoln. —dramatizó la pelirroja aún sabiendo que ella era inmune.

—La enfermedad pasa rápido. Algunos son inmunes. Se usa para allanar el campo de batalla. No me sorprende que seáis de los fuertes.

—¿Campo de batalla? —dijo Octavia confundida.

—Atacarán al alba. —confesó el terrestre.

—Tienes que ayudarnos a salvarlos.

—No, no puedo. Lo intenté. Los míos me ven ahora como un traidor. —se negó.

—¿Por lo del puente? Solo trataba de preservar la paz.

—No es por el puente.

—Bueno, vosotros arreglad vuestros problemas de pareja mientras yo espero fuera. —interrumpió Venus saliendo de la cueva para poder esperar a Octavia.

—¿Es por mí? —escuchó a la Blake preguntar.

—No, Tavia, no, es por tu hermano... ¡Por quien va a ser! —dijo aunque nadie la escuchara.

—Ya no importa. —le respondió el terrestre— Me marcho, Octavia, ahora mismo. Quiero que vengas conmigo.

—Perdona, guapo, pero Tavia es mía. —murmuró la pelirroja.

—¿Adónde iremos?

—Al este. Al mar para cruzarlo. Hay un clan, aliados de los del bosque, nos llevarán.

—No puedo dejar morir a mi hermano ni a Vee, ella es como una hermana. —se negó la pelinegra.

—Pues que Venus venga. Y lo de tu hermano, ya nada puede impedir eso.

—Puedo advertirles. —trató de convencerlo.

—Octavia, te matarán. Si estás allí al alba-

—No, estaré. —lo interrumpió— Tú espérame aquí. Quiero irme contigo.

Octavia salió de la cueva y agarró el brazo de su mejor amiga para irse con ella al campamento. Venus paró en medio camino —¡Tavia, espera! ¿Enserio estás pensando en irte?

—Tengo una idea, tú solo sigue caminando.

Las dos siguieron hasta llegar a la entrada del campamento.

—Octavia y Venus volverán con la cura. —escucharon a Clarke.

—¿Qué cura? —la pelirroja y la pelinegra hicieron acto de presencia y la líder rio con amargura— ¡No existe una maldita cura!

—Pero los terrestres no usan el virus para matar. —continuó la Blake.

—¿De verdad? Díselo a esos. —su hermano señaló a dos chicos que había en el suelo, muertos— Te advertí acerca de volver a verle.

—Deja a tu hermana en paz, Bellamy. —saltó Venus en defensa de su mejor amiga— No puedes prohibirle hacer lo que a ti no te gusta. La pobre lleva toda su vida encerrada como para que ahora vengas tú y hagas lo mismo. Tienes que dejarla ser libre. Octavia ya es mayorcita como para saber lo que hace.

—Vee, gracias, pero no te preocupes. —la chica apoyó una mano en su hombro para luego ver a su hermano— Pues yo te traigo otra advertencia. Los terrestres se preparan. Atacarán al amanecer.

Octavia y Venus fueron hacia Finn, quien tenía a Clarke en su regazo, y se dirigieron hacia dentro de la nave.

—¿Qué tengo que hacer para evitar que entres aquí? —preguntó la rubia al chico.

—Curarte.

—Si no está enfermo ya, será que es inmune, como nosotras. —le dijo la Blake a la líder, tratando de tranquilizarla.

—Aquí. —le dijo John levantándose de una hamaca— Quédate en mi sitio.

La pelirroja se acercó a él y lo ayudó a sentarse en el suelo. Cogió un trapo y un cubo de agua y empezó a limpiarle, lo mejor que podía, su cara.

—¿Estás mejor, dorogaya? —le preguntó a su mejor amigo.

—Me encuentro mejor, pero siento que estoy podrido por dentro. —rieron un poco.

—Bueno, ya estabas podrido desde antes del virus. —bromeó.

—¿Qué más os ha dicho Lincoln? —preguntó Finn a las chicas.

—Que el virus no dura mucho. —respondió la Blake.

—Es verdad, me encuentro mejor. —afirmó John.

—Tienen que estar hidratados. —dijo Clarke tratando de incorporarse.

—Y tú la primera. —le dijo el castaño.

Murphy se levantó para ayudar a Octavia con los enfermos mientras Venus se acercaba a Clarke.

—Tenéis que salvaros. Marchaos de aquí, llevaos a los que estén lo bastante sanos.

—Si crees que existe esa posibilidad, es que no me conoces bien. —respondió Finn.

—Te conozco.

—¿Por qué siempre soy el mal tercio en todo? —dijo la pelirroja yendo junto a Murphy y Octavia.

—A este paso, cuando lleguen los terrestres, no quedará nadie para defendernos. —les dijo John.

—Eso pretenden. —comentó la pelinegra.

—Debemos retrasarlos. —dijo Finn saliendo de la nave.

—¿Y a este qué le dio? —preguntó la Blake.

—Y yo que se, chica, Finn es muy difícil de entender. —respondió su amiga.

❪ ... ❫

Venus salió de la nave para tomar un poco el aire. No se había dado cuenta de que ya era de noche. Miró como los pocos inmunes estaban de un lado para otro. Miró a Bellamy, quien se movía extrañamente, como si no pudiese hacerlo. Vio que se puso hablar con Jasper, pero algo con el Blake no estaba bien. Cuando el chico comenzó a irse, el pelinegro cayó al suelo desplomado.

—¡Bellamy! —gritó la pelirroja antes de acercarse corriendo al chico. Vio que Jasper trató de acercarse por lo que lo frenó— No, no te acerques, tienes que evitar contagiarte. Ve y busca a Finn, ¿de acuerdo? —el chico asintió y se fue— ¡Ayuda!

Dos chicos se acercaron a ella y la ayudaron a llevar al Blake hasta la nave. Cuando Octavia lo vio entrar, se acercó rápidamente a ellos.

—¿Bell? No. —dijo su hermana— Dejadle espacio. Tumbadle.

Tumbaron a Bellamy en el suelo y empezó a escupir sangre. Venus y Octavia lo pusieron de lado para que no se ahogase.

—Hola, hermano.

—Vas a estar bien, rey, no puedes morir, no puedes dejarme. —dijo la pelirroja acariciando su pelo.

—Tengo miedo. —dijo Bellamy con las pocas fuerzas que tenía.

—No dejaré que te pase nada, te lo prometo. —respondió su hermana.

—Es lo que te dije el día que naciste.

—Lo se, me lo has dicho como mil veces.

El Blake agarró una de las manos de Venus y con la otra agarró la de Octavia.

—Me alegro de que estéis aquí.

—Descansa un poco, ¿de acuerdo? —pidió su hermana— Vee se quedará aquí cuidando de ti, ¿verdad? —la mencionada asintió.

La Blake se levantó y fue a ayudar a los demás mientras la líder se quedaba con su rey.

—Reina, perdón por todo lo que te he hecho... —dijo él y la chica negó, pidiéndole que guardase fuerzas— Tenías razón, soy un monstruo...

—No, no, no lo eres. —negó ella rápidamente— Eres una persona maravillosa, rey, no eres ningún monstruo, ¿de acuerdo? Perdóname por haberte dicho eso, en verdad no lo pienso.

El líder entrelazó su mano con la de ella mientras comenzaba a dormirse. La pelirroja sonrió y comenzó a dejar leves caricias en su mano, viendo como el chico relajaba sus facciones.

—Parecéis una pareja. —dijo Octavia desde el otro lado de la nave.

Venus rio, pero no lo negó. Se sentía bien a su lado, se sentía a salvo, en paz. Sentía como cosquillas en su estómago cuando el le sonreía o cuando entrelazaba sus manos.

—No lo has negado. —le volvió a decir la Blake con una sonrisa.

—No te voy a negar algo que no quiero negar. —dijo ella sin mirarla.

Octavia rio ante sus confesión y volvió a su trabajo con una pequeña sonrisa. Poco a poco, Bellamy fue despertándose.

—Eh, eh. Despacio, con cuidado. ¿Qué tal te encuentras? —le preguntó la pelirroja ayudándolo a incorporarse.

Murphy llegó junto a ellos con un vaso de agua —Toma. —se la dio, pero el Blake la apartó bruscamente.

—Apártate de mi.

—Bellamy, estás enfermo, ¿vale? Solo intentó ayudar. Toma.

—Como sigas aquí cuando me cure-

Dorogaya. —lo interrumpió Venus— Yo me ocupo de él, ¿vale?

Murphy asintió y se fue de allí. La pelirroja cogió el vaso de agua y se lo dio.

—No se te quita la mala leche ni estando enfermo. —el chico le sonrió.

—Así te gusto. —respondió.

—Baja un poco tu ego, rey. —rio y ese sonido fue uno de los más bonitos que Bellamy había escuchado desde que estaba en ese maldito sitio de la muerte.

—¿Has visto a Octavia?

—Ha pasado toda la noche ayudando. Murphy le ha dado un descanso. 

—No me creo que te fíes de él.

—Pues lo hago, es mi mejor amigo. Además, todos merecemos una segunda oportunidad.

—Pronto amanecerá. Deberíamos meternos todos aquí. Si cerramos la puerta, tal vez crean que no estamos. —dijo refiriéndose a los terrestres.

—No todos están enfermos.

—Mejor enfermar que morir.

—No crees que Finn y Jasper logren su objetivo. —dedujo la chica.

—¿Tú sí?

—Iré a por los demás. —y se levantó, sin siquiera responder la pregunta del pelinegro.

❪ ... ❫

Venus había salido fuera para comprobar cómo estaban los demás adolescentes hasta que un gran estruendo llamó su atención. Miró al cielo para ver cómo salía humo de allí, lo que sólo significaba una cosa, Jasper y Finn lo habían conseguido.

No se dio cuenta de que Clarke y Bellamy se habían puesto a sus lados hasta que el Blake habló:

—Lo han conseguido. —dijo.

—"Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos". —murmuró la rubia, haciendo que la pelirroja y el pelinegro la mirasen— Es de Oppenheimer, el que construyó la primera-

—Ya se quien era Oppenheimer. —interrumpió Bellamy.

—Yo no. —respondió Venus con una pequeña sonrisa.

—¡Allí! Son ellos. Abrid la puerta. —gritó una chica anunciando la llegada de Finn y Jasper.

Cuando entraron no tardaron en ser recibidos por aplausos y felicitaciones por parte de todos los adolescentes, pero la pelirroja tenía una pequeña mueca en su cara, tenía un muy mal presentimiento y sentía que algo malo iba a pasar.

Pero quién pensaría que por culpa de eso perdería a dos personas a las que consideraba importantes en su vida.

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