·Página Uno - Capítulo Uno - Tsukasa Tenma Kagamine·
CAPÍTULO UNO
Tsukasa Tenma Kagamine
Se oían gritos afuera.
Tsukasa giró la vista, y observó la tensa cara de Toya, quien fruncía el ceño, observando la gran multitud que se encontraba frente al palacio presidencial de Akuninaru. Al cabo de unos instantes, este le devolvió la mirada.
"Toya..." murmuró Tsukasa. "Entrarán en el palacio...?"
Toya le frotó el pelo, tratando de tranquilizarle, cosa que usualmente funcionaba, pero no ahora.
Viendo que Tsukasa seguía intranquilo, Toya no pudo hacer más que contestar a su pregunta.
"Lo dudo, están iracundos, y con toda la razón, peroseguro que no entrarían en el palacio." suspiró, empezando a ponerse nervioso él también. "Y, si de hecho sí que entraran, irían a por Padre, dudo que-"
Tsukasa le tiró de la manga.
"Dudas que qué?" Toya siguió en silencio. "Dudas que nos mataran a nosotros también, Toya?" aventuró.
"Debo hacer algo, urgentemente." farfulló, sus manos temblando.
Toya le frotó la cabeza de nuevo, y se marchó.
Pasaron pocos segundos antes de que, tras la esquina del corredor, se escuchara el suave tintineo de decenas de campanillas, que delataban la presencia de la persona que allí estaba.
"Saki... Las campanillas te delatan, lo sabes, cierto?" murmuró el rubio, con la voz preocupada que le era común en esos últimos días de revueltas por todo el país, en contra de la guerra.
La traviesa cara de Saki Tenma Kagamine se asomó tras la columna de madera de ébano.
Al mover la falda, las campanillas volvieron a sonar.
"Sí... es verdad lo que dijo Toya... o deberíamos escapar de palacio?"
Tsukasa se encogió de hombros, su mente en un barullo interno que no mostraba exteriormente.
"Esperemos que no... ya veremos qué dice Padre..."
Saki corrió hasta donde se encontraba, y le abrazó fuertemente.
"No quiero marcharme de aquí... porqué Padre tuvo que empezar la guerra con Satralis, Tsukasa...?"
Casi como había hecho Toya, Tsukasa permaneció en silencio, sin saber muy bien qué contestar para responder la pregunta.
"Realmente... No lo sé, Saki, simplemente no lo sé... Las razones... Deben de saberlas solo Padre y Gakupo-sama."
Ambos siguieron mirando la multitud enardecida por los grandes ventanales.
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