·Página Uno - Capítulo Once - Ena Shinonome Hitachiin·
CAPÍTULO NUEVE
Ena Shinonome Hitachiin
"Akito..."
La voz de Ena, que habitualmente sonaba dura y grosera cuando hablaba con Akito, era ahora tan solo una sombra de lo que solía ser.
La voz sonaba aterciopelada, mientras intentaba consolar al pelinaranja, quien, postrado en su cama, hundía la cara en el cojín, ahogando sus gritos de furor y dolor.
"Akito, porfavor, cálmate..." suplicó Ena. "Sé que es dificil aceptarlo... pero no podemos hacer nada..."
El bulto que era el pelinaranja se movió, cubierto por las sábanas de la cama, y apartó las telas que lo cubrían.
Sus ojos llorosos, y sus mejillas sonrosadas, conmovieron a Ena, quién se sentó a su lado.
"Yo-" hipó Akito. "Tengo que hacer algo..."
Ver en ese estado a su hermano asustaba a Ena. Akito no era propenso a mostrar sus emociones, menos aún a llorar, especialmente frente a ella.
Qué haría yo si casaran a Mizuki con otra persona...? No lo tenía claro. A ver... actuaría así, seguro, pero yo- es más probable que sea yo quien actúe así, que Akito...
"No, Akito... Nosotros no podemos, tú no puedes. Akito... Son las leyes de nuestros países." su voz volvía a ser firme y dura, mas no para reprimendarle, si no para ser la persona 'estable' y 'madura', que llevara la situación a buen puerto. "Desde hace años, tras las Nueve Revoluciones de Shonen Ai, se prohibieron muchas cosas... entre ellas, el divorcio."
Akito frunció el ceño.
"Sí, eso sí, pero... para el futuro heredero de Akuninaru también...?" su voz temblorosa no hacía más que confirmar cómo se sentía. "Quiero decir, como la más alta nobleza, no tendríamos privilegios de los que no dispone el pueblo llano?"
"No, el divorcio fue dictaminado como prohibido para todos. Y aún si se pudiera... no se irían a divorciar apenas un día tras la boda, no lo crees, hermanito? Generaría sospechas y controversia."
Akito estaba esforzándose por contener las lágrimas, pero le estaba costando, y era bastante notorio.
"Tal vez si- Mafuyu no podía complacer a Toya de- esa forma- tal vez eso..."
Una mueca de asco turbó la expresión de Ena.
"Primero- porqué demonios dirías una asquerosidad así? Y segundo, es un matrimonio de conveniencia. No les importa su felicidad, si no los reinos."
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