·Página Seis - Capítulo Uno - Tsukasa Tenma Kagamine·
Entonces, salió de la habitación, asegurándose de cerrar silenciosamente la puerta, con tal de no molestar. Al cabo de dos segundos, volvió a abrirse, mostrando a Toya.
"Eso sí, Tsukasa... Creo que igual deberías irte a dormir." pareció ponerse tenso repentinamente. "Sí, mejor haz eso... Ahora apagaré la luz, ve a la cama, que es tarde."
Tsukas aintentó protestar sobre que tan solo era mediodía, pero Toya no le dejó la oportunidad de hacerlo, y se marchó, aunque esta vez la cerró demasiado fuerte, y se oyó una queja en la habitación del fondo del pasillo, inequívocamente la habitación de Saki, quién probablemente estaba teniendo una sesión de 'escuela', por eso estaba su maestro en la habitación. Tsukasa apagó la luz, pero, al pasar diez minutos, aún seguía plenamente despierto, y, aunque ya no tan preocupado, seguía pensando en Rui.
Impulsivamente, una mano empezó a bajar por su cuerpo, hasta llegar a la entrepierna.
Emitió un gemido, mientras su mano, impulsivamente, empezaba a frotárselo, casi sin darse cuenta realmente de lo que hacía.
Otro gemido. Y varios más.
Siguió frotándose el pantalón, donde suponía que debía hacerlo para sentirse bien.
Así siguió varios segundos más.
Entonces, empezó a sentirse cálido por dentro.
Horrorizado por lo que podía pasar a continuación, dejó de frotarse, y rápidamente se dio cuenta de lo que había estado haciendo.
Empezó a temblar.
"Qu-qué estaba...?" un bostezo le interrumpió.
Se cubrió con la manta, avergonzado por sus actos. No sé ni comportarme cuando estoy solo... cómo voy a hacerlo en público?
"Si- si no hubiera parado..." se sonrojó, de repente pensando que igual no habría estado tan mal acabar.
Pero si Rui... si Rui supiera lo que estaba haciendo... tragó saliva, imaginando lo que hubiera dicho el pelimorado.
Oyó un sonido. Estaba dentro de la habitación.
Se levantó de golpe. Miró a su alrededor, y vio que la puerta, de hecho, estaba abierta, pero quien fuera que había hecho el sonido seguía dentro. Tsukasa cogió una estátua de mármol que tenía en una estantería, y encendió la luz.
"Saki...!?" exclamó.
La otra sonrió, tímidamente, como si se tratara de un juego.
Rápidamente, Tsukasa se preguntó cuanto debía haber visto- u oído- su hermana. No le hizo falta preguntárselo.
"Así que... estás enamorado de Rui Kamui Megurine, eh...?" interrogó. Sonrió, malvadamente. "Más te vale ofrecerme algo, o Padre oirá de esto."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro