·Página Seis - Capítulo Ocho - Rui Kamui Megurine·
"A-aah- Tsukasaa-"
Los gemidos de Rui excitaron a Tsukasa, quien empezó a mover sus caderas, que excitó simultáneamente a Rui.
"Porfavor, Tsu-Tsukasa..." farfulló el pelimorado. "Sigue- no pares..."
La pasión se apoderó de ambos, que dejaron todo razonamiento lógico de lado, así mismo con la discreción.
Si alguien de alguna forma les oyó, tuvieron el detalle de no interrumpirles, y brindarles privacidad.
Tomando provecho de las cicrunstancias, ambos se entregaron en cuerpo y alma el uno al otro.
Tsukasa siguió embistiendo a Rui de forma rítimica, suavemente, con todo el cuidado en el mundo, para no herir al pelimorado.
"Te amo, Rui-" jadeó Tsukasa, acariciándole el pelo. Su mano bajó lentamente por la frente de Rui, hasta llegar a sus pómulos, que para este punto parecían estar en estado de ebullición.
Tsukasa, lentamente, sacó su miembro, con cuidado de no hacerle daño a Rui, o a si mismo.
"Rui... te importaría cambiar de posición...?" preguntó Tsukasa. "Quisiera poder verte la cara también..."
Rui asintió, sintiendo el pecho cálido, e hizo como le decían.
Tsukasa volvió a metérselo, más rápidamente, y Rui pareció disfrutar de la brutalidad.
"Si lo quieres más duro, solo tienes que decirlo..." Tsukasa se inclinó hacia Rui, plantándole un beso en los labios.
"Pues hazlo más rudo. Empiezo a entender porqué lo quisiste así la primera vez que lo hicimos."
Los jadeos y gemidos de ambos se mezclaron, sus cuerpos trabajando simultáneamente, sumiéndolos en el placer de estar uno junto al otro, haciendo el amor.
"Bé-bésame de nuevo-" farfulló Rui, sin poder mirar ya siquiera al rubio. Trataba de contener los gemidos y los deseos que ocultaba, mas alguno que otro salía.
"Como tú quieras, cariño..."
De nuevo, sus labios se unieron. Esta vez, Tsukasa introdujo su lengua en la boca de Rui, encontrándose con su lengua.
Rui se apartó, riendo como podía.
"No lo hab-había hecho nunca-" su cara enrojeció, y la de Tsukasa también. "Tsukasa- me veng-"
Sus fluidos ya habían salido, y se encontraban sobre el pecho de Tsukasa, cayendo lentamente.
Pocos segundos más tarde, a Tsukasa le sucedió lo mismo.
Ambos se tiraron sobre la cama, abrazados. Rui no podía dejar de sonreír.
"No creo que pudiera vivir sin tí, Tsukasa..."
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