·Página Dos - Capítulo Siete - Tsukasa Tenma Kagamine·
Tsukasa realmente quería sentirse sorprendido, y horrorizado, pero le fue imposible. Estaba demasiado acostumbrado a que Emu hiciera lo que le pareciera, sin más.
"Por el amor de Kish, Emu." susurró, esforzándose lo más posible por no echarse a gritar en mitad de una plaza. "Eres una maldita psicópata! Has matado a dos personas inocentes!"
Emu sonrió, con sorna.
"Y encima te parece gracioso!? Eres una loca, debería decírselo a las autoridades! A-"
"Qué, quieres 'delatar' a la hija de un conde que es la futura jefa del SS? Ay, amigo mío, Madame Shiraishi haría lo imposible por evitar que yo me metiese en problemas..."
Tsukasa arremetió contra el muro de la fuente de la plaza, ofuscado por la ira que le consumía.
"Y para qué harías eso, loca desquiciada? Porqué matarías a dos personas que no te hicieron nada?"
El semblante de Emu pasó de ser jocoso, con rastros de orgullo y soberbia, a uno apenado, y preocupado.
"Eran espías para Satralis. Recuerda, soy la segunda al mano en el SS, y futura jefa. Tengo acceso a toda la información que quiera. No eran trigo limpio." el holograma le miraba fijamente a los ojos. "Sospechamos que iban a raptarte. Igual iban a mantenerte preso, recluso en algún lugar de Satralis, con tal de después intercambiarte a cambio de información- o de su retirada definitiva del territorio de Satralis."
Tsukasa intentó asimilar toda la información que Emu le acababa de brindar.
Emu sonrió.
No muy convencida.
"O sea..." empezó Tsukasa. "Tratas de decirme que dos de mis amig- compañeros más próximos desde... siempre?, eran en realidad espías para el país enemigo, que trataban de abducirme y tratarme como moneda de cambio!?"
Emu sonrió, su demasiado-característica sonrisa apareciendo. Para ese momento, a Tsukasa se le había hecho ya grotesca, y sinónimo de tragedias por ocurrir.
"Emu... hazme un favor..." murmuró Tsukasa.
Emu ladeó la cabeza, emanando curiosidad por todos los poros de su piel.
"Síi...? Qué es lo que necesitas?"
Tsukasa se revolvió, encontrándose en una situación incómoda en la que él mismo se había metido.
"Necesito- bueno." titubeó, tratando de encontrar las palabras que utilizar ante esa cosa rosa hiperactiva. "Te ordeno, como hijo del presidente de Akuninaru, y como tu superior, que discutas una posible al- alternativa ante el conflicto- habla con Madame Shiraishi."
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