·Página Dos -Capítulo Once - Ena Shinonome Hitachiin·
Akito bajó la vista, tratando de esconder su cara, aún sonrosada por el llanto.
Miró varios segundos a Ena, antes de desviar de nuevo su mirada, como tratando de hacer que ella siguiese hablándole, sin realmente conseguirlo.
Ena, siendo densa como ella sola, no pareció darse cuenta de lo que Akito deseaba.
Finalmente, tuvo que ser el pelinaranja quién hablara.
"Ena- segura que no hay nada que yo pueda hacer?"
Ena se encogió de hombros.
"Para romper su matrimonio, según yo lo veo, no." pensó varios segundos, y halló una respuesta que tal vez le convenciera. "Aunque no hay porqué romperlo, si os veis a pesar de que él está casado..."
Ahora sí que había captado la atención de Akito.
Sus ojos brillaban ante la prospectiva de ver de nuevo a Toya.
"Y Mafuyu no parece muy contenta con el matimonio... seguro que no le importaría ayudarle a Toya..."
"Y siempre puedo tratar de convencerla, si no estuviese a favor..."
Akito se levantó de la cama, y la abrazó, casi ahogándola.
"Gracias..." susurró.
Ena trató de devolverle el abrazo, pero Akito le impedía moverse.
"A-Akito, súeltame- o no te ayudo-"
El pelinaranja inmediatamente la soltó. Ena sonrió maliciosamente. Ya tengo algo con lo que tenerle controlado...
Akito le sonrió de nuevo, y fue brincando hasta su baño, a lavarse la cara, para verse presentable, imagino... Hacía tiempo que no me abrazaba... menos aún sonreírme. Esa sonrisa tan- no se le ocurría una palabra que describiese la antinaturalidad de la sonrisa de Akito.
Ena también salió de la habitación, dirigiéndose a su habitación, el único sitio del palacio por el que se dignaba a aparecer.
Suele ser una persona tan seca, tan poco amistosa, tan- tan Akito... Pero cuando se trata de Toya, no hay nadie que le pueda importar más... Muestra sus emociones, sus sentimientos- rió, aliviada, sabiendo que su hermano tenía a alguien que le hacía tanto bien a su lado. Toya no sabe la suerte que tiene, cuando se trata de Akito...
La puerta de su habitación le invitaba a entrar en ella.
Esa habitación era su hogar. Un espacio acogedor, donde se sentía segura, si esque se sentía segura en algún lugar del mundo.
A parte de junto a Mizuki...
Mizuki. Mizuki es mi Toya.
* * *
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