Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

·Página Dos - Capítulo Nueve - Mizuki Kamui Megurine·


Mizuki apagó el aparato.

No necesito causar más problemas. No necesito ser una molestia de nuevo. No necesito que se quejen de que lo soy. No necesito que me aparten, que se rían de mí, de nuevo. No nece-
Alguien abrió su puerta.

Ella hubiese sido la heredera de Kamui-sama, de no ser por renegar de el género que le habían asignado sus padres, los médicos que le alumbraron al mundo, y del que también la sociedad le había impuesto.

Si yo no fuese un bicho raro, una persona tan-

"Mizuki."
Su cabello rosa pálido revoloteó al ella girar la cabeza, dándole sin pretenderlo a quien le había sacado de su 'trance'.

"Mizuki, te encuentras bien?" murmuró de nuevo la persona en cuestión.

Una persona que conocía prácticamente desde su nacimiento, y junto a Rui y sus padres, la única otra persona con la llave a sus aposentos.

Minori Hanasato era una chica con un físico y un cuerpo delgado, a parte de la cara, donde conservaba aún mofletes propios de un recién nacido, y casi siempre sonrosados.

Sus ojos gris claro, que habitualmente estaban llenos de pura alegría y felicidad innata, ojos que podían iluminar una habitación entera por los destellos y la luz que emanaban, ahora se encontraban turbados, preocupados por Mizuki.

Su pelo marrón, que cuidaba constantemente con tal de sentirse mejor, caía lacio alrededor de su cabeza, exceptuando los mechones que nunca conseguía domar, y que siempre despuntaban por todas partes, cosa que hacía reír a Mizuki.

En este caso, llevaba unos lazos violetas y blancos sujetos a la trenza que llevaba, además de un vestido también violeta y blanco, con delgadas líneas negras en la base, justo por encima de los volantes que coronaban la parte inferior del vestido.

Simple dentro de lo que cabía, mostrando su posición económica y social como hija de la encargada de los sirvientes del palacio, posiicón que había posibilitado que Mizuki y ella se conocieran desde que nacieron, prácticamente.

Minori la miraba, su cara torcida en una expresión de preocupación. "Mizuki... no pareces estar-"

"Puedes dejarme en paz? Si piensas que estoy mal, pues márchate!" le espetó la pelirrosa.

Minori, en el más profundo silencio, se sentó a su lado. Siguió sin hablar. Mizuki sabía lo que estaba sucediendo, y aunque deseaba que la dejaran en paz, apreció que Minori no la dejara sola.

Al cabo de varios instantes de silencio, Mizuki se tumbó sobre Minori.
"Gracias, Hanasato..." suspiró.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro