·Página Cuatro - Capítulo Siete - Tsukasa Tenma Kagamine·
Tsukasa quiso gritar, pedir auxilio, pero, notando como se quedaba sin oxígeno, no quiso malgastarlo.
"Nosotros no te educamos así, Tsukasa! Como es que ahora haces lo que te viene en gana?" le espetó el peliazul.
Sus ojos transmitían la pura furia y el odio que sentía hacia su hijo. Se había asegurado de que se encontraban escondidos por los árboles al lado de la fuente, donde nadie les vería.
Tsukasa ya no podía respirar. Kaito lo notó, pero alargó su agonía unos segundos más, antes de dejarlo caer.
Tsukasa jadeó, como un perro sediento, recobrando el oxígeno que necesitaba.
"Contéstame, Tsukasa! Qué haces aquí, sin cubrirte la cara, juntándote y mezclándote con el pueblo llano?"
Tsukasa estaba al borde de las lágrimas, y aunque intentó no llorar, le fue inevitable.
Una mueca grotesca de desprecio e ira reemplazó lo que había sido la expresión del dictador.
"Y ahora lloras, Tsukasa? Los hombres de verdad no lloramos, eso solo lo hacen los débiles estúpidos y las mujeres."
Tsukasa seguía en el suelo, asimilando el giro que acababa de tomar su vida, y lo que podría suceder a continuación.
"Lévantate ya, cobarde!" Kaito echaba humos, asustando a Tsukasa más de lo que ya estaba.
Kaito lo levantó del suelo, cogiéndole del pelo y del cuello, hasta dejarlo de pie de nuevo.
"Deja de hacer el ridículo, que no eres un bufón. Por el amor de Kish, eres un maldito miembro de la familia presidencial!"
Tsukasa sintió como la furia crecía en su interior, y explotó.
"Te atreves a considerarte un presidente? Solo eres un tirano cobar-"
De nuevo, sintió el dolor en su pómulo derecho.
Kaito estava lívido.
Rojo.
"Nunca me vuelvas a hablar así. Queda claro, desgracia de humano?" dijo el peliazul, parafraseando. "A menos que quieras vivir en la calle, y morir solo, sin nadie a tu lado."
Lo cogió del brazo, tras cubrirle con una capa con capucha como la suya, y lo empezó a arrastrar por las sucias calles de Kurushimi.
Tsukasa estaba en shock.
Acababa de contestarle mal a su padre. Acababa de llamarle un cobarde, y un tirano.
Y no se sentía arrepentido. Estaba asustado, cagado, e hiperventilando, pero en el fondo, se sentía orgulloso.
Me pregunto que diría Rui si hubiera visto esto...
_________________________________________________________
Vale, no sé qué demonios es esto.
Me apetecía comunicarme también por aquí, e igual, si no os molesta mucho, podría hacer esto en las siguientes páginas, igual haciendo algún comunicado, o a saber el qué.
Ups, se acaba de ir la luz. Es la lluvia. Denle las gracias a la DANA.
Entonces, ahora lo conecto, y arreglado.
Ya está, bueno, hasta ahora!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro