·Página Cinco - Capítulo Dos - Rui Kamui Megurine·
"Soko ni wa!" oyó gritar.
Miró a su alrededor, horrorizado por si le habían descubierto. En cuanto miró detrás suyo, supo de donde había venido el grito.
"Ichi, ni, san, miotori suru!"
Sintió un dolor agudo, pero potente, a la altura de su pecho. Miró hacia abajo, antes de desfallecer, y vió una gran herida de bala, y la sangre saliendo a borbotones.
"Motto sagashi ni ikimashou..."
Fue lo último que oyó, y colapsó, cayendo al suelo, y dejó de respirar.
Entonces, despertó, de vuelta en su habitación, su respiración y los latidos de su corazón yendo a mil.
Se levantó de la cama, y abrió su interfaz personal. Miró la hora, y palideció. Salió corriendo de su habitación, aún a medio vestir, y se chocó contra Mizuki, quien volvía de la reunión.
"Madre mía, Rui, qué te pasa? Pareces una bala." le preguntó Mizuki, asombrada ante su velocidad.
"Porfavor, si Kamui-sama te pregunta a donde he ido, dile que me he ido a Salzberg, a relajarme- a relajarme por todo esto de la guerra..."
Mizuki pareció emocionada de repente.
"No me digas que... Que vas a quedar con Tsukasa en Salzberg, Rui... De verdad...?" cuchicheó, radiante. "A la vuelta, te lo suplico, cuéntame todo. Pero todo, todo!"
Rui, medianamente molesto por la actitud de Mizuki, aisntió, y salió disparado hacia su baño personal.
Ya allí, se sacó la ropa de encima, y la dejó sobre el taburete de madera que había al lado del yacuzzi.
Desnudo, observó su cuerpo, todo sudado, y, sin dudarlo, se metió en el gran baño termal interior que tenía. Se bañó rápidamente, y después se metió en la ducha, y enjabonó todo el cuerpo, especialmente el miembro, queriendo ser previsor.
Entonces, se lavó el cuerpo con el agua, rociándolo, y se envolvió en la toalla que había dejado en otro taburete.
Se dirigió al espejo que coronaba una de las paredes, y empezó a lavarse los dientes, la cara. En fin, a prepararse para su reunión con Tsukasa.
"Ruiii... Dice Kamui-sama que vuelvas antes de mañana por la noche, sabes...?" Mizuki entró en el baño, saltando felizmente.
"Mizuki... Me estoy preparando, sabes...?" suspiró Rui. "Para... bueno, la 'cita', como le llamarías tú, supogo..."
Mizuki corrió hasta él, y le abrazó.
"Ayy... cómo me alegro por tii..." su sonrisa cegó a Rui, demasiado acostumbrado a la oscuridad de su laboratorio.
"Mizukiii..." se quejó, mientras ella le ahogaba con su abrazo. "Usas lejía para lavarte los dientes, o algo así...?"
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