Capítulo 10.
Entrenamiento Parte: 2.
No hace mucho acababa de terminar una misión impuesta a ella por una persona bastante extraña.
Aiz fue a recibir su recompensa, la cual se encontraba en unas bóvedas de gnomo.... Las bóvedas llenas de montones de joyas rojas, azules, verdes y moradas, anillos de oro y plata, cuernos decorativos de unicornio. Así como varios grimorios listos para usar.. Había dejado a Aiz sin habla.
Ella solo podía adivinar el valor del contenido.
La rubia había decidido contribuir con la preparación de su familia para la próxima expedición.
El día de hoy, unos tres días después de completar su misión... Aiz se encontraba paseando por los pasillos de la sede de su familia.
La rubia se ladeo levemente permitiendo que un borrón rojo pasara de largo hasta estrellarse contra una pared.
Aizu-tan, eres tan mala-- la diosa Loki hablo mientras lloraba de forma cómica.
Aiz miró de forma estoica a la diosa.
Te tengo una misión sumamente importante-- habló Loki.
****
Ella se detuvo en la mitad de un jardín y vio el edificio enfrente suyo por un momento.
La rubia reanudó su caminar y se dispuso a cumplir con su encomienda.
Ella camino tranquilamente, pasó por la puerta principal y el vestíbulo del Gremio.
En ningún momento sus ojos se desviaron de su objetivo.... Una Semi-Elfa la cual se encontraba detrás de un mostrador.
¿Sra.Wallenstein?-- la Semi-Elfa habló con algo de intriga.
Aiz asintió levemente antes de saludar a la Semi-Elfa.
La Semi-Elfa de nombre Eina Tulle vio momentáneamente a Aiz antes de aclararse la garganta y hablar.
¿Que necesita?-- pregunto Eina.
La rubia se quedó callada unos instantes.
Es sobre.. Bell Cranel-- habló Aiz con su típica seriedad.
En contraste, Eina golpe sus manos fuertemente contra el mostrador mientras se acercaba lo más que podía hacía Aiz.
¿¡Le pasó algo a Bell-kun!?-- pregunto/grito Eina.
Los ojos de Aiz se abrieron a más no poder mientras veía a la preocupada asesora.
Antes que el mal entendido se agrave, Aiz negó con fuerza.
Eina asintió antes de suspirar con pesar.
Le he repetido mil veces que es demasiado pronto para que se aventurero al 10° piso y superiores pero no me hace caso... Apenas y va a cumplir un mes siendo aventurero-- habló Eina con pesar sin darse cuenta que habló demás.
¿Décimo piso? ¿Menos de un mes?... Esas preguntas rondaban la mente de Aiz.
Alcanzar el décimo piso en menos de un mes era un logro notable... No mejor dicho era insano, no debería ser posible.
Aiz quería saber más... Ella quería saber como alguien podía progresar tanto en tan poco tiempo.
Aun así ella decidió cumplir con su encomienda primero.
Realmente me gustaría hablar con él para discutir cierto asunto-- habló Aiz.
Eina asintió.
Aiz estaba apuntó de pedir información acerca de dónde se encuentra la vivienda de Bell.
Pero de un momento a otro la rubia vio a la Semielfa mirar por encima de su hombro.
Aiz al ver que la Semielfa no dejaba de mirar por encima de su hombro, está volteo con curiosidad.... Al hacerlo vio una cabellera blanca que ella conocía.
La rubia vio a Bell caminar con tranquilidad hacia donde estaban ellas dos.
La semi-elfa vio a Bell unos segundos antes de aclarar su garganta y hablar.
Bell-kun..... Hasta hace unos momentos estaban preguntando por ti.... Y bueno, le gustaría saber si le permitirías unos minutos de tu tiempo-- habló Eina mientras señalaba a Aiz.
El peliblancos volteo a ver a Aiz.
¿Deseas hablar conmigo?-- pregunto Bell.
Aiz asintió con simpleza.
Bell dio un ligero asentimiento antes de darse la vuelta y empezar a caminar.
Aiz miró por unos instantes la espalda de Bell antes de empezar a caminar y alcanzarlo.
****
Los dos salieron del Gremio y caminaron hasta un banco donde tomaron asiento.
Aiz vio a Bell por unos instantes... En estos momento ella lamentaba su poca habilidad social... Ella no era buena para iniciar una conversación.
¿De qué querías hablar?-- pregunto Bell.
Ante la pregunta de Bell, Aiz agradeció mentalmente.... Sobre su hombro una Mini Aiz suspiro en alivio al no tener que pensar en cómo iniciar la conversación.
Loki quería saber si le venderías alguna botella del licor que le diste la otra vez-- habló Aiz de forma tranquila.
Aiz miró nerviosamente a Bell el cual se quedó unos momentos callado antes de asentir y posteriormente hablar.
Esta bien... 35 millones de valís, dile que ese es el precio... También dile que prácticamente se lo estoy regalando a ese precio--- habló Bell con tranquilidad.
Aiz se quedó totalmente callada, con la boca abierta mientras procesada esa cantidad de dinero.
Aiz estaba tan perdida que no pudo ver como Bell sonrió ligeramente.
O también dile que acepto un intercambio--- habló Bell con una sonrisa.
Al oír la voz de Bell, Aiz al fin regresó a la realidad, está vio a Bell con curiosidad.
¿Intercambio?-- pregunto Aiz con duda.
Si... Dile que si transfiere a una linda espadachín rubia de ojos dorados, de su familia a la mía le puedo dar una botella de licor mil veces mejor que la que probó la anterior vez-- habló Bell con una sonrisa.
Aiz asintió levemente.
La rubia se perdió nuevamente en sus pensamientos.
Una expedición esta cerca.. No creo que ella gaste tanto dinero en licor en este momento.... Probablemente acepte el trato de transferir a alguien a la familia de él... Solo debe ser una.... Espadachín... Rubia... Ojos Dorados-- pensó Aiz con calma antes de darse cuenta de algo.
En la mente de Aiz una Chibi Aiz estaba señalando su espada, después señaló su cabello y después sus ojos..
Aiz se quedó totalmente congelada mientras sus ojos sea abrían en gran medida al terminar de procesar la información.
La mirada de la rubia callo al piso.
No creo que me cambie por una botella de licor....... Eso creo--- habló Aiz con cierta seguridad.
Aiz tenía su autoestima tan bajo como para considerar que el cambiarla por una botella de licor era un buen trato.
Mientras Aiz estaba en un momento Emo, ella no vio, ni oyó a Bell reírse.
Aiz estuvo callada unos segundos... Mismo tiempo que Bell se mantuvo en silencio.
La rubia miró fugazmente a Bell.
Aiz quería seguir hablando, aprender más sobre él y escuchar su voz de nuevo. Sin embargo, ella sabía que su tendencia a usar la menor cantidad de palabras posible era un problema. Los dos no podrían hablar sin un tema en común. Aiz no podía hablar
como Tiona o sus otros amigos.
En ese momento.... Ella se encontró con una idea.
He oído que estás trabajando duro, en tu exploración del Calabozo-- habló Aiz ligeramente.
Aiz rezaba mentalmente porqué su intento de avivar la conversión diera frutos.
Bell ladeo ligeramente su cabeza.
Cuando pregunté por ti, tu asesora pensó que te habías lastimado-- habló Aiz.
Aiz nuevamente apretó sus puños con fuerza... Ella era mala para comunicarse..
Bell rio ligeramente.
Aiz escucho la risa de Bell... Ella rogaba internamente porque no se este riendo de ella.... En ese momento una chibi Aiz apareció en su hombro.... Dicha chibi Aiz se encontraba abrazando sus rodillas.
En sus propias palabras..... "Le pasó algo a Bell-kun, le he repetido mil veces que es demasiado pronto para que se aventurero al 10° piso y superiores pero no me hace caso"-- habló Aiz.
Aiz nuevamente habló...
Su compañero se mantenía en silencio.
La rubia ahora entendía lo que sus demás amigos y conocidos debían sentir cuando ella se mantenía callada.
Aiz se sentía muy mal... No le gustaba esta sensación de hablar sola y no recibir respuesta.
Desde mi punto de vista, al parecer quería desahogarse-- habló Aiz ligeramente.
Aiz poco a poco fue rodeada por un aura emo.... Ella ya había estado hablando sin recibir respuesta.
¿Acaso no era interesante?... ¿No quería hablar con ella?.... El autoestima de la rubia estaba por los suelos.
Si.... La hago trabajar mucho, cada tanto le pido autorización para un nuevo piso y ella me bombardea de información.... Es una gran asesora-- habló Bell con una sonrisa.
La rubia se iluminó en ese momento.
Al recibir una respuesta esta sintió un gran pesó salir de sus hombros..
En ese momento ella se dio cuenta de algo.
El no había negado llegar al 10° piso.
Ya has alcanzado el 10º piso...... increíble--- habló Aiz mientras veía a Bell de forma analítica.
Aiz quería saber cómo un aventurero novato había crecido hasta el punto de poder mantenerse en el piso 10 en tan poco tiempo.
¿Qué pasa si este chico tiene un secreto que lo ayuda a crecer?
Como estoy ahora--- pensó Aiz.
Las visiones de la mujer pelirroja (Revis) volvieron a aparecer en el fondo de su mente.
Ella pensó en el viaje al aún inexplorado 59° piso.
No había forma de saber lo que le esperaba, solo que enfrentaría una serie de nuevos desafíos. No era una corazonada, sino una garantía.
Lo más probable es que Aiz tuviera que llevar a sus amigos y familiares a batallas feroces y en constante aumento. Ella necesitaría ser más fuerte que nunca
Lo único que ella no quería era arrepentimiento.
Ella no quería perder nada.
Y para llegar aún más alto.
Incluso después de alcanzar el Nivel 6, sus experiencias en el piso 24 solo reforzaron esos deseos.
Es por eso que ella quería saber.... El secreto de su crecimiento... Su potencial... La verdadera fuerza de este chico que ha mejorado drásticamente en casi nada de
tiempo.
No es la gran cosa... Necesite la ayuda de muchos para eso..... ¡Mi objetivo sigue estando completamente fuera de mi alcance!--- habló Bell.
La voz de Bell sacó a Aiz de su línea de pensamiento.
Aiz miró curiosamente a Bell, el cual estaba viendo el cielo con gran anhelo.
También consideró que pese a entrenar y dar todo de mi, hay aspectos que aún no domino y están fuera de mi alcance-- habló Bell.
Aiz miró por un momento a Bell antes de quedarse callada.... Seguidamente miró algo avergonzada a Bell, antes de hablar.
Si ese es el caso...... ¿Quieres que te enseñe?--- habló Aiz.
Aiz estaba sumamente avergonzada.
Ella quería entrenar al chico.. Pensaba que si el entrenaba junto a ella, ella podría descubrir el secreto de su crecimiento.
Esta idea avergonzaba un poco a la rubia.
Bell se quedó callado un momento antes de parpadear un par de veces.
Métodos de lucha. Nadie te está enseñando, ¿Verdad?-- habló Aiz de forma entre decidía y avergonzada.
Aiz pudo ver a Bell, el cual se perdió en sus pensamientos.
Si, de momento nadie me está enseñando-- habló Bell con seriedad..
Aiz asintió con satisfacción.
Aiz estaba feliz.. De esta manera podría descubrir ese secreto.
Por decirlo de alguna manera... Ella planeaba usar a Bell para descubrir cómo volverse más fuerte de forma más rápida.
De la misma forma otra persona compartía ese mismo pensamiento con Aiz.
****
La oscuridad cubrió el cielo nocturno.
Solamente basándose en el cielo, se podría decir que la hora actual era, entre la medianoche y el amanecer.
Aiz se había despertado temprano, incluso comparado con su rutina normal. Por el momento, ella
se paró encima de las grandes murallas de la ciudad laberinto Orario.
Tal vez estoy un poco... cansada--- murmuró Aiz, la cual ya están vestida con su conjunto de armadura de peso ligero y llevando su espada de confianza, "Desperate".
Tendido por debajo de ella estaba la vasta metrópolis de Orario, con la vista que lleva una sensación de tranquilidad.
Aiz miró fijamente a través de la gran ciudad y sus luces apagadas.... La rubia posteriormente se perdió en sus pensamientos.
El día de ayer, una encomienda fue puesta sobre Aiz.... Conseguir una botella de licor para su diosa.
La imagen mental de Loki rodando en el suelo mientras lloraba aún estaba gravada en la mente de Aiz.
Loki quería esa botella de licor... Pero ella no era estúpida... Mal versar el dinero que bien podría ser usado para conseguir recursos para la expedición de su familia.... Para Loki las vidas de sus hijos valían más que cualquier cantidad de licor... Sin importar de cual fuera.
Por alguna razón Aiz se sintió aliviada al saber que no sería cambiada por una botella de licor.
Aunque Aiz tenía algo claro, una vez Loki consiga el dinero iría directo a comprar la botella de licor.
La verdadera razón por la que Aiz se había ofrecido a ayudar al chico era para aprender su secreto, para descubrir lo que había detrás de su extraordinario y notable crecimiento.
A pesar de haber sido un aventurero durante un poco más de un mes, el crecimiento de Bell no tuvo precedentes.
Ella necesitaba saber cómo lo
hizo, cómo se las arregló para progresar tan rápidamente que ya podía aventurarse en los pisos superiores.
Porque ella estaría tomando el piso 59 en sólo una semana.
Ella no iba a ceder a la amenaza de la híbrida Revis.
Aiz buscó el poder, y para eso necesita saber todo sobre el crecimiento de Bell Cranell.
Era egoísta. Un egoísmo que era obstinado y feo.
El chico no sospecharía nada, creyendo que Aiz le estaba enseñando por la bondad de su corazón, mientras que en realidad ella estaría mintiendo a través de sus dientes.
Una gran culpa invadió a Aiz.
La rubia se reconfortó a sí misma, diciendose que todos ganaban.... Ella podría descubrir el secreto del crecimiento del chico, y el chico ganaba experiencia en combate... Un todos ganan.
Aun así había algo que inquietaba a Aiz... A pesar de estar decidida y motivada a darlo todo de sí...
¿Que se supone que le enseñe... exactamente...?-- murmuró Aiz por lo bajo.
Ella nunca había entrenado a nadie.
En el pasado, siempre se había centrado demasiado en mejorarse a sí misma. De hecho, sólo unos pocos años atrás, sus mayores en la familia Loki todavía estaban entrenándola... Finn, Gareth, Riveria, y todos los demás.
Y ahora alguien como ella iba a ser maestra.
A pesar de que ella era la que originalmente lo sugirió, eso no hizo menos real la incomodidad que sentía.
¿Qué debería enseñarle exactamente?--- pensó Aiz con incertidumbre.
Aiz se encontró perdida completamente.. Estaba en un territorio desconocido.
Tampoco había nadie a quien pudiera preguntarle. Ni siquiera la pequeña
Aiz dentro de ella sabía la respuesta.
Aiz rogó al cielo encontrar la respuesta pronto.
*****
La ciudad estaba dormida.
Ni una sola luz parpadeó en toda la mansión del Twilight Manor, hogar de la Familia Loki
No puedo creer que me haya despertado tan temprano-- Lefiya murmuró para sí misma al salir de su habitación.
Ya habían pasado cuatro días desde su enfrentamiento con Revis y sus criaturas en el piso 24.
Después de sucumbir a la Caída Mental y descansar durante casi tres días consecutivos, Lefiya nunca había estado más despierta.
Bien podría aprovechar esta oportunidad para entrenar, ¿Verdad?
El incidente en el piso 24 le había recordado lo impotente que era en realidad. Ella reafirmo su
determinación de hacerse más fuerte, no sólo para asegurarse de que nunca volvería a atrasar a sus mayores en la Familia Loki, sino por su propio bien, también.
¡Tan temprano, incluso podría tener la oportunidad de entrenar con la señorita Aiz!-- Pensó Lefiya mientras avivaba aún más su determinación
No había nadie a quien Lefiya admirara más que a la espachin de pelo y ojos dorados. Ella nunca faltó a una sesión de entrenamiento, despertando en las madrugadas para afinar su trabajó de espada. Si Lefiya se fuera ahora, había una posibilidad de que pudiera pasar tiempo con su deslumbrante diosa.
*****
Hmm... Esto es extraño. ¿Tal vez llegue demasiado temprano, después de todo?-- pensó Lefiya.
Lefiya miró hacia abajo desde el puente que conecta la torre, buscando a su guerrera de cabellera y ojos dorados en el patio de abajo. Curiosamente, ella no estaba en ninguna parte para ser encontrada.
Tal vez hasta Aiz tenía sus límites-- pensó Lefiya al ver que las manecillas todavía no llegaban a tres.
Lefiya se inclinó en el centro del puente, la tristeza pesaba mucho sobre sus hombros.
Finalmente, ella renovó su determinación, intentando comenzar su entrenamiento sola de
todos modos.
¿Eh? ¿Señorita Aiz?-- murmuró Lefiya.
En ese preciso momento, Lefiya alcanzó a ver a la persona que estaba buscando.
No en el patio, sino en un espacio detrás de la mansión, situado perfectamente entre sus torres.
Ya vestida con su armadura de peso ligero y la espada colgando de su lado, ella estaba actuando sospechosa, comprobando de izquierda a derecha, antes de saltar sin hacer ruido en la cima de la pared rodeando la mansión.
La vista de Aiz escondiéndose sin atravesar la puerta causó que los grandes ojos azules de Lefiya crecieran tan anchos como platos.
El único testigo de este comportamiento sospechoso era Lefiya y ella no podía dejar de preocuparse de que Aiz podría estar dirigiéndose al calabozo por su cuenta, y ella se fue tras su ídola en un ataque de preocupación.
Saltando ágilmente desde el puente, ella se dirigió al jardín. No habría tiempo para ir a buscar
su bastón mientras salía disparada y rápidamente saltaba la pared.
****
Estaba oscuro y frio mientras ella corría por las calles de la ciudad.
En poco tiempo, Lefiya se dio cuenta de que el destino de Aiz no era, el centro de la ciudad donde la torre de babel se encontraba.
En lugar de eso parecía estar dirigiéndose hacia un distrito en el noroeste.
¿Dónde diablos podría estar yendo tan temprano en la mañana?-- pensó Lefiya con preocupación e intriga.
Pequeñas bocanadas de aire blanco se levantaron de sus labios antes de fundirse en las sombras mientras empujaba sus piernas tan rápido como podía ir.
Parando por un momento para pedir indicaciones a un Demi-humano, ella siguió los pasos de Aiz. Sin embargo, ella no podía estar a la par de su velocidad, y finalmente ella perdió por completo de su vista la única pista que tenía.
Lefiya llegó a una parada cerca de la pared del noroeste, luchando para recuperar el aliento.
Estaba tan segura de que ella vino por aquí-- murmuró Lefiya a modo de derrota.
Ella hizo una pausa para examinar su entorno y los postes de lámpara mágica adornados estaban perfectamente alineados antes de despegar una carrera una vez más.
Ella dejó la calle principal atrás, corriendo primero hacia una calle secundaria bastante amplia pero ordenada antes de desaparecer por una compleja red de pequeños callejones.
Lefiya persiguió ciegamente esa sombra durante veinte o treinta minutos, luchando con las carreteras siempre ramificadas. Ella ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, sin embargo, no parecía detenerse. Tenía que encontrar a Aiz.
Antes de que ella lo supiera, una cantidad considerable de tiempo había pasado.
Girando la cabeza de lado a lado y la mente consumida por la búsqueda frenética, Lefiya navegó alrededor de la esquina más cercana y se encontró cara a cara con un cuerpo en camino.
Se escuchó un fuerte golpe cuando sus cabezas chocaron. Ambas partes aterrizaron duro sobre su trasero.
Estaban inmóviles por unos momentos, con los ojos llorosos y gimiendo mientras sostenían sus cabezas por el dolor.
Como aventurera de nivel 3, ella no podía creer que había terminado en el suelo como una total torpe. Fue culpa suya, a decir verdad. Se había preocupado demasiado en la persecución, sin poder pensar en nada excepto en Aiz.
Lo siento mucho-- Lefiya se disculpo con gran vergüenza.
Al mirar hacia arriba sus ojos se encontraron con los de un chico.
El chico se sacudió un poco el polvo de su cuerpo.
Bueno, no importa-- habló este sin darle importancia.
En ese momento Lefiya lo pudo ver bien, un chico humano de ojos color Rubi y pelo blanco.
Tenía la más angelical de las características, su pelo recordando a la nieve de color blanco puro que a menudo pintaba el paisaje de los pueblos de los elfos en el bosque que
Lefiya había llamado hogar.
Lefiya no podía evitar preguntarse si sus edades no eran tan diferentes. El chico, por otro lado, simplemente alcanzó su mano hacia ella.
¿Estás bien?-- pregunto el chico mientras extendía su mano hacia Lefiya.
Los orgullosos elfos detestaban el contacto piel a piel con cualquiera que no aprobaran... Esto era de sentido común.
Y al chico parecía no importarle.
Bueno a pesar que esto no se cumplia con todo su raza, el número de elfos que no pudieron superar su malestar fue considerable.
Todo lo que Lefiya podía hacer era suspirar. No queriendo ser malinterpretada debido a los hábitos de otros elfos, ella tomó la
mano del chico por si sola.
Ella se tomó un momento para quitarse el polvo antes de encontrarse con esos ojos Ruby de nuevo.
El chico sin duda alguna era increíblemente apuesto, su atractivo podría estar a la par de muchos dioses.. Incluso por algunos instante el chico enfrente suyo podría ser confundido por una divinidad, ya sea por su apariencia casi perfecta o porque simplemente daba esa sensación.
¡Muchas gracias! Y me disculpo. No estaba mirando a dónde iba-- habló Lefiya.
Acepto tus disculpas, y de igual manera ofrezco las mías... Lamento no mirar bien mi camino-- habló el chico con una pequeña sonrisa mientras hacía movimiento muy sobreactuados con sus manos.. Como si intentará imitar "elegancia".
Lefiya sonrió ligeramente.
El chico estaba imitando de manera muy cómica la forma de hablar y actuar de muchos elfos.
Aunque esto bien podría ser un insulto Racial... Para Lefiya (La cual no aprobaba muchas acciones de su raza hacia otras razas)... Fue bastante gracioso.
En ese momento Lefiya recordó la razón por la que estaba actualmente en este lugar.
Prácticamente inclinada hacia adelante en su urgencia, ella preguntó rápidamente si había notado o no a alguien que coincida con la descripción de Aiz cerca.
¿Cabello dorado y ojos dorados?-- murmuró Bell.
¡Exactamente! ¡La Princesa de la Espada! ¡Aiz Wallenstein! ¿Eres un aventurero no? ¡Seguro que la conoces! ¿La has visto?-- habló Lefiya con rapidez.
El chico se quedó callado un instante.
Realmente no la he visto... Lamento no poder ayudarte-- habló el chico con calma.
Oh... Entiendo.. Gracias de todas formas-- Lefiya agradeció mientras hacía una reverencia.
Momentos después la Elfa emprendió de nuevo su viaje... Justamente en la dirección contraria a la que iba el chico.
El chico de nombre Bell Cranel, simplemente contestó lo que le pidieron.
¿Has visto a Aiz Wallenstein?... La respuesta naturalmente era... ¡No!.... Ya que el día de hoy el no la había visto en lo absoluto.
Aunque el sabía perfectamente donde podía estar, no le preguntaron por su ubicación, o por si sabía dónde estaba.. Solo le preguntaron si la había visto.
Ligeramente divertido, Bell Cranel camino con tranquilidad.
***
Haah, haah, haah---
Varias horas habían pasado desde que Lefiya había empezado a perseguir a Aiz.
Los hombros de Lefiya se agitaban con cada respiración que ella daba.
La adorable elfa casi se había agotado.
Sus persistentes esfuerzos por encontrar a Aiz se habían convertido en algo inútil, pero ella no podía rendirse.
Fue en ese momento, que sintió la presencia de alguien detrás de ella.
Dos personas, en realidad.
Con un pequeño suspiro, y una repentina sensación de premonición... Ellala se lanzó rápidamente detrás de la cubierta más cercana que pudo encontrar.
Asomando la cabeza sólo lo suficiente como para echar un vistazo, sintió que su corazón se detuvo.
¡¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé--?!--- grito Lefiya en su mente.
Con cada músculo congelado en shock, Lefiya se encontró petrificada en el lugar.
Si ella hubiera mirado de cerca, se habría dado cuenta de que Aiz estaba simplemente prestando un brazo al chico.. Él estaba bastante desaliñado y gastado por completo en este punto, después de todo. Pero Lefiya no estaba examinando de cerca. No, esos ojos azules de ella no veían más que un abrazo apasionado e íntimo.
********
Esa noche, mientras los miembros de la familia Loki se disponían a cenar en un rincón, una cierta elfa se encontraba cubierta por un aura deprimente.
¿Qué pasó con ella?---
Ni idea---
Tione y Tiona susurraron una a la otra mientras veían a la abatida Elfa.
¿Lefiya? ¿Está todo bien?--- habló Aiz con un ligero titubeó mientras se acercaba a la Elfa.
Una gran mayoría de las personas en el comedor voltearon a ver con interés el acercamiento de la rubia a la EMOtiva Elfa.
¿Qué estabas haciendo con ese humano esta mañana, Aiz-san?--- habló Lefiya con seriedad y las orejas caídas.
¿Cómo lo sabe?--- pensó Aiz con grandes nervios.
Lefiya se quedó en su lugar, esperando la respuesta de Aiz, con la cabeza agachada, los ojos escondidos debajo de sus flequillos, y las orejas caídas.
El silencio incriminatorio sólo aumentó la agitación de Aiz. Sintiéndose observada, Aiz tomó la mano de Lefiya y la sacó del comedor.
******
¿L-Lefiya como lo sabes?--- habló Aiz con una voz temblorosa mientras comenzaba a sudar.
Lefiya quién había sido llevada a una habitación vacía por Aiz y no de la forma que a ella le hubiese gustado (✂️)... Se mantuvo callada por varios segundos.
Esta mañana, te perseguí hasta la parte noroeste de la ciudad… Fue allí donde presencié una diosa de la espada con hermosos cabellos y ojos dorados en los brazos de un humano--- habló Lefiya aún con depresión.
Piedrita-chan se quedó de piedra ante el comentario de Lefiya.
L-Lefiya, trata de calmarte por un momento--- habló Aiz con nerviosismo mientras veía a una desconsolada Elfa.
¿Estabas entrenando en la parte superior de la muralla?--- preguntó Lefiya con seriedad.
S-Sí--- respondió Aiz mientras bajaba la mirada.
Entonces, ¿Quién era ese chico que te sostenía?--- preguntó Lefiya con una mirada molesta.
Um... Él estaba teniendo problemas para caminar, así que simplemente le preste mi hombro--- habló Aiz con simpleza.
*******
No tomó mucho tiempo antes de que el interrogatorio hiciera la situación clara como un cristal.
La nube negra de peligrosa angustia que emanaba de Lefiya se disipó constantemente y la luz regresó a sus ojos distantes.
¿Así que… Lo que estás diciendo es que vas a estar entrenando con ese humano antes de que comience la expedición?--- preguntó Lefiya con una mirada seria.
Aiz asintió.
Lefiya suspiro con tranquilidad.
P-pensar que ese chico le pediría a alguien de otra familia que lo entrenara. ¡Incluso, gratis! ¿No tiene vergüenza?---- pensó Lefiya con molestia.
Aiz miró con preocupación como el rostro de la Elfa se distorsionaba en rabia.
¡La insolencia de ese chico! ¡Estando solo con la Señorita Aiz así! ¡Yo estoy tan… tan… CELOSA!--- pensó Lefiya mientras comenzaba a morder un pañuelo.
Aiz cada vez se veía más preocupada por la salud mental de su compañera.
¡¡Pero!! ¡Sobre todo me mintió en la cara!!.... ¡¡¡¡CAÍ EN SUS MENTIRAS!!!!---- pensó la Elfa con molestia antes de gritar con rabia mientras tiraba el pañuelo al suelo.
En este punto Aiz estaba muy preocupada de que alguien llegara al lugar donde estaban por el grito de Lefiya.
Me engaño con su linda cara--- pensó Lefiya con molestia
Um… Creo que lo has malinterpretado. Yo fui quien se ofreció a entrenarlo… No es culpa suya. Él no estaría involucrado si no fuera por mí--- habló Aiz con rapidez intentando parar la línea de pensamientos de Lefiya.
Por el contrario Lefiya se vio molesta de que Aiz quisiera "cubrir" al chico.
Por favor, Lefiya. No le digas a Loki, Finn… a nadie sobre eso, ¿De acuerdo?--- habló Aiz con preocupación.
La Elfa intentó guardar la compostura, pero sus celos terminaron por tomar el control, lo que provocó que hablara de más.
Si quieres que guarde el secreto ¡Tendrás que hacer algo por mí!--- habló Lefiya en un pequeño grito con seriedad.
Nadie habría creído que Lefiya, había exigido algo de la persona que admiraba más que nadie en el mundo.
Aiz fue tomada por sorpresa
¡T-Tú debes entrenar conmigo, también! ¡Igual que a ese humano! ¡Solo tú y yo! ¡Solas!--- habló Lefiya con determinación.
Todo lo que Aiz pudo hacer por un momento fue parpadear en silencio.
Sí eso es lo que quieres--- habló Aiz con cierta simpleza.
¡¿E-Enserio?!--- grito Lefiya con sorpresa.
Aiz asintió de nuevo.
***
Solo quedaban seis días hasta el día de la expedición. Esto marcó el segundo día de su entrenamiento..
Como el día anterior, Aiz lidiaba con el aquel de no saber que enseñar a Bell y sobre todo el no poder controlar de manera eficiente su fuerza.
El segundo día del entrenamiento del humano Bell Cranel, también fue el primer día del entrenamiento de la Elfa, Lefiya Vidris.
La Elfa sacó un reloj de uno de sus bolsillos.
Su reloj de bolsillo de plata, hecho a mano por los elfos para asemejarse a un árbol y a las hojas, indico que eran ya las horas de la tarde.
Cerrando la tapa con un broche de presión, Lefiya se fue a la salida, deteniéndose justo enfrente de la puerta para una última mirada a la habitación donde había pasado tantas horas de entrenamiento.
Tal vez me quede demasiado tiempo--- pensó Lefiya en un leve suspiro, ella misma le había pedido a Aiz que se fuera hace unas horas.
Lefiya reflexionó antes de dejar esa habitación occidental en el quinto piso del Calabozo y corriendo hacia la superficie.
Ella avanzó a los niveles superiores, derribando dos o tres monstruos y pasando a un buen número de sus compañeros aventureros a lo largo del camino.
Maniobrando a través de la carretera de inicio, cuando el gran pasadizo en el primer piso fue llamado, ella procedió por la escalera en espiral al gran agujero que conducía a la superficie y emergió en el primer piso de la torre de Babel.
Ella estaba a punto de hacer su camino a través de la puerta y en el extenso parque central fue cuando se encontró con una cara familiar.
Ella vio esos inolvidables ojos ruby y pelo tan blanco como la nieve pura.
Estaba en su camino de regreso al Calabozo, sin duda, él parecía completamente desgastado, pero después de cruzar caminos con Lefiya, los dos se detuvieron en seco.
Una Hobbit aparentemente compañero del peliblanco, vio con curiosidad a los dos jóvenes mientras un pelirrojo veía todo más divertido.
Lefiya fue la primera en moverse.
Con las cejas levantadas, ella levantó su delgado dedo y señalo al chico.
¡No voy a perder!--- grito Lefiya con determinación.
Mientras la Elfa se retiraba con molestia, el chico se vio algo divertido.
******'
¿Porque me sigues?--- cuestionó con un gruñido la Elfa mientras volteaba a ver al peliblanco.
Parecías que tenías algo que decirme--- habló el peliblanco con una leve sonrisa.
¡Tu!.. ¡Me engañaste!--- habló Lefiya con gran enojo mientras señalaba al peliblancos.
No es cierto-- habló el peliblanco aún sonriendo.
Ante la respuesta del chico la Elfa se indigno.
Tu me preguntaste si había visto a Aiz-san.... En ese momento no la había visto, la fui a ver después de que te fuiste... No me preguntaste si sabía dónde estaba--- habló el peliblanco con cierta diversión.
La Elfa se quedó callada unos segundos... Como procesando lo dicho por el peliblanco.
¡¡Maldito!!--- gruñó la Elfa.
Deberías dejar de fruncir el ceño... Tu lindo rostro se arruina un poco... Aunque aún sigues viendote hermosa--- habló el peliblanco con una sonrisa.
¡¡Alagarme no te servirá de nada!!--- grito la Elfa con la cara ligeramente sonrojada.
Entonces que tal esto--- habló el peliblanco mientras extendía sus manos.
A los ojos de la Elfa de un círculo dorado, un cristal mágico de color azul fue retirado.
Tu familia irá de expedición en unos días... Seria una pena que tu bello rostro se vea dañado... Esto debería ayudarte a amplificar tu magia--- habló el peliblanco con una sonrisa mientras dejaba el cristal en la mano de la Elfa.
La Elfa se quedó callada mientras contenía las ganas de tirar el cristal azul al suelo.
En estos momentos ciertamente se encontraba a las puertas de una expedición.
Y ciertamente los cristales mágicos amplificaban el poder de la magia.
Si ese cristal le ayudaba a ser más útil para su familia, aún con la rabia subiendo por su cuerpo, tenía que aceptar el "obsequio".
Lo tomaré... ¡¡Pero me ofende muchísimo!!--- se quejo la Elfa mientras apretaba ligeramente el cristal en sus manos antes de guardarlo en uno de los bolsillos de su vestido.
Espero poder ver tu lindo rostro más a menudo--- habló el peliblanco con una sonrisa mientras se retiraba.
¡¡Callate!!--- grito la Elfa con la cara sonrojada.
*****
Um, Airmid… ¿Estás ocupada?----
La curandera de la <Familia Dian Cecht> inclinó la cabeza hacia la chica que la visitaba.
El sol ya se había ocultado. Mientras se encontraba en el proceso de cerrar la tienda de su <Familia>, fue abordada por la Aventurera de Primera Clase quien era su amiga, y mientras se preguntaba por qué estaba allí la llevó a una habitación para hablar con ella a solas.
¿Puedes enseñarme cómo… Tratar las heridas de los Aventureros?--- habló Aiz con cierta determinación.
¿Te refieres a los primeros auxilios? No es mi intención promover las ventas, pero, ¿No funcionaría bien una poción?--- habló Airmid con una ligera duda.
No quiero que use tanto una poción-- habló Aiz con ligereza casi parecía timidez.
Al escucharla mencionó algo sobre entrenamiento, Airmid aparentemente comprendió esa situación y aceptó su petición mientras se reía.
Incluso si sólo tenía alrededor de 150 cm de altura, Amid todavía era una chica de 19 años de edad.
A menudo había acompañado a los miembros de su <Familia> al Calabozo como una curandera experta y de Nivel 2.
Cuando asistió a una alianza de múltiples <Familia> en la derrota de un Monstruo Rex, apoyó por si misma a las líneas del frente que se desmoronaban mientras desafiaba el peligro, ganándose el Alias <Dea Saint>.
Como curandera, estaba genuinamente feliz de que Aiz viniera a verla.
Um, Airmid, eh, bueno--- habló Aiz con un ligero sonrojo.
Más temprano el mismo día, Aiz había hecho algunas preguntas a Riveria sobre cómo entrenar a aventureros de menor rango y como ayudarlos a recuperarse más rápido.
Las respuestas de la Elfa peliverde dejaron confundida a la rubia, por lo cual fue a buscar ayuda de su amiga curandera.
Solo que ahora se sentía avergonzada por lo mismo.
Si tienes algo que pedir, entonces por favor hazlo--- habló Airmid con una sonrisa amable.
Sonriendo amablemente similar a una santa al igual que su alias, Aizu reunió su determinación y le preguntó a Airmid.
¿Puedes enseñarme la manera correcta de dar una almohada de regazo?--- habló Aiz con determinación.
Airmid se congeló ante la pregunta completamente inesperada.
Sus padres le habían dado una almohada de regazo, pero la única vez que ella dio una fue a un Unicornio. Debido a esto, no tenía idea de lo que era una Almohada de regazo adecuada.
Airmid se puso roja justo como Aiz y comenzó a disculparse, aunque quedo sin palabras al ver la mirada llena de expectativas de Aiz hacia ella como curandera y una persona mayor.
Airmid, quien había estado sudando y moviendo la mirada de un lado a otro, finalmente accedió a su petición.
Y-Ya veo… te enseñare, daré un ejemplo, así que Aiz-san, si pudieras poner tu cabeza sobre mi regazo--- habló Airmid con vergüenza y un rostro sonrojado.
*****
Dian Cecht-sama. Cuando visité la habitación antes, vi a nuestra Airmid dándole una almohada de regazo a la <Princesa de la Espada>--- habló un hombre Genérico.
No entiendo de qué estás hablando, ¿Pero por qué tienes una hemorragia nasal?--- habló el dios con apariencia anciana con gran incertidumbre.
Cuando el Dios anciano le preguntó al miembro de su <Familia>, el respondió que fue una “buena escena”.
Días más tarde, un exagerado rumor se extendió haciendo que los Dioses masculinos visitaran la farmacia mientras preguntaban si era el jardín yuri, pero eso es otra historia.
*'******
Al día siguiente.
Después de atinar un golpe, ella lo vio desplomarse en el suelo mientras la conciencia abandonaba su cuerpo.
Al ver el cuerpo del peliblanco tendido sin fuerzas en el suelo, ella supo que era momento de atacar.
Tomando con delicadeza la cabeza del chico, ella se acomodo lentamente antes de dejar caer con cuidado la cabeza del peliblanco en sus muslos.
Fueron unos breves minutos en los que el chico estuvo en el mundo de los sueños... Durante ese tiempo ella acarició su sedoso cabello blanco.
Poco a poco el chico abrió sus ojos y ella se quedó perdida en esos ojos color rubí.
¿Estás bien?-- Murmuró la rubia mientras veía desde arriba al chico en su regazo.
Más o menos... Aunque he estado en mejores condiciones-- habló Bell con tranquilidad.
Con calma Bell se levantó de la almohada de regazo que Aiz le había dado... Este se quedó sentado a un lado de Aiz.
Aiz pudo ver al chico mirar perdidamente al cielo antes de suspirar..
¿He hecho algún progreso?-- pregunto Bell inconscientemente, olvidándose de la persona a su lado.
Tú, efectivamente has estado cambiando..... En un grado sorprendente--- creyendo que la pregunta iba dirigida a ella, Aiz contestó la pregunta de Bell.
Bell al oír la voz de Aiz salió lentamente de sus pensamientos, entonces miró con ojos curiosos a esta.
Si te preguntas.. La mitad de la razón... por la que te desmayaste... fue porque me equivoque al estimar mi fuerza-- habló Aiz.
La rubia miró por unos segundos como él peliblanco se perdía en sus pensamientos.
A sus ojos el chico era increíble.
Era insano el progreso que había tenido.
Ella tardó más de seis meses en llegar al 10° piso, piso que el pelibalco alcanzó en menos de un mes.
.....¿Puedes decirme?.....-- murmuró Aiz con timidez.
Ante la tímida pregunta de Aiz... Bell parpadeo un par de veces en confusión.
¿Por qué puedes volverte fuerte tan rápido?-- pregunto Aiz con un tono más alto pero todavía pudiendo ser catalogado como murmullo.
¿Volverme?.... ¿Fuerte?-- murmuró Bell mientras veía sus manos.
Pará el peliblanco, la palabra, Fuerte no parecía coincidir mucho con el.
Pero aún así... La razón por la que el quería ser más fuerte.
Bueno... Eso, hay una persona que quería perseguir a toda costa... Desesperadamente quería perseguir a esa persona e inconscientemente alcance este nivel, en corto.-- habló Bell con una leve sonrisa.
Bell habló en un tono bajo, con timidez, sus mejillas tenían un tono carmesí y sonrió de una forma muy pura.
En resumen, es porque hay un lugar que quiero alcanzar--- habló Bell mientras se rascaba la mejilla.
Ante esa respuesta, Aiz abrió mucho los ojos.
Así que así es como es--- murmuró Aiz mientras abrazaba sus rodilla y miraba al cielo.
Aiz se quedó callada un buen rato antes de susurrar... "Yo también".
Ante una pensativa Aiz.. Bell decidió que era mejor no precionar el tema así que lo dejo pasar.
****
La rubia despidió a Bell alrededor de las 8 o 9 de la mañana.. Hora a la que el se iba a reunir fin sus compañeros de equipo.
Grata fue la sorpresa de la rubia cuando el peliblanco volvió minutos después de irse, con la respiración agitada y pidiendo seguir entrenando.
Por lo que había logrado averiguar, los compañeros del peliblanco habían estado indispuestos ese día.
*****
Después de haber tomado una pequeña siesta por la tarde... Bell y Aiz se despertaron y continuaron con el entrenamiento.
Pasaron varias horas donde Bell mordió el suelo una y otra vez.
El tiempo pasó con rapidez... Hasta que el sol se oculto.
Actualmente ambos habían abandonado su lugar de entrenamiento, Bell caminaba junto a Aiz quien sostenía una pequeña Lámpara Mágica.
Mientras caminaban, de la nada la rubia detuvo sus pasos.
Los Instinto de la rubia le gritaban que algo estaba mal.
En la esquina de un callejón, ella vio salir una figura oscura.
Con rapidez la rubia dejó la lámpara en el suelo, mientras llevaba la mano a la empuñadura de su espada.
Cuando la figura se vio mejor, ella vio a un Catman.
Sus ojos pudieron ver en cámara lenta los movimientos del Catman... Era obvio que iba a atacar a Bell.
La rubia había empezado a correr para interceptar al Catman antes de que lastime al peliblanco.
Pero su Instinto la hizo retroceder a último segundo.
La rubia vio con los ojos bien abiertos como una espada dorada salió de la nada y detuvo el avance del Catman.
Si ella hubiera frenado su andar un segundo después... Ella había sido atravesada por esa espada dorada.
Tanto el Catman y la rubia se recuperaron rápidamente.
A la vez que el Catman tomaba una posición para atacar al peliblanco, Aiz tomó una para defenderlo.
Se tardaron en actuar-- habló Bell.
Las recientes palabras habían descolocado tanto al Catman como a la rubia.
¿A quien se refiere?--- pensó la rubia con duda.
La desconcertada rubia vio como la lanza del Catman se dirigía hacia el abdomen del chico... Pero en un instante había sido detenida.
Una robusta mano había sujetado la lanza antes de llegar a la punta.
La rubia y el Catman vieron a un corpulento hombre de cabello rojo.
Aiz vio con los ojos bien abiertos como el pelirrojo no sólo había detenido el avance del Catman, si no también había lanzado el suyo propio.
En un solo instante, la rubia vio como el pelirrojo mandó al Catman a estrellarse contra un muro.
Ella estaba impresionada por la demostración de fuerza del hombre enfrente suyo.
En ese momento....
Por encima del Catman, cuatro pequeñas sombras se mecieron en el cielo oscuro.
Las sombras que aparecieron en el techo de las casas cayeron hacia abajo silenciosamente.
Una espada, un martillo, una lanza y un hacha.
Una vez más, la rubia se preparo para salir al ataque.
De la nada, unos extraños látigos negros envolvieron los torsos de las cuatro figuras y las impactaron violentamente contra el suelo.
La rubia estaba muy confusa, no estaba entendiendo nada... Los rivales y.. ¿¿Aliados??? No dejaban de salir de todos lados.
Las figuras lograron liberarse de los látigos rápidamente y se lanzaron hacia el pelirrojo el cual era el único enemigo visible.
El pelirrojo uso su lanza para detener la lanza del Catman, dando la espalda a las cuatro figuras.
Aiz no tardó en lanzarse hacia las cuatro figuras teniendo un duelo de espadas con uno de hecho.
Aiz intentó detener más no lastimar a su adversario... No se preocupo por las figuras que la pasaron... Algo le decía que serían detenidas.
Dándole la razón a Aiz, otra rubia salió de la nada y usando su espada detuvo el hacha que portaba una de las figuras.
Las otras dos figuras continuaron su andar hacia el pelirrojo, pero lo detuvieron de la nada.
Unos látigos negros habían ahorcado a las otras dos figuras.
Los dos llevaron sus manos hacia sus cuellos intentando retirar los látigos los cuales estaban quemando su piel.
De la nada los látigos desaparecieron, casi como si el dueño de estos se hubiera apiadado se sus vidas.
En ese momento mientras Aiz mantenía a raya a su rival, la otra rubia lanzó una poderosa patada hacia su oponente, dejando a este tirado en el suelo para después apuñalar con la punta de su espada el brazo derecho del mismo.
El Catman vio a su alrededor a sus compañeros los cuales habían sido liberados por sus oponentes, dos de ellos tenían serias quemaduras en el cuello y parecía que iban a perder la conciencia en cualquier momento, otro de ellos tenía un brazo inutilizado, el cual colgaba a su lado mientras sangre chorreaba de una gran herida... Y el que se había enfrentado a la princesa de la espada apenas tenía unos ligeros rasguños.
Todos los oponentes se veían retadoramente.
El Catman y los Hobbit habían reconocido a las personas delante suyo como enemigos verdaderos... No ganarían nada conteniendose tendrían que ir enserio.
La cuidad de Orario estaba apuntó de presenciar una disputa la cual podría hacer añicos varios barrios enteros.
Pero.....
Si no es mucha molestia... Podría saber, ¿Porque fui atacado por <Vana Freya> y <Bringar>? La Familia Freya atacando a un novato.... Que propio de ellos-- habló Bell con una sonrisa.
El Catman y los Hobbits se quedaron totalmente callados.
Nos confundimos de persona.... Lo siento-- habló el Catman, aunque escupiendo esas palabras.
Aiz vio de mala manera al Catman mientras Bell sonreía con ironía.
En un solo segundo, el Catman y los Hobbits desaparecieron del lugar.
Bell suspiró levemente mientras se rascaba la nuca.
El peliblanco con tranquilidad empezó a caminar.
¡Oye!.... Te atacaron.... Y los dejaste ir... Pudimos haberlos liquidado-- la rubia gruñó con rabia.
Aiz asintió levemente, aunque no estaba segura de querer lastimar a esos otros aventureros.. Si ellos dieron el primer golpe, sólo había sido defensa propia.
Máster.... Es inaceptable que te ataquen y se vayan así sin mas... Debemos tomar replesarias-- habló un pelirrojo con la mirada sería.
Bell suspiro.
Si peleaban hubieran destruido una buena parte de Orario.... Lo dejaré pasar-- habló Bell con calma..
Ante las palabras de Bell, Aiz no pudo evitar darle la razón.
¿Cuantas personas se verían afectadas por su pelea?.
Máster.... Si dejas pasar estas cosas, te volverán a atacar-- habló una pelinegra la cual había salido de las sombras.
Aiz se sintió confundida... No sabía a qué lado apoyar.
La rubia vio algo curiosa al peliblanco el cual parecía hablar de algo con sus compañeros.
Gracias por el entrenamiento de hoy.. Nos vemos mañana-- habló Bell con tranquilidad.
Aiz asintió levemente.
El peliblanco empezó a caminar junto a los miembros de su familia.
Aiz nuevamente suspiro.
Los acontecimientos de los últimos minutos habían sido muy confusos para ella.
Con un andar ligero, ella se dirigió hacia su sede.
Mientras Aiz caminaba se paro de la nada.
Esa chica--- Murmuró Aiz mientras volteaba a ver hacia dónde estaba Bell, centrándose en una cabellera rubia.
La espadachín rubia de la Familia Hestia, volteo ligeramente e intercambio miradas con Aiz.
Aiz apretó su puño y chasqueo su lengua con fastidio, antes de seguir caminando.
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Omake.
¡Cuidado Aiz! No puedes comer tantos Jyagamarukun.
*¡Pang! ¡Pang!*
Los ecos del metal sobre el metal llenaban el aire.
Incesantes y agudos golpeteos llegaban de todas direcciones a la vez, a la vez que una lluvia de chispas acompañaba a cada uno.
Una joven hobbit, muy probablemente una estudiante del oficio, se apresuró a abrirse camino a través de las personas animales y los enanos con sus brazos llenos de leña y herramientas adicionales.
¡¿HUAAAAAAAAAAAAAAA?! ¡Maldita seas, Amazona! ¡MUERETEEEEEEEEEEEEEEEEE!----
Cinco grandes hombres trabajaban duro en un rincón del taller, golpeando repetidamente un gran trozo de adamantina.
Todos los herreros habían adquirido la habilidad avanzada de "Herrería" la cual les permitía proporcionar habilidades únicas a su trabajo.
La cabeza de cada martillo brillaba con una suave luz roja mientras respiraban de manera constante y transformaban el mineral frente a ellos en un arma que se convertiría en algo muy superior al resto.
Aiz se hizo lo más pequeña posible mientras escuchaba las quejas de los herreros privados del sueño, la mayoría de los cuales estaban dirigidos a su mejor amiga o a ella misma.
Caminando muy calladamente y con la esperanza de pasar desapercibida, la chica rubia se detuvo delante de una deidad.
Pensar, que lo destruiste en solo cinco días--- habló una voz masculina.
Los hombros de Aiz temblaron bajo el peso de las palabras de Goibniu.
A pesar que el dios era pequeño en estatura, similar a un enano, sus características envejecidas fueron compensadas por un físico increíblemente musculoso.
Era la mañana siguiente de la Monsterphilia.
Aiz estaba aquí para recuperar su arma preferida, Desperate, de la casa de la Familia Goibniu, La Herrería de los Tres Martillos. Las reparaciones fueron finalmente completadas.
Ella se paró en el mostrador, en el centro del largo taller rectangular. Todavía era muy temprano por la mañana, y aún así los herreros de la Familia Goibniu ya estaban trabajando duro a su alrededor.
Ustedes los jóvenes sí que saben cómo hacer a un herrero miserable--- habló Goibniu con un suspiró.
Lo siento--- habló Aiz en un murmullo casi inaudible.
¡¿La Familia Loki, de nuevo?!----
A los oídos de la rubia, llegaron los murmullos cansados y las miradas furiosas de los herreros que trabajaban a su alrededor. A pesar de que Aiz se sentía culpable por causarles tantos problemas, ella también estaba agradecida por su habilidosa labor.
¿Cuánto debo?--- preguntó Aiz en un murmullo.
Cuarenta millones de valis, o algo parecido--- habló Goibniu con un suspiro.
Ese número golpeó su cabeza como una tonelada de ladrillos.
Aiz tembló ligeramente mientras pensaba en el hecho de que tendría que dar vueltas por el Calabozo, solo concentrándose en hacer dinero.
******
¡Vamos Aiz animate!!---
¡¡TU DEBERÍAS ESTAR IGUAL DE PREOCUPADA!!!---
Mientras Aiz caminaba con un aura depresiva, pudo escuchar la voz jovial de Tiona seguida de una enfurecida Tione.
Vamos por algo de comer Aiz-san---
La depresión de la rubia desapareció rápidamente ante la propuesta de la Elfa a su lado.
Aiz inmediatamente pensó en su amado Jyagamarukun.
Ahh, es el capitán--- habló Tiona con una sonrisa mientras veía hacia el frente.
~~Capitán~~--- chillos Tione mientras corría hacia el Hobbit rubio.
Siguiendo el camino de la Amazona, Aiz pudo ver a Finn, Gareth, Bete y Raúl... Aparentemente estaban regresando de recibir su propio equipamientos.
Justo cuando Aiz iba a saludar, vio un puesto de Jyagamarukun atendido por un dios pelinegro... Mas importante vio un letrero.
Aiz-san... ¿No estarás pensando?--- habló Lefiya con un tartamudo mientras veía el mismo letrero que Aiz.
Promoción de Tiempo Limitado: Come 1000 Jyagamarukun en tres horas y recibe un descuento del 50% en todas sus compras posteriores.
Estas loca... Tanto puré de papa se expanderia en tu estómago--- habló un hombre lobo con molestia.
En eso te equivocas, no se expandiria se disolveria-- habló Aiz con seguridad.
*****
¡Oye en mi primer año comí tres kilos y medio de huvas, creo que se lo que mi cuerpo puede soportar!--- habló Aiz con indignación.
La seguridad de la rubia de tomar cierto desafío había dividido a toodo el grupo en dos... Aiz, Tiona y Gareth en uno y a Bete, Finn, Raúl y Tione en otro con una Lefiya que no sabía que bando tomar.
No estamos hablando de uvas, estamos hablando de puré de papa con demasiada sal..... El cuerpo humano no puede resistir tanto, te deshidratarias--- habló Finn con seguridad.
Oigan, en casos extremos se ha sabido que el páncreas puede aumentar la producción de insulina en más del 60%---habll Gareth con seriedad.
¡Si!--- contestaron Aiz y Tiona al mismo tiempo.
Que tu páncreas pueda producir insulina para llenar una piscina... ¡No significa nada!... Tus glándulas ultrarrenales no pueden distribuirla a la sangre con rapidez--- habló Tione con firmeza.
¡Si!--- gritaron, Finn, Bete y Raúl.
Caballeros, Caballeros.. Esta discusión no tiene caso--- habló Aiz con una expresión estoica.
Todos los presentes pudieron ver como Aiz se acercó al locas y como en un instante una bandeja de Jyagamarukun fue puesta delante suyo... Sin que ellos lo supieran mientras discutían, discretamente Aiz ya se había inscrito en el concurso.
Aiz se sentó silenciosamente en una silla, al lado de otra rubia.
Uno--- habló Aiz después de comer su primer Jyagamarukun.
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446---
447---
Imposible no va a lograrlo---
448---
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661---
662--
663---
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¿¿662??---
¿661??---
¡¡662!!---
¡¡¡663!!!---
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Después de más de dos horas y media se podía ver a Aiz tirada en el suelo con toda su cara llena de migajas.
Ja, parece que el cuerpo humano sólo resiste 996 Jyagamarukun... Jaque mate--- habló Bete con una sonrisa mientras veía a Aiz tirada en el suelo.
Aiz sólo son cuatro más... ¡Tu puedes!
--- habló Tiona mientras se agachaba mostrándole a la rubia cuatro Jyagamarukun.
N-No... Jyagamarukun... Muero--- habló Aiz a duras penas mientras su estómago gruñia.
Oigan.... Nadie dijo que tiene que comer los Jyagamarukun, solo que tienen que estar dentro de su cuerpo... ¿Verdad?---- habló Gareth con seriedad.
Si---
Si---
Tiene razón---
Mientras Aiz veía preocupada a sus compañeros cierto dios pelinegro con diversión, tapó con una hoja de papel la palabra... "Come" del letrero.
La rubia tomó los cuatro Jyagamarukun de las manos de su amiga y se los metió a la boca antes de comerlos con rapidez.
Glup, Glup--- gruñó la rubia con molestia.
Si... Lo logró--- grito Tiona.
De acuerdo tu ganas--- habló Bete con una leve sonrisa mientras todos comenzaban a aplaudir.
Esto estuvo mejor que la vez que Cruz hizo 100,000 abdominales--- habló Raúl con diversión.
Imposible Cruz está en buena forma... Pero 100,000 abdominales, es como implorar una hernia doble--- habló Tione mientras cruzaba sus brazos.
Esa manera de pensar a medias es lo que evita que reconozcas la grandeza... ¿Cuál es tu problema?.. ¡Demonios!--- gruñó Tiona con molestia.
Mientras Aiz estaba tirada en el piso pudo ver como sus compañeros se marchaban discutiendo el daño que 100,000 abdominales pueden hacerle al cuerpo.
Tenemos ganadoras... Ambas superaron el reto--- habló cierto dios rubio mientras tocaba una campana.
¿Ambas?--- pensó Aiz mientras se ponía de pie.
Aiz junto a otra rubia intercambiaron miradas.
Es un empate--- habló el dios con una sonrisa.
E-Empate--- murmuraron las dos rubias mientras se veían una a la otra.
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Ese día una gran rivalidad había nacido entre esas dos.
Hasta acá el cap.
Espero que les haya gustado el capítulo.
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