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Capítulo 6

Winwin abrió la puerta de su casa con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando Ten se asomó pudo divisar a Doyoung molestando a Taeyong antes de que este empezara a hacerle cosquillas para quitárselo de encima.

—Preguntaría qué te trae por aquí, pero estoy seguro de que no tardarás en contarlo, así que vamos adentro.— Sonrió el chino antes de dejarlo pasar.

—A veces pienso que eres más adivino que otra cosa.— Contestó el pelinegro revolviendo su pelo para ir hasta donde estaban los demás.

—No es muy complicado teniendo en cuenta que tus ojos parecen arcoiris de emociones y que llevas ropa que no es tuya.— Respondió el más alto antes de ordenarle a los otros dos que pararan de ser tan insoportables.

Doyoung y Taeyong saludaron a Ten antes de hacerle un sitio en el sofá para que este se sentara entre ellos.

—¿Cómo está nuestro gatito bonito?— Dijo Taeyong cogiéndolo de las mejillas mientras Doyoung peinaba su pelo y Winwin se reía de él.

El pelinegro no tardó mucho en contarles lo ocurrido desde el principio hasta el fin sin saltarse ningún detalle por vergonzoso que fuera.

—Es decir, que te gusta Kun. — Concluyó Doyoung con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Cómo puedes decir eso? ¿Por qué iba a gustarme ese chico? ¡Va a una universidad pública! ¡Es un plebeyo a mi lado!— Sobreactuó el cambiaformas.

—Ten, no tienes por qué disimular con nosotros. El chico es totalmente tú tipo, alto, guapo, inteligente, amable, gentil y cariñoso. Además de que sabemos que el dinero no te importa a ti en realidad, solo mantienes una fachada de niño rico de mamá. Sabemos lo de tu organización para rescatar animales abandonados, sabemos qué haces voluntariados para ayudar a los necesitados y que donas dinero y ropa al menos dos veces al mes.— Respondió Taeyong dejando algo sorprendido y sonrojado a Ten.

—¿Desde cuándo lo sabéis?— Susurró el más bajo sin atreverse a alzar la voz.

—Desde hace bastante tiempo la verdad, nosotros también solemos donar dinero y comida, una vez te vimos en una de las corporaciones. El resto fue fácil, tu hermano nos lo contó todo.— Contestó Doyoung riendo.

—Bueno, bueno, no nos desviemos del tema... Se me ha ocurrido algo. Si realmente no te gusta Kun serás capaz de besar a Taeyong sin arrepentirte.— Dijo Winwin con una sonrisa traviesa en sus labios.— Ya sabes, para reforzar la amistad.

—¡Pero Taeyong y Doyoung son novios!— Contestó Ten intentando que sus mejillas no enrojecieran, puesto que hubo un tiempo en que Taeyong fue su amor platónico.

—Sabes que tenemos una relación abierta, no es una escusa buena.— Dijo Taeyong riendo antes de sonreír de lado.

Ten respiró hondo e intentó no pensar en Kun. No pienses en Kun, no pienses en Kun. Ni en cómo sería besarlo ni tener sus manos en la cintura mientras lo hace.

Los labios del mayor rozaron los del cambiaformas volviéndolo a la realidad de golpe. Abrió los ojos desmesuradamente y por mucho que pensó que se echaría atrás, se dejó llevar. Besó a Taeyong como hacía tiempo que deseaba hacer pero en cuanto se separaron y observó a sus otros dos amigos la culpa cayó sobre su conciencia. No porque a Doyoung le hubiera molestado o porque ellos no estuvieran de acuerdo con ese beso, sino porque sentía que había traicionado a su corazón. Taeyong ya no le gustaba en absoluto, lo consideraba uno de sus mejores amigos y puede que Kun no le gustara tampoco, más que nada porque no lo conocía, pero aquel beso le había sentado como un golpe en el alma.

—¿Te arrepientes?— Cuestionó Doyoung preocupado al verlo tan consternado.

—Sí, no debería haber hecho eso, lo siento.

—Está bien, en parte es culpa nuestra por presionarte, pero espero que te haya servido de algo para aclarar lo que sientes dentro de tu extraño hipotálamo.— Expresó Winwin antes de cambiar de tema totalmente.

Ten estuvo con ellos lo que restó de tarde antes de que este mismo decidiera volver a su casa, suponiendo que Kun ya se habría ido. Entró a su hogar con móvil en mano, demasiado distraído como para prestar atención a otra cosa que no fuera el vídeo de un gatito jugando con un ovillo de lana que acababa de encontrar. Se dirigió a su habitación y se puso el pijama... Que consistía en otro disfraz de gato negro gigante. Al bajar bostezó algo cansado y se dirigió a la sala de estar.

—YangYang ¿Qué hay para co...?— Las palabras se encallaron en su boca al ver a Renjun, Kun y a su hermano jugando al Monopoli en la alfombra del lugar.

Automáticamente las miradas se dirigieron a él y con una sonrisa radiante su irritante hermano le contestó.

—Te envié un montón de mensajes avisándote de que había cumplido con tu palabra y había invitado a Renjun y a Kun a cenar, pero supongo que no los has visto.— Dijo sabiendo que luego pagaría la traición hacia Ten muy caro.

El mayor de los hermanos no dijo absolutamente nada, se dio la vuelta y volvió a su habitación para transformarse en gato y regresar con los demás invitados. Si iba a estar con ellos prefería no hablar, no quería volver a mirar a Kun a los ojos como humano. Pudo oír como YangYang le contaba a Renjun sobre la habilidad de su hermano cambiaformas y a pesar de la actitud sorprendida del chico, Ten no le dio mucha importancia. Quizá tenía algo de envidia de la relación que tenían esos dos, sabía con certeza de que su amistad era mucho más estrecha de lo que dejaba ver a los demás, incluso a sus otros dos amigos. Ten se tumbó en una esquina del sofá y se dispuso a dormitar un rato hasta que le avisaran que la cena estaba lista, porque en cuanto los invitados se fueran pensaba saltarle a la yugular a su hermano.

Ten podía sentir la mirada de Kun sobre su menudo cuerpo, claro que lo hacía, el animal no era tonto pero, sinceramente, el orgullo herido de su persona no le dejaba actuar como realmente le gustaría, recostándose en el regazo del mayor para que este pudiera acariciarlo y mimarlo como a él le gustaba.

Soltó un pequeño maullido justo cuando uno de los cocineros les avisó de que la cena ya estaba servida en el comedor. Renjun y YangYang se dirigieron hacia allí rápidamente pero Kun suspiró antes de acercarse al gato.

—Oye, Ten... Puede que no hayamos empezado de la mejor manera siendo ambos humanos, pero eso no significa que tengas que cambiar tu actitud conmigo siendo un gato. Me gusta acariciarte y creo que a ti también... Es provechoso para ambos. Y cuando quieras podemos volver a presentarnos como personas. ¿Te parece bien?

Los ojos grises del felino parecían brillar más que nunca, estaba enfadado consigo mismo por ser tan orgulloso, con Kun por ser tan amable y perfecto y con su hermano por ser tan desconsiderado con la vergüenza que tendría que pasar al estar en la misma habitación con Kun. Fue quizá demasiado descortés por su parte no contestarle siquiera con un maullido o un asentimiento de su parte pero prefirió irse hacia el comedor sin decir nada.

Después de un tazón de leche y de que los demás cenaran entre charlas y risas Ten bajó de su asiento y observó a su hermano despedirse de los invitados. A pesar de que su consciencia le decía que fuera a su habitación y se acostara para dormir, la culpabilidad lo carcomía por dentro. Por ese motivo, antes de que YangYang cerrara la puerta de su casa se escurrió por el resquicio de esta y maulló llamando la atención del mayor de los Qian.

—Ten ¿Pasa algo?— Dijo este poniéndose de rodillas a la altura del animal.

El brillo de la luna reflejó el violeta llenos de tristeza y arrepentimiento de los ojos del cambiaformas. Otro maullido lastimero fue suficiente para que Kun lo cogiera en brazos y lo abrazara con delicadeza.

—No te preocupes ¿Sí? Lo entiendo, no te voy a presionar.— Susurró el humano.

Ten se restregó contra el pecho del contrario, disfrutando de su calor y su fragancia reconfortante. Al mirarlo de nuevo, Kun observó cómo los ojos de Ten eran ahora de un deslumbrante verde esmeralda.

Ese par de orbes lo persiguieron durante todo el camino de regreso a su casa, clavados en su mente como dos pequeños luceros. Había algo en la actitud arisca del más bajito que le llamaba la atención. No pudo evitar sonreír al recordar su rostro avergonzado y en lo adorable que estaba con su pijama de gato, por muy reducido que hubiera sido el tiempo que lo había visto con él puesto.

—Qué tierno...

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Hooolaap. Perdón por haber tardado tanto en actualizar, pero he estado algo ocupada 😅.

Espero que os haya gustado este capítulo, Killers. Os quiero mucho, gracias por apoyarme y alegrarme los días con vuestros comentarios.

Hasta pronto 💞

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