Sorprendentemente Kun y Ten no coincidieron en ningún momento mientras se dedicaban a formular aquel hechizo, puesto que ambos se hallaron en distintos puntos de la mansión bastante separados para que la magia surgiera verdadero efecto. Además de que cuando todo estuvo restaurado Kun tuvo que irse de inmediato puesto que tenía muchos quehaceres. Por ese mismo motivo YangYang no pudo explicarle a su tutor por qué su casa estuvo a punto de derrumbarse, aunque este se lo imaginara.

Llegado el lunes Ten no fue a su universidad, sino que saltándose la primera clase junto a su hermano, porque lo mejor se hacía esperar, fueron hasta WayV para hablar con el director.

Este en cuestión se extrañó ante la repentina presencia del menudo pelinegro que lo miraba con cólera contenida junto a su más problemático alumno, YangYang.

-¿Puedo hacer algo por ti, muchacho?- Preguntó Moon algo confundido.

-Soy Liu Ten, hermano mayor de YangYang. Quería hacerle saber que ayer su don se mostró completamente en nuestro hogar casi destruyéndolo. ¿Podría explicarme usted por qué nadie se había dado cuenta de que el potencial don de mi hermano era el de la destrucción?- Contestó este haciendo que el director abriera sus ojos desmesuradamente.- ¿Acaso no es suficiente el dinero que nuestra familia subvenciona a esta universidad para que le hagáis algo de caso? No, era más fácil tacharlo de problemático, castigarlo y expulsarlo cada dos por tres. ¿No podíais dedicarle algo más de tiempo y ver que su torpeza no es normal? Los Liu damos a esta universidad el dinero suficiente como para arreglar cada desastre que comete mi hermano y más, merece algo de ayuda él también.—Los gélidos y azules ojos de Ten miraban con furia disfrazada de seriedad al director del edificio.

—Lo lamento mucho, Ten. Realmente no pensaba que ese fuera el caso de tu hermano. De haberlo sabido o de habérseme comunicado algo así habría hecho lo posible para tener medidas preventivas con respecto a él. Creo que lo justo sería que fueras a hablar con su tutor de clase, pues él es quién imparte y reparte información de su alumnado a los demás profesores que tener en cuenta en relación a sus dones. Aunque el profesor Jung está dando clase ahora mis...

Ten dejó de prestar atención en cuanto nombró al profesor de YangYang y se giró sin darle la oportunidad al director de seguir hablando. Estaba realmente furioso por la incompetencia del profesorado de aquel lugar. YangYang le indicó el camino a su hermano hasta la clase que le tocaba en aquel momento, sin poder reunir el valor necesario como para intentar calmarlo o hacerle cambiar de parecer a Ten. Cuando este se enfadaba de verdad, era mejor que se desahogara.

Abrió la puerta evitando llamar, no le gustaba ser descortés pero debía serlo si quería que le tomaran en serio.

—¿Profesor Jung?— Demandó mirando al atractivo hombre que estaba derecho junto a la pizarra.

Hendery y Haechan miraron sorprendidos a los recién llegados y al contemplar a YangYang un gesto de arrepentimiento se apoderó de sus rostros. El moreno se avergonzó exageradamente el día anterior por haberle hablado de mala manera a su mejor amigo. El chico se había puesto nervioso porque estaba planeando junto a Hendery la forma de que este le confesara al fin sus sentimientos al menor del grupo y verlo delante de ellos le hizo entrar en pánico por temor a haber sido descubiertos. Si tan solo Hendery dejara de mentir a YangYang diciendo que le gustaba Xiaojun todo sería más facil para el cupido del grupo.

Quizá por eso les tomó por sorpresa que Ten les ordenara directamente que salieran del aula. Por lo tanto, y dejando la clase en vilo, Jung Jaehyun, los hermanos Liu, Hendery y Haechan se encontraron pronto en una acalorada discusión teniendo como público a toda su clase.

Ten casi gruñendo le explicó la situación al profesor de historia quien se sorprendió tanto como los mejores amigos de YangYang que instantáneamente se sintieron aún peor pues habían logrado entristecer tanto a su amigo como para desatar su don. Estos intentaron acercarse al menor pero Ten al ver sus intenciones no pudo contener más su tono calmado, reaccionando como un felino enfurecido.

—¡Y vosotros dos! ¡Debería daros vergüenza! Se supone que sois sus amigos, cualquier excusa es inválida siendo que le habéis hecho daño a YangYang. ¡De haber sido en horario escolar podría haber destruido toda la universidad y la culpa acabarían por echársela a él! — Gritó colérico el cambia formas.

YangYang retrocedió sintiendo su respiración acelerarse, se estaba agobiando. Ten no dejaba de gritar y a pesar de saber que tenía razón solo quería que se callara de una vez. El rostro de su profesor permanecía serio y con el ceño fruncido, sabiendo que no había manera de defenderse. Hendery y Haechan miraban con tristeza y arrepentimiento a su amigo, intentando pedirle perdón en silencio. Pero aún así el menor sentía que se estaba ahogando, demasiadas emociones, demasiada presión. Ni siquiera había abierto la boca desde que llegaron al aula y la mirada del resto de sus compañeros sobre ellos tan solo lo incomodaba más y provocaban un nudo en su garganta.

Tembló en su sitio, allí de pie y no estuvo seguro de si sus piernas aguantarían mucho el peso de su pánico y su angustia. Suspiró de manera entrecortada. Solo escuchaba los gritos, sentía las miradas y como sus ojos se llenaban de lágrimas al no saber cómo actuar.

Los cristales de las ventanas se agrietaron de repente, haciendo que todos soltaran un grito ahogado por la sorpresa. Ten enmudeció al instante y se giró para mirar a su hermano, sus ojos azules se iban ennegreciendo poco a poco mientras intentaba acercarse a él con las manos en alto en señal de que no le haría daño.

Pero YangYang estaba bloqueado, no entendía en ese instante quién era el que tenía delante. El suelo empezó a moverse, haciendo que los objetos sobre las mesas se cayeran y el pánico se sembrara en los presentes. Hendery intentó avanzar hacia él pero Haechan se lo impidió, no era una buena idea. Cualquier paso en falso, cualquier indicio de que el miedo de YangYang aumentara significaría el derrumbamiento de todo el edificio. Por eso todos se mantuvieron en silencio, incluso el profesor Jaehyun quien repasaba mentalmente las maneras de someter un don descontrolado para intentar salvar la situación.

Cosa que no logró en absoluto. Fue Qian Renjun quien con paso firme y mirada relajada se acercó a la bola llorosa que era YangYang en ese momento y lo abrazó con fuerza, dejando que sus pequeñas manos acariciaran el cabello del que consideraba su único amigo.

El instante de temor silencioso y tenso sucumbió ante el descontrolado llanto del pequeño Liu quién había devuelto el abrazo a Renjun y se aferraba a él buscando consuelo. El suelo dejó de temblar, los cuchicheos comenzaron casi inmediatamente y el aula terminó por ser un absoluto caos.

Renjun pidió permiso a su profesor para llevarse a YangYang fuera, puesto que pretendía lavarle la cara en el baño. Este asintió sintiéndose algo perdido, la entera situación en la que se había visto involucrado lo había dejado en vergüenza por no haber sabido manejarla.

Hendery salió de la clase minutos después que los otros dos, no pidiendo aguantar el malestar que traía consigo por haber herido a YangYang. Haechan permanecía inmóvil después de haber presenciado de primera mano lo que era a alguien con el don de la destrucción dejarse dominar por este. Jaehyun demandó silencio a los demás, volviendo a su deber como profesor mientras que Ten observaba la puerta por donde su hermano se había marchado. Pequeñas lágrimas recorrían sus mejillas. Ver el miedo en los ojos de su ser más querido, el desconcierto que este había reflejado cuando intentó acercarse. No lo había reconocido. Se sentía herido a pesar de saber que no debería. Era algo normal que sucedieran esas cosas las primeras veces que uno experimentaba con su don pero no por ello dejaba de dolerle que un completo extraño hubiese sabido mejor cómo calmar a su hermano en vez de él. ¿Acaso no era asunto suyo como el mayor saber cómo actuar, cómo cuidar a su propio hermano?

—Lo siento... Solucionaré los daños... Espero que encontréis la manera de ayudar a mi hermano porque de lo contrario lo matricularemos en una universidad donde sí puedan.— Dijo Ten a Jaehyun.

Este asintió sabiendo que no les convenía en absoluto perderlo como alumno puesto que como presidente del consejo de profesores sabía cuánta falta les hacían los ingresos mensuales de los Liu.

Ten salió de allí sin saber a dónde dirigirse puesto que no conocía el lugar. Las lágrimas volvieron a aparecer mientras caminaba sin rumbo alguno por los pasillos desolados. ¿Qué había hecho mal? ¿Acaso sus conocimientos sobre la magia no eran suficientes? ¿Quizá no conocía del todo bien a YangYang como para poder calmarlo?

Chocó con alguien e inmediatamente reconoció el olor de Kun. Se relajó al instante y lo abrazó con fuerza, buscando poder refugiarse de su dolor interno. El otro chico permaneció algo tenso pero por no ser maleducado le devolvió el abrazo a aquel chico desconocido al que no le había podido ver el rostro.

Ten abrió los ojos al darse cuenta de un pequeño detalle. Kun le había dado mimos en su forma felina, nunca lo había visto en su forma humana y por lo tanto seguramente se estaría preguntando por qué demonios un auténtico desconocido lo había abrazado como si se conocieran de toda la vida. Ten no dudó en separarse rápidamente y huir, corriendo en busca de un lugar donde esconderse por toda la eternidad. Se escondió en un aula vacía y se tapó el rostro completamente sonrojado con las manos. ¿En qué estaba pensado al abrazarlo con esas confianzas? Ah, claro, en lo bien que se sentían sus manos sobre su cuerpo y en lo confortable que era su simple aroma para su ser. Aquellos pensamientos desconcertaron por completo al pelinegro. ¿Qué significaba eso?

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Hasta aquí el capítulo, Killers. Ni yo sé muy bien qué acabo de escribir haha. Pero igualmente espero que os haya gustado.

Hasta pronto 💞