Capítulo 1: Muerte y Reencarnación
Un día común, al menos eso diría si no fuera por lo que me sucedió. Siempre me pregunte que habría después de la muerte, aunque solo tenía intención de averiguarlo una vez llegará mi momento. Pero la vida es impredecible, tanto, que el día más normal puede transformarse en una tragicomedia. Sin imaginarmelo, sería uno de los días que mas dolores de cabeza me darían, por el solo echo de intentar entender todo lo sucedido. Todo sucedió de forma abrupta, pero imposible de olvidar. El día transcurría normal, nada especial, pero durante el transcurso del camino de regreso a casa de la escuela fui capaz de oír de algunas personas algo raro.
- Escuche que están secuestrando estudiantes últimamente. - Comentó una señora que barría el exterior de su negocio a una amiga que estaba con ella.
- Es cierto, escuché que lo hacen con la intención de tener a miembros jóvenes, pero que tengan más conocimientos sobre distintos temas para que sean más útiles. - Respondió entre susurros la mujer, a lo cual me detuve un momento, para después ignorar lo dicho y seguir caminando.
- (Chingao, sabía que el estudiar la universidad fuera de mi pueblo ya era arriesgado, pero ¿esto? No mamen, si que se está poniendo peligroso el asunto, solo deseo que no le pase a alguien que conozco, o a mi.)-
Pensé de manera preocupada, aunque a la distancia se podía ver un automóvil negro, el cual estaba detenido en una tienda.
- Jefe, ¿quiere que nos llevemos a ese joven que va ahí?. -
Pregunto un individuo armado por un teléfono a su jefe, el cual estaba en otro auto más lejos.
- Inténtalo, mandé a investigar a tu compañero sobre los alumnos más resaltantes de esa escuela. Y me ha dicho, que aunque no sea de los que tienen mejores calificaciones, es bastante astuto.
Así que hazlo, alguien que siempre puede pensar algo, incluso en aprietos nos puede ser útil. -
Respondió por el comunicador el jefe, mientras miraba los datos de una computadora, la cual tenía todos mis datos escolares y personales, a la vez que me miraba por unos binoculares.
- Entiendo jefe, -
Respondió el individuo encendiendo el motor de su auto.
- (Aunque no entiendo porque reclutamos a estudiantes, la mayoría de ellos ni siquiera sabe usar armas.)-
Pensó el individuo acelerando lentamente en mi dirección.
La velocidad y discreción del secuestrador era la suficiente como para que no lo escuchará, y se detenida lo suficiente como para evitar llamar la atención. Pero cuando el camino quedo más solo su velocidad, y rápidamente se posicionó a mi lado y bajo apuntandome con un arma.
- Muchacho, sube al auto ahora y no te disparare, ahora sube. -
Dijo el sujeto, a lo cual yo con las manos alzadas asentí, pues sabía perfectamente que hablaba enserio.
- ¿Para que me quiere? -.
Pregunté confundido, después de todo no es como que yo fuera alguien que resaltase a la primera.
- Calla muchacho, que tengo que hacer esto rápido, además más te vale mantenerte callado, ¿Entendido? -.
Pregunto de forma rápida el secuestrador, para después vendarme los ojos sin dejar de apuntar.
Minutos más tarde.
- Mierda, tenían que ser estos idiotas -
Fue la voz de mi secuestrador la que grito lleno de irritación, a lo cual rápidamente me quite la venda de uno de los ojos, siendo primero encandilado por la luz, y una vez acostumbrado, ví como otro auto estaba disparando hacia en el que yo iba.
- (Que mala suerte e tenido hoy, solo hace falta que muera aquí, eso sí ya sería el colmo) -.
Pensé de manera preocupada, pero para mí mala fortuna, uno de los tiros logro perforar el vidrio blindado y me terminó golpeando en la nuca.
Aunque, al ya haber perdido potencia no Mori instantáneamente si no que me desangre hasta morir.
- La puta madre -.
Grité ante el dolor, pero cuando abrí los ojos solo pude observar oscuridad.
- Ya decía yo, no soy un santo ni un demonio, así que del purgatorio no me mueven -.
Susurré con algo de gracia y pesar, después de todo siempre supuse terminar en esta situación al morir.
- Aunque me lo imaginé un poco más peligroso y no tan simple. -
Comenté al aire, para seguidamente toda la oscuridad transformarse en luz blanca, la cual me segó unos instantes. Cuando pude recuperar la vista, miraba que algo había aparecido enfrente mío.
- ¿Una ruleta? -
Me pregunté confundido mirando detenidamente la ruleta. La cual estaba detenida en mi nombre.
- Se que tienes preguntas, así que puedes hacerlas sin temor. -
Dijo una voz robusta aunque serena, la cual me produjo un leve escalofrío por la espalda. A lo cual curioso voltee la mirada varias veces pero no ví nada.
- Perdona mi descortesía, me puedes llamar Terry, un gustó verte joven Dante -.
Comentó la voz, para después entre la luz aparecer una figura de un hombre de cabello castaño y barba, el cual se encontraba en lo que parecía un Kimono de combate.
- Antes que preguntes algo sobre mi aspecto, este lo tome de acuerdo a un personaje de videojuego que conoces, la razón es sencilla. Al yo no tener una forma física como tal, decidí optar por una que conozcas. -
Comentó de forma tranquila el ser frente a mi, a lo cual intrigado miro la ruleta y luego a el.
- ¿Que significa que mi nombre este en esa ruleta? -.
Pregunté curioso, a lo cual el castaño sonrió, mientras se tomaba la barba.
- Veras, se que conoces muy bien que en el mundo existen distintos tipos de personas. Pero hay un tipo en especial, las personas que nunca dejan de existir. Estas son las que, de alguna u otra forma son recordadas.
No por grandes hazañas, si no por las personas que fueron. Tu eres una de esas personas. -
Comentó de forma alegre y tranquila el castaño frente a mi, pero lo que dijo me dejó aún intrigado.
- Está bien, entiendo pero. Lo que aún no entiendo, es el que hago yo aquí, y que significa la ruleta que está ahí. -.
Comenté de forma confundida, Provocando que el ser frente a mi riera con diversión.
- Apesar de saber que estás muerto, sigues siendo alguien curioso ¿no?. -
Pregunto esta vez de forma tranquila y amigable el castaño.
- Se que estoy muerto, y aunque es una desgracia y me duele por mi familia. Se que ellos tarde o temprano lo superarán, creo en ellos.
Por lo que ahora lo que me interesa es saber ¿porque yo?. De todas las personas del mundo que mueren al día, y de las personas que tú has descrito, ¿porque a mí? ¿Acaso la ruleta es por la cual me llamaste?. -
Pregunté está vez un poco más molesto, a lo cual el castaño solo negó con la cabeza mientras mantenía la sonrisa tranquila en su rostro.
- En parte, verás hay algo que debes saber. Los multiversos existen, no solo como los representan en los medios de entretenimiento. Si no, que aquello que llegaste a conocer cómo videojuegos y anime, son universos pertenecientes a este multiverso. -
Respondió de forma sabía el castaño, lo que me dejó sorprendido de sobremanera.
- ¿Estás diciendo, que todo aquello que ví solo como entretenimiento, son universos reales y que de alguna manera están conectados a mi mundo?. -
Pregunté emocionado y extasiado ante la idea de conocerlos, provocando una sonrisa alegre en el ser frente a mi.
- Estás en lo cierto, aunque no puedes ir de forma natural a ninguno de ellos. Los métodos más comunes son rituales, o invocaciones, aunque estos siempre son temporales.
Sin embargo, existe un método permanente, este es la reencarnación parcial o total. Antes que preguntes te los explicaré -.
Comentó el hombre adivinando mi duda, para después de sus manos crear una pequeña pizarra que coloco enfrente mío.
- Verás, las reencarnaciones normalmente son generalizadas, pero en sí existen 2 tipos. La parcial y la total, en el caso de la parcial es solo el cuerpo y alma. Totalmente despojados de sus recuerdos y conocimientos de la vida pasada. Pero, la total como lo indica su nombre, en esta conservas absolutamente todos tus recuerdos y alma.
El cuerpo es decisión del reencarnado si conservarlo o no, pues este tipo de reencarnación requiere intervención, esto porque deben ser utilizadas con alguna razón y la mía es simple. -
Dijo el castaño haciendo que la pizarra mostrará una imagen que reconocí al instante.
- ¿Elfen Lied? -.
Pregunté confundido, aunque dándome una vaga idea a lo que iba a decir.
- Así es, como dije anteriormente existe un multiverso, eso también aplica para cada universo perteneciente a un animé o videojuego. Aunque, en este universo de Elfen Lied, ocurrió una variación bastante inusual. Y es que algunas de las personas que ayudarían a Kaede a encontrar la luz no nacieron.
Y eso causará un gran descontrol en su universo. Así que pensé, ¿porque no darle la oportunidad a una persona de renacer ahí. Y que este ayude a Kaede a encontrar la luz en su vida?. -
Comentó de forma animada el castaño, a lo cual yo asentí comprendiendo ahora de mejor manera lo sucedido.
- Y supongo que por eso es la ruleta que tienes ahí. Sabías que no cualquiera estaría dispuesto a eso, y ahí están los que estaban dispuestos a esa condición. Y resulta que fui yo el afortunado, y por eso estoy aquí. -
Dije de manera analítica, pensando en las posibles consecuencias para mi.
- Así es, hoy fuiste tú quien murió y por eso te explico esto. Si aceptas este trato, los demás pasarán a donde deban ir, pero si no aceptas estaré haciendo esto con los demás hasta que alguno acepte. -
Respondió de forma despreocupada el ser, que rápidamente me sonrió de forma tranquila.
- Aunque creo que no hace falta hacerlo, noto en tu mirada que te interesa -.
Me dijo amablemente, a lo cual me encogí de hombros con una sonrisa divertida.
- Bueno, francamente me interesa. Además si tengo que ir al cielo, infierno o purgatorio.
Prefiero un millón de veces reencarnar en otro universo, después de todo, eso suena increíblemente entretenido. -
Respondí de forma emocionada, provocando que el castaño riera de forma alegre ante la respuesta.
- Bien Dante, se que estas ansioso por esto, así que te diré una última cosa.
Dije que era decisión tuya el conservar tu cuerpo actual o no.
Dime con cual deseas reencarnar, para encargarme, oh además. Al ser esta una variación muy rara, no sabría que cosas más hayan cambiado. Por lo que está vez, te daré algo extra para que seas capaz de defenderte a ti y Kaede.-
Me dijo el ser mostrando enfrente mío un pequeño recuadro, el cual decía avatar.
- ¿Enserio? ¿Como si se tratara de un RPG?. -
Pregunté de forma incrédula, pero con una sonrisa divertida ante la ironía.
A lo cual el castaño solo se encogió de hombros con una sonrisa divertida en su rostro.
- (Bien bien, sin duda alguna debe ser algo con lo que se, que sin importar lo que me des para defenderme a mí y Kaede, sea fácilmente adaptable. Y tampoco algo muy exagerado). -
Pensé de forma analítica moviendo algo la apariencia del avatar, para luego reiniciarla un par de veces, hasta que recordé algo.
- (Que tal este. Si es el más adaptable y menos exagerado que se me ocurre de momento) -
Pensé mirando el diseño, para después extenderle el recuadro de avatar al ser frente mío.
- Así que decides cambiar tu cuerpo. Bien, ahora solo te diré que lo que te daré como extra, es el poder de la electeoquinesis.
O en otras palabras, la manipulación de los rayos, se que tienes unas cuantas cosas en mente sobre esta. Así que solo quiero decirte una cosa antes que reencarnes totalmente en tu nuevo mundo. -
Dijo el castaño acercándose a mi, y después tomarme del hombro.
- Busca ser feliz, que tú meta secundaria sea ayudar a Kaede.
Pero aprovecha esta oportunidad y se más feliz de lo que fuiste originalmente, recuerda. Esto no es una misión, es una oportunidad nueva, así que no lo tomes como una misión encomendada por mi. -
Comentó de forma tranquila, mientras tenía una sonrisa amable el castaño.
- Tómelo como trato echo señor Terry, pase lo que pase. Yo buscare la felicidad para mi, y para Kaede. -
Respondí de forma segura, mientras sentía vigorosamente a la vez que alce mi puño con confianza.
- Exelente, ahora me despido de ti. Solo deseándote suerte, ahora puedes reencarnar. -
Comentó, colocando su dedo índice en mi frente, para después perder la conciencia nuevamente.
Pero esta vez, sintiendo mi cuerpo mucho más pequeño y débil.
Señal clara, que había Reencarnado
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