₊ ꒰ ୨🪓୧ ꒱ ₊ Capitulo 1: Promesa.
Cansado, dolorido y aún muy agotado. Así era como se sentía Taehyung, aunque el lugar en donde se encontraba ahora era muy suave, no era como su cama normal, pero le mantenía caliente y cómodo.
Abrió los ojos de manera perezosa, parpadeó varias veces mirando con detalles el lugar en el que estaba. No conocía el techo, que parecía estar hecho de madera rústica.
Trató de sentarse en y dejó escapar un quejido pequeño cuando lo hizo, su cuerpo estaba todo magullado, pero también un poco ligero, quizás por el descanso que pudo haber tenido.
Miró a los lados, solo había una pequeña mesa de madera al lado de la cama en la que estaba y una ventana, el cuarto era relativamente pequeño, más que su cuarto, y la ventana estaba cubierta por algún tipo de tela, por lo que no podía ver bien que había afuera.
Se asustó cuando escuchó la puerta abrirse de repente, una anciana bajita estaba entrando, y al fijar su vista en él pareció un poco sorprendida. Lo más raro que Taehyung pudo ver en ese momento fue, mirar como ella movía la boca y hablaba, pero no le entendía nada.
Taehyung no entendía ni una palabra de lo que ella decía, así que tampoco sabía que responder, solo se encogió sobre su puesto, tratando de arroparse de nuevo con la manta que tenía.
Al no recibir respuesta, la anciana salió de la habitación en Taehyung suspiró profundamente, no sabía qué hacer, ni siquiera sabía en dónde estaba. Además, no recordaba bien cómo fue que había llegado a ese lugar.
Lo último que recuerda era haber estado buscando unas cuantas vallas con sus amigos, y después, todo se vuelve borroso.
—Mi cabeza...- debió haberse golpeado con algo, de otra forma podría recordar algo, su estómago rugió y de repente se sintió muy hambriento.
La misma anciana de hace un momento entró, pero ésta vez tenía unas cosas en sus manos, agua y carne, ella le ofreció y el castaño sonrió levemente con gratitud tomando el agua primero, fue como una bendición a su garganta seca.
Después tomó la carne, lo curioso era que solo era carne, estaba asada, un poco cruda para su gusto, y era un trozo muy denso. Nada como los pequeños trozos que solía cortar cuando él preparaba carne de esa forma, pero comida era comida y no podía rechazar con asco la comida que una buena mujer le estaba ofreciendo.
—Muchas gracias.- dijo antes de tomar la carne con sus manos y llevarla a su boca para comer, no sabía si era por el hambre o no, pero le pareció muy buena, estuvo concentrado en la comida, y no se había dado cuenta de que la mayor había salido nuevamente.
Taehyung terminó de comer rápidamente, dejó el plato sobre la mesa al lado de la cama. Trató de levantarse, quería salir y ver en donde estaba, quizás podría volver rápidamente a su hogar si buscaba ayuda, aunque, si todos allí hablaban como la anciana, buscar ayuda sería algo difícil.
Taehyung pareció llegar a lo que era un cuarto lleno de medicina, podía reconocer algunas plantas que eran utilizadas como ungüentos para curar heridas y desinfectar.
Sentía las piernas débiles, por lo cual se apoyaba en la pared para caminar.
Vio como la mayor entró por la puerta principal y le miró un poco sorprendida de verlo allí de pie, pero aún así le ofreció su mano, Taehyung la tomó, estaba seguro que ella lo quería ayudar y guiar hacia un lugar importante.
Habló, pero no entendió nada de lo que ella dijo, y eso a Taehyung , quería saber qué idioma estaban hablando, nunca lo había oído, bueno, no era como si hubiera escuchado o hablando otro idioma que no fuera el suyo.
La mayor lo guio con pasos lentos hacia afuera, Taehyung le siguió un poco nervioso, ahora que lo pensaba mejor, la verdad no tenía ni la más mínima idea de qué hacer.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando llegó afuera, una fuerte mezcla de aromas lo golpeó, se quedó pasmado al ver tantas personas que no conocía mirarlo, todos ellos tenían rostros curiosos sobre su persona, la mayoría eran alfas.
Los más jodidos alfas grandes que haya visto en su vida, los alfas en su aldea no eran unos gigantones, aunque sí eran más altos y musculosos que los Omegas, pero eso era más que obvio en la naturaleza.
Los machos siendo más grandes y fuertes que las hembras. Los alfas en su aldea normalmente le ganaban de altura por una cabeza, y no era como si Taehyung fuera un Omega grande, tenía el tamaño incluso unos centímetros más pequeño que los demás omegas, en parte, pues Jimin solo le ganaba por unos pocos.
Taehyung dio un paso hacia atrás, se sentía muy intimidado, habían muchas personas, muchos alfas al frente suyo, tantos como una manada de lobos arrinconado a su presa.
Escuchó algunos murmullos, y pequeños gruñidos. El aire estaba denso, lleno de ansiedad y excitación, Taehyung sentía que debía salir corriendo de allí antes de que fuese devorado, sin embargo, es más fácil pensar eso que hacerlo, sabía que con su cuerpo débil no podría correr ni tres metros antes de que fuese atrapado.
Un fuerte gruñido se escuchó entre la multitud, haciendo que Taehyung se volviera de piedra, un alfa en particular salió de entre ellos y se acercó. Era alto, como todos los demás allí, su cabello rubio ceniza se miraba tan salvaje como él mismo alfa.
Sus orejas estaban perforadas, teniendo dos colmillos pintados de rojo como adornos, varios collares sobre colgado en su pecho, pinturas raras en sus brazos, tenía varias cicatrices en su musculoso abdomen, hombros y algunas pequeñas en los brazos.
Taehyung tuvo que alzar la cabeza cuando estuvo al frente suyo, se sentía tan pequeño, muy pequeño ante esa intimidante figura, una mano tomó un brazo suyo y tembló ante su calloso toque.
El rubio de ojos azules parecía inspeccionar su brazo, su mano, no se esperó que tirará de su brazo hacia arriba y pegara su nariz en su muñeca. Taehyung soltó un pequeño chillido cuando sintió como la lengua del alfa pasó sobre su muñeca, dando un pequeño sonido de aprobación.
—¿Qué hace?- el pecoso preguntó, pero el rubio no le respondió y solo lo arrastró por entre los demás hacia otro lado, Taehyung miró hacia atrás, notando como los demás le seguían.
¿A donde lo llevaban?, No tenía ninguna idea, ¿Qué harían con él?, Era lo que más se preguntaba y lo que más temía. Tenía miedo de que lo usen a su antojo y después solo lo desechen, Taehyung era virgen, ya que nunca se sintió atraído por ningún alfa, nunca pasó sus celos con uno.
Y solo la idea de que los alfas de allí usarán su cuerpo sin su consentimiento le hacía temblar. No se esperó que fuese obligado a sentarse sobre una cómoda piel, parecía estar rellena con algo suave, lo que le hacía estar más cómodo aún.
Miró a todos lados aún más nervioso, parecía estar en su sitio un poco elevado, y también era rodeado por los demás, ¿Ese sería su destino?, Ciertamente le hubiera gustado algo mejor, tal vez haberse apareado con un buen Alfa, tener lindos cachorros, una vida tranquila.
¿Ahora tenía que resignarse a atender a esos alfas?, No había visto ningún Omega hasta el momento, solo algunos betas, nada más que eso. Todos le miraban expectantes, como si estuviesen esperando que hiciera algo, ¿Acaso debía quitarse la ropa o algo?
Pensar en que tenía que mostrar su cuerpo desnudo a tantas personas lo hacía avergonzarse demasiado, Taehyung sintió como su rostro se volvía rojo, incluso sus orejas. Y lo que atinó hacer solo fue agachar la cabeza un poco, no quería problemas, solo quería irse a casa.
Taehyung dio un pequeño brinco en su puesto cuando escuchó un gruñido, al alzar la vista, vio como el alfa de cabellos amarillos ceniza alzaba su puño hacia el, como si estuviera haciendo algún tipo de promesa, no solo fue él, muchos otros también lo hicieron.
El Omega solo ladeó su cabeza, sin entender nada, no sabía que estaba ocurriendo, pero al menos agradecía que su ropa que mantendría en su cuerpo.
Jungkook tenía una sola cosa en mente en ese momento.
Llenar a ese Omega con sus cachorros, nunca antes había estado frente a uno, excepto por su padre, fue un Omega, lo recordaba con claridad, él fue la dulzura en su vida, cuando estaba pequeño siempre le gustaba abrazarlo, meter su cabeza en su cuello y aspirar ese aroma tan suave y calmante.
Eso era lo que representaban los omegas en su aldea, la suavidad de la naturaleza, lo opuesto a ellos, los alfas eran los cabezas duras, los que peleaban hasta romperse los huesos. Mientras que los omegas eran sonrisas y dulzura, muy suaves.
Lo malo era que cada vez menos omegas fueron naciendo, quizás sería por la sangre tan fuerte que tenían los alfas, y las siguientes generaciones fueron de puros ellos. Por suerte para Jungkook , Jungseol , su padre Omega, uno de los pocos omegas que habían en aquellos tiempos se emparejó con Cristal, una alfa que ganó la pelea para tener ese derecho.
De ahí nació el, un alfa, y desde pequeño mostró esas características, siendo un pequeño de temperamento fuerte. Aún así, su padre Omega lo amó como era, cuando su madre lo regañaba hasta el cansancio por las peleas que perdía con los otros.
Su padre lo abrazaba y acariciaba su espalda diciendo que se haría más fuerte para la próxima, y que ganaría siempre. Jungkook lo hizo, por sus padres, siempre volviéndose más fuerte, aguantando el dolor de su cuerpo y volviéndose invencible.
Para cuando se volvió mayor, pudo ver el orgullo en los ojos de sus padres, al verlo volverse el jefe de la tribu, pero, en un fuerte invierno su padre se enfermó, sus pulmones no le dejaban respirar bien y al final murió.
Su madre murió no mucho después en una pelea en contra de un oso pardo. Odiaba a esas bestias.
Ahora, estaba al frente de un Omega hermoso, con un aroma que lo hacía desear arrancarle esa ropa que traía puesta y montarlo ahí mismo al frente de todos, para demostrar a los demás a quien le pertenecía, y de quién serían los próximos cachorros.
Pero aún si era el jefe, no podía, debía llevarse a cabo las normas, solo un alfa fuerte podía darle al Omega cachorros fuertes, por eso, se peleaban casi hasta la muerte al frente de los omegas, para mostrarle quien sería un buen candidato para dárselos.
Sin embargo, había también otra norma, el Omega podía detener la pelea y escoger al alfa que quisiera, aún si éste no ganaba ninguna pelea. Algo que sabían todos era que a los omegas no se les podía obligar aparearse con un alfa que no querían.
Eso podría hacer que el delicioso aroma del Omega se volviera podrido, y se pusiera triste. Eso no era bueno para el alfa, ni para los cachorros que fueran a nacer del apareamiento forzado.
A Jungkook le encantaba el aroma que dejaba salir el Omega, aunque estaba visiblemente nervioso y un poco asustadizo, aún así tenía ese suave aroma un poco dulce y fresco, como las plantas, nunca había olido algo parecido.
Sabía que no era al único que le había gustado el aroma del Omega, había visto el brillo lujurioso de los demás en él, paseando sus ojos por su cuerpo bien formado.
No era el único alfa con ganas de aparearse con el Omega, y poseerlo, hacerlo gemir, llenarlo de semilla para que se hinchara con cachorros.
Sonaba mal, pero era una aldea llena de alfas urgidos sin omegas, ¿Qué se podría esperar de ellos? Los omegas eran mejor para aparearse que las betas, ellas no tenían aroma, y no podían resistir un celo de un alfa, pero cuando se acercaba los alfas tenían que tomar té de hierbas para mantenerse cuerdos y no dejarse llevar.
Jungkook alzó su puño haciendo una promesa ante el Omega, iba a ganar, le demostraría que era el mejor alfa de todos, hacerle saber que era mejor opción para darle fuertes cachorros.
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