Capitulo 3: Ganador.
Izuku estaba muy contento, pasó parte de la mañana buscando frutas y algunas verduras.
Para su suerte, Katsuki lo llevó a donde habían muchas frutas, bueno, lo que se parecían serlo. ¡Incluso los encontró un campo lleno de tubérculos!
Mayormente papas, pero también encontró unos rábanos y jengibre. Por eso le encantaba el bosque, crecían muchas cosas deliciosas en el.
El rubio había cargado la canasta improvisada que había hecho, la llenó de todo tipos de plantas comestibles que encontró, muchas de ellas eran saborizantes para la comida.
Podría hacer incluso un estofado decente, así no tendría que comer solo carne asada, pero no sólo había conseguido eso, también había conseguido muchas frutas, algunas bayas y más fresas, agradecía mucho al bosque por eso.
—¡Verás que hago algo muy bueno y te gustará!- Izyuku sabía que el rubio no le entendía nada, pero quizás dejaba salir un aroma muy alegre, porque también el rubio se miraba relajado con lo que hacía.
Cuando volvieron a la aldea, Izuku sintió todas la miradas de los demás encima, parecían curiosos. El Omega solo sonrió un poco apenado, se acercó a una de las betas y le dió una fresa madura, ella parecía confundida pero Izuku solo le sonrió.
Buscar una vasija grande para hacer la comida fue algo complicado, la única más grande que tenían era para cargar agua. Hizo que un alfa picase un venado en trozos pequeños, no tanto pero eran mucho más pequeños que las presas que ellos ponían asar.
Las Heras curiosas le ayudaron arreglar las verduras que había conseguido, a pelarlas y limpiarlas. Dos horas después, un gran estofado se cosía sobre el fuego, el olor de la comida empezó a inundar el lugar.
Ahora los demás parecían asombrados, e intrigados, querían saber lo que estaba haciendo. Izuku guardo las bayas y fresas para hacer una mermelada despues.
Tomó una pequeña taza de madera para probar el guiso, y dió su aprobación. Estaba delicioso, después sacó un poco más y le ofreció a la beta que estaba al lado suyo, la de cabellos naranjas.
—Prueba un poco, estoy seguro que te va a gustar.- ella le miró, estaba seguro que le había entendido lo que quería decir, vió un poco dudosa el guiso, pero después probó.
Ella lo saboreó y después abrió los ojos sorprendida, la beta rápidamente buscó una taza para que le echara más. Izuku le dió y ella solo empezó a comer gustosamente, dijo algo que no entendió y los demás se acercaron a probar.
Solo pasaron unos minutos y la gran vasija de estofado se vació, Izuku había sacado una gran cantidad para el alfa rubio y le sonrió mientras se lo ofrecía, el alfa tomó la comida y primero la probó, para después empezar a comer rápidamente.
No habían cucharas, así que tenían que voltear un poco la taza en sus bocas y después comerse la carne cocida con las manos, era un poco desastroso, pero le gustaba que disfrutarán de una buena comida.
Izuku al fin pudo comer a gusto, y pareció que todos estaban satisfechos también, no había sido mucho al repartirse entre bastantes, pero quizás ya habrían comido carne antes de que el hiciera el estofado, los había terminado de llenar.
El pecoso miró que en el fondo de la vasija había quedado un poco, no mucho, y solo podía llenar media taza. Se lo podía dar a alguien, miró a los demás para ver a quién podría ser, y se fijó en un cachorro de cabellos negros, parecía ver su taza fijamente, Izuku no recordaba haberle dado a él.
Quizás otra persona le había dado, pero no había sido suficiente, se acercó con cuidado y le ofreció la taza con el estofado.
—¿Quieres más?, Es tuyo.- el pequeño lo miró, después a la comida, terminó por aceptarlo y comer, Izuku sonrió acariciando un poco su cabello, era un cachorro muy tierno.
Dejó al pequeño comer en paz y fue a sentarse en un tronco, estaba satisfecho, no sabía si era ese instinto maternal que tenía, pero le gustaba ver que todo habían comido algo más que solo carne, además de que ese cachorro también hubiera tenido una buena ración.
Ahora pensaría en como hacer esas mermeladas con las fresas y las bayas, iba a necesitar miel, pero no había visto por ninguna parte, tendría que ir a buscar después.
Pasó unos minutos allí sentado, antes de que el alfa rubio llegara de nuevo, le ofreció la mano y la tomó, quería ver para dónde lo llevaría ahora, pero para su sorpresa fue llevado la misma almohada de antes.
—¿Por qué otra vez aquí, tengo que hacer algo en especial?- preguntó confundido, no quería sentarse allí por horas otra vez, pero el alfa solo puso sus manos sobre sus hombros y lo empujó hacia abajo.
No tuvo más remedio que hacer lo que le decía, se sentó y vió como el rubio bajaba de nuevo hacia el campo de peleas de antes.
—Ay no.- la verdad había creído que las matanzas entre ellos ya se habían acabado, pero al parecer se había equivocado bastante.
Tuvo que morirse de nervios al ver como los alfas nuevamente se agarraron entre sí a golpes limpios. Sin embargo, lo que más le asustó fue ver como un alfa de cabellos marrón y corpulento goleó brutalmente al rubio.
Casi tembló ante eso, quizás se le había partido hasta un hueso o algo, Izuku sintió su boca seca cuando eso pasó. Pero aún así, el alfa rubio, que estaba herido, buscó la manera de ganarle a su contrincante, parecía débil y ahora tendría que pelear contra un alfa de cabellos rojos.
Izuku lo había visto a él también pelear contra otro alfa y parecía un poco cansado, pero Katsuki lo estaba más, además de ese golpe en su costado lo tenía mal.
Los escuchó gruñir entre ellos antes de lanzarle uno contra el otro. El pecoso podía ver el sobre esfuerzo que estaba haciendo el alfa rubio, y el otro alfa parecía tener una ligera sonrisa en el rostro, sabiendo que tenía posibilidades de ganar.
Izuku sintió su corazón hundirse cuando vió al peli-rojo darle con su puño al punto débil del rubio, con mucha fuerza. Katsuki había soltado un quejido y caído varios metros hacia atrás, pero aún había quedado dentro de la arena.
—¡No espera!- el pecoso tenía miedo de lo que le pudiera pasar al rubio ahora, y ver como el peli-rojo se acercaba para obviamente darle el golpe final.
Fue como un impulso para que se pudiera levantar de la almohada en la que estaba sentado y correr hacia ellos, ni Izuku sabía cómo había corrido tan rápido, yendo hasta donde estaba el rubio y abrazarlo por los hombros.
Protegiéndolo con su propio cuerpo.
—¡Déjalo ya!- Izuku gritó cerrando los ojos y abrazando con fuerza al alfa, no sabía porqué, pero no podía soportar el hecho de que le pudiera lastimar más.
El Omega interior del pecoso se regocijaba cuando lo veía ganar, más ahora que sabía que podría perder, era algo que no quería. Izuku sentía sus instintos pedían que lo protegiera, aún si no podía hacer mucho, no quería que el alfa rojo le hiciera más daño.
(...)
Katsuki estaba atónito, y Kirishima al frente suyo también lo estaba, no se habían imaginado que el Omega pudiera intervenir de esa forma, pero lo que si sabían era que; Katsuki ya había ganado, que Izuku fuera hasta el y le abrazara de esa forma para protegerlo representaba un legítimo interés.
El rubio se sentía afortunado, ganador, había hecho que el Omega se interesara en el, le miraba como un pretendiente digno para que lo tomase. Katsuki podía oler el miedo, y la molestía que venía del Omega mientras le abrazaba.
Pasó una mano por su espalda con suavidad, el rubio vió a Kirishima irse con la cabeza gacha, ya nadie tenía oportunidad para ganarse al Omega.
Katsuki trató de arrullar al pecoso de manera baja, no era bueno con eso pero trataba, sintió como poco a poco se relajó y abrió sus hermosos ojos para verle.
El pecoso miró a los lados, seguro buscando al bastardo de cabellos de mierda, pero él ya no se encontraba en el lugar.
—¿Estás bien?- Katsuki no sabía que le había preguntado, pero por el tono de voz supuso lo que sería.
El rubio había recibido palizas peores, pero quizás se llenó de mucha confianza y dejó vulnerable algunos puntos débiles, sin embargo, la verdad eso no le importaba ni lo más mínimo ahora.
Tenía al Omega que quería, podrían aparearse y llenarlo con sus cachorros, a pesar de su cuerpo mayugado, estaba feliz.
Katsuki se levantó del suelo y fue seguido por el pecoso hasta llegar a un banco para sentarse allí soltando un suspiro de alivio, ahora solo le tocaba descansar para que sus heridas sanaran.
Katsuki vió como el pecoso parecía indeciso en su quedarse o irse, parecía que quería hacer algo, el rubio solo acarició su cabello y sonrió levemente con algo de arrogancia, nada podría derrumbar fácilmente a Katsuki Bakugou.
Aún así, el pecoso le dió una pequeña sonrisa antes de irse y perderse a quien sabe dónde, lo dejó, pues seguro iría por algo para sus heridas. El rubio se quedó allí, recuperando el aire perdido de sus pulmones, Katsuki quería comer un poco más de lo que el Omega había hecho hace rato.
No sabía que la carne de los animales se podrían preparar así, menos con esas cosas que habían sacado de la tierra, le gustó bastante, y esperaba que el pecoso hiciera más.
Katsuki no sabe cuándo tiempo estuvo esperando al Omega, pero éste llegó con unas cosas en su mano, también parecía tener algo caliente y humeante en una pequeña taza, arrugó la nariz al reconocer el aroma de las plantas que utilizaba la vieja curandera.
No eran para nada sus favoritas, pero, el aroma de la taza que tenía el pecoso era algo raro, le parecía haberlo olido antes pero no de la forma en la que lo olía en ese momento.
—Es un té de manzanilla, aunque no encontró nada de miel para endulzarlo un poco.- por segunda vez Katsuki no entendió ni una palabra de lo que decía el pecoso pero al ver su concentración al hablar, supo que le estaba explicando algo.
Aunque no sabía, Katsuki aún así tomó el agua caliente que le estaba ofreciendo el Omega y lo bebió, tenía un ligero olor dulce y no sabía tan mal, fue mejor que muchas otras cosas que la vieja curandera le había hecho tomar.
Katsuki le dió de nuevo la taza al Omega y éste la recibió dándole una sonrisa, eso antes de que se cayese de sus manos al suelo. El rubio rodó los ante la torpeza del pecoso, de verdad que lo era.
—Deku, torpe Deku.- ya había encontrado un apodo que fuera a la perfección con el Omega, era Deku, su Deku, al cual tendría que cuidar con su vida de ahora en adelante, y eso se lo tenía bien presente.
—¿Deku?- el pecoso preguntó confundido, Katsuki solo se rió pasando una mano por esos suaves cabellos verdes nuevamente.
El rubio se dejó curar del pecoso, quien al parecer era bueno haciéndolo, supo que tenía experiencia limpiando y poniendo la pomada sobre la herida, además de ponerle una cosa pegajosa para que la tela se pudiera mantener pegada a su piel.
—¡Ya está!- lo escuchó exclamar algo en su idioma y le sonrió, Katsuki podía ver como sus mejillas suaves dejaban ver unos pequeños hoyuelos al sonreír.
Lindo en muchos sentidos, ahora entendía a su madre cuando pasaba el rato acariciando el rostro de su padre, Katsuki hizo lo mismo, llevó su mano hacia el rostro del pecoso, viendo como éste se sonrojaba.
Estaba decidido, esa misma semana haría al Omega gritar su nombre con placer, Katsuki miró a la beta de cabellos naranja pasar cerca de ellos y la llamó.
—Oí, ojos saltones, vayan preparando la carpa cerca de la cascada.- ella asintió rápidamente y se apresuró a ir con los demás para avisar, el rubio se lamió los labios, ya quería que eso pasara.
(...)
Oficialmente, Izuku no tenía esperanzas de llegar a los diez capítulos virgen.
<( ̄︶ ̄)↗
Se que varios se preguntan la razón por la cual en las etiquetas aparece el "Kirikami", déjenme decirles que ese no será el único ship dentro de la tribu del Kacchan. (´⊙ω⊙')
Akdkadk espero que les haya gustado.
Zaorycast. ✨✨
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