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𝐂ap. 𝐂uatro | 𝐏𝐚𝐫𝐭 02 | ♥︎!

Cap. 04 (Part Two): Retirada.

Advertencia: en este capítulo hay una escena +18, la misma es 3P (trío), esto puede incomodar a algunos, así que si les disgusta pueden saltar la escena.

Luego de algunos minutos la mirada de Jungkook estaba un poco más clara, aunque las esquinas de sus ojos estrellados se encontraban un poco rojizas por sus lágrimas y sus labios estaban hinchados por los constantes besos del súcubo, demostrando así el intenso placer que había sentido su cuerpo.

El pelirosado besó, lamió y mordió el cuello del peligris por un rato antes de darle una sonrisa traviesa y salir muy lentamente de su interior, haciendo que el gobernante emitiera un pequeño gimoteo.

Los ojos del súcubo no pudieron evitar deleitarse con la vista del cuerpo tembloroso de su amado emperador, su cuello manchado de besos y marcas rojizas, el como su semen recorría los muslos del peligris y como la propia semilla de Koo manchaba su abdomen pálido.

Cada tramo de piel, al igual que cada rincón de su cuerpo marcado de alguna forma por el pelirosado, señalaban lo despiadadamente amado que había sido hace poco.

Jimin se lamió los labios, besó rápidamente la comisuras de los labios de su bonito chico y abrió la boca dispuesto a proponerle una segunda ronda, pero entonces escucharon toques en la puerta.

Los toques eran apresurados e impacientes, claramente la persona detrás de la puerta no quería esperar mucho por una respuesta.

Los ojos de Jungkook se abrieron con sorpresa al igual que sus labios, su cuerpo se puso rígido y Jimin claramente lo notó.

— ¿Mhm? ¿Asustado de que alguien pueda pillarnos, bonito? —preguntó con esa voz magnética suya, aquella que hacía latir siempre el corazón del emperador y que enviaba escalofríos por su espalda.

Cada día Jungkook experimentaba de primera mano las rumoreadas habilidades de seducción de los súcubos. Tampoco se quejaba demasiado, amaba a Jimin.

Lo cierto, es que el peligris si tenía miedo de que alguien pudiera verlos, a pesar de que no le gustaba mucho esconder a las personas en el palacio el amor que tiene por sus amados consortes, tampoco quería que cualquier miembro de la servidumbre lo viera en esta vergonzosa y obscena situación.

Una cosa es saber que tu normalmente arrogante y frío emperador era amado por los miembros de su harén, otra muy diferente verlo en vivo y en directo.

La verdad era que Jungkook no quería ninguna de las dos opciones.

El emperador entró un poco en pánico, pero después de todo era un gobernante, pronto calmó su mente y miró al pelirosado con dureza.

— Vístete. Ahora. —dijo con voz dura, ese tono de voz exigente propio de su título como emperador, tono de voz que solo ponía al pelirosado más ansioso y caliente.

Los ojos del súcubo se oscurecieron con deseo, y en lugar de cumplir la orden de Jungkook, sus manos tomaron las caderas del emperador y apretaron la carne blanda.

— Su majestad se siente tímido. Eso es lindo. —dijo con voz ronca, el pelirosado se lamió los labios y forzó al peligris levantar el trasero.

— Jimin. —La voz de Jungkook era fría, estaba claramente enojado, el mencionado casi sintió ganas de acatar la orden de su niño bonito.

Pero, no lo hizo.

— Cariño, sabes tan bien como yo que me deseas. —murmuró en su oído luego de inclinarse hacia él, su pecho pegado a la espalda del gobernante mientras este se mantiene contra la pared. El pelirosado pudo escuchar la respiración de su chico acelerarse.

— Jimin, te deseo. —dijo luego de algunos segundos seguido de un pequeño gruñido amenazante que hizo saltarse un latido el corazón del mencionado—. Mierda, lo hago, pero no quiero que los sirvientes nos vean esta vergonzosa situación ¿qué pensarán de mí? —Luego de esas palabras el emperador forzó su cuerpo ya suave y dispuesto a moverse lejos del alcance de las traviesas manos del súcubo.

Claramente, Jimin no lo iba a dejar escapar de su agarre.

Mantuvo sus manos aferradas a las caderas del peligris, Jungkook frunció el ceño y estaba a punto de decir algo, pero entonces escucharon otro par de toques en la puerta, esta vez más rápidos e impacientes.

Jungkook le hizo una seña a Jimin para que no dijera ni una sola palabra y estiró su mano para tomar su ropa, pero antes de poder hacerlo, escuchó la puerta siendo desbloqueada, sus labios se abrieron con sorpresa al igual que sus ojos, ningún sirviente común debería tener las llaves del palacio.

Solo sus consortes las tenían.

Se quedó un poco confundido, y entonces, antes de poder siquiera decir algo u ocultarse, la puerta se abrió rápidamente, pronto revelando el hermoso rostro impaciente de Taehyung.

Inevitablemente, y aunque no debía dada la situación, Jungkook emitió un suave suspiro de alivio.

El tritón tenía hermosas ropas de tonos azules con decoraciones de peces koi en plateado, su expresión era de pura irritación, al ver al peligris pareció calmarse, pero igualmente miró al pelirosado con impaciencia en sus ojos.

— Apresúrate, Jimin. —dijo el rubio, sus ojos del color del mar con un fascinante brillo helado.

El mencionado emitió una leve risita traviesa que erizó la piel de Jeon.

— No puedo hacerlo, Taehyungie. Deberías de saber que es muy difícil alejarse del tentador cuerpo de nuestro bebé. —dijo con esa voz coqueta, sus pícaras manos amasando con dulzura la suave piel de las caderas del peligris.

Jungkook no pudo evitar soltar un suave gemido que envió escalofríos por la espalda de ambos consortes, Taehyung gruñó y miró a Jimin.

— Eres un descarado. —dice el tritón haciendo que el pelirosado pusiera los ojos en blanco con fastidio. El cuerpo del peligris se volvió suave con sólo unos toques.

— ¿Estás celoso, pecesito? —La voz del súcubo era burlona, sus manos para nada honestas disfrutando de acariciar las caderas y el redondo trasero de su emperador, que solo podía soltar suaves jadeos mientras intentaba apartarse sin éxito de las manos de su amado Jimin.

Taehyung frunció el ceño ante la pregunta llena de burla del pelirosado, cruzó los brazos sobre su pecho y dió dos pasos al interior del estrecho armario.

— ¿Celoso? ¿De ti? —Su voz era una mezcla de incredulidad y burla por el tremendo descaro de Jimin.

— Sí, pecesito, de mi. —dijo Jimin con una de sus sonrisas, Jungkook puso los ojos en blanco por la pequeña discusión de sus consortes, dio un manotazo a las manos del pelirosado, pero el súcubo no se dió por aludido y siguió acariciando su piel, lentamente su mano viajaba a lo largo de sus caderas hacia su pecho, rozando aquellos dos pequeños botones rosados.

El tritón suspiró y se acercó a ambos, las manos frías del rubio acariciaron la nuca del humano, Jungkook emitió un suspiro de gusto por las caricias, seguido de un gemido cuando Jimin apretó sus pezones con sus dedos, en sus labios una sonrisa lujuriosa que hizo al corazón del emperador saltarse un latido.

— ¿Por qué estaría celoso de ti, Jimin? —cuestionó Taehyung con una suave sonrisa en su rostro, sus ojos azules con un brillo travieso, que hicieron que la respiración de Jungkook se cortara—. Cuando mi niño precioso reacciona tan bien a mis toques. —dijo con una risita arrogante, el peligros se estremeció cuando la mano fría del tritón recorrió su cuello entero hasta llegar a su cabeza, apretó su suave cabello con fuerza haciendo jadear al emperador, mismo que notó las escamas en el cuello del ojiazul, estuvo tentado a tocarlas como siempre lo hacía, pero las caricias del súcubo a su cuerpo aún sensible por las actividades anteriores, le distrajeron de ese pensamiento.

El emperador pudo escuchar el gruñido del súcubo, al parecer ansiaba competir con Taehyung por su atención, pero Jungkook estaba más interesado en recibir más que unos simples toques.

— T-Taehyung. —Su voz entrecortada y jadeante hizo que ambos hombres le miraran, dos pares de ojos mirándolo con profundo amor e intensa lujuria.

— ¿Qué sucede, cariño? —preguntó el rubio, sus manos aún sosteniendo el cabello gris y lacio de su bebé, se inclinó hacia él, haciendo que Jungkook sintiera su aliento sobre su rostro, el mismo tenía un tenue aroma a mar.

— Te necesito. —No pudo evitar decir con un puchero, Kim sonrió y finalmente unió sus labios con los de su amado emperador. El beso al comienzo era lento, haciendo al peligris sentir el delicioso sabor de los labios húmedos del tritón, pero luego de algunos segundos Jungkook pudo sentir la lengua de Taehyung jugueteando con la suya, la mano que no apretaba su cabello viajando hacia su miembro semierecto.

— Mi bebé bonito está tan necesitado. —susurró el rubio en el oído de Jeon luego de separarse del ardiente beso, la respiración de ambos ligeramente acelerada.

El pelirosado continuó jugueteando con los sensibles y endurecidos pezones del emperador mientras este gemía suavemente, la mano del tritón acariciando flojamente el pene del peligris que ya estaba erecto por completo.

Taehyung miró a Jimin y le dió una dura mirada, el súcubo entendió y con una risita se apartó de Jungkook, el rubio tomó su lugar detrás del peligris, sus manos recorriendo las caderas del emperador, sus ojos azules mirando las obvias y obscenas señales en el cuerpo de Jeon, mismas que le hacían querer devastar más al menor.

— Voy a usar tu linda boquita, mi pequeño emperador. —dijo el pelirosado con tono sensual, sus manos acariciando con suavidad el cabello de Jungkook, alborotado a causa de las acciones de Kim.

El menor gimió asintiendo, sus ojos brumosos por el deseo. Taehyung usó su mano derecha para inclinar un poco al humano, su mano izquierda sostuvo con fuerza la cintura del peligris, cuando su chico estuvo en la posición correcta sus manos quitaron su ropa, revelando su miembro ya erecto y ansioso de sentir las estrechas paredes del menor apretándolo.

Taehyung se lamió los labios y alineó su polla con la entrada del menor, entonces se deslizó dentro, gruñó suavemente y gracias a lo apasionado que fue Jimin anteriormente, su agujero ya estaba ligeramente estirado y pudo entrar por completo de una sola vez.

— Mmm. —El emperador emitió un gemido, sus ojos vidriosos con lágrimas de placer colgando, sus manos temblorosas apenas se pudieron apoyar en los hombros del súcubo, su cuerpo lleno de chupetones y mordidas temblando levemente. Taehyung sonrió y apoyó su rostro en el cuello sudado de Jungkook mientras comenzaba a embestir con fuerza en su interior, haciendo al menor emitir gemidos y jadeos llenos de placer.

— Pastelito, también quiero tu atención. Estás dándole mucha atención a ese pez. —dijo Jimin con un puchero, como siempre, fingiendo pena. El tritón puso los ojos en blanco mientras mantenía sus manos en la cintura de su bebé dando embestidas profundas, haciendo que el sonido obsceno de pieles chocando resonara en el pequeño armario.

Antes de que Jungkook pudiera siquiera procesar las palabras de uno de sus consortes, sintió las manos del súcubo inclinar su cuerpo hacia adelante, sus ojos brumosos lograron observar como el pelirosado se lamía los labios mientras lo veía estar frente a su polla erecta y rogando atención.

— Vamos, bebé. Abre esa linda boca para mí. —ronroneó Jimin, ese tono de voz envió escalofríos por la espina del emperador, haciendo que quiera, ansíe, cumplir su orden.

El peligris abrió la boca, sus manos se apoyaron en los muslos fuertes del mayor mientras se llevaba la punta de su polla a la boca, sus ojitos mirando a Jimin ansiando ver sus expresiones mientras le complacía.

Taehyung gruñó y quiso llamar la atención de su chico embistiendo con más profundidad, pudo ver las piernas del menor temblando mientras lo follaba, lo que le hizo sonreír con satisfacción.

El súcubo gruñó de placer cuando sintió esa cálida y húmeda boca envolver lentamente todo su miembro, pronto gimió al percibir la lengua del humano degustar su pene con gusto, sus mejillas ahuecadas mientras chupaba.

Pronto la cabeza de Jungkook se movió de arriba hacia abajo mientras chupaba a Jimin, de vez en cuando dejando escapar gemidos que vibraban la polla del súcubo.

— Nos recibes a ambos tan bien, pequeño. —gimió Taehyung al sentir la estrechez de su bonito niño, sus uñas clavadas en las caderas del peligris mientras embestía más profundo, su pelvis chocando contra las nalgas llenas del emperador.

Jimin sonreía mientras emitía gemidos de satisfacción, su mano no pudo evitar apretar el cabello de Jungkook, haciéndole tomar su polla más profundo, sintiendo como chocaba contra la parte posterior de su garganta, notó lágrimas correr por las mejillas de su pastelito por el esfuerzo, pero aun así, apreció lo mucho que le encantaba al menor.

El pelirosado embistió la boquita de su emperador mientras el rubio embestía su culo con fuerza. Ambos deleitándose con el cuerpo del emperador mientras este recibía todo con completo deleite.

— Mi bebé está por correrse, estás tan apretado. —gruñó Kim, una de sus manos masturbando el miembro de Jeon mientras lo follaba, Jimin sonrió mientras una de sus manos apretaba las hebras grises suaves de su chico y su otra mano jugueteaba flojamente con sus pezones.

— Correte, corazón. —Con las solas palabras del súcubo, Jungkook emitió un profundo gemido que hizo vibrar el miembro de Jimin de forma placentera, Taehyung echó la cabeza hacia atrás y gruñó mientras sentía como el agujero de su bebé lo apretaba con fuerza, no pudo aguantar más y se corrió con fuerza en su interior, manchando sus paredes con más blanco.

El pelirosado embistió dos veces más en la boca del menor y se corrió, sonrió con satisfacción al ver como se tragaba obedientemente su semilla, su dedo viajó al abdomen pegajoso de su chico, tomó un poco del semen de Koo y se lo llevó a la boca, saboreando el ligero, pero delicioso sabor amargo.

Jungkook estaba aun en una nube de placer, estaba exhausto, pero extremadamente satisfecho.

Los agudos ojos negros del peligris notaron a una mujer parada en la puerta entreabierta del armario, pronto notó que era Sullyoon, esa molesta concubina.

El emperador envolvió sus brazos alrededor del cuello de Jimin mientras Taehyung aún se encontraba en su interior, al parecer recuperándose de la intensidad de su orgasmo. El súcubo besó con cariño la mejilla de su bebé, sin darse cuenta de la presencia de la castaña fuera del armario.

Sullyoon notó que el emperador la miraba, ella no podía salir de su estupor, estaba completamente perpleja por la vista frente a ella.

Ese frío y desagradable emperador hace poco se encontraba gimiendo mientras sus dos consortes lo follaban; el solo recuerdo la hacia sonrojar, y a su vez la avergonzaba por pensar de que alguna vez tuvo oportunidad de competir por el favor del gobernante.

La chica de hebras castañas tembló por la fría miraba de Jungkook sobre ella, los ojos de él además de aversión, contenían un brillo arrogante y burlón, como si estuviera alardeando. Sullyoon contuvo las ganas de entrar al armario solo para reclamar la desvergüenza del emperador y se fue lo más silenciosamente que pudo, no quería ser notada por el consorte Park ni por Kim.

Al ver que la joven chica se iba, Jungkook sonrió triunfante. Finalmente esa chica dejaría de ser una molestia. Sus consortes eran solo de él, nadie más tenía derecho a siquiera mirarlos o pensar en ellos.

Solo él tendría alguna vez el gusto de tener a esos seis hombres.

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