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𝐂ap. 𝐔no ♥︎!

Cap. 01: Las Joyas del Rey.

Todos conocían al rey Jeon.

Con un largo y lacio cabello gris, caía por su espalda en cascada y con reflejos blancos que dejaban cegados a sus observadores, piel blanca como porcelana, ojos negros como la obsidiana, poseía un hermoso lunar debajo del labio, labios rosados y una mirada penetrante llena de estrellas, arrogante hasta los huesos y sin una pizca de amabilidad.

El hombre siempre vestía ropa oscura o de tonos neutros, su mirada gélida hacía temblar a cualquiera que fuera observado por él, siempre con un abanico negro con flores plateadas en la mano, en su cabeza una corona indicando su estatus.

Jeon Jungkook era el rey humano.

Todos conocían también a las joyas del rey Jeon, seis chicos de belleza exorbitante, carismáticos y con un estatus alto en el reino, eran de diferentes razas, todos estaban ahí por su propia cuenta y parecían servir al rey desde su corazón, estaban encantados de apoyarlo.

Todos rogaban por al menos ver las sombras de aquellos mágicos seres, pero Jeon era muy celoso con lo suyo y la gente común no podía verlos más allá de los eventos sociales junto al pueblo o en algún festival de suma importancia para el reino.

Kim Taehyung, príncipe menor de las sirenas, poseía un hermoso cabello rubio y ojos del azul del mar, piel bañada por el sol y algunas escamas color azul alrededor de su cuerpo, solía cubrirlas con ropa, no le gustaba que otra persona que no fuera el emperador las vea. Tal como lo eran los demás de su raza, era impulsivo, con un magnífico talento para cantar y un gusto exquisito con la ropa, siempre iba a la moda.

Min Yoongi, hijo de unos antiguos vampiros, cabello azabache, piel tan pálida como un papel, labios rojos como la sangre que amaba consumir, ojos carmesí y siempre con una sonrisa astuta en su rostro, vestía de tonos rojizos y negros y uno de sus pasatiempos parecía ser asustar a los demás con sus afilados colmillos, era sanguinario, inhumano, frío e inteligente, esta era la razón por la cual el rey lo enviaba a comandar batallas importantes.

Kim Seokjin, un elfo, era un erudito estudiado de la academia más prestigiosa, siempre con un libro en mano y una leve sonrisa, era amable y servicial, cabello pelirrojo hasta la cintura siempre suelto, labios rosados y levemente gruesos, ojos color miel, solía vestir con tonos más claros que sus compañeros, inteligente y con mucho conocimiento sobre diversos temas, decían que el emperador Jeon amaba observar sus orejas puntiagudas y verlas temblar con cada movimiento del elfo.

Jung Hoseok, descendiente de hadas primordiales, estas controlaban todos los elementos, poseía mucho talento para la magia, siempre con una sonrisa, cariñoso, no temía demostrar en cada lugar el amor que le tenía a Jeon, cabello plateado que caía en cascada, siempre vistiendo tonos pasteles o claros, odiaba los colores oscuros, apasionado y con mucha influencia entre su raza.

Park Jimin, un súcubo, el príncipe de la raza demoníaca, con un carisma y capacidad de seducción impresionantes, de rasgos andróginos, cabello rosado, piel blanca tersa y suave, ojos rojos característicos de su raza, labios gruesos tono fresa, encargado de las relaciones políticas del reino.

Kim Namjoon, un famoso político entre la raza dragón, de personalidad tranquila, con conocimientos en diversos temas políticos, tomaba las mejores decisiones en pos de mejorar el reino, amante de los animales y aunque poseía una increíble fuerza, la utilizaba para proteger a su amado, el rey Jeon Jungkook, a quien le daba toda su lealtad y absoluta devoción, cabello castaño con leves ondas, piel besada por el sol, ojos negros con una mirada siempre amable, solía vestir colores naturales como verde, gris, marrón, azul y blanco, también rosado.

El pueblo admiraba y envidiaba la existencia de esos hombres, a oídos de la gente común llegaban las noticias de las hazañas de los seis chicos, no solo eso, sino el favor que el rey Jeon les otorgaba, parecía amarlos con todo su corazón, regalos extravagantes, títulos, tierras, todos tenían su propio palacio en el interior del harén, no solo eso, sino que eran los únicos en él.

Era de sentido común que un rey debe tener hijos para heredarles el trono, a Jungkook no parecía importarle eso y solo tenía a ellos seis en el harén, algunos reinos vecinos intentaban darle mujeres para darle hijos, pero él ni siquiera las miraba, al final las chicas cometían algún error y eran echadas por el rey, no duraban ni un mes.

Se decía entre la gente común que esos seis chicos hacían a las mujeres del harén cometer errores que enfurecieran al emperador solo para obtener todo su favor.

Nada más lejos de la realidad.

El chico de hebras grises, vestido con una túnica negra con flores y ondas plateadas en las mangas, miró a la mujer arrodillada frente a él con ligera aversión, la chica le devolvió la mirada con nerviosismo, vestía una túnica rosada con detalles color verde agua, maquillaje leve, la mujer era bastante bonita.

— ¿Cuál es tu nombre? —La voz del hombre era fría, su tono envió escalofríos al cuerpo de la joven, su cabello castaño caía por su espalda mientras algunos mechones se posaban sobre su rostro.

— Sullyoon, su majestad. —dijo con voz temblorosa, su cuerpo se estremecía ante el duro y frío suelo del palacio al que había sido enviada, miró a su alrededor e hizo una mueca, era un lugar pequeño si lo comparaba con los palacios donde vivían las joyas, había una cama en el centro y un extenso armario en una de las esquinas, podía ver una puerta de madera vieja que parecía llevar a un baño, una pequeña mesita de noche y un tocador blanco con detalles rosados sobre el que posaba una caja de joyería vacía.

La chica miró nuevamente al gobernante, este seguía mirándola con indiferencia, no parecía tener interés alguno en la nueva concubina que le fue regalada.

— Bien, Sullyoon, vivirás aquí desde el día de hoy, no molestes en los demás palacios, solo quédate aquí hasta que se requiera tu presencia, no quiero escándalos. —pronunció usando el abanico en su mano para echarse un poco de aire, su aura era fría y elegante, atrayente, gracias a sus rasgos delicados era envidiado por muchas mujeres aristocráticas.

— Entendido, su majestad. —dijo con voz leve, su padre le había enviado para obtener el favor del rey Jeon, pero no estaba segura de cómo hacerlo, era consciente de los rumores, aquellos seis hombres parecían tener toda su atención y cariño, era imposible para ella obtener al menos un saludo de su parte, mucho menos quitarle el estatus a las seis joyas.

El nombre de las seis joyas provenía gracias al trato que recibían, el rey los veía como su posesión más preciada, cada vez que veía a uno de ellos se notaba su amor y cariño, era incluso increíble el amor que parecía sentir por lo seis hombres, que al mismo tiempo le correspondían con el mismo sentimiento de devoción y lealtad.

— Tus comidas serán entregadas en la mañana a las ocho, en la tarde a las doce y en la noche a las nueve, tendrás que ir a comer con los demás del Gold Cloud Palace, no te pierdas la comida. —siguió dando instrucciones, la chica escuchó con ligero miedo, ¿tenía que comer con las joyas? Los rumores decían que en cada comida ellos estaban junto con el emperador, estaba nerviosa por compartir todas sus comidas junto a aquellos hombres.

La chica asintió, el rey pareció satisfecho con su obediencia y siguió explicando algunas cosas más, Sullyoon asintió a todas, no tenía opción, no quería ser echada a la primera semana como las demás chicas que habían intentado obtener el corazón del peligris.

— Se te dará una pequeña cantidad de dinero mensual, cuida tu economía porque no pienso gastar más dinero del necesario. —Al decir aquellas palabras frunció el ceño, al parecer recordando algo, pero siguió diciendo como odiaba tener que entregar dinero extra por la incompetencia de los demás.

La castaña casi emite una risa sarcástica y triste, ella estaba muy clara al respecto, probablemente Jungkook no quisiera gastar mucho dinero en personas irrelevantes, prefería dar regalos costosos a alguno de sus consortes.

— Eso sería todo. —murmuró un poco ido, parecía pensar en algo, antes de irse la miró con seriedad, ella tembló—. No intentes ir a los demás palacios por ningún motivo, a menos que los dueños de estos te inviten, ¿quedó claro? —La castaña asintió con un nudo en la garganta, el pelinegro suspiró y parecía dispuesto a irse, pero Sullyoon, con mucho temor, lo detuvo tomando ligeramente su manga.

— Uhm, su majestad, ¿no hay que firmar el documento de casamiento entre nosotros? —preguntó la joven chica con voz temblorosa y baja, ese documento era muy importante y consolidaba su estatus como concubina, el rey le otorgaba algún título en el interior del harén y dependiendo del título podía tener más o menor estatus que los demás miembros del palacio.

El peligris dejó de agitar su abanico y miró la mano de la chica que sostenía su túnica, ella notó su penetrante mirada, así que soltó la tela, el rey frunció el ceño, pero no dijo nada en contra de sus palabras.

— No es mi responsabilidad en estos momentos acordar esos documentos, deberías hablarlo con el regulador del harén. —Sullyoon se sintió un poco confundida, si no era el rey el que gestionaba el harén ¿Quién podría ser? Debería ser la reina, pero Jeon no poseía una.

Al ver el evidente estado de confusión de la joven, Jungkook suspiró pensando en sus adentros lo harto que estaba de que intentarán enviarle concubinas, cuando era claro que nunca le daba interés a alguna de ellas, quería ver a sus mayores pronto, al pensar en ellos decidió apresurarse y volver.

— Solo háblalo con alguno de mis consortes. —dijo con cierto apuro, antes de que la castaña pudiera decir algo, el hombre salió del pequeño palacio con pasos rápidos y firmes, siendo seguido por algunos sirvientes bajo su mando.

La chica se sorprendió ante el hecho de que las personas que gestionaban el harén eran los consortes del emperador, sus seis preciadas joyas.

Con un suspiro, Sullyoon decidió primero ordenar sus cosas en el pequeño palacio, iría lentamente para poder obtener al menos un poco del favor que recibían los consortes del rey.

Poco podría saber ella, que esto probablemente nunca se cumpliría.

Ya que, aunque aquellos seis fueran las joyas del rey, el rey Jungkook era el lindo bebé de aquellos hombres.

¡Nueva historia!

Esta vez es una de JK rey los chicos como sus consortes, obviamente es Jungkook harén y koottom.

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