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Una producción de

Director: respaldoRS
Productor ejecutivo: EDUARDOX999

Protagonizado por Kranin
Antagonizado por Mao Dalai

Previamente en "King in the Underworld":

—Lord Mao Xiang —saluda Dalai y se arrodilla ante el hombre.

—De pie, soldado —el niño obedece—. Quítensela —los soldados le quitan el saco de la cabeza al prisionero—. ¿Lo reconoces?

—Es el hombre que me asignaste localizar.

—Correcto... Finalmente lo atrapamos y por tu gran trabajo te asignare el honor de-

—¿Honor of what? ¿Would you ask him to kill me? —cuestiona el soldado aparentemente Estadounidense—. I knew that Mao Xiang was a psycho as his father and grandfather, but this... This is sick —Mao Xiang le da una golpe con su puño derecho.

—These Americans are so daring —dice Mao Xiang y ríe junto a varios de sus soldados para luego volver a hablar con su hijo en Chino—. Vine para asignarte una pequeña tarea... —saca una pistola de una funda en su cinturón y se la da a Dalai—. Mátalo.

—¿Q-qué? —duda Dalai—. Yo no puedo hacer eso Lord Mao Xiang.

—Claro que puedes y lo harás... Ahora mismo.

—Yo... —le apunta temeroso con el arma al Estadounidense y coloca su dedo índice en el gatillo e intenta presionarlo, pero algo dentro de sí mismo lo detiene—. Yo no puedo...

—Claro que puedes, solo presiona el gatillo, verás que luego te gustará la sensación.

Mao Dalai vuelve a tratar, sin embargo, no se atreve a presionar el gatillo, no se atreve a quitar una vida, por lo que Mao Xiang enfurece dispuesto a golpear a su propio hijo, sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, el segundo niño, quién estaba atento a las acciones de Dalai, toma una segunda pistola del cinturón de Xiang y dispara contra el estadounidense, dando en medio de su frente y dejando así mucha sangre salpicada en la habitación.

Mao Xiang voltea sorprendido, se esperaba cualquier cosa, pero nunca imaginó tal osadía de parte de Mao Jun, quién sonríe al ver la sangrienta escena que dejó, sin embargo, su sonrisa no dura mucho ya que es fuertemente golpeado por Xiang en su rostro, quién no le tiene ninguna piedad a pesar de ser un niño y comienza a patearlo en el suelo.

—¡Padre! —grita Dalai al presenciar a su hermano ser golpeado brutalmente y corre en su auxilio sólo para ser golpeado también en el rostro por el tirano.

—Esto es lo que pasa cuando te permites ser débil... Las personas salen lastimadas, tu propio hermano sale lastimado... Ahora de ti dependerá que sobreviva, espero que pusieras atención a tus clases de medicina, las necesitarás —se retira junto a sus soldados, dejando a ambos niños en el suelo. 

— — — — — — — — — —

—¿Por qué no los usas más seguido? —pregunta Wenda

—¿Qué cosa? —duda Kranin.

—Tus poderes eléctricos.

—No quiero que mi pueblo me vea de ese modo... Cómo el monstruo que casi nos mata a todos

—Tal vez volverían a confiar en ti si te muestras como eres.

—¿Roto? Lo que menos necesitan es un rey que no sabe hacia donde guiarlos.

—Al menos aceptas que estás roto —se escucha un estruendo a la distancia—.¿Y eso?

—Son... Vehículos de algún tipo —dice Kranin y cierra los puños—. Prepárate para lo que sea.

— — — — — — — — — —

—Saludos, líderes de la CKQ —saluda Maranor—. Quería ver si me puede dar la autorización de arribar con mis tropas a Shanghai para discutir ese tema en persona.

—Por... precaución ante un posible ataque de Mao hemos decidido movilizarnos a Zhoushan, por lo que si quiere reunirse con nosotros tendrá que ser acá.

—Ahí los veré entonces —corta y la sala queda en silencio por unos segundos.

—¿Avisamos a Kranin? —duda Albert.

—Si... Quiero ver cómo se desenvuelven esos conflictos... Kranin vs Maranor y Atlantis vs Mao Dalai —responde Jin.

Una semana después de que Mao Dalai y Mao Jun discutieran respecto al trato que les dio su padre debido al disparo contra el soldado estadounidense, ambos son llamados a la sala de entrenamiento, donde al llegar ven que solo se encuentra Mao Xiang ahí.

—Lord Mao Xiang —saludan ambos niños con una leve reverencia.

—Se preguntarán por qué los llamé aquí hoy —voltea y ambos niños asienten—. Seguro recuerdan el altercado que tuvimos respecto al estadounidense un día como este hace una semana —temerosamente los niños asienten de nuevo—. Bueno... Hoy les tengo una asignación que si completan con éxito... Podrán redimirse de su anterior fracaso —los niños no dicen nada, lo que Xiang entiende como una solicitud para hablar—. Procedan.

—¿Cuál es esa asignación? —pregunta Jun.

—Está asignación si bien es para ambos... Solo uno podrá cumplirla —ambos niños miran con duda y en eso, seis soldados entran a la sala transportando a alguien con un saco en la cabeza, quién por sus facciones físicas parece ser una mujer.

—Es... ¿Una mujer? —pregunta Dalai.

—¿Importa? —cuestiona Mao Xiang.

—N-no...

—Bien... Prepárense... Tal vez podrían sorprenderse.

—¿Sorprendernos de qué? —duda Jun y luego, Xiang chasquea los dedos derechos dando así la orden de quitar el saco a la mujer, revelando que es una mujer china de piel blanca, cabello castaño y ojos oscuros que viste un vestido azul oscuro—. ¡Mamá? —grita junto a Dalai e intentan correr hacia su madre, pero dos guardias se paran frente a ella impidiéndoles llegar.

—Les dije que tenían que prepararse —Jun gira rápidamente hacia él sabiendo lo que Mao Xiang planea mientras que su hermano voltea lento esperando que no se refiera a lo que está pensando.

—No —se niega Jun.

—Ya lo dedujiste.

—¡Quítale esa cosa de la boca! —exclama Dalai y Mao Xiang lo mira enojado, pero luego de unos segundos le hace una a sus guardias para que le quiten la cuerda que tiene la mujer en la boca.

—Gracias... —susurra la madre de Dalai y Jun.

—¡Suéltenla! —trata de ordenar Jun, pero los soldados no obedecen, por lo que Mao Xiang ríe y habla:

—La asignación que les tengo es simple... —uno de sus soldados se acerca y le pasa dos pistolas, las cuales Mao Xiang le muestra a los niños—. Mátenla.

—¡No! —vuelve a negarse Jun y su hermano niega con la cabeza.

—Vamos... No sabrán quié-

—No puedo creer que hayas llegado a este nivel de locura —exclama la ex-esposa de Mao Xiang—. Miento, lo creo completamente...

—Li Meiying... Ni yo sabré exactamente quién disparó —los niños lo miran con duda—. Solo una de ellas tiene una bala real... Escogerán un arma al azar un arma al azar —le devuelve las armas al soldado y este junto con sus compañeros se las empiezan a pasar para luego volver a las manos del mismo soldado, quién mete las armas en una gran caja y la empieza a agitar por veinte segundos, luego le da la caja a Mao Xiang, quién la abre y muestra las pistolas—. Ven, Mao Dalai... Saca una, cual sea —Dalai mira con duda, temeroso.

—Hijo... No lo hagas —pide Li.

—¿No lo quieres hacer? —Dalai niega con la cabeza, por lo que Mao Xiang se frustra y lleva su mano derecha a su espalda—. Voy a ponerlo más fácil para ti —un soldado le pasa un arma con la cuál apunta a Jun—. Hazlo... —Dalai duda más—. ¿Piensas que miento? ¿Crees que tengo cara de mentiroso? Lo voy a hacer —Dalai no le cree—. Bien —apunta a uno de sus soldados y le vuela la cabeza de un disparo, haciendo gritar a Li, empapando el lugar de sangre y espantando a sus hijos—. ¿Y bien? —temblando, Dalai finalmente agarra un arma, por lo que Mao Xiang mira a Jun—. Ahora tu —de mala gana, Jun agarra un arma—. Perfecto... Apunten —ambos niños apuntan al mismo tiempo—. Bien... Ahora si quieren no saber quién la mató deben disparar ambos al mismo tiempo en un mismo punto... Yo sugie-

—La cabeza... —dice Li—... ¿Si adiviné? —Mao Xiang voltea hacia ella.

—Si... Adivinaste...

—Lord Mao Xiang... —dice Dalai—. Por favor...

—Por favor no nos haga hacerlo —añade Jun y su padre suspira, pide que se acerquen y se agacha quedando a la altura de los niños.

—Vamos... No es tan difícil, yo tuve que matar a mi madre igual... —alienta Mao Xiang a su manera.

—Eres un monstruo... Cómo lo fue tu padre también —dice Li y Mao Xiang la mira.

—Bien que una vez me amaste.

—Nunca te ame, fue un puto compromiso por conveniencia... ¡Un arreglo! ¡Bien sabes que nunca hubo algo entre nosotros!

—Y por eso mismo no me duele para nada hacer esto —agarra los brazos de sus hijos que tiene las pistolas y los apunta hacia Li—. Ni siquiera tienen que hacerlo ustedes... Solo mantengan firme los brazos justo en ese punto —se asegura de que estén apuntando bien—. Excelente... —mira a Li—. Me saludas a mi madre... —aprieta los índices de sus hijos, haciendo que ambos disparen y cortando la escena con el sonido del arma.

Regresando con Kranin y Wenda, el primero nota que los vehículos que vienen hacia ellos son exactamente iguales a los que usan los Atlanteanos para andar en tierra, solo que estos están pintados de anaranjado y gris, los colores de Mao Dalai.

—Ya sé cómo llegaremos a Shanghai... —susurra Kranin y mira de reojo a Wenda hacia la derecha—. Aléjate —Wenda obedece y corre hacia la dirección en la que se encuentra.

Nuestro protagonista mira confiado a los transbordadores y empieza a correr hacia ellos, pero inesperadamente, el vehículo que va adelante saca unos disparadores que usa contra Kranin, quién no tiene tiempo de esquivar y por tanto, recibe de lleno los disparos de energía verde, los cuales al impactar le rallan la armadura y lo empujan a gran velocidad hacia el mar, haciendo tragar saliva a Wenda y prepararse para atacar.

En vez de atacar a Wenda, los dos transbordadores pasan de ella y empiezan a avanzar sobre el mar, pero sin darle chance de cantar victoria, dan la vuelta para dirigirse hacia ella, sin embargo, esta vez no piensan disparar, sino atropellarla, por lo que Wenda sonríe y de su disparador derecho lanza una onda de energía morada que impacta en el primer transbordador y lo frena de golpe provocando que su conductor salga volando hacia adelante.

Wenda da una vuelta hacia la izquierda evitando que el conductor le caiga encima y sin pararse, desde su disparador izquierdo lanza la misma energía al segundo transbordador causando el mismo efecto.

El soldado que iba en el segundo transbordador se fractura la pierna derecha al caer, por lo que da unos pequeños quejidos mientras se arrastra hacia su compañero, quién cayó mal doblándose el cuello en el impacto, por lo que finge llorar su muerte mientras Wenda camina hacia él, entonces al estar lo suficientemente cerca intenta dispararle con una pistola pequeña, pero Wenda es más rápida y habiendo puesto su disparador derecho en modo letal durante su caminata, le dispara al soldado matándolo al instante con destellos morados.

La rubia mira hacia la costa y ve a Kranin flotando en el agua, por lo que frunce levemente el ceño y camina hacia la costa. Al encontrarse en el límite donde llega el agua por las olas, nota que Kranin está inconsciente, por lo que considera sacarlo de ahí, pero una llamada la interrumpe, así que antes de contestar asume que al ser el agua su elemento natural, estará bien ahí, entonces contesta:

—¿Hola?... Si, sobrevivimos... Bueno, él tal vez está muerto, no lo sé... Claro, pasando ubicación en este instante.

Kranin despierta completamente seco, pero en vez de estar en el mar, despierta en un lugar en su totalidad blanco, se coloca de pie para empezar a mirar a su alrededor, detrás suyo se empieza a manifestar una nube anaranjada, cosa de la que nuestro protagonista se percata y voltea alerta a un posible ataque, sin embargo, la nube se dispersa mostrando a alguien que él conoce, un Atlanteano de piel rojiza, ojos oscuros y túnicas blancas.

—¿Q-qué es esto? ¿Una ilusión? ¿Algún truco de Dalai! ¿Será que logró hacerse con el cristal del conocimiento?

—Nada de eso... Soy yo —dice el atlante.

—Imposible... El Sacerdote murió en el ataque de Electrick Man.

—¿Por qué estás tan seguro de eso? ¿Acaso encontraste mi cuerpo?

—Yo... Estoy seguro porque de tu estar vivo te habría encontrado... O tu a-

—O yo a ti y te encontré... Hace mucho.

—No entiendo...

—Evité que me encontraras a toda costa... ¿Por qué? Porque luego de caer Atlantis use un hechizo para visualizar posibles futuros... Posibles futuros tuyos y caí en cuenta que si revelaba que seguía con vida... Que yo no me encontraba en Atlantis ese día... Tu no ibas a dudar en darme tu puesto de rey y por tanto no recorrerías el camino que recorriste.

—¿El camino que recorrí? Entonces eres real... —hace una pausa de unos segundos para procesar y luego cierra el puño derecho—. ¡Lo perdí todo! ¡Mi pueblo, mi estatus, mis tropas, mi tridente, mi legado! ¡Ya nada de eso importa una mierda y dices que eso tenía que pasarme?

—¡Tenía que pasarte y te pasó para que comprendieras tu lugar en este mundo! ¡Para que avanzaras! —Kranin intenta discutirle, pero el sacerdote no le da chance—. ¡No te das cuenta? ¡Feilan, Maranor, Saraphis, todos ellos ya superaron la caída de Atlantis! ¡El único que faltaba era el Atlanteano que los lideraba! Su propio rey estaba y aún está estancado en ese día.

—Yo... —respira fuerte y tiembla—. Yo solo quería lo mejor para ellos —suelta un par da lagrimas y cae de rodillas, donde el sacerdote lo deja lagrimear unos segundos para luego acercarse.

—Ambos sabemos que Maranor no es lo mejor... Pero tal vez tú tampoco lo eres.

—¿Entonces quién? —alza la mirada.

—Te tocará descubrirlo si es que logras salvarlos y únicamente lograrás eso superando no solo la caída de Atlantis... Sino todo de odias de ti desde entonces.

—¿Y cómo hago eso? —pregunta y el Sacerdote se comienza a desvanecer—. ¡No! —intenta agarrarlo, pero no logra tocarlo—. ¡No me dejes de nuevo! —se desvanece por completo—. No... No puedo hacerlo sin usted.

—Si puedes, claro que puedes... —dice el Sacerdote a modo de susurro y Kranin despierta en el agua.

—¿Estás bien? —pregunta Wenda mientras Kranin se para y sale del mar.

—Si... Hay que irnos.

—Ya vienen por nosotros, solo tenemos que... —recibe una llamada, por lo que contesta—. ¿Si? —mira a Kranin y le alza el teléfono—. Para ti —Kranin agarra el teléfono.

—¿Cómo era? ¿Ala? —Wenda echa una pequeña risa.

—Ubicamos a tu gente y los redirigimos hacia Zhoushan. Mao Dalai puede que los tenga ubicados así que te recomiendo darte prisa...

—Gracias, Mei Ling... ¿Cómo supieron dónde llamar?

—Interceptamos llamadas en la zona donde se encuentran y filtramos con el identificador de voz para ubicarte a ti o a Wenda.

—Ok —finaliza Kranin y corta la llamada para luego mirar a Wenda—. ¿Cuánto le falta a tu gente?

—Cinco minutos, quizá diez.

—En ese lapso podrían llegar más tropas de Mao Dalai, vámonos de una vez —señala a los transbordadores que usaron sus atacantes.

—¿Me vas a llevar? Yo no sé conducir eso.

—No llevo a nadie, aprenderás —camina hacia uno de ellos y Wenda de mala gana accede.

Al subirse, sin indicar nada a Wenda, Kranin acelera y se va, por lo que ella pone una expresión de sorpresa y hace presión en los pasamanos acelerando de golpe y de sorpresa, por lo que Wenda grita por miedo a caerse, pero se da cuenta que el transbordador crea un campo gravitatorio sobre sí mismo que emula un efecto que la hace prácticamente no sentir que se está moviendo.

—¿Estás bien? —pregunta Kranin a través del comunicador de los transbordadores.

—Sigo con vida... ¿Cómo hago doblar esta cosa?

—Dejas de aplicar gran presión en el pasamanos del lado al que quieres doblar —Wenda dobla levemente hacia la derecha—. Lo tengo... ¿Para que esta cosa avance tengo que estar si o si aplicando presión con ambas manos?

—El piloto automático se activa aplicando la máxima presión que puedas en ambos pasamanos por al menos cinco segundos —Wenda sigue las indicaciones y lo que dijo Kranin termina pasando.

—¿Cómo tiene esta tecnología Dalai?

—Tiene similitudes con los transbordadores Atlanteanos... No, no sólo similitudes... Son idénticos.

—¿Te habrá robado?

—Yo tengo otra teoría...

—¿Cuál?

—Eso no importa ahora, activa el panel de control presionando justo el centro del rectángulo en relieve que tienes frente a ti —Wenda obedece y con su índice toca el lugar indicado por Kranin, el rectángulo brilla, se vuelve reflejante y proyecta dos pantallas holográficas encima de los pasamanos.

—¿Ahora qué?

—La pantalla izquierda te debe estar mostrando un mapa, manipúlalo y presiona sobre Zhoushan para fijar el curso ahí y que no tengas que conducir manualmente.

—Haberlo dicho antes... —susurra y presiona la ciudad indicada—. ¿Por qué queremos ir ahí?

—Se me informó que mi gente está en camino a esa ciudad, si queremos llegar antes de que Mao para con algo de suerte recuperar a mi pueblo y enfrentarlo unidos hay que darnos prisa.

Sala de control del transporte Atlanteano

—¿Señor? —dice un soldado mientras ve datos en una de las pantallas.

—¿Qué ocurre? —pregunta Maranor, quién está sentado en el trono donde solía sentarse Kranin.

—El radar detecta dos señales de calor acercándose peligrosamente.

—¿Por el agua?

—No, por el cielo.

—Bajen más, es poco probable que nos vean o que nos puedan hacer algo, pero háganlo.

—Bajando... —dicen otros dos soldados en coro.

Mientras tanto en el aire, los cazas cuyos pilotos tienen en la mira el transporte a través de pantallas holográficas verdes, fijan la dirección del ataque en las turbinas y disparan dos misiles cada uno.

—¡Señor! ¡Los radares detectan cuatro proyectiles!

—¡Mueva-

La orden de Maranor es interrumpida por el impacto de los misiles, los cuales por alguna razón dañan más la estructura del transporte de lo que deberían considerando que las explosiones se dieron bajo el agua.

Una de las zonas afectadas corresponde a una pared cercana a las celdas que contenía parte de los circuitos que mantienen las paredes energéticas de las prisiones y que al ser estallada malogró los sistemas, por lo que la celda de Feilan junto a las demás se abren, sin embargo, al momento de intentar salir, los prisioneros son golpeados y empujados por la inmensa cantidad de agua que entra por donde solía estar el muro.

—Se inundan los niveles inferiores, las zonas de las celdas y el laboratorio, además de que tres turbinas han sido destruidas y una cuarta está en estado crítico —informa un soldado a Maranor.

—Nos hundimos —agrega otro soldado.

—¿Y los cazas? —pregunta Maranor y el primer soldado mira el radar.

—Están dando la vuelta —Maranor presiona un botón de su reposabrazos derecho.

—Atención, segunda ronda de ataque inminente, evacuar a la sala central —se para y junto con los soldados se dirigen al lugar indicado.

Segundos después de que la sala de control fuera abandonada, cuatro misiles más impactan, uno de ellos dando en la cabina, inundando esta y empezando a inundar otras salas.

Feilan, quién salió del transporte por el agujero que dejó el misil, asoma su cabeza fuera del agua notando que los cazas ya no dan la vuelta, luego mira hacia la costa y considera ir en busca de Kranin, pero lo descarta al recordar lo enorme que es China, podría estar en cualquier parte, incluso fuera del país, por lo que no es una opción, así que nada de vuelta al transporte mientras este se hunde debido al peso del agua que está dentro y entra por donde salió.

—¡Necesitamos entrar! —dice Feilan a los demás Atlanteanos que estaban encerrados.

—¿Necesitamos? —cuestiona un atlanteano negándose a abrir la puerta de la sala de celdas, la cual fue cerrada a órdenes de Maranor.

—¿Por qué deberíamos apoyarte cuándo fuiste tú junto a Kranin quién nos encerró en primer lugar? —agrega otro atlanteano.

—¡Yo propongo someterlo y matarlo! —sugiere un tercer sujeto.

—¡Mejor! ¡Torturémoslo y luego matémoslo! —añade un cuarto sujeto.

—O podríamos entregarlo a Maranor para que haga lo que se le plazca con él a cambio de nuestra libertad —suma el primer atlanteanteano que habló con Feilan.

—Escuchen... —pide Feilan mientras lo empiezan a rodear—. ¿Por qué creen que Maranor los dejaría ir? —sus atacantes se miran entre sí—. Lo más sensato para él sería matarnos a todos.

—¡Entonces escaparemos! —exclama otro atlanteano.

—Claro... Esa es otra opción, pero... ¿A dónde irían?

—No sería difícil armar una pequeña base en un lugar remoto del mar.

—¿Y sin transporte cuando pretenden terminar? El mar tiene incluso más territorio que la superficie en el planeta —los atlanteanos dudan—. Yo propongo que me ayuden a confrontar a Maranor, una vez hecho eso buscaremos a Kranin para acabar juntos con la persona que amenaza con acabar con lo que queda de Atlantis.

—¿Y luego qué? ¿Kranin y tú nos encierran de nuevo?

—No... Si salimos victoriosos prometo convencer a Kranin de darles dos opciones... Irse, alejarse de nosotros o tratar de empezar de nuevo junto a nosotros... Dejar las diferencias de lado —los demás prisioneros se miran pensativos entre sí.

Regresando a la infancia de Mao Dalai, cuatro años después de la muerte de su madre, este se encuentra practicando esgrima con seis soldados más, quienes le dan el más duro entrenamiento por órdenes de Mao Xiang, pero de un momento a otro los soldados se detienen.

—¿Qué ocurre? —pregunta Dalai y en eso entra su hermano a la sala de entrenamiento seguido de Mao Xiang.

—Retírense —ordena Xiang a los soldados y estos se van dejando solos a los Mao.

—¿Qué pasa, lord Mao Xiang?

—¿Saben qué día es hoy?

—¿Miércoles? —duda Jun.

—No, la fecha —sus hijos callan por varios segundos.

—Fue hoy... —dice Dalai.

—¿Qué fue hoy?

—Hoy... —intenta decir Dalai, pero es interrumpido por Jun.

—Hoy murió... Hoy murió mamá —intenta no soltar ninguna lágrima.

—¿Conocen la historia... De Mao Guangwei?.

—No recuerdo haber oído ese nombre —dice Jun y Dalai niega con la cabeza.

—Guangwei... Era mi hermano —Jun mira de reojo a Dalai a su derecha, quién pregunta:

—¿Era? ¿Qué le pasó?

—Mi padre... Mao Zhongliang luego de hacernos matar a mi madre, específicamente cuatro años después... Se reunió con mi hermano y conmigo a solas con un propósito... —Dalai mira a su izquierda donde se encuentra su hermano, ambos ya sabiendo por donde va la conversación—. El propósito era el que nosotros tenemos hoy aquí... Solo un Mao puede vivir para tomar el manto que en este momento me pertenece a mi, perteneció a Mao Zhongliang y antes de él a Mao Zedong.

—¡No! —grita Dalai.

—¿Qué dijiste?

—Pedirnos que matáramos a nuestra madre juntos era una cosa... ¡Pero pedirnos que matemos al otro es completamente diferente! ¡Sobrepasa todos los límites que no creí que existieran!

—Pero deben hacerlo... Es el camino de Mao.

—¡No me interesa tu estúpido camino de Mao! ¡No le pondré un dedo encima a Jun! —Xiang mira a su otro hijo y nota que está de acuerdo con su hermano.

—Oh... No... Ahora es así... —Xiang se queda en silencio por varios segundos sin mover un solo músculo, segundos en los que sus hijos se preguntan qué pasará ahora, esperando cualquier cosa, desde golpes o puñaladas o incluso disparos.

Mao Xiang rápidamente agarra sus armas de su cinturón y apunta cada una a uno de sus hijos.

—¡No! —gritan ambos niños en coro y retroceden.

—¡Si! ¡Esto es lo que debe hacerse cuando dos miembros del legado de Mao fracasan en su propósito de vida! ¡Qué son 14 años más para mi? Empezaré de nuevo... ¡Yo les di la vida! ¡Yo tengo el derecho de quitárselas!

—¡Alto! —grita Jun y da unos pasos adelante—... Lo voy a hacer...

—¿Qué? —duda Dalai.

—¿Con espada?

—No —niega Xiang—. A puño limpio... —Jun voltea hacia Dalai.

—¿Qué haces, Jun! —cuestiona Dalai y su hermano se lanza hacia él.

Jun golpea a su hermano cayendo ambos al suelo, donde luego de unos dos segundos, Mao Jun con una expresión de ira se levanta y patea en el rostro a su contrincante impidiendo así que se levante, por lo que Mao Xiang se sorprende levemente, sin embargo, para su decepción, Jun le permite a Dalai levantarse para luego este último decir:

—No tenemos que hacer lo que él diga...

—Es muy tarde para eso... Debiste contenerte y nunca lo hiciste... —Dalai trata de dar un golpe frontal, pero este es fácilmente esquivado por su hermano, quién se movió hacia la izquierda y con su puño derecho le golpea la nariz provocando que de unos pasos hacia atrás y esta le sangre levemente.

Jun trata de usar el mismo golpe que Dalai le iba a dar creyendo que este no lo vería venir, sin embargo, su hermano con su brazo izquierdo golpea hacia abajo el brazo derecho de su oponente para luego golpearlo en el rostro con su puño derecho desde esa dirección hacia la izquierda y finalmente pegarle frontalmente con su brazo izquierdo.

—¡Por favor! ¡No quiero hacerte daño!

—Pues no se nota... —susurra Jun e intenta dar golpes con ambas manos, pero estos son atrapados por Dalai, quién apretando los puños le da un rodillazo en el abdomen a su oponente haciendo que se retuerza de dolor, sin embargo, inesperadamente el contrincante de nuestro antagonista le da un cabezazo que impacta en su nariz haciendo que su rival lo suelte y vuelva a retroceder.

Estando algo desorientado, Dalai recibe dos golpes por parte de su oponente, uno con cada mano y luego recibe una patada en el torso que provoca su caída, la cuál que acaba con el golpeándose la cabeza con el piso e irónicamente quitándose el mareo.

Jun intenta patear el rostro a Dalai, quién logra atrapar su pie y lo jala provocando la caída de su hermano, el cuál al estar en el piso es pateado en el rostro por su oponente, por lo que su nariz y boca empiezan a sangrar.

—Última oportunidad, hermano... —se pone de pie—. Podemos salir de esta juntos —Jun se para también.

—No vamos a poder... —susurra desesperanzado y le da un golpe en la nariz a su hermano, quién lo aguanta e intenta golpearlo con su brazo derecho, pero este es atrapado por Jun con su mano izquierda y sin soltarla empieza a golpearlo una y otra y otra vez en el rostro con su puño derecho para luego soltarlo y darle otro golpe que termina tirándolo al suelo, donde le patea el rostro, luego el torso para que mire hacia arriba y finalmente empieza a patearle el rostro con la planta del zapato.

Mientras eso pasaba, Mao Xiang dejó sigilosamente una pistola en una esquina de la habitación, entonces inesperadamente Dalai agarra el pie de Jun antes de ser pateado nuevamente y lo jala haciéndolo caer, luego mira a un costado viendo la pistola, considera tratar de razonar nuevamente con Jun, pero sabe que este no cederá, por lo que con todas sus fuerzas se para y avanza hacia el arma, sin embargo, su oponente le agarra el pie haciéndolo caer nuevamente e intenta arrastrarlo hacia él, sin embargo, nuestro antagonista con su pie izquierdo le patea la mano con la que le sujeta el pie derecho y se arrastra rápidamente hacia la pistola a la par que su oponente se para con intención de volver a patearlo, no obstante, Dalai es más rápido y le acaba atinando un disparo en la frente que lo mata al instante y su cuerpo cae sobre el.

—No... —susurra Dalai al notar lo que acaba de hacer mientras la sangre de su hermano le salpica en el pecho.

—Admito que por un momento pensé que morirías —dice Mao Xiang mientras Dalai desconcertado se quita el cuerpo de su hermano de encima—. Buen trabajo, pero hay mucho más que hacer, esto es solo el comienzo.

Regresando con nuestro protagonista, este empieza a desacelerar al visualizar Zhoushan, por lo que Wenda desacelera también.

—Frena aquí.

—Eso mismo iba a sugerir, no sería buena idea entrar en estas cosas suponiendo que llegaran antes que nosotros.

—¿Entonces? —Wenda mira hacia una carretera cercana, donde ambos ven un jeep negro estacionado, entonces se miran entre si y pasamos a otra escena en la cuál ingresan a la ciudad por medio de la carretera—. ¿Estás segura de que es buena idea pasar por aquí?

—No se esperarán que pasemos legalmente —responde Wenda mientras maneja.

—De acuerdo... Ahora hay que buscar un modo de subir al techo de un edificio alto, de preferencia cerca de la costa.

—Pues veremos...

Volviendo con Feilan, este y los ex-prisioneros se lograron colar en el transporte, donde en la sala central se encuentra Maranor hablando con varios soldados.

—Podríamos llevar la pelea a él... No se esperará que vayamos directamente a Dalian.

—No recomiendo eso, señor —dice Saraphis—. Este transporte era el último que nos quedaba y ya no funciona, sería aún más demoroso ir a Dalian.

—Pero inesperado para ellos...

—¡No iremos a ninguna parte contigo como líder! —encara Feilan saliendo de las sombras.

—Vaya, vaya... —se sorprende Maranor al ver a los acompañantes de Feilan, quién además sacó su armadura de la armería—. ¿Colaborando con criminales?

—Tal vez en este caso la causa justifica el método.

—¿Y cuál es la causa?

—Relevarte de tu puesto.

—¿Cómo planeas hacer eso? ¿Me vas a desafiar?

—Yo... —mira a sus compañeros—. Supongo que si es necesario...

—Bien, haré lo que no pude hacer con Kranin... Matarte —Feilan se enfada.

—Quiero ver que lo intentes... ¡Yo te reto! De soldado a rey... ¡Y solo el que gane será gobernante de Atlantis!... ¿Aceptas mi desafío?

—Lo acepto...

—Repasemos las reglas entonces... —dice Saraphis—. Uno, a menos que el contendiente en desventaja se rinda, el otro tiene total derecho de matarle. Dos, Si el guerrero en desventaja se rinde y el otro sigue atacando, los demás tienen toda la libertad de intervenir e incluso, si llega a ser necesario... Matar. Tre-

—Yo creo que la tercera está demás... No hay un tercero en esta ocasión —tanto él como Feilan se alistan para pelear.

—Bien... Entonces si ambos están listos... —ambos contendientes se miran fijamente, Feilan saca su cuchilla de plasma y su holo-escudo a la par que Maranor apunta con su tridente hacia él—. ¡Qué el desafío inicie!

Creditos

Personajes

Kranin
Mao Dalai
Feilan
Mao Jun
Maranor
Mao Xiang
Saraphis
Li Meiying
Wenda
Sacerdote Atlanteano
Soldado Atlanteano x4
Analista de Mao Dalai
Convicto Atlanteano x5

Sala de control de Mao Dalai, Dalian

—¿Señor? —pregunta un analista mientras Mao Dalai golpea unos sacos de boxeo.

—Habla.

—La planta especial que usted pidió está lista...

—¿Es estable?

—Bastante... La probamos hace varias horas con el más débil de nuestros soldados y la resiste.

—Pide mi helicóptero para dentro de una hora...

—Pero señor... Debe darse tiempo de adaptarse a la-

—No me interesa... El fin de la CKQ empezará hoy con la caída definitiva de Atlantis... Y quiero ser yo quién mate a Kranin... Personalmente...

Producción

Director: respaldoRS
Productor ejecutivo: EDUARDOX999
Director de efectos visuales,
diseñador de portada, gifs
y de los personajes: respaldoRS
Inicio de pre-producción
(Idear el capítulo):
26 de Junio de 2023
Final de pre-producción:
29 de Junio de 2023
Inicio de producción
(Escritura):
27 de Junio de 2023
Final de producción:
4 de Julio de 2023
Inicio de post-producción
(Edición):
6 de Septiembre de 2023
Final de post-producción:
7 de Septiembre de 2023

Presenta

Una serie original de Wattpad

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