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Una producción de
Director: respaldoRS
Productor ejecutivo: EDUARDOX999
Protagonizado por Kranin
Antagonizado por...
Previamente en "King in the Underworld":
—¿Quién eres tú? —cuestiona Kranin y se levanta amenazadoramente.
—Mi nombre es Wenda Walker... Te quiero ofrecer una propuesta indecorosa.
—Te escucho...
—¿Qué pasará con los heridos? —pregunta Feilan a Maranor
—Que bueno que hablas, Feilan. Tú eres la primera reforma que quiero hacer... Desde ahora serás un soldado estándar...
—¿Qué! —cuestiona.
—Tú eras el general de Kranin —avanza hacia él—, pero Kranin ya no es el rey, ahora lo soy yo y cómo rey decreto que tú no conservarás el puesto de general —Feilan choca con la pared detrás suyo—. ¿Ha quedado claro?
—¡Esto solo hará que nos maten! —exclama Feilan.
—Es obvio que la CKQ tiene planeado matarnos en algún punto... Hay que atacar primero con tal de que no lo esperen.
—El panorama ha cambiado... Perdí mi tridente, perdí a mis tropas y mi puesto de rey —revela Kranin... También perdí los cristales de la tecnología y conocimiento.
—¿Entonces? —cuestiona Jin—. ¿Ahora qué? ¿Quién los tiene!
—Maranor... Era uno de mis hombres, me desafió por el trono y logró derrotarme... Estoy seguro de que Maranor planea atacarlos a ustedes y a Mao Dalai, pero no sé en qué orden.
—Estaremos alerta a un posible ataque de este... Marano-
—¿Qué harán cuando el ataque empiece?
—¿Qué harías tú?
—Déjenme enfrentarlo.
—¿Y arriesgarnos a que nuestra base principal se vea dañada? ¿Por qué? ¿Será tal vez que... El tener que someterte ante un humano sin ningún tipo de modificación y/o mejora te tocó el ego?
—¿Por qué cree eso? —duda Kranin.
—Soy el líder del imperio criminal más grande del mundo y tu eras el rey de la potencia mundial más grande del mundo... Aunque tengamos nuestros roces créeme que sé cómo piensas.
—No... Tú no tienes idea de cómo pienso... Ninguno de ustedes lo sabe porque ustedes no perdieron todo lo que costó tanto construir... ¡No perdieron todo lo que una vez les importó!
—Esa justamente es la diferencia entre tú y nosotros... Tú te confiaste al pelear con Electrick Man, yo en tu posición lo habría matado sin dudar.
—¡Tú no sabes eso!
—Pero tú tampoco...
Mao Dalai entra a su sala de operaciones y se queda parado en la puerta unos cinco segundos con la mirada fija en un punto, por lo que los analistas, soldados y demás que estaban en la sala comprenden lo que quiere y se retiran dejando solo a nuestro antagonista, quién presiona un interruptor que baja cierra todas las persianas y apaga las luces en su totalidad dejando así una sala donde la única luz es un computador que luego de sentarse, Mao Dalai empieza a usar para entrar en una llamada con al menos treinta personas, de las cuáles diez de ellas se encuentran discutiendo al mismo tiempo, tres se callan al notar a Mao Dalai presente, pero los otros siete no lo hacen, cinco de ellos no se percatan de su presencia y los otros dos lo hacen, pero no les interesa, por lo que sin perder la calma, Mao Dalai los silencia manualmente y se queda callado por unos veinte segundos para que los que aún no callaban se den cuenta de que ya no tienen el micrófono activado. Pasados los segundos comienza a hablar:
—Veo que varios de ustedes tienen un inusual entusiasmo por comenzar este consejo... Eso es bueno porque justamente hoy les conviene escuchar lo que tengo que decir... El fin del gobierno de la CKQ sobre la mayoría de ciudades en el país está a punto de acabar debido a un plan que he estado formulando últimamente, plan del cuál no serán parte quienes digan cosas irrelevantes al yo reactivar sus micrófonos —los reactiva y da una pausa de cinco segundos, en los cuáles nadie habla—. ¿Ven que podemos entendernos? Ahora... Se que muchos de ustedes son enemigos, pero por una vez les pido que dejen sus diferencias atrás y acepten esta alianza que propongo formar para acabar con la CKQ.
—Disculpe, lord Mao Dalai —irrumpe una jefa criminal.
—Adelante.
—¿Cómo se supone que lo lograremos? Que yo sepa nadie de acá tiene superhumanos a su mando y eso es justo lo que son la mayoría de los miembros del consejo de la CKQ... Superhumanos... Si quisieran matarnos podrían hacerlo sin problema.
—Justamente a eso me dirigía, lady Xin... No nos han matado porque no nos consideran un peligro que requiera su atención y esa es nuestra ventaja... Nos creen débiles, por lo que tengo un plan para que ya no lo seamos al momento de la batalla.
—¿Habla del proyecto "Plant Upgrade"? —consulta un jefe.
—Precisamente, Huang Ming... Algunos de ustedes conocen dicho proyecto y quienes aún lo desconozcan... Lo conocerán muy pronto, me limitaré a decir que gracias a recursos que he recibido recientemente que pertenecían a la CKQ, el proyecto finalmente está dando resultados, así que le podremos pelear de iguales a ellos porque tendremos Superhumanos en nuestras tropas... Obviamente quienes más paguen tendrán acceso a este beneficio.
—¿Cómo sabemos que esto no es un tipo de estafa? —cuestiona otro jefe.
—¿Y cómo qué "quienes más paguen"? —añade una jefa.
—Por favor... Quienes más me conocen saben que soy muchas cosas menos un mentiroso... ¿Por qué habría de engañarlos? Si lo hiciera y me descubrieran me arriesgaría a que se pongan del lado de la CKQ —contesta Mao.
—Ok, supongamos que esto es cierto... ¿Qué nos asegura el poder controlar a los Superhumanos? —pregunta un jefe.
—El chip de control mental que estamos fabricando ahora mismo irá aparte del precio del producto inicial del proyecto "Plant Upgrade". En cuánto a su pregunta, señorita Xu Yan, recibirán estos beneficios solo quienes paguen más debido a que por el momento el producto principal del proyecto se encuentra en cantidades bastante limitadas y yo le daré prioridad a mis legiones. ¿Hay alguna pregunta? —Un silencio inmenso invade la llamada.
—Creo que podemos pasar a su estrategia —índica una jefa.
—Bien... En cuánto a cómo procederemos...
Mientras tanto con nuestro protagonista, este se encuentra en un hangar junto a Wenda, ambos mirando dos jets de combate irse.
—Servirán de señuelo en caso de que Dalai nos tenga ubicados y planee atacar —explica Wenda y procede a avanzar a un tercer jet junto con Kranin—. Así que... La CKQ... Creí que solo eran un mito.
—Eso pretenden que la mayoría crea... Son unos idiotas, pero los necesito y ellos a mi —se detiene al ver a Wenda parar—. Tus soldados deben ser muy leales como para aceptar ser señuelos con tal de que te puedas movilizar.
—Tienen buenos salarios y un excelente ambiente laboral... Lo digo de verdad —la puerta del jet se abre—. De hecho no me gusta pedirles que hagan esas cosas... Pero la causa es lo primero —avanza y entra al jet.
—¿Y cuál es la causa? —duda Kranin mientras entra junto a Wenda, quién se da vuelta para contestarle mientras camina hacia atrás.
—La seguridad del planeta —voltea para caminar hacia adelante directo a la cabina del jet.
—¿La seguridad? ¿Qué no de eso se encarga la...? ¿Cómo se llama? ¿La D.I.S.H?
—Y hasta el momento lo han hecho... Pero eso no será nada si es que aparece alguien aún más fuerte que ellos.
—Illusionistic era más poderoso que los Revolutionaries y aún así fue derrotado.
—Lo derrotaron estando juntos —se sienta en el lugar del piloto—. Solo imagina si un enemigo sigilosamente empieza a atacarlos uno por uno empezando por el más poderoso que en este caso es Electrick Man.
—Psylock Girl combate cuerpo a cuerpo y además es telépata, yo digo que ella está por delante —debate intentando quitarle crédito al avatar del Perro Eléctrico mientras la rubia se coloca unos audífonos.
—Volviendo al punto... Solo intento crear un plan de contingencia en caso de que ellos fallen —Kranin se sienta en el lugar del copiloto y unos audífonos le caen en la cabeza—. Póntelos o no te escucharé nada.
—Está tecnología es... Sumamente arcaica —se los coloca con dificultad y Wenda baja un micrófono de sus audífonos, el cuál se activa automáticamente.
—Si... No le he dedicado mucho presupuesto al interior de los jets —presionando una serie de botones activa el motor a la par que Kranin imitando lo que ella hizo activa su micrófono—. Admito que pensé que tendría que enseñarte como se hace.
—Que no entienda muchas de sus cosas no significa que no sea capaz de hacerlo.
—Nunca dije lo contrario —al estar todos los sistemas del jet funcionando, Wenda procede a despegar, por lo que Kranin se pone más tenso de que se costumbre, cosa que la rubia nota y echa una pequeña risa por ello para luego, al ya estar a suficiente altura le pregunta—. ¿Primer vuelo?.
—No, pero... —susurra Kranin y se asusta levemente por una turbulencia que se detiene a los pocos segundos—. Nunca había estado tan alto... O tan solo... —al decir esto, Wenda siente algo de lástima por él, pero a la vez curiosidad, por lo que dice:
—Entonces... Rey de Atlantis, primer némesis de Electrick Man, sobreviviente Atlanteano y el hombre que intentó por medio de la CKQ darle un nuevo propósito a su pueblo... O debería decir, a sí mismo... Pero esa no creo que sea toda tu historia, ¿Verdad? —Kranin no responde por unos segundos.
—Mi padre... Fue el mejor gobernante de Atlantis... Incluso mejor de lo que yo fui... —"Bueno, no es muy difícil ser mejor que yo siendo que no pude proteger a mi pueblo", piensa Kranin—. Atlantis progresó mucho en su gobierno.
—¿Qué le ocurrió? —pregunta mientras pilota el jet.
—Lo mismo que a mi —Wenda lo mira con duda—. Inconformidad... Su propio General, su mano derecha, su mejor amigo lo desafió por el trono y mató frente a mí —a través de ilustraciones se ve a una figura masculina ser atravesada por el mismo tridente que porta Kranin actualmente, el cuál a partir de ese momento, perteneció al asesino de su padre—. Luego ordenó matarme, pero mi madre le hizo frente a los soldados para que yo pudiera escapar—. Se ve a una mujer Atlanteana con una cuchilla de energía enfrentar a cinco soldados a la vez mientras un niño Kranin huía—. Ella murió ese día... Murió por salvarme con la esperanza de que yo recuperara el trono... Cosa que acabé haciendo, pero antes de eso alguien me sacó de la ciudad—. Se ve a una figura encapuchada cargando a un cansado Kranin en su etapa de niño lejos de Atlantis.
—¿Quién? —duda Wenda.
—Al principio no me dijo, pero luego de un par de años me lo reveló... Era el sacerdote de Atlantis, el hombre que me nombró rey... Él me entrenó durante esos años, años en los que Atlantis fue sumiéndose en un caos interno. Inocentes asesinados, familias enteras masacradas sin motivo aparente, incremento de pobreza y desequilibrio de poder entre el rey y los demás órganos gubernamentales... Cuando fue el momento revelé que seguía con vida y desafíe al rey, casi muero ese día —se ve a una silueta oscura someter fácilmente a un joven Kranin—. Él tenía mucha experiencia, pero fue eso y su exceso de confianza los factores que acabaron por darme la victoria —Kranin le rompe el cuello a su oponente ahorcándolo con su tridente desde atrás.
—Es una historia... Interesante —opina Wenda.
—Supongo... ¿Qué hay de ti, lady Walker? ¿Cuál es tu historia?
—Yo... —se escucha un estruendo afuera y se activan unas alarmas en un panel de control—. Mierda...
—¿Qué? ¿Va a temblar de nuevo?
—Si... Pero no será precisamente por el viento... —coloca su mano en una palanca—. Sujétate —la jala y el jet activa su máxima velocidad para luego revelarse que está siendo perseguido por dos cazas.
Enfermería de la base principal de Mao Dalai
—Usando ese orbe podemos mejorar nuestra tecnología para una recuperación más rápida de los heridos —sugiere un soldado de piel bronceada y pelo corto negro a otro de piel blanca y pelo corto igualmente negro que aparentemente es un rango más alto que él, quién le dice:
—A Mao Dalai no le interesa eso —apaga la luz de la enfermería y se dispone a salir.
—¿Cómo que no le interesa? —duda claramente sorprendido mientras Zhan Shí finge estar dormido.
—En sus palabras: "Con esta nueva alianza nuestras tropas fuera de servicio no significan nada, Atlantis es todo lo que importa ahora".
—¿Entonces eso significa qu-
—Los dejemos morir —Zhan Shí se sorprende, pero no revela que está despierto—. Así que desconecta a quienes estén en peligro vital... A los demás simplemente se les dejará de tratar —el primer soldado duda, pero finalmente accede ya que aunque no quiere, es hacerlo o ser sacrificado por desobedecer una orden de su superior.
El soldado camina en medio de las camillas donde se encuentran los soldados en recuperación, entre esos Zhan Shí, quién no piensa dejar morir a quienes una vez pelearon a su lado, por lo que en silencio y con todas sus fuerzas, se levanta de su camilla resistiendo el gran dolor que aún le dan las heridas provocadas por las quemaduras que recibió.
Al acercarse a uno de los hombres entubados, el soldado enviado a desconectarlos siente una punzada en su cuello y luego escucha una voz detrás suyo que le dice:
—No te atrevas a hacerlo —no recibe respuesta por varios segundos, en los que el soldado logra ver la navaja en su cuello, su propia navaja que traía colgada en su cinturón.
—¿Zhan Shí?
—¿Sorprendido?
—Si, pero no por la razón que crees.
—Preguntaría la razón, pero me temo que tenemos peores proble-
—Estás malherido, puedo desarmarte sin mucho esfuerzo.
—Solo basta con un poco de presión y aunque logres desarmarme, morirás por una herida en tu cuello... Cómo yo lo veo... Ambos estamos entre la espada y la pared.
—No podemos desobedecer a lord Mao Dalai...
—Tú no puedes desobedecerlo... Él ordenó dejarme morir.
—No tienes que hacer esto... Si inventamos una buena fachada puede que acceda a que te sigan tratando...
—De cualquier modo él ya me reemplazó... No tengo utilidad ahora y en su filosofía, el no tener una utilidad es debilidad.
—No puedo dejar que lo hagas, debo cumplir con el propósito que lord Mao Dalai me ha dado —rápidamente agarra el brazo derecho de Zhan Shí que sostiene la navaja y la aleja de su cuello para luego con su puño izquierdo golpear el mismo brazo de su oponente provocándole un fuerte dolor, pero en eso, con su brazo izquierdo el antiguo general de Mao Dalai comienza a ahorcarlo, por lo que viéndose en aprietos, su oponente empieza a caminar hacia atrás y azota a su atacante contra una pared, luego alza hacia atrás la cabeza golpeándole así la nariz y haciendo que lo suelte, entonces lo agarra y con mucha fuerza lo lanza al suelo, donde al caer, Zhan Shí se queja de dolor mientras le sangra la nariz y le sale sangre de la boca.
—¿Enserio lo harás? —cuestiona Zhan Shí mientras trata de levantarse viendo como su oponente saca su lanza de su funda en su espalda.
—Tú mismo lo dijiste, Zhan Shí... Ya no tienes propósito en el camino de Mao Dalai... —lentamente, Zhan Shí agarra nuevamente la navaja con su mano derecha detrás de su espalda—. Y todo lo que no tiene propósito... Es debilidad —alza su lanza con intención de bajarla y clavarla en el torso de su oponente, sin embargo, este le lanza la navaja al cuello logrando así salvarse mientras el soldado suelta la lanza, cae de rodillas tratando de tapar la herida con sus manos para evitar que salga mucha sangre y luego cae de cara al suelo moribundo.
—Ahora tú tampoco tienes propósito... —se levanta lentamente apoyándose de una camilla creyendo que el soldado está muerto.
—E-Espera... —Zhan Shí voltea hacia él, adolorido—. S-Sálvame a mi igual... —Zhan Shí lo piensa, sin embargo, ve que la cantidad de sangre que le está saliendo del cuello es demasiada, por lo que aunque intentara hacer algo por él, sería en vano, aparte, seguramente es una trampa con el objetivo de hacer tiempo hasta que alguien llegue, por lo que agarra la lanza del suelo, la alza y dice:
—Tu no los ibas a salvar a ellos —clava la lanza en su pecho, concretamente en el lado izquierdo con tal de atravesar su corazón y acabar con su sufrimiento de una vez.
Décadas atrás
Un niño chino piel bronceada, pelo negro con corte militar y ojos oscuros que viste túnicas de colores grises oscuros se encuentra golpeando un pilar de madera en medio de su habitación, reflejaba un ambiente único y diferente a lo que se consideraría una infancia "normal", para empezar, aparte del pilar de madera que tenía como utilidad entrenar sus puños para golpear mejor, era un lugar espacioso que reflejaba en cada detalle su legado familiar revolucionario con elementos simbólicos y políticos que hacían referencia a la historia e ideología de su familia.
En una esquina de la habitación, se encontraba un pequeño altar dedicado a Mao Zedong, su bisabuelo. Este altar contenía una estatua de Mao Zedong rodeada de flores frescas y velas encendidas. Era un recordatorio constante de la importancia de su legado revolucionario y su deber de seguir sus pasos.
Las paredes estaban adornadas con fotografías históricas de Mao Zedong en diversos momentos de su vida, así como imágenes de figuras destacadas del comunismo y la revolución china. También había carteles con eslóganes revolucionarios y citas inspiradoras de Mao Zedong.
En contraste con los elementos políticos y revolucionarios, también había un rincón dedicado a las artes y la creatividad. Había un caballete con pinceles y pinturas, un piano y estanterías llenas de libros de literatura clásica y poesía. Estos elementos proporcionaban un respiro de la intensidad política y fomentaban la expresión personal de Mao Dalai.
Mientras el pequeño Mao sigue golpeando el altar, varios soldados entran a la habitación con alguien que parece ser un prisionero que tiene un saco en la cabeza, por lo que el niño los mira con duda hasta que ve a un hombre muy parecido a él, con su mismo cabello, sus mismos ojos, pero vistiendo túnicas negras acompañado de otro niño todavía más parecido a Mao Dalai, pero con la piel más clara y vistiendo túnicas de colores grises claros.
—Lord Mao Xiang —saluda Dalai y se arrodilla ante el hombre.
—De pie, soldado —el niño obedece—. Quítensela —los soldados le quitan el saco de la cabeza al prisionero, quién resulta ser un hombre de alrededor de cuarenta años, piel blanca, con barba, ojos marrones y cabello castaño, quién mira con rabia a su alrededor—. ¿Lo reconoces?
—Es... El hombre que me asignaste localizar.
—Correcto... Finalmente lo atrapamos y por tu gran trabajo te asignare el honor de-
—¿Honor of what? ¿Would you ask him to kill me? —cuestiona el soldado aparentemente Estadounidense, a quién Dalai entiende a medias debido a que su inglés aún no es muy avanzado—. I knew that Mao Xiang was a psycho as his father and grandfather, but this... This is sick —Mao Xiang le da una golpe con su puño derecho, el cuál deja roja la mejilla izquierda del soldado, además de que de su nariz comienza a emanar sangre.
—These Americans are so daring —dice Mao Xiang y ríe junto a varios de sus soldados para luego volver a hablar con su hijo en Chino—. Vine para asignarte una pequeña tarea... —saca una pistola de una funda en su cinturón y se la da a Dalai, quién la sostiene con ambas manos—. ¿Recuerdas tu entrenamiento con esta arma? —Dalai asiente—. Es hora de usarlo... Mátalo.
—¿Q-qué? —duda Dalai—. Yo... Yo no puedo hacer eso pa... Lord Mao Xiang.
—Claro que puedes y lo harás... Ahora mismo —chasquea los dedos y sus soldados agarran al Estadounidense, quién muestra resistencia, pero no logra evitar ser amarrado al pilar que Dalai estaba golpeando—. Ya está listo... Ahora solo mátalo, soldado.
—Yo... —le apunta temeroso con el arma al Estadounidense y coloca su dedo índice en el gatillo e intenta presionarlo, pero algo dentro de sí mismo lo detiene—. Yo no puedo...
—Claro que puedes... Eres un miembro de la descendencia de Mao Zedong y él es un enemigo a los ojos de los que aún seguimos sus ideales... Tú puedes hacerlo, solo presiona el gatillo, verás que luego te gustará la sensación.
Mao Dalai vuelve a tratar, sin embargo, no se atreve a presionar el gatillo, no se atreve a quitar una vida, por lo que Mao Xiang enfurece dispuesto a golpear a su propio hijo, sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, el segundo niño, quién estaba atento a las acciones de Dalai, toma una segunda pistola del cinturón de Xiang y dispara contra el estadounidense, dando en medio de su frente y dejando así mucha sangre salpicada en la habitación.
Mao Xiang voltea sorprendido, se esperaba cualquier cosa, incluso se esperaba recibir un disparo de parte de Dalai, pero nunca imaginó tal osadía de parte de Mao Jun, quién sonríe al ver la sangrienta escena que dejó, sin embargo, su sonrisa no dura mucho ya que es fuertemente golpeado por Xiang en su rostro, quién no le tiene ninguna piedad a pesar de ser un niño y comienza a patearlo en el suelo mientras sus soldados miran el cadáver del estadounidense con indiferencia.
—¡Padre! —grita Dalai al presenciar a su hermano ser golpeado brutalmente por Mao Xiang y corre en su auxilio sólo para ser golpeado también en el rostro por el tirano, quién mira a sus dos hijos en el suelo, uno con mucha más sangre y heridas que el otro.
—Esto es lo que pasa cuando te permites ser débil... Las personas salen lastimadas, tu propio hermano sale lastimado... Ahora de ti dependerá que sobreviva, espero que pusieras atención a tus clases de medicina, las necesitarás —se retira junto a sus soldados, dejando a ambos niños en el suelo.
Regresando con Kranin y Wenda, estos siguen volando por el oscuro cielo nocturno de China mientras son perseguidos por dos cazas.
—¿No tiene torretas traseras esta cosa? —pregunta Kranin mientras se sujeta.
—¡Aún no hemos logrado fabricar esos modelos! —contesta Wenda a la par que maniobra el jet. Wenda intenta hacer una maniobra para quedar detrás de los cazas y disparar, pero los pilotos parecen estar muy bien entrenados porque no caen en su trampa—. Tal vez si me acerco a una ciudad... —se comienza a poner nerviosa y en eso empieza a toser, por lo que suelta el timón de dirección y este se descontrola, por lo que el jet también, cosa que es aprovechada por uno de lo cazas para finalmente marcar el objetivo y disparar logrando dar en el motor derecho del jet, el cuál empieza a caer hacia el mar.
—¡Wenda! —gritó Kranin antes de ser impactados por el misil, luego de esto al estar inestable el centro de gravedad dentro del jet, todo en él empieza a ir de un lugar a otro incluyendo a la humana y el Atlanteano, quién intenta apegarse a los muros o a lo que sea con lo que choque al igual que Wenda, sin embargo, esta al no tener su fuerza tiene menos chance de salvarse y nuestro protagonista lo sabe, por lo que se esfuerza en llegar hacia ella con la esperanza de salvarla hasta que finalmente logra interceptarla en el aire, no obstante, segundos después el jet termina por caer al mar y con ello empieza a hundirse a la par que el agua comienza a entrar por agujeros vinculados al motor dañado.
—¿Cómo dicen ustedes? —le pregunta Kranin a Wenda, pero él solito responde después—. Mierda... —la sujeta fuerte y saltan hacia la cabina, la cuál quedó mirando hacia arriba—. Escucha... Voy a romper el vidrio y entrará agua de golpe cuando lo haga, necesito que te sujetes de mi y no me sueltes si quieres sobrevivir —Wenda asiente—. Bien... Al tercer golpe... Uno —golpea el vidrio y lo agrieta un poco—. Dos... —vuelve a golpear y el vidrio se rompe aún más mientras la presión del agua lo agrieta—. ¡Tres! —golpea, agarra bien a Wenda y sale fuera del jet para luego empezar a nadar hacia arriba mientras Wenda aguanta la respiración lo más que puede, pasan más de quince segundos y está se empieza a ahogar, sin embargo, justo cuando ya no puede más, Kranin la alza hacia arriba, quedando su cabeza y gran parte del torso fuera del agua y logrando que ella pueda respirar.
Mientras tanto en esa oscura noche, Zhan Shí sigilosamente logró subirse a un techo de la base de Mao Dalai para así poder acercarse a la sala de operaciones sin necesidad de cruzarse con muchos guardias. Al ya estar lo suficientemente cerca de una ventana, escucha a alguien decir:
—Señor... Zhan Shí desapareció...
—¿Cómo que desapareció? —se escucha a Mao Dalai cuestionar.
—Ya no está y mató a un soldado.
—Búsquenlo... Mátenlo —ordena Mao.
—Si, lord Mao Dalai —al escuchar esa orden, Zhan Shí termina de convencerse de que Mao Dalai ya no lo requiere y que por tanto, si se le ocurre entrar y suplicar por una nueva oportunidad, no se la daría, sin embargo, considera entrar e intentar matarlo sigilosamente, pero desiste de inmediato de esa idea ya que sabe que Mao Dalai lo detectaría y no sería tan confiado como el soldado de la enfermería, por lo que traza un nuevo plan para conseguir curarse por completo y escapar.
Volviendo con la versión pre-adolescente de Mao Dalai, este se encuentra dándole una medicina a un golpeado Mao Jun, quién está acostado con hielo encima de su frente en la cama de su habitación, la cuál es notablemente diferente a la de su hermano Mao Dalai. Mientras que la habitación de Mao Dalai es opulenta y lujosa, la de Mao Jun es austera y sencilla. Las paredes están pintadas de un color gris pálido y no hay adornos extravagantes. En lugar de muebles elegantes, hay una cama simple con sábanas y cobijas modestas, un escritorio desgastado y una silla de madera sin adornos, aunque ambas tienen un altar dedicado a Mao Zedong.
A diferencia de la habitación de su hermano, la de Mao Jun transmite una sensación de serenidad y simplicidad. No hay signos de ostentación ni elementos decorativos llamativos. En su lugar, se puede encontrar una pequeña estantería con libros y documentos ordenados, que evidencian su dedicación a la educación y el estudio.
—¡Ya no quiero esta estúpida medicina! —exclama Jun y golpea la mano de su hermano, haciendo que este suelte la cuchara con medicina que tenía en la mano, por lo que Mao pacientemente suspira y dice:
—Tienes que hacerlo, no puedes presentarte ante padre en estas condiciones.
—Condiciones en las que él me dejó —al escuchar esto, Mao Dalai se queda callado por unos segundos, segundos en los que su hermano suelta unas lágrimas, por lo que pregunta—. ¿Por qué disparaste?
—Porque tú no lo hiciste.
—Esa no es la razón —Jun hace los ojos hacia arriba y se da la vuelta para no mirar a su hermano—. Oye... Estamos juntos en esto... Necesito que me digas.
—¿Juntos en esto? —pregunta Jun y ríe—. ¡Cuándo hemos estado juntos en esto?
—Desde que mamá se fue.
—¿Qué tiene que ver eso! —voltea violentamente.
—Nos hizo prometer que nos cuidaríamos uno al otro y no dejaríamos que nos convierta en copias de él.
—¡Y lo hemos hecho! —grita y lagrimea un poco—... Pero... Pero eso no tiene nada que ver.
—¿Entonces qué tienes? —Jun ríe bajo por unos segundos.
—Y encima preguntas... —Dalai da un suspiro de resignación y se levanta.
—Bien... Haz lo que quieras —empieza a caminar hacia la salida, pero al dar unos cuatro pasos es detenido por la voz de Jun.
—Entonces de verdad no lo has notado... —Mao voltea hacia él—. Tu ganas... Madre nos hizo prometer que nos protegeríamos, y así ha sido excepto por una cosa... ¡Tú eres mejor que yo en todo! ¡No te regulas para nada y por eso el que sale golpeado siempre soy yo! Pensé que... —se le quiebra la voz—. Yo pensé que... P-pensé que si disparaba cuando tú no querías lo haría sentir orgulloso por una vez, pero en lugar de eso me golpeó... Creí que tal vez en esta ocasión sería diferente.
Dalai al escuchar esto simplemente se va para darle tiempo a su hermano de tranquilizarse a la par que empieza a idear un plan para deshacerse de la diferencia abismal que hay entre él y su hermano.
Regresando con nuestro protagonista, este se encuentra en una costa junto a Wenda, quién debido a que estuvo considerables minutos en el agua se encuentra con mucho frío, por lo que Kranin mira a su alrededor logrando visualizar a la lejanía un vehículo negro 4x4, entonces salta hacia él y no muchos segundos después vuelve con una manta, ropa, una toalla y un celular.
—¿Acabas de roba- —pregunta Wenda.
—Se dice gracias —interrumpe Kranin y la envuelve con la toalla y la manta.
—Gracias —susurra y tiembla un poco por el frío.
—¿Hay alguien a quién pueda llamar con este arcaico dispositivo? —pregunta refiriéndose al celular.
—S-si... Dámelo, yo lo hago —Kranin le pasa el celular.
—Ahora nuestra deuda está saldada.
—¿Deuda? —duda mientras marca un número.
—Me salvaste en Nankín... Quedé en deuda contigo entonces —el número que Wenda marcó la manda al buzón de voz.
—Пока мир не станет безопасным —Kranin la mira con duda y Wenda finaliza el mensaje al buzón.
—¿Qué fue eso?
—Un código que tenemos con mis agentes... Sirve para que no llamen de vuelta en caso de que yo no tenga el celular.
—¿Y si alguien te obliga a decirlo?
—Tenemos otro código para esas situaciones.
—Tienen todo muy bien planeado, pero... ¿Alguna vez idearon algo en contra de Mao Dalai? Y me refiero a él, no a sus lacayos.
—Creímos que si llegaba el momento nuestra tecnología sería suficiente.
—La soberbia...
—No se trata de eso —Kranin frunce el ceño—. Nunca planeamos algo elaborado porque siempre supimos que Walker Enterprises por si sola no podría contra Mao Dalai.
—Pues ya no están solos.
—Claro, porque tú igual tienes tropas en este momento —Kranin baja la mirada y luego la dirige al mar—. ¿Por qué no los usas más seguido?
—¿Qué cosa? —sigue viendo al mar.
—Tus poderes eléctricos —Kranin la mira de reojo—. Si, te vi cuando los usaste en el club... ¿Por qué no los usas?
—No quiero... Que mi pueblo me vea de ese modo.
—¿De cuál modo? —Kranin voltea hacia ella.
—Cómo el monstruo que casi nos mata a todos... Me da... Me da pánico que me comparen con él de ese modo... O de cualquiera.
—Tal vez volverían a confiar en ti si te muestras como eres.
—¿Cómo soy? —ríe un poco—. ¿Roto? Lo que menos necesitan es un rey que no sabe hacia donde guiarlos.
—Al menos aceptas que estás roto.
—¿Cómo podría negarlo? De todos modos ya lo notaste...
—Cuando lleguemos a ellos te recomiendo... —se escucha un estruendo a la distancia mientras del lado del mar, el sol asoma un poco—. ¿Y eso? —Kranin mira hacia el lado contrario del sol, trata de usar su visión mejorada, pero al no ser más el legítimo portador del tridente de Atlantis perdió esa habilidad.
—Son... Vehículos de algún tipo —dice Kranin y cierra los puños—. Prepárate para lo que sea.
—Mierda... —susurra Wenda, se quita la manta y la toalla y agarra un dispositivo de su cinturón con ambas manos, dispositivo que se extiende por la mitad de sus antebrazos formando una especie de disparador con energía morada en los puños.
Mientras tanto, Jin, Mei Ling y Albert se encuentran discutiendo sobre la situación y el posible ataque que reciban por parte de Maranor o en su defecto, Mao Dalai.
—Podemos acabar con ambos fácilmente en mi opinión —dice Albert.
—¿Pero y si se alían? —pregunta Mei Ling y Jin ríe.
—Por favor, Mei Ling... Ambos conocemos la poca probabilidad que hay de eso y en todo caso... Tampoco habría problema, simplemente enviamos a Michael y que los explo... —reciben una llamada que Mei Ling atiende.
—¿Quién es? —al escuchar la respuesta, Mei Ling mira a Jin—. Ponlo en la línea —activa el altavoz y susurra—. Maranor.
—Saludos, líderes de la CKQ —saluda Maranor.
—Que grata sorpresa —miente Jin—. Nos preguntábamos si habías cumplido con lo que nos propusiste.
—Kranin ya no dará más problemas, está muerto —pretende engañar Maranor.
—Perfecto, pasando al tema Mao Dalai... ¿Tiene algún plan para él?
—Quería ver si me puede dar la autorización de arribar con mis tropas a Shanghai para discutir ese tema en persona.
—Puede arribar a Shanghai cuándo pueda, pero hay un problema con la reunión presencial.
—¿Cuál sería el problema?
—Por... precaución ante un posible ataque de Mao hemos decidido movilizarnos a... —Mei Ling le señala una ciudad en un mapa que hay sobre la mesa—... Zhoushan, por lo que si quiere reunirse con nosotros tendrá que ser acá.
—Bien... Ahí los veré entonces —corta y la sala queda en silencio por unos segundos.
—¿Avisamos a Kranin? —duda Albert.
—Si... Quiero ver cómo se desenvuelven esos conflictos... Kranin vs Maranor y Atlantis vs Mao Dalai —responde Jin.
Créditos
Personajes
Kranin
Mao Dalai
Maranor
Zhan Shi
Wenda
Mao Jun
Jin
Mao Xiang
Albert
Mei Ling
Xin
Huang Ming
Jefes criminales x4
Analista de Mao Dalai
Mao Dalai se encuentra sentado en su sala de operaciones mirando unos monitores y mapas en la pared hasta que es interrumpido por uno de sus analistas.
—Disculpe, lord Mao Dalai.
—Adelante.
—El ataque al señor Kranin y la señorita Wenda ya se está llevando a cabo y los transportes Atlanteanos han empezado a movilizarse.
—¿Hacia dónde?
—No sabemos con precisión, pero probablemente Shanghai, Ningbo, Taizhou, Wenzhou... Ciudades costeras por esa zona.
—Manténganlos vigilados... ¿Algo más?
—Los sujetos de prueba han reaccionado positivamente al proyecto Plant Upgrade.
—Fantástico... Empiecen a dar la planta en masa.
—Si... Lord Mao Dalai —se retira.
Producción
Director: respaldoRS
Productor ejecutivo: EDUARDOX999
Director de efectos visuales,
diseñador de portada, gif
y de los personajes: respaldoRS
Inicio de pre-producción
(Idear el capítulo):
24 de Junio de 2023
Final de pre-producción:
25 de Junio de 2023
Inicio de producción
(Escritura):
25 de Junio de 2023
Final de producción:
26 de Junio de 2023
Inicio de post-producción
(Edición):
3 de Septiembre de 2023
Final de post-producción:
6 de Septiembre de 2023
Presenta
Una serie original de Wattpad
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