Narra Renata:

A la mañana siguiente nos despertamos por qué Aylan se despertó llorando. Esto era ser madre, pero mi mate no estaba tan acostumbrado a esta vida.

Me levanté a cambiarle su pañal y una pijama limpia, igual seguía llorando, típico de el en las mañanas.

- Que le pasa a mi hijo - pregunta Alex.

- Solo tiene hambre, ya lo voy a alimentar - le contesté.

Me arrecoste en mi almohada, a la par de Alexander para darle de comer a mi hijo. Saque mi pecho y se lo puse en su boca, este inmediatamente empezó a comer, como un lobito hambriento.

- Me encanta esta escena - dice mi mate.

No le respondí nada seguí viendo la cara de mi niño comer y comer.

Alexander me acomodo para que quedara en su pecho, si estaba más cómoda de esta manera, pero no quería estar en su pecho desnudo, mi loba estaba súper feliz.

- No Alex - hice a levantarme.

- Renata quédate ahí, solo mientras alimentas al niño, nuestros lobos quieren contacto, después ninguno podremos conventirnos en lobos - dijo este.

Y tenía razón ahora con esta marca si no teníamos un poco de contacto nuestros lobos se desconectaban, y nos debilitan.

Nos quedamos como una hora en esa posición esperando que el niño terminara de comer.

- Vamos Aylan, tengo hambre - le dije, los 3 nos levantamos a buscar desayuno.

En la cocina se encontraban mis hermanos y mi cuñada ya desayunando.

- Esto es raro - dice mi hermana.

- Que es raro - preguntó.

- Ver a mis hermanos mayores casados - dice.

- Pronto encontrarás a tu mate - le dice mi hermano.

- Alguien sabe que debo de hacer - pregunta mi cuñada.

- Hacer de que - pregunta mi hermana.

- Ahora que soy la luna - dice.

- Chase te explicará - le responde su hermano.

- Tu no tendrás que explicarle nada a Renata, sabe ser luna, e incluso si no estás sabe ser Alpha - dice mi hermano.

Durante el desayuno nos pusimos a explicarle a Zoe un poco de lo que era ser luna, de como era la manada y esas cosas.

Aylan estaba entretenido jugando con Alexander, mientras todos charlabamos.

- Aún sigues aquí Renata - dijo mi madrastra entrando.

- La mañana está bonita hasta que apareció la bruja - dije.

- Respetame, soy tu madre - contesto.

- Me pegaras como cuando era niña, ven pegame, tu no eres mi madre - le conteste.

Sentía a Emma a punto de salir, mis ojos debían ser rojo puro.

- Creo que ahora que me casé es mejor que tú y mi padre abandonen la casa principal - dijo Chase levantándose.

- Par de malcriados - nos grito.

- Kay llévate a Aylan lejos de esta bruja - le pedí a mi hermana.

- Te crees mucho ahora que tú Alpha te protege - me dijo.

- No necesito que ni Alexander ni nadie me defienda - le dije.

Sentí a Alex por nuestra conexión estar ¿feliz? al parecer escucharme fuerte, y independiente lo hacía sentirse orgulloso, y otras cosas más que mejor no mencionó.

- Chase, Renata no se peleen con su madre - dijo mi padre entrando.

- Ella no es mi madre, solo es una cualquiera que quiso un poco de poder - le dije riendo.

Esta intento ponerme una mano encima pero la voz de Alexander la interrumpió.

- Si te atreves a ponerle una mano encima a mi luna te arrepentirás toda tu vida - le dijo con sus ojos rojos.

- Alpha Alexander, ella no le hará nada a Renata - le dijo mi padre.

- Más le vale, nos vamos preciosa - dijo hablándome.

- Sí - le respondí.

Ambos salíamos hacia mi habitación dejando todo el alboroto atrás, los guardas de Alex llevaron todo nuestro equipaje, por la discusión, por querer salir de ahí ni terminamos el desayuno.

Fuimos por Aylan, para después colocarlo en su silla.

Estaba bastante molesta, todo hubiera sido tan diferente si tan solo mi madre no se hubiera ido. Si nos hubiera criado, amado.

- En que piensas - pregunta Alexander.

- Sabes en que pienso - le respondo.

- Si pero quiero que hablemos - me dice.

- De que - preguntó.

- Te gustara tu nueva casa - dice.

- Podemos dormir en habitaciones separadas - preguntó.

- Reni, no, como un matrimonio dormiremos juntos, sino que dirán todos - responde.

- Te importan todos - preguntó.

- No del todo, pero así te puedo tener cerca - dice.

- Yo no quiero tenerte cerca - le respondo.

- Lo se y mierda, es horrible que tu mate te rechace - responde.

- Tu te lo ganaste - le digo.

- Y creo que me lo vas hacer pagar, pero cueste lo que cueste voy a ganarme tu perdón y tu amor - me dice.

El resto del camino nos mantenemos en silencio, por ahí de unas 6 horas llegamos a su manada, los guardas abren los portones de la manada, todos quienes ven el auto inclinan la mirada.

- Tu pueblo te tiene miedo - le digo.

- Así me respetan - responde.

- Eso no es ser respetado, es ser temido - le digo.

- Te molesta mi forma de ser - pregunta.

- Sí, para mí siempre has sido un Alpha despreciable, y más cuando me enteré que tú me violaste - le respondo.

- Ren, perdóname, trataré de ser una mejor persona, pero no prometo nada - dice apretando el volante.

No le tome mucha importancia a la casa ni a la decoración, solamente seguí a Alex a nuestra habitación, cambie a Aylan, lo alimente, me cambié y los tres caímos dormidos del cansancio.