Capítulo 7: Alegría.
Acomodarse entre todos fue algo difícil. Nadie se entendía bien y no podían hablarse correctamente. Pero poco a poco las cosas fueron mejorando, se fueron entendiendo con señas y decían las palabras de las cosas en sus idiomas para que se fueran entendiendo un poco al menos.
Otra cosa era que los alfas siempre estaban al pendiente de los omegas y estaban con ellos en todas partes. Jungkook miraba como Hoseok siempre era seguido por el alfa de cabellos rojos, como un cachorrito, uno muy grande.
Jimin le había dicho el omega de cabellos rubios que se llamaba así, a Jungkook le parecía gracioso ver cómo Hoseok se sonrojaba con cada acercamiento que hacía el alfa, era menos bruto que el suyo, y siempre le buscaba frutas para dárselas.
Aunque no se arrepentía de nada, casi todas las noches ardía en el calor de la pasión y dejaba salir su voz para que su alfa lo supiera. Le daba algo vergüenza ver que también dejaba marcas en el rubio, algunos chupones en su cuello o rasguños en la espalda, lo peor del caso era que él las lucia con orgullo.
Cuatro semanas después, su proyecto de hacer un huerto ya se había cumplido, tuvieron la ayuda de los alfas y betas para ladrar la tierra y arreglarla con abono. Ya se podían notar pequeñas plantas creciendo en ellos.
Como Jungkook se lo había esperado, empezó a mostrar signos de embarazo, su aroma se volvió más dulce, tuvo algunos gustos raros por comida, incluso algunos vómitos.
Los demás estaban muy alegres, su madre había llorado a montón y le abrazó con fuerza, Hoseok chilló diciendo que el había pensado que sería el primero en encontrar a un alfa y tener a sus cachorros, pero estaba muy feliz por el.
Incluso el mismo Yoongi lo trataba con más cuidado, parecía nervioso y feliz al saber que sería padre, le trataba como si fuera algo frágil que se podría romper con un movimiento brusco, era tierno en realidad.
Jungkook estaba muy feliz, estaba feliz porque los demás tenían un lugar en donde estar y en donde empezar de nuevo con sus vidas, y también estaba feliz porque tenía a un gran alfa, esperaba a un pequeño de él.
No pedía nada más, acariciaba su vientre algo blando con cariño, hacia algo de frío afuera y llovía con algo de fuerza, Yoongi encendía la chimenea que estaba en su habitación de la cabaña.
Se había mudado con el rubio desde que llegó de la cascada, su cabaña era mucho más grande que en la que estuvo antes, tenía varias habitaciones y una chimenea en la habitación principal.
Yoongi le había hecho un gran nido de pieles donde dormían muy cómodos, y donde más tenían sus secciones de "amor", sinceramente era más cómodo que el nido de la carpa y el agua del lago.
Pero fue una experiencia buena, o eso sentía. Su cuerpo se había acostumbrado a los toques algo bruscos del alfa, así que ya no dolía, más bien, siempre estaba ansioso y preparado para ser llenado.
Como en ese momento, podía sentir como su entrada se mojaba, mientras aún estaba en el nido solo y acariciaba su vientre, Yoongi llegó unos minutos después, la habitación se sentía más cálida con el fuego encendido.
—Jungkook, hueles bien.— otra cosa que había avanzado era entenderse entre sí, ya el alfa podía decir frases completas y le podía entender.
Yoongi pegó su nariz en su cuello, aspirando y lamiendo con ganas, Jungkook jadeó tembloroso cuando sintió como una mano del rubio bajó hasta su trasero e introducía sus dedos en el.
—Yoon...— gimió con suavidad ante los toques más suaves, eso agradable que siempre empezara así, y quizás era porque tenía más control sobre la situación, pero después cuando ya estaba en su interior los instintos se hacían cargo.
No pasó mucho para que Jungkook ya estuviese besando con ferocidad a su alfa, teniendo sus piernas rodeándolo por la cintura, las manos del rubio se metieron por debajo de su poca ropa para después quitársela.
Quedó completamente desnudo ante él, pero su Yoongi también lo estaba, Jungkook podía sentir esa deliciosa erección sobre su pelvis, el pecoso se frotó contra el, su pequeña erección se sentía muy diminuta contra la mayor.
—Tan desesperada mi pequeña zorra.— Jungkook sintió un escalofrío en su cuerpo al escucharlo murmurar en su idioma, podía deducir que decía con solo ver esa sonrisa ladina en su rostro.
Eso solo lo hizo excitarse más, haciendo que más lubricante saliera de su agujero que se contraía en la nada, deseoso de algo grande. Jungkook dejó salir un pequeño chillido, haciéndole saber al alfa lo que quería y éste solo sonrió.
Después Yoongi se irguió tomando las piernas del pecoso para abrirlas más de lo que estaban. El rubio frotó su erección entre las nalgas pecosas, haciendo que se llenara del mojado y caliente lubricante que las cubría.
—Yoon, por favor...— algo que le sorprendía al pecoso era saber que a Yoongi le gustaba que le rogara, era como si entendiera esas palabras. —Yoongi...
El rubio sonrió, como un depredador que tenía a su presa contra la pared. Yoongi alineó su glande contra su agujero rosa palpitante, entró tortuosamente despacio, a propósito, sabía que lo quería ver más desesperado, y lo estaba logrando.
—Ya no juegues Yoongi.— Jungkook gimoteó bajito, moviéndose por su cuenta un poco, sus caderas débilmente se movían de atrás hacia adelante.
—Kook.— el rubio murmuró bajito y ronco contra su ojera, éste empezó a mover sus caderas de forma rápida y profunda.
No era de la misma manera como cuando perdía el control y lo hacía de manera salvaje, era más cuidadoso, sabiendo que Yoongi se controlaba. Era así desde que supo que esperaban un cachorro, quizás sea de forma instintiva que lo hacía para no dañarlo en algún sentido.
Jungkook no podía negar que le gustaba, aunque también extrañaba un poco hacerlo de esa manera más ruda de antes, pero no sé quejaba mi reclamaba nada.
—¡Yoon, Yoon!~ — Jungkook gemía, dejando salir su voz sin ningún tipo de problema, sabía que al rubio le gustaba cuando lo hacía, podía ver ese brillo en sus ojos y sentía como esa gruesa longitud palpitaba dentro suyo.
Yoongi lamió su labio inferior sujetando un poco más arriba las piernas del pecoso, llegaba tan profundo, toda su verga desaparecía dentro del omega, llegaba a un espacio caliente, apretado y tan húmedo que lo volvía loco en muchos sentidos.
Nunca se cansaba de esa sensación, siempre era como si fuera la primera vez, pero ya sabía en donde tocar y con qué fuerza hacerlo, convertía a su pecoso en sudor y gemidos quebrados. Su rostro era glorioso, con esa expresión de placer, en definitiva, los omegas eran lo mejor.
El rubio sonrió, sintiendo como su nudo empezaba a formarse en la base de su polla, embistió un poco más rápido antes de que se hinchara por completo, y cuando lo hizo, lo enterró hasta el fondo, vio como el pecoso ponía los ojos en blanco y se corría también sobre su pecho.
Jungkook quedó tendido en el nido de pieles, Yoongi aún sostenía sus piernas en lo alto, se sentía lleno, viscosamente lleno, y lo peor era que le encantaba. El rubio bajó sus piernas, acomodándose con cuidado a su lado, los arropó con una piel.
—Kook, mi Kook.— el alfa ronroneaba contra el cuello del pecoso y éste le sonreía, volteó su rostro un poco para besarle.
Mientras lo hacía, el rubio llevó su mano hacia el vientre del menor, acariciando con cariño el lugar, Jungkook se separó del beso levemente y le sonrió, también llevó su mano a esa zona, poniéndola sobre la del alfa.
—Pronto llegará Yoongi.— murmuró el pecoso, bostezó con sueño, ya era la hora de dormir, y el agua que caía afuera de ellos parecía no parar, pero no era tan malo dormir con el sonido de la lluvia.
Se dejó llevar por el sueño fácilmente, y lo único que sintió antes de caer por completo fueron las manos de su alfa rodeándolo con cuidado.
꒰ K I N G ꒱
Un nuevo día, el sol salía desde las lejanas montañas y alumbraba todo el panorama a su alcance. Jungkook se despertaba desde temprano, con su alfa al lado, parecía no querer levantarse, pero al final lo hacía con un par de besos a cambio.
Y mientras el rubio salía en busca de algo fresco para el desayuno, Jungkook iría en busca de algunas plantas frescas para preparar algo con la carne que fuera a traer el rubio.
En el camino se encontró al omega rubio recostado contra un árbol, estaba húmedo, así que no era un buen lugar en donde estar temprano en la mañana mientras hacía frío. Jungkook curioso se acercó a su amigo y lo vio, tenía una ligera mueca de dolor mientras se masajeaba un poco la espalda.
—¿Te caíste, que pasó?— el pecoso preguntó, haciendo que el rubio saltara del susto, éste lo miró con un sonrojo en el rostro.
—Uh, bueno verás. ¿Qué clase de tradiciones tienen aquí?— preguntó Hoseok mientras echaba su cuello a un lado levemente, mostrando chupetones y una gran marca en la parte de atrás.
—Ou.— fue todo lo que murmuró el pecoso, ya sabía lo que había pasado, y podría adivinar quien fue, pues un ligero aroma, mezclado con el de su amigo, que ya conocía había llegado a su nariz. —Pues, ¿Bienvenido al club de los primerizos?
Dijo en una pregunta el pecoso para después echarse a reír, haciendo que Hoseok lo mirase mal, el rubio soltó un suspiro de fastidio mientras seguía acariciando su espalda.
—Venga, vamos a un lugar más cómodo.— el pecoso dijo para después ayudar al rubio a llegar hacia el comedor principal y sentarlo sobre una almohada de piel. —Por cierto, ¿A dónde se fue Jimin?
—No sé, cuando desperté ya no estaba allí.— Hoseok respondió con un pequeño puchero en el rostro, no le gustaba la idea de ser abandonado después de una noche como la que pasó.
Hoseok se había "entregado", a medias, pues no entendió la mitad de las cosas que le había dicho el alfa peli-rojo, pero fue demasiado tarde para escapar cuando ya estuvieron en su cabaña. No iba a mentir, le gustó mucho todo, fue como si lava ardiente quemara su cuerpo hasta dejarlo en cenizas, no se imaginó que ser poseído por un alfa de esa forma lo iba a volver así.
Pero cuando despertó le dolía todo, sobre todo su trasero y caderas, no sabía si ese alfa tenía una roca entre las piernas porque todo le dolía como si se hubiera estrellado contra una.
Una muy grande.
—Estoy seguro que anda buscando algo, Yoongi también fue así, cuando desperté no estaba, pero después volvió con muchas cosas.— el pecoso sonrió recordando cuando el rubio había hecho de mil y una formas para alegrar su mal humor por los dolores después del coito.
Jungkook iba hablar más, pero fue como si hubiera invocado al alfa de cabellos rojos, pues apareció en ese momento cargando un montón de cosas, tenía plantas para el dolor, frutas y unos conejos.
Hoseok al ver eso iluminó su rostro con una sonrisa, Jungkook no sabía si su Yoongi ya había advertido a los demás de cómo hacer las cosas después de la primera vez con sus parejas, pero le alegraba saber que pensaban en ellos bastante como para hacer eso.
Jungkook preparó un buen té en poco tiempo, habían conseguido miel así que podía endulzarlo, y mientras Jimin se la pasaba abrazando a Hoseok a la vez que canturreaba suavemente, el pecoso preparaba el conejo para su amigo, parecía que el alfa estaba más concentrado en darle mimos al rubio.
Hoseok le agradeció cuando le entregó un delicioso conejo en estofado con papas, era una de las formas en las que le gustaba mucho preparado. El pecoso miró como su madre se acercaba hacia ellos y no muy lejos de ella pudo ver a SeokJin junto a NamJoon, los dos parecían muy juntos. Jungkook podía notar el coqueteo en el omega de cabellos rosa.
—Buenos días Jungkook.— saludó la omega mayor al llegar a ellos y el pecoso le sonrió en grande.
—Buenos días mamá, ¿Quieres un poco de conejo?, Quedó bastante.— Jungkook preguntó y vio como su madre asintió levemente, el pecoso le sirvió y miró como Hoseok comía alegremente junto a su alfa, ronroneando ante cada bocado que daba del conejo.
Inconscientemente acarició su vientre sobre su ropa, estaba muy contento, y esperaba que su pequeño llegará rápido para estarlo aún más, quería conocerlo cuanto antes.
Dos caps más y daremos por terminada esta historia
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro