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04

Desde que Chloé era una niña pequeña vivió pensando que las mejores cosas tienen un precio y uno bastante alto. Cuántos más ceros mejor, solía pensar que las personas valían tanto como sus cuentas bancarias y que sin dinero no eras nada

Esa era la manera en la que su madre trataba al mundo y la que ella había intentado imitar por todos los medios para ser importante para la mujer que la había dado a luz y jamás se había cuestionado sus creencias.

Al menos no hasta ese momento.

Habían caminado hasta allí en lugar de usar su limusina y el viaje no había resultado tan desagradable, el sol era cálido pero no al punto de quemar su piel, la gente ocupada solo le dedicaba miradas fugazes pero no sé detenían a insultarla o mirarla demasiado tiempo con rencor y el amable barista con ropa de basurero mantenía sus pasos cortos para andar junto a ella.

Eso le llamó un poco la atención, no caminaba frente a ella como su madre ni varios pasos atrás como Sabrina y su padre o bajaba la cabeza ante ella como los sirvientes. El la estaba tratando como si fueran iguales y aunque en otro momento y quizá con otra persona eso sería insultante con el chico de ojos y cabellos azules no sentía molestia si no algo remotamente parecido a la comodidad.

Cuando finalmente llegaron al lugar donde el la guiaba se encontró con la sorpresa de que la vista era maravillosa, incluso mejor que la vista desde su ventana, que era la mejor ubicada del hotel, o de la terraza.

El sol llenaba todo de cálidos rayos naranjas resaltando las flores que llenaban el lugar de color, amarillos vibrantes, vividos rojos, púrpuras y rosados se habrían camino entre un verde tan brillante que robaba el aliento.

Si le hubiesen dicho que debía pagar por esa vista entregaría su tarjeta sin dudar pero para su sorpresa estaban en un parque público dónde cualquiera y en cualquier momento podía acudir.

Luka sonreía al verla y Chloé dejo que sus ojos azules se llenarán de la vista maravillosa, deseo poder sentarse y seguir contemplado aquello con calma pero sus pantalones se arruinarían y eran sus favoritos.

Un suave suspiro se le escapó y ni siquiera ella misma sabía que lo causaba, simplemente escapó de sus labios antes de que pudiera detenerlo.

-¿Que te parece Chloé?

Chloé sentía los ojos azules del chico mirándola, analizando sus reacciones y gestos y por un segundo pensó usar su mueca burlona y malvada pero no pudo hacerlo. No después de que él se saliera de su camino solo por animarla, por consolarla en un mal día incluso cuando no era amigos.

Aún que tampoco eran desconocidos se recordó en las profundidades de su mente.

-Es... no esta mal barista desalineado.

Vió al chico sonreír y dejar su guitarra en el suelo antes de quitarse la horrenda chaqueta y sentarse colocándola junto a él en el suelo cubierto de césped verde.

-Toma, sientate en ella, no puede empeorar pero tu pantalon se mancharia de hierba.

Chloé sonrió con burla, era cierto esa horrible cosa no podía lucir peor y con una sonrisa entre agradecimiento y burla se sento.

-Eres un mozo eficiente...

Luka volvió a sonreír y miró las flores un largo momento, ambos permanecieron en silencio, simplemente disfrutando de la vista, del calor del sol y de tener una agradable y tranquila compañía.

-Gracias por el cumplido su alteza...

Aún con ojos cerrados Luka había murmurado y Cloé lo miro de reojo sonriendo con confianza y arrogancia.

-Gracias por ser conciente de mi estatus plebeyo.

Luka sabía que el comentario era mitad broma y mitad verdad pues la rubia era, aún que era más correcto decir que había sido QueenBee.

-¿Puedo preguntar que paso? Estas triste

La voz de Luka fue un susurro suave y tranquilizador que no llegaba a perturbar la paz de aquel maravilloso jardín, tenía un tono relajado que la invitaba a las confidencias y Chloé sintió que podía ser honesta.

-Volví a ser akumatizada hace un rato.

Le costó decirlo, era la verdad a grandes rasgos y le dolía el orgullo admitirlo pese a que todo el mundo lo sabía a esas alturas gracias a la idiota seudo reportera y su Ladyblog.

-Lo se, mi hermana fue una víctima.

Chloe escucho con sorpresa como la voz del chico no cambio, no mostraba signos de rencor o de qué la culpaba por lo ocurrido.

-Lo siento.

Se llevó los dedos a los labios horrorizada después de que esas dos palabras se le escaparon sin su consentimiento y se encontró paralizada por la sorpresa de sus propias palabras.

-No te disculpes, yo mismo fui un akuma dos veces, y en la ultima obligue a mucha gente a revelar sus secretos. Creeme aun estoy pagando las concecuencias y ni siquiera lo recuerdo.

La voz de Luka era triste, llena de remordimiento por sus acciones y esos ojos azules parecían más profundos, más como Sansha Yongle, el agujero azul que vio en sus últimas vacaciones con su padre y menos como las cristalinas aguas de Moorea lagoon que solían recordarle al verlos.

-Es solo que de pronto tengo una hermana, y es linda, es buena y todos la aman. Ya no solo es la tonta de Marinette que me robo a mi mejor amigo, que le agrada a mi madre que no sabe ni mi nombre y ahora ellas dos son amigas.

Verlo con esa triste aura a su alrededor la obligó a cambiar el tema rápidamente, no deseaba ver al chico recordar sus peores momentos y con un suspiro resignado dejo salir todo lo que la estaba atormentando desde la llegada de la rubia pelo de paja.

-¿Odias a tu hermana?

Luka amaba a su hermana, ella y su madre eran el eje central de su universo y daría su vida por ellas sin dudar ni un segundo, por lo que no podía imaginar que alguien pudiera odiar a su familia, a su hermana.

Pero también sabía qué cada persona tiene sus propias circunstancias y razones para sentir, hacer o decir algo.

-Ella llego y ahora todos nos comparan, todos dicen que ella es tan buena, tan dulce y yo soy la estupida Chloé, la malvada bruja sin corazón, incluso Adrien que sabe cuanto extrañe a mi madre y lo mucho que me esforcé por estar a la altura de sus expectativas me dijo que si no me disculpo con ella ya no seremos amigos. Zoé me quito todo, a mi madre, a mi unico amigo y tambien a mi padre. El se nego a mandarla de vuelta a nueva york con su padre, ella no es su hija...

Luka frunció el seño al verla tan perdida, su melodía era tan triste y fuera de tono que hablaba con elocuencia de lo mal que estaba en esos momentos. Incluso sus ojos estaban perdidos en la nada, miraban al frente pero dudaba que su campo visual se llenará con las bellas flores.

Ella parecía ver frente a ella a esas personas, a su madre indiferente, a su padre, a su hermana recién descubierta, a Adrien... Y esas imágenes parecían estar causándole aún más dolor.

-Chloé, si sientes que estar con esas personas te esta lastimando entonces estas en tu derecho de mantener tu distancia. Conozco un poco a Adrien, es un buen chico pero suele dejarse llevar por la multitud.

Chloé soltó un bufido y casi sintió ganas de reír. Adrien era un niño sobre protegido que no sabía nada del mundo y al qué tenían encerrado en casa, el era a falta de una mejor analogía como una clásica princesa de cuento de hadas.

Ingenuo y cobarde se dejaba llevar por lo que le decían y por lo que lo ayudara a encajar con la mayoría.

-Es un cobarde, siempre lo fue. Incluso de niños.

Ella nunca dudo en imponer sus deseos y en no dejarse intimidar por nadie pero Adrien era diferente, siempre amable, bien portado y obediente actuaba como todo un rayo de sol y encandilaba a la gente que lo adoraban por su buena actitud.

-Quizá no lo notaste pero soy hermano de Juleka Couffeine.

Chloé asintió un poco con la cabeza ante sus palabras, recordó verlo en el bote mientras la pelo de paja gigante la perseguía.

-La chica gotica de cabello purpura.

La amiga de Dupain Cheng que siempre estaba con la rubia de rosa con voz chillona.

-Si, ella es mi hermana y probablemente vas a criticar mi gusto pero salí con Marinette.

Chloe lo miro horrorizada, su rostro el mismísimo gesto del terror más abjecto al imaginar que el chico salió con esa panadera que acosaba a Adrien como una profesional y que estaba loca, absolutamente loca.

-¿Qué diablos pensabas barista desalineado? Esa panadera esta loca por Adrien.

Vió los ojos azules volverse tristes, opacos y llenos de arrepentimiento. Ella entendió, el la quería y ella quería a otro.

-Lo se, pero pense que si me esforzaba lo suficiente ella me vería, que seriamos felices... pero nada fue suficiente.

Siempre había odiado a Marinette, era quien siempre se llevaba la atención de todos por ser tan buena, tan amable y aún así no le importaba lastimar a otros con tal de acercarse a Adrien.

La había visto hacer verdaderas locuras con tal de tener migajas de atención del rubio que estaba muy ocupado explorando su nueva libertad como para entender que la torpeza, los balbuseos psicóticos y las veces que esa chica actuaba como loca a su lado eran simplemente que a ella le gustaba él.

-Terminaron.

Eso era obvio, el barista era demasiado bueno para salir con una panadera mediocre, una loca que solo le faltaba estar ingresada en el psiquiátrico por acosadora o quizá en el reformatorio...

-Si, aun somos algo asi como amigos pero me resulta incomodo verla, busque un trabajo que me ocupara mas tiempo y saltarme los ensayos de la banda. Asi termine de barista.

Lo vio jugar con un poco de hierba del suelo y mirar con fuerza sus tenis multicolores, con los hombros hundidos y la cabeza gacha se veía patético. Y el no estaba equivocado, simplemente se había esforzado por ganar su amor y ella nunca había valorado su esfuerzo.

La panadera era quien debería estar arrepentida, ella era quien había usado a un chico ligeramente genial, mal vestido, pero bastante lindo a su antojo y lo había desechado sin pensar realmente en sus sentimientos.

-Que no se te suba a la cabeza plebeyo andrajoso pero tu no estas mal. Eres bastante lindo, demasiado para salir con la panadera.

Los ojos azules la miraron y Chloé fue quien aparto la vista incómoda, ella no era buena, noble, cálida ni reconfortante y definitivamente no amable pero no dejaría ir la oportunidad de decir lo que la panadera estaba haciendo mal.

-Gracias por animarme.

Alguien debía ser cuerdo y no caer por su patética imagen de chica buena cuando era una acosadora, era celosa y vengativa de manera velada, se victimizaba para atraer simpatía.

-Claro, si cambiaras de ropa seria mejor. Algo negro que resalte tu piel y ojos, ademas un buen tratamiento en tu pelo, se ve muy áspero.

Luka sonrió más animado, miro su playera vieja y sus pantalones razgados, se encontró dándole la razón a la rubia cuando recordó la infinita cantidad de playeras con la cara de Jaged que formaban su armario.

-Creo que si debo ir de compras. La mayoria de mi ropa esta relacionada a Jagged...

No creía ser el único que s sintiera incómodo usando la cara del hombre que era su papá pero no había estado en su vida hasta hacía un par de meses.

-¿No te gusta? Es un musico muy bueno, con pesimo gusto para las mascotas. Ese cocodrilo del infierno ama masticar mis zapatos. Es ridiculo, absolutamente ridiculo como logra entrar aun que cierre bien mi armario.

Luka sonrió a ver a Chloe divagando, su melodía acompañaba a sus palabras creando una canción ligeramente alegre, casi era como el tarareo inconsciente que suelen hacer las personas mientras realizan actividades que les gustan.

-No me desagrada, aun me gusta su música, es decir fue mi idolo toda mi vida pero me acabo de enterar de algo y si te lo digo me tienes que prometer que no se lo diras a nadie.

Chloe lo miro ligeramente sorprendida, el tono del chico era tranquilo y quizá ella no era la persona más empática y amable del mundo pero hasta ella podía notar el amago de tristeza oculto en el.

-Dudo que a alguien le interese tu vida plebeyo... lo prometo.

Pero ella era Chloe y si de repente fuera tan amable y tan dulce como la panadera probablemente el mundo llegaría a su final en una explosión o algo así por lo que uso palabras despectivas pero coloco una mano suavemente en el hombro del chico animandolo en silencio.

Ni ella misma estaba segura que estaba prometiendo, que no le diría a nadie o que podía confiar en ella, lo que fuera el pareció comprenderlo mejor y sonrió un poco antes de hablar.

-Jagged es mi papá y el de Juleka.

Luka vio los ojos de Chloe abrirse de par en par ante sus palabras pero dándole crédito se recompuso muy rápido y le sonrió como si lo que le dijo no fuera gran cosa.

-Vaya no eres solo un barista con ropa de basurero... tienes sangre del rey del rock. Bien, siendo asi calificas para ser un conocido.

Apartó suavemente su mano del hombro de Luka para hacer un gesto despectivo con la mano y luego mirarlo con una sonrisa altiva.

-Podemos ser amigos su majestad... si no te molesta mi ropa.

Luka sonrió estaba convencido de que la chica no era mala en lo absoluto, era una persona arrogante y solitaria que nunca aprendió a tener relaciones normales con otras personas.

-Esta bien, siempre podemos ir de compras.

Ella nunca había tenido amigos, solo sirvientes, empleados y gente que se acercaba para usarla como enlace a sus famosos padres. Luka pensó que si el hubiera sabido desde siempre que Jagged era su padre en esos momentos podría estar en la situación de la rubia y decidió que bien podrían ser amigos. 

-Eso suena como un plan.

Después de decirlo permanecieron en silencio, mirando las flores, disfrutando la calidez del sol, la suave brisa y la silenciosa pero reconfortante compañía, ninguno sintió deseos de hablar luego de esa charla y poco a poco el tiempo paso y ellos envueltos en una burbuja de tranquilidad y amistosa compañía simplemente lo dejaron pasar.

______________.

Se que tendre fallas en la ortografía ya les ruego me disculpen, trataré de corregirlo en estos días pero preferí publicar así para no hacerlos esperar más...

Atte...

Nox

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