Chloé a veces deseaba poder contener su lengua pero no podía evitar arremeter con comentarios hirientes antes de que fuera ella la lastimada, había notado la apatía del profesor al invitarla al proyecto de cine con bastante claridad y los ojos desconfiados y llenos de desagrado de todos y cada uno de sus compañeros cuando tardo unos segundos en negarse.

Entonces entre cerro los ojos y decidió que era mejor ser arrogante y mantener lejos a todos a darles la oportunidad de marginarla ellos.

Uso sus mejores insultos y vio las miradas rencorosas casi con alegría. Era mejor golpear a ser golpeada. Prefería lastimar a dejarse herir y sobre todo ella no se dejaría humillar por nadie. 

Se mantuvo lo mas lejos posible de sus compañeros mientras hacían su película cutre y quizá hubiera continuado así de no ser por ese horrendo reportaje en televisión, su padre estaba patrocinando la película, ayudando a que fuera vista en cines locales y además en la pantalla vio a Zoé.

La pelo de paja de su media hermana que llegó a robar las migajas de atención que le daba su madre y el amor de su padre estaba ensayando felizmente con sus compañeros de clase cuando ella ni siquiera era de su grupo.

Pero claro, ella era la buena de Zoé, la pobre hermana de la cruel villana Chloé. La pobre chica que era muy linda y amable para estar atrapada en la familia Burgeois. 

Ridículo. 

Absolutamente ridículo. 

Esa harapienta pelo de paja había llegado de repente a instalarse en su hotel, su madre no era especialmente cariñosa con ella pero la había llamado por su nombre varias veces, algo que no hacia por ella y luego estaba su papi.

Mas de una vez los vio charlando sonrientes y eso no le gustaba. El era su papá y no de la pelo de paja, él era el único que siempre estaba de su lado y no quería compartirlo cuando ya tenían la misma madre.

Su padre era suyo y Chloé siempre había sido posesiva, egoísta y odiaba compartir aun mas cuando no era algo material que podía remplazar en un parpadeo si no mas bien el amor de la única persona que la amaba a pesar de todos sus defectos y malas actitudes. 

Decidió ir al cine donde se emitiría la película aun que apenas logro llegar a los créditos finales, Sabrina a su lado aun sostenía el tazón de frutas que había estado ofreciéndole antes de salir de su suite, todos reían y se felicitaban y su padre estaba abrazando a esa mojigata harapienta.

Quiso llorar, sus ojos se humedecieron un poco pero su orgullo era mucho y transformó su expresión dolida en su máscara de soberbia y mala actitud, su rabia y sus celos eran tantos que le exigió a su padre mandarla de vuelta a NY.

No la soportaba, era como ver a Marinette multiplicada, dulce, amable y robándole todo lo que amaba sin esfuerzo alguno y lo que mas le molestaba era que mientras su padre se negaba a mandarla de regreso con la ridícula excusa de que era su hermana y merecía ser tratada como tal la hipocrita sonreía discretamente oculta parcialmente tras su padre.

-Lo siento Chloé pero ella es tu hermana, no puedo enviarla de vuelta.

Chloé estaba furiosa, completamente rabiosa al ver a su padre tomar el lado de esa estúpida chica. No solo tenían que compartir a su madre, pasaba tiempo con los perdedores de su clase y todos la adoraban, era amiga de Dupain-Cheng y además ahora le quitaba a su padre. 

¡Ridículo!

¡Absolutamente ridículo!

Tomo el tazón de las manos de Sabrina y lo lanzo directamente al rostro de Zoé pero Adrien se interpuso y la aparto del camino. Chloé sintió los ojos húmedos de nuevo y vio como la pelo de paja se abrazaba a Adrien y a la estúpida de Dupain-Cheng. 

-Chloé eso fue horrible, discúlpate con tu hermana.

Adrien que jamás daba un paso para detener a los demás cuando hablaban de ella o al menos preguntarle si estaba bien se paraba frente a ella protegiendo a la pelo de paja y a la ridícula de coletas mirándola con la misma expresión de los idiotas que piensan que tienen razón sin siquiera considerar estar equivocados. 

-Ella no es nada. Nada mío, no es mi hermana.

Hablo claro, con la barbilla en alto y tanta dignidad como pudo reunir. Ella era Chloé Burgeois y no estaba dispuesta a dejar que la obligaran a hacer nada que no deseaba hacer. 

-Chloé discúlpate, te dije antes que no puedo ser amigo de alguien con una actitud como esa... solo discúlpate y todo estará bien.

Chloé lo sabía, ellos dejaron de ser amigos hace mucho tiempo, en cuanto el rubio pudo abandonar el encierro en la mansión de su padre y logro ir a la escuela para conocer mas personas todos sus años de amistad se quedaron en el olvido para él.

Cuando ella no fue la única compañía que tenia entonces simplemente la dejo de lado como un par de zapatos fuera de temporada fue desechada. La dejo sola incluso cuando supo que su madre volvió solo para traer consigo a una hija y a ella continuar ignorándola aún cuando vivieran en el mismo lugar. 

-No, no me voy a disculpar y no te preocupes por ser amigo de alguien así, tu y yo no somos nada, hace mucho que no somos amigos.

Arrogante les dio la espalda y camino lentamente hasta su limosina. No lloraría, no aun, no cuando la podían ver.

-¡Chloé vuelve aquí!

Ignoro los gritos de su padre y se metió a llorar a su limosina completamente sola pues ni siquiera Sabrina la siguió, lo ultimo que recuerda es la voz de Howk Moth, no recuerda sus palabras, solo la rabia, el sentimiento de traición y de soledad que sentía y después de eso se encontró de rodillas en el suelo con Ladybug, Chat Noir y una chica usando el miraculus de la abeja.  

Negro y amarillo llenaban su visión y sentía el pecho arder, su vista se nublo y sus pulmones se paralizaron de la impresión y la rabia.

Una nueva heroína portaba el Miraculous de la abeja.

Pollen.

No, ella ya no sería su reina por qué Pollen ya tenía a alguien más.

No quería saber nada mas en ese momento, ni ver a esa chica, la nueva portadora de Pollen. Sus ojos se llenaron de lagrimas de nuevo y corrió lejos de allí.

Incluso Pollen la había abandonado y ver como otra heroína abeja aparecía solo hacia mas real su perdida. 

Jamás vería a su Pollen de nuevo. 

Corrió tan rápido como pudo para alejarse, escucho a Howk Moth hablarle una y otra vez pero no quería escucharlo y corrió.

Corrió tan rápido que el viento en sus oídos borraba los demás sonidos, corrió tanto que sus piernas dolían y una punzada en su costado la atormentaba pero eso no era suficiente para borrar el dolor que sentía en el pecho.

No estaba segura donde estaba al detenerse pero se dio cuenta luego de mirar a su alrededor que estaba a un par de calles de café de siempre y camino hasta allí luego de secarse los ojos y acomodar un poco su cabello. 

Entro y busco con la vista a su barista habitual pero no lo encontró, en su lugar una chica alta y castaña y un hombre rubio atendían el lugar. Ordeno como era habitual y se sentó junto a una  ventana deseando olvidar ese día pero con solo mirar su teléfono vio imágenes de ella misma, con el cabello en una trenza y vestida con una toga negra y gris, su piel era gris, parecía sacada de una fotografía en blanco y negro.

Se vio disparando a las personas que caían al suelo dormidas, aparentemente provocaba que las personas no pudieran moverse y hablar y las atrapaba en sus cuerpos con la soledad como única compañía. 

Probo su latte y deseo escupirlo, estaba asquerosamente dulce y el pastel frente a ella era de crema y no chocolate. Si no se sintiera tan devastada en esos momentos ya estaría gritando insultos por incompetentes pero en esos momentos solo quería ignorar todo y a todos, en especial a Howk Moth. 

Luka había disfrutado de un día libre inesperado ese día. Había cambiado con una compañera que necesita tomar su descanso el día que le correspondía a Luka y no había podido negarse cuando la chica le pidió ese favor, su único inconveniente era que tendría que ir por su teléfono celular que había olvidado en su casillero el día antes cuando volvía a casa.

Camino lentamente tarareando una canción, había dormido hasta tarde sin su alarma habitual y su madre le había preparado un desayuno tardío de huevos con tocino crujiente que lo dejaron con un humor muy bueno que le duró al menos hasta llegar al café y ver a su cliente habitual sentada mirando a la nada.

Luka frunció el seño al notar que se veía despeinada, su ropa no estaba impecable como siempre, además de eso estaba pálida y sus ojos lucían muy rojos.

Era realmente obvio que había llorado y mucho.

Entro al café haciendo sonar la campana pero ella no lo noto, camino rápidamente al mostrador donde hablo con su compañero Joseph unos minutos y luego entro al cuarto de empleados a tomar su teléfono celular, su compañero le indico con una seña a la chica ampliamente conocida como la cliente difícil de Luka y el chico suspiro un poco al escuchar su melodía.

Nunca la había escuchado así. 

Su melodía normalmente era caotica pero incluso en ese caos solia haber belleza sin embargo esa tarde sonaba casi como uñas en una pizarra, como violines desafinados o una mezcla de ambos para ser honesto. 

Le indico a su compañero como preparar el Latte que ella bebia y pidio un pastel exactamente como a ella le gustaba, extendio su tarjeta y pago la cuenta, quiza ella solo una cliente y solia ser algo dificil de complacer pero nadie merecia sufrir así completamente solo. 

-Lo siento señorita ¿Está usted bien?

Dejo la bebida y el pastel frente a ella quien lo miro con sorpresa, grandes y asustados ojos azules como los de un gatito lo miraron por un segundo antes de volver a su exprecion arrogante de siempre y sacudir su coleta rubia en un practicado gesto despectivo. 

-No, el servicio de hoy es pesimo. ¡Absolutamente pesimo!

Luka contuvo una risita al escuchar a sus compañeros en el fondo resoplar por el comentario y miro a la chica con detenimiento, presto especial atencion a su melodia que comenzaba a calmarse poco a poco aun que aun sonaba bastante aguda y chirriante. 

-Me disculpo, aqui tiene un ice latte tal como le gusta y un pastel especial con extra chocolate.

Le acerco su orden usual apartando tanto la bebida como el postre anterior a un lado y le tendio un nuevo tenedor metalico, habia notado que ella odiaba los cubiertos plasticos. 

-Deberian enseñarle a todos los empleados como ser eficientes, a este paso perderan a una cliente valiosa por incompetentes. 

Luka la vio beber su Latte lentamente disfrutando del sabor, fresco y agradable, sus ojos rojos y la palidez delataban que había pasado un dia terrible. 

-Me asegurare de enseñarle a mis compañeros a cumplir con sus estandares cuando yo no me encuentre. 

Luka le sonrio con tanta amabilidad como pudo, el mejor que nadie sabia lo quera sentirse solo y miserable y no poder demostrarlo. El tenia una mascara de hermano mayor e hijo ejemplar, de amigo leal y de persona siempre amable y considerada. El no se podia permitir incluso molestarse, por esa razon usaba la meditación para mantenerse en calma y control de sus emociones. 

-Eso espero...

Pero era como una botella, estaba acumulando y acumulando cosas y emociones y eso tarde o temprano estallaba o se desbordaba. Incluso en esos momentos tras el fiasco de noviazgo con Marinette y descubrir que sí tenia un padre pero habia decidido no ser parte de su vida estaba peligrosamente rebosante de emoción y eso lo habia llevado a su Akumatización.

Y la rubia frente a el mirandolo usaba su propia mascara, una que comenzaba a desmoronarse.

-Mi nombre es Luka Couffeine, Señorita Chloé Burgeois.

La arrogancia y prepotencia que usaba la ayudaba a ocultarse del mundo, lastimar para no ser herida y arremeter antes de que la atacaran. El se escondia en la amabilidad y muchas veces se habia dejado pisotear por otros, el vago recuerdo de una chica con coletas pidiéndole su guitarra para otro chico cruzó su mente y contuvo una mueca de dolor.

Con una sonrisa algo triste la miro, a pesar de todo ella se veía dispuesta a no dejarse pisotear y mantener su dignidad y deseo poder ser un poco mas como ella y luchar por y para si mismo. 

-Se que estoy siendo muy impertinente pero hoy luce muy desanimada y se que no nos conocemos realmente pero me gustaría mostrarle un lugar si tiene tiempo despues de comer su postre. Le juro que no soy un psicopata asesino ni un secuestrador...

Luka recordó su infancia, cuando solia jugar con su hermana y como habia un vibrante jardin lleno de flores que te robaba el aliento con su belleza, era un lugar que solia tranquilizarlo entonces y al que disfrutaba particularmente ir cuando se sentia desanimado. 

-Ok... aunque preferiria si usaras tu uniforme, esa ropa parece de vagabundo, toma no puedo comer ambos...  

Luka se encogió de hombros al verla recorrer su cuerpo de pies a cabeza con mirada escrutadora, es decir sabia que su estilo de ropa era un poco descuidado. El siempre habia preferido gastar su dinero en instrumentos o discos que en ropa y pasaba su tiempo componiendo o tocando en lugar de pensar mucho en tendencias de moda, ella coloco el primer pastel y le señalo el asiento con suavidad invitándolo a sentarse. 

-No lo tengo conmigo, hoy es mi día libre. Gracias por el pastel, es mi segundo favorito.

Claro que comparado a la chica frente a él bien podria pasar por un vagabundo y pese a las duras palabras de la chica no vio maldad o verdadero deseo de herir con sus palabras en sus ojos ni en su voz por lo que decidio sentarse y comer pastel con ella y tomarse con humor sus palabras. 

-Bueno, supongo que no se puede evitar, en el camino te dare algunos consejos de moda... puedes seguir siendo un rockero o lo que seas pero tener estilo. 

Ella fue la primera en romper el suave silencio y Luka rio de nuevo, no podía refutar sus palabras, despues de todo habia visto decenas de veces actores o musicos que mantenian estilos geniales pero no se veian descuidados. Quiza no seria una mala idea renovar su armario a algo con un poco mas de estilo y menos logos de Jagged. 

-Es un honor recibir consejos de una conocedora como usted señorita Chloé.

La vio terminar su pastel y sonreir un poco, una mueca burlona oculto rapidamente su sonrisa y Luka termino su ultimo trozo de pastel antes de que ella se limpiara suavemente las comisuras de los labios con una servilleta y la dejara sobre el plato. 

-Chloé, solo Chloé esta bien barista desalineado

La rubia se levanto y Luka aun sentado sonrio, era mejor asi, su melodia sonaba caotica y vivaz mientras se burlaba amistosamente de él y le alegro poder mejorar el día de alguien. 

-Luka, es mas corto ¿no?

Se levanto y le sonrio con un poquito de burla tambien mientras ella caminaba a la salida, se despidio con un gesto de sus compañeros y la siguio mientras caminaba hasta la puerta y se detenia frente a ella por lo que se adelanto y la abrio para ella. 

-Callate barista vagabundo y vamonos.

Luka rio mas fuerte mientras salian y la guiaba por la calle con una sonrisa mientras ella caminaba con rostro tranquilo y pasos seguros. Ese inesperado descanso estaba resultando en un buen día para él y con algo de suerte al final lograria una nueva amiga.