05
Hablar con Taeyong por mensaje era muchísimo más fácil de lo que parecía.
Luego de su pequeña plática con la bestia sobre lo que habló con el mayor, Jaehyun tenía la excusa para romper el hielo a través del chat más maravillosa de la historia -o al menos para él así era-.
¿Qué mejor que un Hola, soy Jaehyun, Sungchan me ha dicho que le preguntaste por mi cabello y te respondió que era por parecerme a un arandano?
Nada, según Jaehyun.
Taeyong se había reído a mares a través de mayúsculas por el chat tras la breve explicación de Jaehyun sobre la verdadera razón de su cabello -que fue porque perdió una apuesta con Johnny de quien se emborrachaba primero a puros chupitos-. Y cuando Jaehyun pensó que la conversación se cortaría allí, Jaehyun le había contado que él se había teñido de celeste anteriormente.
Y bueno, Jaehyun realmente hablaba hasta por los codos, le gustaba que lo escucharan cuando contaba cada anécdota y su vida parecía estar tan llena de mala suerte que no le faltaban historias para no dejar de hablar con el bonito pelirosa.
Y así se habían pasado alrededor de... ¿dos semanas? Jaehyun ya no estaba tomando la cuenta de los días, veía a Taeyong dos veces al día y hablaba por las noches sin parar con él y eso lo tenía en una nebulosa de felicidad que era tan notoria que su madre le miraba como un bicho raro a la hora de la cena.
Tampoco es que las insinuaciones hayan faltado cuando se veían la cara, Jaehyun siempre le decía a Taeyong lo bonito que se veía, tan directo y continuo que se relajaba al decirlo y ver las mejillas rojizas de Taeyong aparecer tras una tímida sonrisa del otro al escuchar eso. Le gustaba tocarlo, esos pequeños roces de mano que aparecían cuando Taeyong dejaba sus manos encima del mostrador o cargaba a Sungchan y se lo pasaba a Jaehyun. El peliazul siempre encontraba la oportunidad de tocarle aunque fuese un poco, logrando que Taeyong siempre se estremeciese nervioso ante eso y le sacara una risa al menor. Y Jaehyun se sentía extraño, jamás había tenido la necesidad de tocar tanto a alguien como la tenía con Taeyong, de permanecer cerca de él, sentirlo, admirarlo de cerca, jugar con su caliente piel contra la suya y aspirar ese aroma varonil que últimamente le traía loco.
No quería aceptarlo todavía. Sentía que su atracción a Taeyong estaba yendo tan rápido y no sabía como pararla, pero muy en el fondo tampoco quería pararla, solamente estaba el pensamiento de que todo podría salir bastante mal si las cosas no resultaban y Jaehyun ya se había acostumbrado demasiado a la masita adorable que era Taeyong en su vida que se volvería una fea monotonía sin el pelirosa alegrándola.
Le envió un mensaje al pelirosa de que estaba llegando al jardín infantil y acomodó su bufanda que rodeaba su cuello, el día estaba muy helado, tanto que a pesar de ser tarde había escarcha en los árboles y ventanas de las tiendas. Tiró de la fría manija de la puerta, soltando un gemido cuando sintió el tibio aire dentro del jardín a comparación de los poquísimos grados que habían afuera.
Y allí estaba, como un ángel, resplandeciente y alegre, una pequeña bolita de azúcar que le encantaría besar y mordisquear suavemente y llenarlo de mimos y abrazos para ver esa carita sonrojada, ah, y su hermano Sungchan en los brazos del ángel.
Sungchan estaba durmiendo en los brazos de Taeyong como un bebé aún más pequeño de lo que era, el niño tenía apoyada su mejilla en el ancho hombro del castaño y su pequeña manito se aferraba a la cotona verde que traía puesta. Taeyong le sonrió feliz desde el asiento donde estaba, levantándose con algo de dificultad para ir hacia Jaehyun, aquellos ojos grandes y brillantes que calentaban el estómago del pelirrojo no le perdieron de vista y se achinaron cuando Taeyong volvió a sonreirle.
"Hola, Jaehyun-ah, Sungchan se ha dormido esperando", susurró bajito para no despertar a su hermano, y reafirmó su agarre en el bebé para que no se le cayera.
Jaehyun sonrió enternecido, algo que realmente amaba era ver a Taeyong interactuando con niños pequeños, la inocencia que emanaba lo hacía querer unirse a él -y eso era sumamente extraño porque Jaehyun apenas y podía soportar a Sungchan y reprimir sus ganas de patearlo como pelota de fútbol, con otros niños no se reprimiría para nada-. Y quizás, esa era una de las cosas que más le gustaban de Taeyong a Jaehyun.
"Me he dado cuenta, ¿Estuvo muy revoltoso hoy?", preguntó, tomando de la mano libre de Taeyong la mochila y la lonchera de Sungchan, y a la vez, delineando aquella gran mano con su dedo índice y una sonrisa traviesa cruzando su rostro, Taeyong apretó los labios ante eso, apartando su mirada avergonzado cuando Jaehyun le guiñó un ojo risueño.
"Bastante, él junto con Shotaro-ah no dejaban de jugar al corre que te pillo y ambos han quedado agotadisimos", Jaehyun asintió, sin saber quien demonios era ese tal Shotari pero intuyendo que era el mejor amigo de su hermanito.
Jaehyun escaneó a Taeyong rápidamente, y frunció el ceño al no verlo con ninguna diadema en sus cabellos y con una mochila colgando de su hombro libre, ¿Ya había terminado su turno?
"¿Ya te vas?", preguntó curioso, ladeando la cabeza y viendo las pestañas de Taeyong revolotear algo confundidas, para luego formar una pequeña "o" con su boca al entender lo que Jaehyun le había preguntado.
"Sip, hoy noona me ha dicho que no debo quedarme a ordenar y que podía irme temprano, así que estaba esperando a que llegaras a buscar a Sungchan para irme a casa", se encogió de hombros, sintiendo al niño removerse entre sus brazos y comenzar a despertar algo somnoliento, y moviendo un poco la cabeza hasta chocar con los entrecerrados ojos de Sungchan, le habló suavemente, "Hola, Sungchan-ah, justo haz despertado para ir a casa con tu hermano", le susurró suavemente al niño.
El pequeño pestañeó un par de veces de forma adorable, inflando las mejillas y sacándo una risita tierna de Taeyong, antes de que se pasase el puñito por uno de sus ojos e hiciera una mueca triste, "No quiero dejar a Taeyong hyung...", susurró, haciendo un puchero con los labios rosaditos.
Taeyong volvió a reír, sujetándole de las costillitas con una mano y otra tocando la nariz de botón, todo bajo la atenta y adorada mirada de Jaehyun colocándole siempre más nervioso. Taeyong no sabía como, pero Jaehyun lograba ponerlo tembloroso con tan solo una mirada de sus bonitos ojos rasgados.
"Sungchan-ah, debes ir con Jaehyun hyung, ¿si? y con mamá", Jaehyun se sacudió al escuchar ese hyung salir de los labios de Taeyong m, había sonado tan bien que le calentó el vientre en un par de segundos, quería escucharlo de nuevo, esta vez con los ojos de Taeyong en los suyos y escucharlo repetir Jaehyun hyung hasta que se cansase -cosa que era improbable, jamás se cansaría de algo que tuviese que ver con Taeyong -.
Eres un cochino, Jung Jaehyun, no te calientes con una mierda como esa. Se dijo a si mismo, mientras veía a Sungchan soltar un berrido, cruzarse de hombros y fulminarle con la mirada aún en brazos de Taeyong .
"Vamos a casa, bestia", habló, intentando que su voz no saliese tan ronca pero fallando un poco en el proceso, frunció el ceño al ver a Sungchan sacarle la lengua y volver a negar, abrazando el cuello de Taeyong con fuerza y ocultándose allí, causándole un par de cosquillas al mayor.
Jaehyun suspiró, Sungchan estaba terco como siempre cuando despertaba, habían días en donde su hermano se ponía a llorar y a gritar porque su madre no le quería poner sus zapatos favoritos o porque no quería salir de la cama, así que había que convencerlo de alguna y otra forma. Jaehyun miró a Taeyong, y cuando volvió a ver la mochila colgada del hombro de Taeyong , se le prendió el foco con una idea que le beneficiaría a ambos hermanos.
"Taeyong hyung", le llamó al pelirosa, el chico dejó de mirar a su hermano para girarse hacia él, y Jaehyun volvió a quedar algo embobado por esas bonitas mejillas y los ojos brillantes con pestañas largas de Taeyong, pero obligó a su lengua a moverse, "¿No quieres ir a tomar un café conmigo y Sungchan? Podemos pedir leche con chocolate y galletas para la bestia".
Los ojos de Sungchan brillaron al escuchar a su hermano mayor decir aquello, tanto que se desperezó por completo y se removió de los brazos de Taeyong berrincheando y queriendo ser bajado, Taeyong lo soltó cerca del suelo, quejándose al haber sido suavemente pateado en el estómago, y ambos mayores viendo como Sungchan comenzaba a correr alrededor de ellos chillando con que quería estar con Taeyong hyung y tomar leche con chocolate junto con galletas. Taeyong se enderezó, mirando al niño correr entusiasmado y luego a Jaehyun con una mueca de duda.
Jaehyun tenía los dedos cruzados dentro del bolsillo de su abrigo, deseando que Taeyong le dijese que si y aceptara salir con él. Si lo veía de una buena forma, esta podría denominarse la primera cita de ambos y eso le colocaba un poco nervioso, pero Jaehyun realmente quería pasar tiempo con Taeyong fuera del jardín, hablar con él no a través de una pantalla y conocerlo un poquito más fuera de su trabajo. Por suerte no tenía clases por lo restante del día y Jongho no tenía tareas, por lo que estaba totalmente libre para salir.
Taeyong infló un poco sus mejillas y se mordió la punta del pulgar, mirando a Jaehyun con ojos grandes y sin saber si aceptar o no. El peliazul se veía ansioso, y él igual lo estaba, pero tenía miedo de no ser como esperaba Jaehyun y también estaba algo temeroso de lo que pudiese suceder en aquella salida. Pero vamos, que Taeyong tenía muchísimas ganas de salir con Jaehyun, capaz a solas, pero la presencia de Sungchan no le molestaba. Y a lo mejor luego de esta podrían volver a salir.
"¿No te molesto en nada esta tarde?", preguntó, mordiendo suavemente su uña y viendo a Jaehyun negar enseguida con la cabeza y una sonrisa cerrada, luego sintió las manitas de Sungchan apretarse contra su pierna, y formando una tímida sonrisa, asintió mientras se colocaba un mechón de su cabello algo largo atrás de su oreja, "Bueno, acepto", sintió el chillido de Sungchan, pero se quedó observando la gigante y triunfante sonrisa que Jaehyun le dedicó, logrando calentar sus mejillas un poco, "Déjenme ir a buscar mi chaqueta, ¿si?"
Jaehyun asintió, extendiendo su mano libre hacia Sungchan para que soltase la pierna de Taeyong, y su hermano tomó solamente su dedo índice y corazón por el tamaño de su mano, y se acercó a Jaehyun con una sonrisa gigante y emocionada. Jaehyun no perdió de vista a Taeyong hasta que desapareció por el pasillo, y suspiró, sintiéndose bastante completo al haber avanzado un poco más con Taeyong y haberle invitado a una "cita" con su hermano incluido. Solo esperaba que todo saliese bien, no colocarse nervioso ni torpe como siempre, y tener el dinero suficiente a mano por si Sungchan se colocaba glotón y quería arrasar con la cafetería completa.
Taeyong volvió un par de segundos después, y Jaehyun sintió cosquillas en el estómago al verle con un gran abrigo achiporrado que le hacía parecer un pequeño osito, sin esa cotona verde y el gorro del abrigo cubriendo su cabeza y acentuando aún más los pequeños rulos largos de su cabello rosa. Jaehyun realmente pensaba que Taeyong era una de las personas más lindas que había visto en toda su vida, y cada día que veía al mayor podía confirmarlo aún más.
Jaehyun estaba jodido, muy jodido, y recién se estaba dando cuenta.
holaa, actualización porque tengo insomnio y no puedo dormir, les haré maratoooon.
si hay errores de nombres diganme porfi.
dedicaciones———>
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