— Dahyun, ¿Que pasa? — Decía Suzy mientras se acercaba a la pequeña que hacia puchero.

— ¡Piedo en las escondidas! — Tapó el rostro con sus manitas. — Quedo ganad.

— Espera aquí. — La profesora fue hacia el patio donde se encontraban los demás niños jugando. — Chicos, ¿Por qué Dahyun no esta con ustedes?

— ¡No sabe jugad! — Se quejó Nayeon.

— ¿Como?

— Se esconde en el mismo lugar siempe. — Interfirió Tzuyu.

— ¿Le pueden dar una oportunidad más? — Las niñas emitieron bufidos y asintieron.

A los minutos, Dahyun ya estaba en el grupo jugando.

— Uno... Do... Tes... ¡Ya voy! — Momo salió en busca de las demás.

— Pica. — ¡Oh no! Nayeon ganó, pero aún le faltaba encontrar a varios niños.

Sigilosamente, fue a buscar entre unos arbustos que se encontraban cerca de la entrada.

— Dahyun, hoda. — Dijo cuando se acercó por completo, encontrándose con la pequeña a punto de llorar.

— ¡Tamposa!

— Tú edes la tonta que se esconde en el mismito lugad.

Suzy estaba viendo la pelea de estas, así que decidió separarlas y hablar a solas con la menor.

— De nuevo, esta vez cuento sho. — Nayeon se preparó para contar. — Uno... Do... Tes... Cien. — Lo primero que hizo, con una sonrisa maliciosa en su rostro, fue ir hacia el mismo arbusto donde Dahyun siempre se esconde. — ¡Te atap...! — Pero no había nadie.

— ¡Pica! — Miro hacía donde había contado, encontrándose con Dahyun, haciendo una pose de victoria por haber picado primera la pared.

Sin dudas, era el día más feliz para Dubu.

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¡Perdón por no haber actualizado ayer!