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Capítulo 17- Misión escape


   Las horas habían pasado y los Aliens continuaban amarrados y separados en cuartos de a dos. Buscaban una manera eficaz de escapar, y una vez que les surgía una idea la replanteaban, lo único que querían era escapar nuevamente de Niels.

    Con Xilva habían cometido un error que le brindó la posibilidad a ésta de estar en mejor condición que el resto para zafarse de la situación en que se encontraban, puesto que si bien la joven de piel escarlata estaba sostenida por sus muñecas al igual que Kimil, ella contaba con sus tentáculos, que no habían sido bien sujetados.

    Si bien en la habitación no había elementos que pudieran posibilitar la forma de liberarse, había algo útil, una pequeña ventana corrediza la cual daba a una estrecha oficina que contenía algunos insumos. Ambas percibieron una cámara, esta se iba moviendo de a intervalos y no estaba apuntada de manera fija, sino sobre un cabezal giratorio.

    Xilva y Kimil pensaron que entre aquellas cosas habría algo que pudieran utilizar para forzar las llaves de las esposas y liberarse.

    Esperaron un largo rato, sabiendo que en algún momento tendrían la oportunidad perfecta, y así fue, cuando el empleado de Niels dispuesto para vigilar ese sector llegó al fin de su horario. En el breve lapso de tiempo del intercambio, su remplazo pasó por el pasilló lindante, lo saludó y le preguntó las novedades del día, su respuesta fue corta.

— No hay nada nuevo

    Sin más empiezan a hablar de sus vidas personales, resultaban obviamente mucho más interesantes que el trabajo. En ese descuido, las aliens comenzaron con su plan.

    Haciendo varias maniobras y prestando atención al ángulo de cobertura de la cámara de seguridad, las jóvenes se apresuraron y pudieron colocarse de tal forma que Xilva pudo sacar uno de sus tentáculos por la ventanita y llegar a alcanzar una caja con clips para papeles, tomó unos cuantos de ellos y los guardó entre sus ropas.

    El relevo entró en su turno. Xilva y Kimil, esperaron confiadas otro momento adecuado para continuar con la idea que ya tenían para liberarse. Sólo se requería paciencia y un poco de suerte en el intento.

    Las horas pasaron, y finalmente un hombre de vigilancia se acercó al cuidador del sector.

—Peréz, tu mujer te llama por el interno 15, creo que le pasó algo a tu hijo, pero no te preocupes, no debe de ser muy grave.

— Oh no, perdona, pero debo dejar mi puesto por un poco tiempo sí es así, aunque no sea grave me preocupa— Respondió Perez

— Es entendible, vaya, buscare algún remplazo temporal, buena suerte con lo de su niño.

— ¡Gracias!

    Ambos trabajadores salieron del corredor, uno se fue al hospital intrigado y el otro a buscar alguna posible sustitución temporal. Esta era la ocasión justa.

    Entre las dos alienígenas modificaron uno de los clips, estirándolo a modo de orquillla y manipulando dentro de la cerradura de las esposas, resultando en la victoria, ya estaban libres. Aunque cuando se disponían a salir escucharon los pasos del remplazo.

    Xilva y Kimil tuvieron que esperar dos horas por otra oportunidad. Peréz había vuelto, por eso se iba a realizar otro cambio más.

    El pasillo estaba nuevamente libre, y las jóvenes, utilizando los clips que les quedaban abrieron la cerradura de la puerta, esperando el instante perfecto para evadir la cámara y luego trabarla con una de las esposas. Habían salido del cuarto, corrieron por el pasillo contiguo, que las dirigió a un patio interno, se escondieron detrás de unas plantas hasta que pudieron visualizar unos conductos de ventilación, que les sirvieron de escondite mientras decidían como continuar, desde allí se podían observar ciertos movimientos del personal, por las partes vidriadas que daban al patio, todo estaba tranquilo y no se habían percatado que ellas habían escapado.

    Se escuchaban conversaciones y distintas voces por los ductos, auque ellas no pretendían recorrerlos, creyendo que es un lugar por el que seguramente empezarían a buscarlas.

    Entre las voces que se escuchaban entre los ductos resonó una en específico, la de Niels refiriéndose a sus compañeros, los cuales estaban retenidos en un lugar cercano.

    En uno de las paredes del patio una vieja escalera de incendio les llamó la atención, esta no llegaba hasta la azotea pero sí hasta un pequeño balcón lleno de plantas tupidas y escombros de cosas en desusó, empezaron a subir apresuradamente.

    Si bien algunos de los escalones de metal de la escalera estaban desoldados, se treparon por ella y se camuflaron entre las varias cosas que contenía el balcón.

    Una visión más panorámica y segura del lugar les otorgó la referencia justa, en un primer piso y frente a ellas, estaban algunos de los empleados hablando, la sonoridad de las voces fue como una alarma que las despertó y que les indico que debían a actuar. Primero tenían que salir del patio, ya sabían la ubicación de Quintillones.

    La ventana que daba al balcón era una manera de poder ingresar al edificio nuevamente, y Kimil noto su antigüedad, estaba oxidada y corroída, no habia vidrio y lo único que tapaba la entrada era una cortina metálica, la cual Xilva levantó con sus tentáculos.

    Kimil se introdujo por la hendija que había abierto Xilva y la trabó con un palo de un lado y una maceta del otro para que ambas pudieran entrar.

    El hueco de la ventana era la única fuente de luz, sin esta no se hubieran dado cuenta de su locación. Un laboratorio.

    La aldiaciana, caminó por el cuarto con seguridad y abrió una puerta.

— Kimil, ¿cómo sabias donde estaba esa puerta?— Susurró Xilva ligeramente sorprendida.

Mis ojos se adaptan a la oscuridad fácilmente, no es importante, salgamos, creo saber donde esta nuestra solución— Respondió

    Detrás de la puerta había un pasillo silencioso, espiaron para conseguir más detalles, no se veían personas, y en el extremo se encontraba la escalera y el montacargas, pero había una cámara, la cual debían esquivar.

...

— ¡Jefe! Disculpe por faltar ayer, me enfermé, pero ahora vengo a cumplir mí trabajo— Llamó David a Niels.

    David había entrado al edificio hace media hora, aunque recién acababa de aparecer en el radar visual del resto. Había ingresado mucho antes con llave y había rondado por el lugar sin siquiera presentar su registro de jornada laboral del día. Y ahora habia re-ingresado

— No vengas a molestarme, ni siquiera note tu ausencia— Niels se rió egocéntricamente— ahora, ve y cubre al chico de las cámaras, acaba de irse a su casa por descomponerse, juro que sí mañana no viene, lo despido.

    David asintió, y se dirigió rápidamente a cubrir el turno.

    "No pensé que le caería tan mal, pobre chico" Pensó el rubio "Aunque fue genial que mi plan haya funcionado" Antes de presentarse, David había entrado en el cuarto de seguridad, el chico de las cámaras estaba en el baño, y había dejado un vaso con licuado de banana sin lactosa (el cual había comprado hace poco), David ya sabía su locación (y algunas cosas más) gracias a su empleo como subsecretario y ya tenia un plan: Iba a agregarle leche a la bebida. Resulta que el vigilante sufría de intolerancia a la lactosa y cómo el licuado de banana tiene un color parecido a la leche, cualquier cambio no seria notable.

    David lo consideraba un buen plan, aunque le daba algo de pena por el afectado. Con una llave abrió la puerta, y entró.

    Como dijo Niels, el cuarto estaba vacío, el intolerante a la lactosa ya se había ido.

    David empezó a buscar la locación de cada alien, y encontró a la mayoría excepto Xilva y Kimil. "¿Se escaparon?" Pensó confundido y rápidamente encontró una respuesta, las vio pasar por uno de los pasillos.

    Suspiró algo molesto, tendría que acompañarlas a rescatar al resto.

...

    Las dos alienígenas sonrieron, ya tenían un plan para escapar y además habían conseguido con que ejecutarlo, la escalera y el montacargas. Cuando reunieran al resto, iban a usar el montacargas o la escalera para salir por la ventana. Pero algo de repente las desconcentró, pasos. Debían ocultarse.

     Volvieron al laboratorio, cerraron la puerta y se escondieron detrás de unas mesas. No era un muy buen lugar, pero fue lo primero que se les ocurrió en el momento.

    El sonido aumentaba, alguien las seguía. La puerta fue abierta.

— Kimil, Xilva, se que están aquí

    Kimil se quedó en silencio, pero Xilva enojada preguntó ligeramente indignada.

— David ¿Dónde diablos estabas? Nos abandonaste

    El rubio la miró irritado, y la aldiaciana salió de su escondite.

—Tengo la misma pregunta

— Me desaparecí para poder ingresar al edificio sin problema y rescatarlas a ustedes y al resto. Sí me encarcelaban, las hubieran atrapado— Respondió de mala gana David. Las alienígenas se miraron entre sí, confundidas— Tomé control de las cámaras de seguridad, sí no hubiera estado allí se habrían dado cuenta de su presencia, ya que se veía uno de los tentáculos de Xilva —Agregó.

— ¿Y? ¿Por qué nos viniste a buscar? Ya tenemos un plan, no necesitamos uno nuevo — Se quejó Xilva.

—Les aseguro que el plan de Quintillones es mejor, — remarcó David — no se los puedo explicar, pero, confíen en mí y síganme. Quintillones va a decirles el plan cuando lleguemos.

    Xilva tardó en aceptar, desconfiada y enojada, pero ambas lo terminaron siguiendo.

    Se escabulleron por los pasillos y se reencontraron finalmente con el resto.

—Espero que los empleados de Niels no nos encuentren— susurro Quintillones— el plan es el siguiente: Elba, David y Silva se van a quedar protegiéndonos las espaldas, mientras yo jackeo la entrada al bunker de armamentos, el resto va a agarrar armas para evadir a los olfas de Niels. ¿Alguna duda?

    Nadie respondió.

—Entonces comencemos, suerte a todos.

    El grupo, sin perder un segundo más, continúo con lo pactado.

    A pesar de la ansiedad y el temor por perder la oportunidad de escape que se les presentaba, todos se manejaron de una forma muy segura y eficiente y con una velocidad magistral como si hubieran repasado el plan millones de veces y por supuesto con la suerte de su lado porque el área se encontraba despejada, casi como a propósito, lo que era dudoso pero no había tiempo para dudas de todas formas.

    Quintillones sin dificultad abrió la puerta.

    El bunker de armamento contenía los objetos suplementarios para las misiones de Niels.

    Al entrar en el bunker, los aliens se encontraron con bastantes objetos bélicos que funcionaban de forma eléctrica, y también indumentaria de trabajo, como mamelucos, guardapolvos, ambos, trajes de amianto, etc.

    Los aliens tomaron lo que necesitaban y que sabían utilizar.   

    Bajaron la escalera, se repartieron el armamento entre todos y se dispusieron a concretar la última fase de escape.

    Salieron de la zona segura, y empezaron a recorrer los corredores, atentamente y con paso rápido. Hasta que escuchan un ruido y se quedan petrificados. Unos empleados de Niels, lentamente, se dirigían a la puerta por la que salían al final de cada turno. Cuidadosamente se asomaron tratando de no ser vistos y atacaron por la espalda a las personas que aun permanecían en el sector, por salir. Aunque no estaban dirigiéndose a la misma puerta, tuvieron que tomar la precaución para que nadie los reportara. Los inmovilizaron mediante picana, y los dejaron atados y amordazados en una oficina cercana.

    Arremetieron para la salida, la puerta que los dejaría en libertad, pero al instante de haber cruzado el umbral de la salida, comenzó a sonar una alarma. Una de las personas amarradas logró zafarse y avisó a seguridad de la huida.

    Corriendo, Los aliens y sus perseguidores se alejaron de aquel lugar.

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