David empezó a aventurarse entre los empleados, corriendo. Sus pasos no se oían por el murmurar de estos. Él se dirigía al lugar donde posteriormente los enviaría.

    Finalmente, cuando el aliado de los aliens llegó a su destino, apagó el dispositivo y decidió empezar a actuar...

    — ¡AYUDA! — Gritó David tratando de parecer asustado — ¡Un kraken humanoide con rabia me persigue! ¡CREO QUE ME QUIERE MATAR!— Niels y compañía lo miraron— ¡¿Llamarían a la policía?! ¡Perdí mi teléfono mientras corría hacia aquí!

    El de cuero cabelludo inexistente, puso una cara que denotaba egocéntrismo.

    — Ja ja ja ja... No va a ser necesario llamar a la policía, aquí nosotros capturamos bichos raros, ¡su problema será resuelto por nosotros!— Dijo el hombre calvo— Y si no sabía, ¡somos los mejores en encontrar y atrapar seres extraños! ¡Podemos asegurar que el kraken luego va a obtener una investigación! — Presumió, David lo miró aliviado, aunque obviamente actuando, la verdad es que se reía por la estupidez del comentario en sus adentros.

    —Así que usted quédese aquí y no le diga nada a la policía que nosotros nos encargamos— Continuó el agrandado, mientras se preparaba para dirigirse al lugar en donde supuestamente se encontraba la de tentáculos.

    — Tomás Pavor, Kala armadura, Camil Frances, Uma callie y Elmo Ernesto Olorapatata, (o como se llamen) ¡Quédense aquí!— Aviso Niels antes de alejarse con algunos empleados.

    Los cinco vigilantes se quedaron buscando a los aliens, pero de todas formas no era un problema.

    Tomás era una persona tímida y reservada, pero tenía una gran cualidad... era bueno concentrándose... eso explica porque no se dio cuenta de que un gran tentáculo lo iba a lanzar por los aires.

    Camil pudo escuchar el leve chillido de su compañero, pero no logró avisarle a nadie.

    Los trabajadores fueron lentamente tomados por los tentáculos, todo de a poco.

    David se relajó, todo iba de acuerdo al plan.

    —Fuiste de mucha ayuda, David— Bromeó Xilva.

    —Yo hice más que tu, bicho con tentáculos— Contestó David, molestándola.

    —Awww, ¿el actor se cree productivo? Lo único que hiciste fue hacerte pasar por un miedoso.

    David se rió.

    —No digas nada, tú estuviste mucho tiempo temblando, recién ahora eres "valiente", todo es una fachada.

    Xilva se quedó en silencio y empezó a caminar hacia el lugar en donde se había ido el resto.

    —Voy con los demás— Avisó sin mirarlo

    David asintió sin tomar en cuenta el hecho de que ella no lo estaba viendo.

...

    El viento era leve, pero el cielo estaba nublado, Quintillones estaba concentrado en el camino que había que tomar, si hacia algo mal podría poner en peligro a todo el equipo. El hecho es, que el no fue quien cometió el error.

    Ellos estaban caminando en la dirección correcta, la izquierda. Lo que pasó es que el otro grupo fue a la dirección incorrecta, confundiendo a todos.

    Está confusión en el plan original, provocó que los aliens queden a la vista de Niels y sus colaboradores.

    — ¡Nos han engañado! — clamó Niels furiosamente, alertando a su equipo, que atentos, quedaron impávidos y esperando las próximas ordenes.

    —Usen las pistolas tranquilizantes— designó.

    El personal de Niels, acatando la orden cargaron las armas y se pusieron en campaña para utilizarlas en contra de los alienígenas, que ante el hecho desafortunado comenzaron a evadir los disparos tranquilizantes mientras buscaban el lugar por donde poder escabullirse de los atacantes.

    Quedaron atrapados todos juntos, eso era justo lo que no querían, lo que se había planeado y no resultó.

    En ese lado del puente, para colmo, era más difícil poder escapar, puesto que había grandes paredones y las vías de escape eran más reducidas.

    Los dardos tranquilizantes empezaron a hacer efecto, y uno por uno, los aliens comenzaron a desvanecerse sin poder hacer nada.

    Silva y David, estaban yendo hacia la derecha del puente, donde se encontraba Quitillones, esperándolos para que le avisaran que ya se habían encargado de los guardias. Pero grande fue la decepción al llegar y encontrarse con que algo había salido mal. Sus compañeros se encontraban dormidos en el suelo. Comprendieron todo, Niels estaba a punto de secuestrarlos.

    Xilva trató de socorrer al grupo para llevárselos consigo. En cambio David hizo algo muy simple... se fue corriendo y escapó de lo que podría haber sido un gran problema.

    Xilva lo miró rabiosa y en eso Niels le disparó ocho dardos.

    Una risa despiadada y unos gritos desaforados de satisfacción inundaron el lugar, Niels no pudo contener su desquiciada sensación de triunfo.