Kimil se despertó sobresaltada, dos hombres la habían secuestrado y llevado a un laboratorio (un lugar que ella no entendía bien que era).

La joven alíen, pispeaba el lugar, pero seguía sin entender donde estaba y eso le causaba mala espina. Se encontraba en un especie de ¿Cuarto?, tenía una cama, unas sillas, una mesa y una mesita de luz..También había una puerta metálica, plateada, con varios cerrojos, que no se sabía a donde conducía porque el ambiente no tenía ventanas.

De repente, la puerta misteriosa se abrió y entró por ella, un hombre, robusto, morocho y vestido con una bata blanca, dejando la puerta abierta. Esta puerta, daba a un pasillo que parecía interminable, medio oscuro, angosto y con muchas puertas similares a sus lados. El hombre que había ingresado al sitio, miró a Kimil de arriba a abajo, luego pegó un grito, diciendo:

—¡Ya se despertó uno!

Dos hombres, entraron al lugar, miraron atentamente a la joven y luego anotaron en un cuaderno su reacción.

—¿Qué escriben? —Preguntó curiosamente Kimil.

Los hombres se sobresaltaron, menos el morocho.

—No te incumbe 13 —Contestó el hombre.

—Si no me incumbiera no preguntaría, por cierto no me llamo 13, me llamo Quince mil, pero me gusta que me llamen Kimil.

—Gracias por el dato sin importancia 13.

El hombre morocho prosiguió.

—Mi nombre es Niels y soy el dueño de este laboratorio. Y tú, eres mi investigación. Y por si no sabes que es un laboratorio, es un lugar donde uno investiga o crea cosas...

—Así que... ¿Me estás investigando?—Dijo de mal modo y forcejeando Kimil, tratando de soltar un amarre.

—¿No te enseñaron modales?

—Me los enseñaron, pero en esta situación no me conviene usarlos.

—¡Ah mira! Si no usas los modales yo tampoco los usaré.

—¿Cómo estabas usando tus modales? —Dijo con sarcasmo Kimil.

Niels parecía enojadísimo, su rostro mostraba desconcierto y una vena en su frente parecía sobresalir marcando más su furia, ante las intervenciones de Kimil, que lo miraba desafiante.

—¡Cállate estúpido Alien! ¡Acá el control lo tengo yo!—Le gritó Niels.

—Seré un alien, como dices, pero no soy una cosa y merezco ser respetada, obtendrías mas de mí si tu "control ", fuera respeto.

—¡Ash! ¿Cómo podría respetar a algo inferior a mí?—Dijo con tono burlón el hombre.—

—Obviamente respetándolo.

De la nada un chico de cabello castaño, ojos celestes y una bata blanca, entro al "cuarto".

—Señor, no podemos descifrar la grabación del Alien número 13. —Dijo el joven.

—¿Ya probaron con free recording detector?—Preguntó Niels.

—Si.

—¿Y con Frerterburgo? 

—También.

—¿Alporva?, ¿Singularity?, ¿Registrador de grabaciones. E.t.d.u ? 

—Si, señor.

Niels pensó por un momento y siguió enumerando sistemas y software referentes al tema.

—¿Sempanonan? ¿Cubicson Video Detector?

—Todos los usamos, ninguno funcionó. También lo llevamos al laboratorio técnico electromagnético y el hardware es complejo y desconocido. Nuestros sistemas experimentales no llegan a decodificarlo.

—¡Mierda! ¿¡Alien qué es ese maldito instrumento!? ¿¡Y por qué no se puede ver o escuchar el video!?

—¿Me estás preguntando a mí? ¿Cómo "algo inferior" podría contestar tu pregunta? —dijo Kimil con una sonrisita burlona. —Lo único que te diré es lo siguiente: Es un soporte multifuncional, de una tecnología que este planeta aun no entiende. —Explicó la joven alien.

Kimil tenía un soporte multifuncional, que le permitía grabar, iluminar , imprimir objetos en 3D, entrar en una realidad virtual, guardar cosas, reproducir audio o video, comunicarse por hologramas , mandar señales de un color a sus seres queridos... y justo en el momento en el que fue secuestrada, estaba grabando una bitácora, en ese soporte tecnológico.

—¡Dime todo!—Gritó Niels.

—No—Contestó Kimil.

—Señor, yo le preguntaré. Usted mientras tanto, vaya con otro alien—Dijo el chico de pelo castaño.

—Buena idea Carlos —Contestó Niels.

Niels y los dos hombres con los cuadernos, salieron del lugar.

Carlos, estaba a solas con Kimil...