El puente de la ciudad poseía una superficie lisa y blanquecina, resistente a varios tipos de daños; mucho peso, explosiones, humedad, óxido, golpes, era casi irrompible, de todas formas la construcción tenía una única debilidad... las pistolas Ircondo, creadas por el conocido científico Hugo Ircondo.

    Estas pistolas tenían el poder de causar magnetismo en objetos no ferromagnéticos y atraerlos de una manera bruta entre si, todo por la cantidad de iones que poseía el aparato.

    La ciudad era grande e igualmente su puente y sus edificios. Estos eran de un color tirando a celeste o violeta, simplemente los habitantes querían captar la esencia del cielo nocturno. Realmente, la vista era un deleite. Lamentablemente en el lugar en donde se encontraban los aliens era imposible verla, el puente estaba justo arriba de ellos y los empleados de Niels buscaban como sabuesos por todas las partes con luz. Igualmente ellos lo único que querían era escapar de el "Hulk calvo", el cual los había perseguido durante todo el maldito día.

    —Quintillones ¡¿Qué hacemos?!— Preguntó David estresado.

    —Igualmente ¿Qué hacemos?— Agregó Oxio

    Quintillones se quedó pensando y luego contestó:

    — La verdad, no sé, soy muy malo escapando de personas peligrosas.

    David suspiró con el fin de tranquilizarse, y justo cuando iba a exclamar una pregunta Xilva interrumpió.

    —Yo sé que hacer, si siguen los pasos que les doy hay probabilidad de que escapemos— Cuando la alien terminó esa frase empezó a hacer una risita sarcástica— Pero bueno... No sé si quieren mi ayuda o no, probablemente ya tengan un plan, a parte quien querría la ayuda de un bicho rosa ¡que posiblemente sea una debilucha!— De a poco Xilva se empezó a poner rojiza.

    Casi todos se miraron entre sí sin decir nada.

    —Mmm...que situación incomoda— Comentó Oxio— ¿Nos ayudarías? ¡Por favor!— David se quedó irritado porque Oxio había metido a todo al equipo en los tentáculos de una fugitiva.

    —Buueeeeeeeenooooo, les diré mi plan— Dijo Xilva mientras formó una sonrisa— Nos dividiremos así. Por un lado estarán Elba, Corpa y Sink (de última si se quieren cambiar cámbiense). Por otro lado: Oxio, Quintillones, David y Kimil. Y finalmente yo estaré sola.

    Me quedaré aquí y distraeré a Niels y a sus empleados mientras ustedes se van. El primer grupo irá a la derecha, el segundo a la izquierda ¿Okey?

    Todos se miraron entre sí, era peligroso que hubiera una sola persona distrayendo.

    —Permíteme hacerle algún que otro cambio a tu plan— Intervino Quintillones— Necesitas a alguien que te ayude, que se camufle en la multitud, que pueda actuar muy fácilmente... David tu te harás pasar por un señor asustado... — El rubio lo miró con una cara que marcaba bien su pensamiento: "¡¿Acaso me quieres muerto?!" — Le dirás lo siguiente a Niels: "¡Ayuda! ¡Un kraken humanoide me estaba siguiendo! ¡Creo que me quería matar! ¡¿Llamarían a la policía?! ¡Perdí mi teléfono mientras corría hacia aquí! "todo lloriqueando ¿Okey? ¡Y tranquilo ya tengo un personaje que puedes usar!

    — ¿Eso es todo? ¿Nada más?— Preguntó Xilva

    —No, nada más— Cerró la conversación el aldiaciano

    Quintillones le dio un brazalete a David, que automáticamente le colocó un personaje de pelo negro azulado con traje.

    David refunfuñó con un suspiro — ¡¿Por qué tengo que ir yo?! ¡Prácticamente parece que me fueran a hacer burla por ser uno de los mas débiles!— Preguntó y teorizó el rubio.

    — ¡En serio crees que todo el mundo te va a hacer eso! Simplemente es porque eres uno de los dos humanos, Quintillones se lo podría haber pedido a Elba pero sí, creo que te terminó poniendo de distracción por ser uno de los más débiles— Contestó Xilva.

    David le dedicó una mirada asesina a la de tentáculos y luego le fue a preguntar el momento perfecto a Quintillones para actuar de indefenso, de todas formas el alien le dijo que no lo molestara y que le dejara hacer el cálculo.
Mientras tanto los trabajadores de Niels se mantenían tanto a la derecha como a la izquierda. Ellos buscaban en lugares estúpidos, como arriba de las columnas del puente o debajo de las pequeñitas rocas azuladas que se encontraban en cualquier parte de la zona.

    — Ya sé como vamos a empezar el plan— Alegró Quintillones al resto— David te voy a dar un dispositivo más, este tiene el poder de hacerte invisible. Tienes que apretar el botón azul para prenderlo y el botón rojo para apagarlo. Te diré que es lo que tienes que hacer... Primero aprieta el botón de prendido y luego ve cuidadosamente un poco mas lejos del lado izquierdo del puente... aunque bastante alejado, para que parezca que vienes corriendo desde la ciudad, finalmente apaga el dispositivo de invisibilidad y corre como si hubieras visto tu mayor miedo (Perdóname, no sé cuál es), ¡ah! Y acuérdate que debes hacer la actuación y guiarlos al lado de donde supuestamente saliste —El alien de pelo marrón le dio un dispositivo (también como un brazalete) a David que agarró al instante.

    David se despidió con la mano y tocó apuradamente el botón azul del brazalete.

    El plan había empezado.