Mientras Leo intentaba llegar al santuario, los recuerdos de Kubo yendo a visitarlo llegaron a su mente.

-te lo ruego Hiro solo necesito que le digas a mi abuelo que estaré durmiendo contigo solo tres días-

-Kubo, entiende eso puede ser muy peligroso y si la persona que conociste nomas te secuestra, sabes pensémoslo mejor y la próxima yo te acompaño-

-lo siento debo hacer esto solo, te prometo que nada malo me pasara- Kubo miraba muy suplicante a Hiro.

-bien... solo que procura llamarme todos los días y no te olvides de traerme un recuerdo- rápidamente Kubo abrazo a Hiro y este sin perder el tiempo se fue del pueblo.

Sin perder tiempo comenzó a buscarlo, visitaba los lugares donde el frecuentaba, pero le parecía imposible encontrarlo, hasta que recordó que ese día, Leo estaría atendiendo la panadería.

-buenas tardes, se encuentra Leo san juan-

-no, disculpe, le dejo encargando algún pedido o eres amigo de mi hermano- Kubo se decepciono al escuchar eso, ¿dónde se supone que debería estar? ya habían pasado dos días y no lo encontraba ya al día siguiente debía irse.

-mil disculpas por molestarlo que tenga, una buena tarde-

-espera, si quieres le dejo un mensaje o algo-

Eso le hizo caer en cuenta de algo, no sabía qué hacer cuando lo encuentre, no sabía que decirle o si enserio sentirá lo mismo por él, al final el sentía amor por otra persona, dio un suspiro-puedes decirle que Kubo vino a visitarlo-

Y así se fue parecía que su viaje fue en vano, cuando de pronto recibió una llamada de Hiro, este dejo que siguiera timbrando no tenia animo para hablar, se subió a un bus para regresar al hotel, pero cuando levanto la vista, pudo notarlo, Leo se encontraba frente a él, no pudo evitar sonrojarse, ahora si se sentía nervioso, pero este ignoraba su presencia.

Leo se encontraba agotado de intentar escalar la montaña para llegar al santuario y dentro de ese camino perdió la bicicleta, pero no se rendiría debía encontrar a Kubo, a pesar de que tubo la oportunidad, pero aún no lo conocían.

Flashback

-Leo, Leo, Leo- al escuchar su nombre se dio cuanta que un extranjero lo estaba llamando -jejeje esto es raro... ammm no quiero decir, tú me recuerdas-

Leo miro confundido al chico que esta enfrente de el -disculpa amigo, te confundiste de persona, no sé quién eres-

Kubo se siento bastante triste al escuchar a Leo decir eso, se quedaron en silencio -he disculpa - de donde pronto el bus llego a su parada así que debía bajar de este, sin antes pronunciar un perdón por confundirlo, antes de que saliera Leo lo llamo, algo dentro de él quería saber el nombre del extraño.

-Kubo, mi nombre es Kubo- este le lanzo el lazo que tenía atada a su pelo y justo a tiempo Leo lo tomo, se quedo con una extraña sensación en su pecho, guardando así el lazo del desconocido.

Al llegar a su casa Nando interrumpió a Leo.

-oye hermano un chico vino a verte- rápidamente pregunto de quien se trataba -hee no se solo me dijo que te digiera que Kubo te vino a visitar, te suena el nombre-

-no, la verdad no- pronto recordó al extraño chico del bus.

Fin del flashback

Hace tres años fuiste a verme- justo en ese momento llego a la cima de la montaña.

Kubo de pronto sintió una extrañan conexión, dispersándolo de todos sus pensamientos, siento que Leo se encontraba con el así que comenzó a buscarlo y gritar su nombre; los dos comenzaron a gritar el nombre del otro, buscándose, pronto ambos se sintieron, pero al voltear a verse no había nadie, mas que su voz, hasta que cada uno vio el atardecer.

-la hora mágica- digiero al mismo tiempo y al voltear a ver al fin se conocieron cara a cara.

- Kubo-sandesu yo ne?- Kubo comenzó a llorar al verlo frente a él.

-si, si, yo soy Kubo y tu estas aquí- toco su rostro para confirmar que no fuera una ilusión -enserio eres real-

- Watashi wa anata ni au tame ni koko ni kimashitaga, watashi o shinjite kudasai, anata o mitsukeru no wa totemo muzukashīdesu. (vine hasta aquí para conocerte, pero créeme que no fue nada fácil, eres bastante difícil de encontrar)-

-pero, pero, como tu estas aquí si yo...-

- Kimi no sake o nonde kimi ni mata aeta (al tomar de tu sake, digamos que me dio la oportunidad de volverte a ver)- Kubo se separó lentamente de él.

-que tu que, Leo eres bastante pervertido -eso dejo confundido a al muchacho -además tu tocabas mi cuerpo todas las mañanas-

-que como lo...-

-Hiro te vio-

-es chino no se le puede confiar nada, hehehe Shikashi, watashi wa sore ga ichidodakedatta koto o chikaimasu-

-si claro, pervertido-

- Hontōni gomen'nasai- junto sus manos y pidió perdón, justo en ese instante Kubo noto que Leo llevaba su cinta atada en la muñeca.

-esa es mi-

- Ā, mochiron, anata ga basu de watashi ni sore o kureta toki, watashi wa sore o hokan shite imashitaga, watashi wa mada anata o shirimasendeshitaga, watashi no naka no nanika ga watashi ga sore o hokan suru koto o shuchō shimashita (aaa, claro, me lo quede cuando me lo diste en el bus, pero yo aun no te conocía, pero algo dentro de mí me insistía en que me lo quedara)- se lo desato y le devolvió la cinta - 3-Nen motsu no wa kanari nagaidesu, watashi wa sore o anata ni kaesu toki ga kita to omoimasu (tenerlo por tres años es bastante tiempo, supongo que ya era hora de devolvértelo)

Cuando Kubo tomo la cinta se la ato al redero de su cabeza -y como me veo-

- Kanpekidesu, tsumari anata wa totemo genkidesu (perfecto, quiero decir tu estas muy bien)-

-jajajaaj, hay San Juan tu no cambias jajajaja- ambos comenzaron a reír, pero su felicidad no duro mucho ya que Leo le comento todo el plan para salvar al pueblo que el tenia -parece que la hora mágica ya casi termina- antes de que acabara Leo tuvo una idea, anotarían sus nombres de esa manera no se lo olvidarían, Leo tomo la mano de Kubo y anoto su nombre, Kubo esta apunto de hacer lo mismo, pero la hora magia había terminado.

Leo vio como Kubo desapareció ante sus ojos -Kubo, Kubo, donde estas- miro la palma de su mano y lo único que noto fue una línea -Kubo, yo quería decirte que no importaba donde te encuentres o en que parte del mundo estes, yo juro encontrarte- miro al cielo jurando que lo cumpliría -tu nombre es Kubo, no, no lo voy a olvidar tu nombre es Kubo- comenzó a repetirlo una y otra vez y cuando estaba apunto de anotarlo, el lo olvido -maldita sea... quien eres, y que hago en este lugar, no, espera yo... yo estaba aquí para salvarlo, quería que el viviera, quería conocerlo, pero quien era, a quien vine a ver, yo...yo sentía algo por él, pero quien, quien- comenzó a golpearse la cabeza como intentando recordar, pero era inútil -necesito recordad; ¡CUAL ES TU NOMBRE!-