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Uzui, Sanemi, Giyu y Rengoku

Tiempo de lectura: 22 minutos.
Palabras: 2773.
Temas a tocar: prostitución, sexo rudo, palabras altisonantes,

ESTE ES UN FANFIC DE PERSONAJES FICTICIOS CON ESCENARIOS FICTICIOS. Hacer esto en la realidad está mal, por favor lee esto con precaución.

Pedido por: Kipitron jijiji (perdón por tardar 2 meses ><)
Fue difícil encontrar información precisa sobre el harimise, hice lo que pude con lo que leí de páginas japonesas ><

Uzui rompió el silencio entre sus compañeros, habían terminado una misión difícil donde tuvieron que exterminar una colonia de demonios, ¿cómo diablos sucedió? Nadie sabe, estuvieron más de 3 horas asesinando a sus enemigos, por obvias razones terminaron cansados, pero en el camino desde ese lugar hasta ahora; todos habían estado callados, a pesar de que es completamente normal en Tomioka.

—¿Saben? Deberíamos ir a relajarnos antes de volver —sugirió.

—¿A qué te refieres?  —cuestionó el de ojos amatista.

—¡Vayamos al Distrito rojo! —exclamó colocando una de sus manos en su pecho. —Contratemos a una prostituta para que nos ayude a liberar nuestro estrés.

Las expresiones de sus amigos fueron diversas, Giyu sólo frunció el ceño y continuó en silencio. Sanemi fue quien reaccionó de una manera más altera mientras que el rubio se puso serio. El pilar del sonido no comprendió el porqué de las reacciones de los demás, no dijo nada malo, tampoco propuso una mala idea, sin embargo, algo les molestó.

—¿Quieres contratar a una puta para follar con ella?

—¡Tienes 3 esposas, no veo la necesidad de usar a una prostituta para desestresarte! —exclamó el de puntas rojas.

—¿Tú no dices nada, Tomioka?, ¡Apóyame!

El azabache siguió caminando sin responder a las palabras del pilar.

—Hombre, ver a las 3 mismas mujeres todos los días se vuelve aburrido, ni siquiera las elegí yo, ¿saben? Fue mi familia quien decidió casarme con ellas —se quejó cruzándose de brazos.

—¿Has ido a ver a prostitutas antes?

Giyu interrogó al más alto quien respondió con orgullo.

—Pues claro que sí, he tenido que estar en ese lugar para investigar —respondió.

El pilar del agua suspiró, negó vacilante a las palabras de su amigo.

—¡Incluso estoy seguro que ustedes tienen cero experiencia y por eso no quieren aceptar!, podrán usarla como les plazca, ¿no suena tentador? Tendrán a una mujer bajo su control y podrán dominarla, estoy seguro de que han pensando en algo así.

Los ojos fucsia de Tengen brillaron al ver la duda en los demás hombres, una sonrisa victoriosa apareció en su cara; formó una buena oración para convencerlos de buena buena vez, logró hacer que Rengoku fuera el primero en aceptar, seguido de Giyu y Sanemi, entonces tuvieron que cambiar la trayectoria de su camino, comenzaron a caminar hacia el Distrito rojo; lo hicieron guiados por el extravagante peliblanco quien los guió a la perfección.

Llegar a Yoshiwara fue aún más cansado, tenían que hacerlo tan siquiera una hora antes de que dejen de dar servicio. Al llegar se pudo notar la iluminación, el ambiente tan especial debido a las personas que caminan y la multitud de gente mirando el haramise, apreciando a las chicas detrás de la celosía; aquellas rejas que cubren a las jóvenes que esperan ser llamadas a trabajar. Se abrieron pase entre la muchedumbre de gente chismosa que sólo se encontraba mirando. El brillante azul de los ojos del pilar del agua se cruzó con tu mirada, una chica joven usando un kimono largo; sentada fumando una pipa con tabaco, el azabache tragó saliva al verte, miró al pilar del sonido para llamar su atención, señaló sutilmente con su dedo una vez habías dejado de verlos, Tengen sonrió al ver la recomendación de Giyu.

Mientras tanto te encuentras adentro, matando el tiempo mirando a tus compañeras.

—El hombre que te vio era realmente atractivo —una de tus compañeras murmuró mirándote. —Deberías aprovechar y conseguir que alguien te compre para salir de aquí.

Luego de soltar el humo en tu boca, suspiraste, ibas a responder, pero uno de los guardias abrió el fusuma y te llamó.

—________, te llaman, fuiste elegida.

Te paraste dejándole tu pipa a tu amiga, saliste del harimise pisando el tatami hasta llegar afuera.

Sonreíste para poder encontrarte con el cliente de una manera apropiada. Esperas que sea aquel hombre extravagante que te ha visto con anterioridad, deseas con todo tu corazón que sea él y no un viejo asqueroso. Tuviste que ocultar tu sorpresa, pero te sorprendió verlo a él y a otros tres hombres más; nunca habías tratado con tantos a la vez.

—Es bueno volver a verte, Uzui —comentaste con un tono suave. —Síganme, por favor.

—Ya te extrañaba, dulzura. Hoy traje a mis amigos para que también los hagas sentir bien, pero recuerda que yo soy el mejor...

El más alto recibió un codazo por parte de Sanemi. Comenzó a reír.

Subieron las escaleras hasta llegar a una habitación, abriste la puerta para pasar junto a ellos y luego la cerraste. Deshiciste el nudo de tu obi caminando al frente del grupo de hombres, los extremos de tu kimono cayeron deslizándose por tus brazos, de reojo notaste las miradas de los 4; incluso el rubio dejó de verte limpiándose la boca con su mano.

—¿Entonces con quién de ustedes debería empezar? ~ —canturreaste dando un par de pasos acercándote a ellos.

Tus ojos se volvieron a encontrar con aquel azul que viste hace unos minutos.

—Seré el primero, fui el de la i…

—No jodas, Uzui —lo interrumpió Sanemi. —Tú ya has cogido con ella, deberías de esperar.

Mientras esos dos discutían, Kyojuro puso atención a la manera en que besas a Giyu y como sus manos aprietan tu trasero, tragó saliva imaginando que es él quien lo hace. Inclinaste la cabeza tomando al azabache de las mejillas, tu lengua recorrió su labio inferior para después encontrarse con la suya; él tocó la punta de tu lengua y succionando con cuidado, tuviste que abrir más la boca para que no fuera molesto, tu saliva comienzó a caer de tu boca; los dos terminaron separándose por la falta de aire.

—Al parecer Giyu fue más inteligente —el pilar del sonido se cruzó de brazos.

—Todos tendrán su turno, chicos —los miraste mientras quitabas el haori del hombre frente a ti. —Aún puedo encargarme de dos por ahora…

Tu última frase sonando como una invitación hizo que Shinazugawa se pusiera detrás de ti, sus manos fueron directo a tus senos apretándolos y pellizcando tus pezones, ahogaste un gemido volviendo a besar al azabache.

—Dicen que la paciencia es una virtud del hombre —Tengen le murmuró a Rengoku.

Este soltó una risa.

—¡A veces lo mejor viene al final! —exclamó llevando su mano hacia su entrepierna.

Te separaste de Tomioka para voltear y ver cara a cara a Sanemi, ni siquiera te dio tiempo de hablar cuando ya había atacado tu boca; junto sus labios con los tuyos en un beso húmedo, mordió tu labio inferior con ganas y deseo, un gemido se escapó de tu boca en cuanto sentiste unos dedos masajear tu clítoris. Te aferraste al peliblanco en cuanto sentiste una mordida en tu cuello, llevaste tu mano a su pantalón y tocaste su erección por encima de la tela.

—¿Te gusta que te traten mal? Eres toda una zorra —comentó con arrogancia.

—Ya estás muy mojada.

La voz susurrante del ojiazul te hizo temblar.

—Quítate, Tomioka. La llevaré a la cama.

El antes mencionado se hizo a un lado, Sanemi te hizo retroceder hasta el gran colchón y te tiraste a él, se subió junto a ti, tomándote de la cintura haciendo que te pusieras en cuatro y se colocó detrás tuyo. Bajó sus pantalones y frotó su pene entre tus muslos, el roce de este con tu vulva te hizo estremecer. Viste como Giyu se puso delante tuyo deshaciéndose de la parte inferior de su ropa, liberó su pene ante tus ojos, abriste la boca para que lo metiera dentro, no dudó ni un segundo; otro golpe en tu culo te hizo estremecer, el sonido resonó por toda la habitación; de tu boca sólo salía "mmngh", "nnngh" o más sonidos eróticos del mismo estilo. El pilar del viento te tomó del cabello, lo jaló lo suficiente para que la polla de su compañero saliera de tu boca.

—No cierres los ojos, amor, míralos a ellos mientras te follo.

Dijo de una manera suave, algo sorprendente para lo poco que lo conoces, totalmente opuesto a sus acciones hasta ahora. No te dio tiempo de pensar una respuesta, entró en ti de golpe haciendo que gritaras, tomaste la tela de las sabanas entre tus puños. Miraste a los otros 2 quienes estaban haciendo el trabajo solos, quieres hablar, pero Shinazugawa te tiene realmente ocupada.

—No eres el único aquí, Sanemi —el de ojos azules se quejó.

—¡Eso es! Sanemi, dejanos hacer algo —apoyó el rubio.

—Son unos imbéciles.

Al parecer le hicieron enojar porque comenzó a embestirte con más fuerza, lo sentiste golpear hasta tu útero, tus piernas temblaron al llegar al orgasmo; poco después él liberó toda su carga dentro de ti, sacó su pene y se bajó de la cama.

—¡Adelante y dejen de joder!

—Tampoco es para que te molestes, ¡tuviste un tiempo justo! —exclamó el de puntas rojas.

Te sentaste en la cama, el semen del hombre con cicatrices se escurrió por el interior de tus muslos cuando te levantaste para acomodarte. El azabache se sentó en la cama a un lado tuyo, te indicó que te sientes encima de él y eso hiciste. Uzui se acercó junto al de puntas rojas, sentiste como el más alto apretó y masajeó tu trasero, Giyu empezó a mover sus caderas de arriba a abajo, haciendo que saltes encima de él y tus tetas se muevan al compás de sus movimientos. Estiraste tu mano para acariciar al primer pene que tocase y así lo hiciste, pero terminaste apretándolo sin querer en cuanto sentiste que Tengen entró por tu culo. Tragaste saliva, tienes la respiración acelerada y los latidos al 100.

—Estás tan apretada, bebé, me encantas… —el de ojos fucsia te dio otra nalgada.

No has recibido muchas, pero a juzgar por la fuerza que tienen y el sonido que produjeron, tus glúteos deben de estar completamente rojos.

—Que crueles son, dejen algo para su amigo —dijiste con dificultad.

—Estoy por correrme… Nngh.

Y de nuevo se corrieron dentro tuyo; el más alto te tomó de la cintura, sacándolo de ti y levantándote para que Giyu se pueda quitar. Kyojuro está tratando de ser paciente, pero verte de esa manera lo está provocando mucho.

—Bien, cariño, ¿crees poder soportar todo esto?

—¡Acabas de metermelo por el cu…! Ahnm…

No te dejó hablar debido a que tomó tus caderas y te sentó encima de él, lo sentiste todo en tu interior.

—Sé buena chica, pequeña. Anda toma la verga de Kyojuro y métela a tu boca.

Asentiste, te inclinaste un poco hacia adelante, apoyando una de tus manos en su muslo izquierdo para recargarte, abriste la boca y sentiste como el antes mencionado empezó a moverse. El rubio llegó hasta un punto tan profundo en tu boca que las lágrimas se empezaron a acumular en tus ojos, se deslizó hacia afuera de tu boca y cayó saliva de la punta de su pene y de un extremo de tu boca; Uzui agarró tus manos sujetándolas por detrás de tu espalda y te hizo saltar encima suyo, miraste a los ojos al de puntas rojas, la manera en la que te está viendo te excita mucho, eso y el color de sus ojos oscurecidos por la lujuria; se nota que quiere tomarte y hacerte suya. Deseabas seguir viéndolo, pero Uzui se movió a la par que tú, yendo más rápido. Apretaste los ojos cuando llegaste al orgasmo, Tengen te dejó caer a la cama con las gotas de su semen goteando de tu vagina.

—Ella es toda tuya, Rengoku —comentó levantándose y haciéndose a un lado.

El chico se quitó la capa de los hombros, junto a su camisa, tomó asiento a un lado tuyo; te levantaste con dificultad y le diste besos a lo largo de tu cuello, deteniéndote  a lamer o chupar cada poco raro.
—Vayamos a tomar algo, dejemos que Rengoku se divierta —sugirió el más alto recogiendo su ropa.

Los demás le siguieron saliendo de la puerta.

—¿Cuál es tu nombre? —interrogó.

—¿Mmhp…? Me llamo __________.

Hizo que te recuestes sobre la cama, se subió encima de ti y sus labios tocaron tu cuello, su lengua lamió tu piel hasta llegar en medio de tus pechos; metió el derecho a su boca mientras que el izquierdo lo apretaba con su mano, acariciando tus pezones con sus dedos y lengua, te está haciendo sentir de una manera diferente. Alejó su boca y levantó la vista para poder verte, dejando una de tus tetas llena de saliva.

—Eres realmente hermosa, __________, gracias por tu arduo trabajo…

—Umgh… No puedes decir cosas tan lindas después de lo rudos que fueron tus amigos —frunciste el ceño con todo el rostro rojo.

—¿Debería ser rudo también? —cuestionó.

No respondiste nada, desviaste la mirada.

Levantó tus caderas y acomodó su pene en ti, entró con fuerza, pero sus demás movimientos fueron lento.

—¿Por qué vas tan lento? —te quejaste.

—Deberías decirme que es lo que quieres, pequeña. Será mejor si lo pides bien.

—P-por favor Kyojuro… Ve más rápido, te lo ruego…

Hizo caso a tus palabras, agarró con fuerza tus caderas, sus grandes manos solo te hicieron excitarte más. Sus embestidas comenzaron a ser más fuertes, buscaste su mano para agarrarla, él entrelazó sus dedos con los tuyos.

—K-kyojuro… Voy a correrme, estoy a…

Ni siquiera te dejó terminar de hablar, arqueaste tu espalda, tus piernas temblaron y una serie de pequeños espasmos recorrieron todo tu cuerpo, creíste que había terminado, pero el rubio volvió a moverse. Apretaste su mano, él también está gimiendo, aún así te dice palabras lindas.

—Estás haciendo un buen trabajo, bebé. Te encuentras tan apretada que nnghm… ¿Te excita que te hable así?

Ni siquiera pudiste responder, tu excitación es mucho mayor como para nublarte la vista y no dejarte pensar con claridad. El pilar de la llama continuó así hasta que también soltó toda su semilla dentro de ti, esta fue incluso más que la de los otros 3; tu respiración es tan agitada que no pudiste responder cuando Rengoku te hizo una pregunta, ni siquiera escuchaste la pregunta. Acarició tu cabello, tus ojos se abrieron con sorpresa, ocultaste tu rostro entre tus manos, una risita salió de la boca del único hombre en la habitación.

—¿Nunca te tratan bien después? —cuestionó.

—Soy una prostituta, no la esposa con la que tienen sexo —respondiste en voz baja.

El de puntas rojas dejó un beso en tu frente antes de recoger su ropa, cambiarse y salir para ir junto con sus amigos. Se le ocurrió una idea y creyó que sería bueno comentarselas. Por otro lado, tú te acomodaste en la cama, pasaste dos dedos por tu vagina y ni siquiera tuviste que meterlos para sentir todo el semen ahí; un suspiro salió de tu boca mientras sonríes, no fue tan malo después de todo.

Un tiempo después todos los pilares se encuentran de camino a casa, viven en diferentes lugares, pero por lo mientras están caminando juntos. El viento sopla y hace frío, el pilar más joven puso su capa sobre ti para cubrirte mientras te carga. Los demás lo miraron con envidia, queriendo sujetarte también entre sus brazos.

—Ahora la estás acaparando toda para ti, Rengoku —se quejó Giyu.

Negó con una risita.

—¡Ustedes la querían robar! Y eso no es apropiado de nosotros —exclamó.

—Hubiera sido más divertido —Tengen se cruzó de brazos.

—Deberíamos de decidir con quien se va a quedar —dijo el de cicatrices.

—¡Por supuesto que conmigo! —exclamó el de ojos fucsia.

—¡Tú ya tienes 3 esposas! No te vas a quedar con una cuarta mujer, no jodas, Tengen.

—¡Ellas y yo cuidaremos bien de _________!

Giyu negó.

—Debería ser conmigo…

—¡Tú estás completamente solo! Nadie la va a cuidar mejor que yo.

—Fuiste el primero en tratarla de una manera muy ruda, Sanemi, es probable que aproveches cuando estén a solas —habló el más alto.

Kyojuro frunció el ceño luego de escuchar tantos gritos, estás muy cansada si no te hubieras despertado, aún así te moviste un poco.

—Dejen de gritar, yo fui el que ocupó su dinero para comprarla, se quedará conmigo y la cuidaré bien; ustedes ni siquiera sabían su nombre antes de que Uzui lo dijera.

—Eres un tramposo, Rengoku —se quejó Sanemi.

Tomioka se quedó callado porque sabe que todo lo que dijo su compañero es verdad. Tengen rió.

—¿Una mujer tan bella como __________ viviendo con 3 hombres? Estoy seguro de que llegará el momento en el que tu padre o tu hermano quieran hacer algo con ella. Tan sólo mírala, tan seductora y frágil incluso dormida…

—¡Estoy seguro de que Senjuro la cuidará bien!

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