El joven rubio se encontraba caminando por un pueblo, lamentándose ser cazador de demonios. Tenía hambre y aún no encontraba un lugar donde comer, no tenía mucho tiempo que llegó al lugar; por ende solo ha estado dando vueltas sin entender mucho. Fue entonces que sus ojos fueron a parar a una joven; tú. Su corazón comenzó a latir con rapidez, entonces se acercó a ti, volteaste a verlo y el se arrodilló. Diste un paso para atrás sin saber que está pasando, en tu cara sólo se podía ver confusión.

—¡Por favor cásate conmigo! —insistió.

—¿Ca-casarme? —preguntaste tartamudeando.

—¡Sí, por favor casémonos! Eres hermosa, me sentiría honrado sí me das el honor de ser tu espo-.

—Levántate —le pediste. —Lo acepto, casémonos.

—¿Qué? —Zenitsu preguntó con confusión.

No se lo creía, tragó saliva, no sabía que hacer y ni qué más decir. Se levantó y sacudió el polvo de sus pantalones, entonces el estómago del rubio sonó. Su rostro se puso rojo; tú sonreiste.

—Te invito a comer —dijiste cargando un par de bolsas y flores. —Sigueme.

—¡Dame eso, te ayudo! —tomó las bolsas de tus manos, comenzó a caminar a tu lado.

El sol brilla en el cielo, el calor está presente pero es soportable. El rostro de Zenitsu se enrojece por completo cada vez que te ve, sin embargo aunque está feliz está confundido. No sólo fuiste amable, aceptaste su propuesta sin peros, también le hiciste una invitación para que comieran juntos. Ninguna chica había sido tan linda con él, por lo menos en ese sentido; le han dicho cosas bonitas para sacarle provecho, lo han engañado para conseguir regalos, pero nunca nadie su amable con él, por lo menos no ninguna chica que había conocido antes de ti. Eso de verdad lo puso alegre, hizo que su timidez saliera a la luz; ¿cómo debía de reaccionar para que fuera correcto y no te molestaras? Quizás también eres demasiado buena como para no molestarte si dice que te quiere. Aunque el matrimonio por si sólo ya era muy atrevido.

—Puedes dejar eso por ahí —dijiste cuando habían llegado a tu casa, dejaste las flores en el piso.

—¿Por aquí? —preguntó.

—Sí, ahí —sonreíste. —Ven pasa.

Deslizaste la puerta para que Zenitsu entrara, antes de pasar te quitaste los zapatos y el rubio lo hizo seguido a ti. Observó con detenimiento tu hogar, es muy grande y se nota vacío.

—Tu casa es realmente bonita... —murmuró el rubio.

—Es herencia de mi padre —una risita salió de tu boca. —Pondré a calentar la comida en lo que mi madre se despierta, puedes quedarte aquí si gustas.

—¡N-no, permíteme ayudarte...!

Zenitsu se detuvo apenas terminó la palabra, te pidió matrimonio, aceptaste de alguna manera, y hasta lo metiste a tu casa sin que supieran sus nombres. El tragó saliva; estás siendo tan amable que no podía soportar un acto tan maleducado como el suyo. Mientras tanto tú estabas desconcertada por verlo tan pensativo, entonces tú también te pusiste a pensar, ahí caiste en cuenta de que tampoco sabías su nombre. Te echaste a reír.

—Soy _______ —le dijiste dándole la mano.

—Z-Zenitsu Agatsuma... —respondió el tomando tu mano.

Pensó que iba a ser un simple apretón o algo por el estilo, lo terminaste jalando para darle un abrazo; sentiste como temblaba.

—Para tener una katana pareces ser demasiado nervioso —comentaste. —No te preocupes Zenitsu-kun.

—Es que... Eres muy linda y amable —respondió.

—Lo intento.

Te levantaste.

—Iré a calentar la comida.

El rubio se paró también, entendiste de inmediato que quería ayudarte; no dijiste nada más y lo dejaste. Pusiste a calentar el tofu mientras el preparaba los platos. De esa manera parecían una gran pareja pese a que aún ni se conocían bien, él ayudando a cocinar... Tal cual un esposo ideal. Mientras cocinaban comenzaron a hablar para romper el hielo y conocerse, después de todo seguían siendo un par de desconocidos. Te sorprendiste por escuchar la historia de Zenitsu, tus ojos lagrimearon mientras te contaba su historia, tenías que aguantar el hecho de ser una persona sentimental. Intentabas que tus sollozos no se escucharan, sin embargo, no fue suficiente para los buenos oídos del joven cazador.

—¿Estás bien, _______-chan? —preguntó acercándose a ti.

Le preocupó escuchar tus sollozos.

—E-estoy bien... —respondiste.

—No te escuchas bien... —se puso a un lado tuyo y te miró a la cara. —¿Qué sucede? Oh...

Al darse cuenta de tus ojos rojos y lagrimosos se exaltó. No sabía que hacer. Por su mente pasó el darte un abrazo, cosa que hizo inconscientemente y que aceptaste, sorprendiendolo más. Eres la primera mujer que tenía contacto de ese tipo con él. Lo apretaste con fuerza y él comenzó a acariciar tu cabeza, pensando en alguna manera de calmarte; vio como su gorrión estaba volando en circulos atrás de una ventana, luego se paró y suponiendo comenzó a gorjear. Zenitsu no lo entendía, pero aún así te abrazó bien y siguió acariciando tu cabeza. Intentando consolarte de alguna manera sin saber porque estás triste.

—Hija, ¿cómo te fue con....? —tu madre dejó en hablar en cuanto te vio abrazada al rubio. —Al parecer te fue bien.

Tragaste saliva, tomaste del haori a Zenitsu y le murmuraste. "Por favor responde por mí". Miles de dudas comenzaron a aparecer en la cabeza de Zenitsu; ¿te dejaba de abrazar o no?, ¿debía presentarse? Claro que tenía que hacerlo, pero ¿es el momento adecuado? Las dudas lo invadieron y le costó pensar una solución pertinente y correcta.

—Buenas tardes —saludó tartamudeando el rubio. —S-soy el prometido de su... Su hija.

Tu madre sonrió. Subiste la mirada para ver a Zenitsu, una sonrisa apareció en tu cara cuando lo viste de esa manera. ¿Fue la suerte o aquella bendición que pediste en un templo?

—Me alegra que mi hija esté con alguien bueno —tu madre comenzó a caminar hacia ustedes.

Te alejaste de él y saludaste a tu madre.

—Al final si podrás tener toda la herencia que tu padre dejó, querida. —Tu madre acarició tu rostro.

Asentiste, ella se alejó pero los seguía viendo de reojo. Tomaste a Zenitsu de las mejillas y le diste un besito en los labios; todo su rostro se puso rojo. De pura emoción te devolvió el beso una vez te alejaste.

• • •

El rubio se tiró al futón, terminó doliendole. Tanjiro se percató de su sentir y sintió curiosidad por su amigo. Se sentó al lado del ojidorado para poder hablar con él. Zenitsu volteó a ver al chico de pendientes.

—De un momento a otro dejaste de hacer comentarios sobre Nezuko, ahora te veo pensativo, Zenitsu.

El rubio prefirió guardarse las palabras, iba a responder pero lo pensó un poco y no sonará lindo.

—Quiero ver de nuevo a ______-chan —respondió. —La extraño.

—¿______-chan? —preguntó confundido el de pendientes.

—Mi prometida.

Respondió Zenitsu.

Falta contexto pero debía publicar algo ya 😔👌🏻

En una de esas y hay segunda parte OwO

Mañana es viernes así que quizás comience con los pedidos, ojalá pueda publicar muchos. Pronto saldrá la película con doblaje y toca volver a verla ✨

Les gustó esto hecho a la carrera? 😔👌🏻✨

Buenas noches, las amO

13/05/21 💕