Semi-Au.
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A esa demonio tan solo podía verla desde lejos, ella no pertenecía a las lunas inferiores ni superiores, siempre la veía al lado de Muzan, con ese rostro calmado, pero el aroma de ella la delataba, siempre asustada o triste, sus ojos también la delatan, aunque parecía ser fiel seguidora de Muzan, no era porque quisiera, más bien el creador de los demonios la mantenía a su lado a la fuerza.

Y la demonio no podía hacer más que obedecer, Tanjiro no sabía bien porque, pues ella no parecía tener anhelos de volverse alguien fuerte, o ser eterna, todo lo contrario... Cuando debía encontrarse con Muzan, ella siempre estaba sin ánimos, sentada a la orilla de la casa, guardando silencio, mientras Muzan y él hablaban, raramente los veía convivir, aunque parecía entenderse por miradas, una mirada del Kibutsuji y ella hacía lo que le pedía.

—Muzan yo no...—Escucho la voz de ella, rota, y después un golpe, seguido de un quejido por parte de la demonio. —Juro que no pretendía nada, solo quería verlos.—El luna superior Tanjiro se quedó escuchando desde una larga distancia, y viendo dentro de la casa, que tenía Muzan junto con la demonio, como este parece reprenderla.

Estaba de rodillas frente a él, mientras mantenía una de sus manos en la mejilla, agachando la cabeza, viendo al Kibutsuji, que no parece tener ningún sentimiento de culpa por lo que hizo. —Yo soy quien decide eso... Levántate.—Asintio y obedeció ante la orden, tenía un triste mirar. —No lo entiendo, deberías estar agradecida de que yo te ame, pero en cambio, insistes en poner a prueba mi paciencia.—La demonio solo guarda silencio, mientras siente la mano de Muzan en la mejilla donde la abofeteó momentos atrás.

—Yo de verdad me siento afortunada...—No había más que tristeza en su voz, Muzan solo agudizó su mirada.

—Deberías demostrarlo más.—Esa fue su respuesta, mientras la soltó al fin, después le dio la espalda. —Vamos...—La demonio se quede quieta unos segundos, perdiendo el color en su rostro, después se encoge de hombros y sin dudar lo sigue.

Tanjiro ante eso solo apretó los puños con fuerza, conocía la naturaleza del monstruo que lo  convirtió, pero jamás creyó que era tan despreciable.

Espero allí unas horas, cuando estuvo seguro que la presencia de Muzan se había ido por completo, se acercó a la casa, pronto vio a la demonio que ya tenía puesto un nuevo kimono, de color morado oscuro, junto con Obi de color dorado, y detalles de flores con el mismo color, no lejos de donde estaba ella está el kimono que usó con Muzan, destrozado por completo, él tan solo dio una mirada de lástima a ella, que se arregla el cabello, aunque dejó de hacerlo cuando sintió la presencia del otro, lo volteo a ver con rapidez, pero de nuevo le dio la espalda.

—Muzan se fue.—

—Lo se.—Ella no dijo nada mas, busco en un cajón un pasador para usar en el cabello, ignorando al demonio lo mejor que podía.  —Lo lamento.—Dijo, y la demonio abrió sus ojos con sorpresa.

—¿Porque deberías?...—Cuestiono, arreglando al fin su cabello.

—Por lo que te hizo el monstruo que yo sirvo.—

—No ocurrió nada malo... Yo quería.—Murmuro demasiado bajo, para así ignorarlo nuevamente e ir fuera de la casa, siendo de noche podía sentarse afuera.

—Tu siempre has estado asustada ¿No?... Tienes el derecho de estarlo, él te obliga a hacer cosas horribles.—

—¡No me obliga a nada!.—Grito desesperada, cubriendo su rostro con las manos, posiblemente no quiere que la vea siendo débil. —Yo lo hago por...—No pudo hablar más, su llanto se escuchó.

Recordando de nuevo la sensación de como la tomó otra vez, en cuanto llegaron a la habitación le rompió el kimono, ella le pidió que fueran despacio... Y aunque eso hizo al principio, Muzan fue rudo al último, siempre repitiendo lo mismo desde hace cientos de años.

—Alguna vez yo lo amé... Pero ese demonio con el rostro de él ya no es Muzan, ya no más.—Comento a él demonio que se acercó un poco, guardando algo de distancia, no quiere que el Kibutsuji se entera de que vino a ver a su... ¿Esposa?. —El dice amarme, pero lo dudo demasiado... Sabes alguna vez pensé en exponerme al sol.—Y los ojos de ella miraron hacia luna. —Pero dijo que si me iba acabaría con mi familia... Todos ellos.—

—La descendencia sigue y solo quieres protegerlos, ¿No?.—Asintio lentamente.

—Así es... Al principio me permitía verlos, incluso convivir con ellos, pero repentinamente esas veces se reducieron, ahora solo me da noticias de ellos.—Tanjiro se quedó en silencio completo.

Ahora que podía apreciar bien el rostro de la demonio se dio cuenta de algo terrible... Incluso ella se preocupo cuando lo vio sudando, con los ojos vacíos, no dudó en levantarse para saber que le pasaba. —¿Estás bien?...—Lo sujeta del brazo, y de nuevo Tanjiro la observo.

Ese rostro lo había visto antes... Hace cien años si no mal recuerda, cuando Muzan había empezado a convertir humanos indiscriminadamente, hubieron pueblos que siempre eran atacados, las bajas de humanos eran demasiadas.

A Tanjiro se le había encargado controlar la población de demonios... Cuando llegó al pueblo que fue el festín de varios, no había más que familias masacrada, el mismo Muzan fue para decirle a quien dejar vivir y a quién no.

Él había notado que su amo miro con bastante interés a una joven, sostenía las manos de un niño y hombre, Muzan se agachó para verlos mejor. —Que pena.—Solo fue lo que dijo al verificar que estaban muertos, Tanjiro por mera curiosidad se había acercado.

Ella tenía el mismo rostro que esa humana que murió junto a su familia, todo esté tiempo le ha mentido quien dijo amar.

Sus motivos para odiar a Muzan cada vez son más. —¿Tanjiro?.—Le llama.

—¿Sabes mi nombre?.—

—Se el nombre de todos los demonios que ha convertido Muzan, yo recuerdo sus rostros, historias.—Sonrio con tristeza. —Pues nadie más lo hará... No quiero que sean olvidados, hago lo que pueda para rezar por ellos.—

No entiende como ese ser tan monstruoso podía tener a alguien tan amable como ella, no la merecía, en cambio merece que se la arrebaten, y de paso la pobre demonio encontrará la paz que siempre ha anhelado.

Además al fin Muzan y él estarían a mano, le arrebato todo lo que llegó a amar, es su turno de hacerlo, sin dudar desenfunda su espada al notar que ella le dio la espalda.

—Gracias por liberarme.—Tanjiro detuvo su ataque en ese instante, ya estaba cerca de su cuello, usando aquella espada de cazador.

Se dio la vuelta lentamente para sonreírle. —Esta bien... Es tu venganza ¿No?, Muzan te quitó a tu familia, quieres hacerle lo mismo.—

Él demonio Tanjiro solo se quedó en silencio, esa sonrisa, alguna vez él fue así, las personas que lo amaron admiraban su sonrisa, su amabilidad... ¿Ahora que queda de él?, Solo un ser monstruoso que anhela venganza, lo único que tiene es odio, tanto que su corazón tiro los sentimientos de esas personas que alguna vez amo. —Yo no...—Se dejó caer de rodillas, las lágrimas que acumuló por tantos años se derraman en sus mejillas. —No quiero ser cómo él.—Rompio en llanto, y la demonio suavizó su mirada, hasta que está misma se cristalizó, aunque amó a Muzan alguna vez, no podía perdonar todos esos horribles actos que hizo, y tan solo para ser perfecto.

A él no le importo deshacer familias, matar inocentes, volver a personas monstruos, se justificaba diciendo que así era la naturaleza, pero por supuesto que no... En primer lugar los demonios jamás debieron haber existido no son más que seres artificiales, aunque se dice que están en la cadena alimenticia es más que una mentira, si fuera así, hace tiempo que ella habría muerto, son seres malignos que buscan la eternidad en la sangre y carne de sus presas.

—Ya no quiero venganza, quiero vivir en paz, no más odio ni muerte...—Murmura Tanjiro, y la demonio se arrodilló frente a él, para así abrazarlo, él no dudó ni un segundo para consolarse en los brazos femeninos.

—Esta bien, huye lejos, se feliz, recuerda a tu familia Tanjiro, en vez de matar, ahora protege.—El Kamado se separó de ella.

—Ven conmigo...—

—¿Eh?, Pero...—El bajo la mirada para así negar lentamente.

—Tu familia murió.—Y no hubo lágrimas.

—Ah... Con que tenía razón.—Habia resignación en ese amable rostro. —Aunque ya lo sabía, quería que Muzan fuera sincero conmigo, pero esperé demasiado de él.—Sonrisa amarga, rostros con cierta culpa y rencor el ve.

—¿Entonces?...—

—Si Tanjiro, me iré contigo, vayamos lejos de aquí... Empecemos a cambiar, y que sea para bien.—El Kamado después de tantos años volvió a sonreír al fin.

Sin darse cuenta había cumplido su venganza, le había arrebatado a Muzan a la persona que dice amar, pero a diferencia de él no hizo daño, ni tuvo que asesinar, cosa que resultó aún peor para el Kibutsuji, se sintió traicionado, y tan solo podía pensar en recuperarla a ella... Ese gramo de inocencia que le gustaba poseer, tener, su más grande y único tesoro aparte de la inmortalidad.

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Al principio esto sería relación tóxica, pero el solecito salió al rescate ♥... Muzan es muy difícil de usar xDDD
Quise usar a Tanjiro demonio pero sin quitarle tanto de su encanto amable :') muchas gracias por leer, espero les haya gustado UwUr