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Muzan Kibutsuji

Antes de empezar.

Perdonen si no he podido responder comentarios, me gusta hacerlo pero no he podido hacerlo... También si mi actividad ha sido baja, disculpen eso también, aún así agradezco mucho que me sigan leyendo, yo espero seguir trayendo estos One-shot de kny, gracias por seguirme, espero ya también seguir con los demás, perdonen si puse esto al principio del One-shot, y es que ya van varias veces que olvidó dejar una nota... Espero no hacerlo de nuevo, gracias por leer.

Spoiler.
No romance.

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No podía terminar así para él, se supone que debía ser perfecto, ganarle a estos inútiles cazadores, pero no fue capaz de matar a ni un pilar, esa maldita mujer solo le causó problemas hasta el final.

Ahora su cuerpo empezaba a desaparecer, nadie lo recordaría ya.

Eso lo hizo sentir una sed de sangre terrible, odio que fue aumentando, este mismo le dio el soporte necesario para mantener su cuerpo un poco más, luego vio al maldito de la marca que se llevó con él, tal vez solo tal vez pueda hacer uso de su cuerpo, un intento de desesperación, después de todo no pierde nada.

—¡Basta ya!.—Una voz le llama, un escenario oscuro se crea, allí está él, mirando a esa mujer enojada, tan vago le parece su rostro.

—¿Quién eres?.—Pregunta irritado, debía seguir su plan no distraerse, más ella lo sujeto del brazo.

—No te lo permitiré, fue suficiente, paga por todo el daño que has hecho.—Le reclamo entre lágrimas dolorosas esa desconocida, apretando con bastante fuerza su brazo.

Su rostro es vago, piensa que debió ser a una mujer que mató, uno más del montón nada más. —¡No te dejare ir!... Si debo ir contigo al infierno para que no regreses lo haré, ¡Muzan!.—Ella gritaba, está llena de rabia odio, empezó a golpearlo en el pecho sin detenerse.

El Kibutsuji no entendía esto, le empezaba a irritar, pronto sostuvo a la mujer de la mano.

Y entonces imágenes de su vida pasada vinieron, revivió su vida como humano.

Un pobre hombre enfermo, no entendía el porque le afecto de esta manera, no había cura para él, tan solo moriría solo sin nadie a su lado.

Mentira, el no estaba solo.

Había alguien que lo cuidaba, con una sonrisa llena de alegría y ojos que mostraban amor puro.

Ella era su esposa.

Pero en realidad no sentía nada por ella, podría decirse que solo se casó con ella para seguir su lamentable descendencia.

Estaba embarazada.

—¿Has tomado tu medicina?... Mañana vendrá el doctor de nuevo.—Siempre tan positiva a pesar de que lo ha visto al borde de la muerte varias veces.

—No ha logrado nada, solo empeoró a este paso moriré.—Gruño molestó, sentado en el futón.

La mujer lo miró con lástima, pero después se sentó a su lado, Muzan ni siquiera reaccionó.

Después ella sujeto su mano, y la llevo a su vientre. —Si eso llegara a pasar siempre le hablaré a nuestro hijo sobre ti.—Le sonrió, cerrando sus ojos, el Kibutsuji solo la observo en silencio.

Aún no entendía como logro casarse con una mujer tan amable y buena como ella.

O más bien como ella permaneció a su lado, le había dado muchas oportunidades para que se fuera, no quería que nadie lo viera en este estado, pero jamás lo abandono aún en sus peores días.

La creía ciega por seguir con él, después de todo siempre fue claro en sus sentimientos. —No quiero morir.—Fue lo que dijo, dando un suspiró pesado, para después empezar a toser.

De nuevo el dolor de su enfermedad se apodera de él, realmente lo odia, ella apresurada lo empezó a entender.

...

Despertó, el doctor estaba frente suyo, aquel anciano con un rostro agradable aún así lo odiaba porque no era capaz de curarlo. —Los dejó solos, saldré un momento.—Su esposa le dio una sonrisa a ambos y se fue.

—El embarazo de ella va muy bien, sin duda tendrán un hijo muy fuerte.—Agrego el doctor.

—Eso no me interesa.—Dijo secamente, y el doctor lo miró con sorpresa. —¿Que hay de mí, moriré o no?.—Pronto a Muzan se le fue entregado algo.

—Esto... Podría salvarlo, aunque sinceramente no sé si sea efectivo.—Lo tomo de mala gana, hasta la última gota.

No se sentía nada bien en realidad, lo odio solo dándole falsas esperanzas, que doctor más cruel pensó Muzan. —¡Moriré!.—Exclamo se sentía tan impotente.

Pero una cuchilla vio cerca, después el rostro del inútil que no pudo salvarlo. —Lamento eso, pero...—No dijo más el doctor, solo brotó sangre de su cuello, cayó y no volvió a moverse.

—Incompetente.—

Más algo empezó a latir dentro suyo, miró su cuerpo, las uñas le cambiaron, se levantó lentamente, podía respirar sin dificultad, realmente había funcionado.

Sonrió con malicia, sin importarle el "error" que cometió, se justifica, pensando que se lo merecía por tardar tanto en curarlo.

Pasó el tiempo un hambre voraz se apodera de él, empieza a anochecer y ella no regresa, se pregunta si lo abandonó cosa que se merecía.

La sangre del doctor empezó a hallarla tentativa, no entendía porque... Y en un instante la carne la desprendió, devoró, dejando un desastre de paso pero se sentía saciado, disfrutando el comer esto, hace tiempo que no disfrutaba tanto tiempo comer.

—Muzan...—La mujer abrió la puerta, viendo aquella escena tan grotesca, el Kibutsuji manchado de sangre, sosteniendo el brazo ya medio comido del doctor, él no parecía arrepentido por ser descubierto.

La mujer dejó caer la bolsa de comida, cubrió su boca y nariz, retrocediendo lentamente. —Al parecer no hará falta que tú hables sobre mí.—Muzan se levantó con una sonrisa divertida.

Y su esposa no podía expresarse, abría su boca pero las palabras no salen, además poco a poco sale de la habitación, pero para su suerte ahora el Kibutsuji la sigue. —Podemos formar una familia feliz.—No sabe si es una clase de burla.

—¡A-Alejate de mi!.—

—¿Ah?... Pensé que me amabas.—La mirada de el cambio, siendo fría, haciendo temblar más a la mujer.

El ya estaba frente a ella, dio un grito y volvió a separarse de él. —No me toques, ¡Déjame en paz!.—Le dio una bofetada y empezó a correr lejos de la casa.

—¡A dónde vas!.—Le molestaba no saber porque lo rechazó tan de repente.

Y no, no creía el hecho de que le teme solo porque devoró un hombre.

Ella salió de la casa, Muzan estaba a punto de seguirla, pero los rayos del sol quemaron su brazo, dándose cuenta que la cura no estaba perfeccionada, que decepcionante solo pensó.

Menos mal no la perdería, faltaba poco para que oscurezca, y afortunadamente reconoce su aroma, la encontrará fácil.

Mientras tanto la mujer embarazada tan solo corría, hallando un lugar en donde refugiarse, no puede creer lo que vio, ni mucho menos la reacción de Muzan.

Hasta ahora se da cuenta de su error, jamás debió aceptar el matrimonio con él, pero sentía tanta lástima por él hombre moribundo, tan solo quería darle una vida feliz antes de que muriera.

Y ahora él vivirá, siendo un monstruo.

—D-Duele.—Toco su vientre, las emociones que vio más el esfuerzo físico la pusieron de está manera.

Se recargo en un árbol, no veía nada cerca, por la impresión que llevo se fue sin ir por un camino fijo, un grave error suyo. —Necesito ir con un doc-...—Se le revolvió el estómago cuando mencionó esa palabra, de nuevo esa escena tan asquerosa regreso a su mente.

Sintió náuseas y se mareo un poco.

Cuando empezó a caminar lentamente escuchó un crujido, supo de quién de trato y escondió, intentaba respirar normalmente, pero no podía. —Se que estás aquí.—El demonio dice, ella trata de resistir, pero algo empieza a empapar sus piernas, con horrible sorpresa se da cuenta lo que es.

—¡M-Muzan!.—De verdad que le tiene miedo, pero teme más el perder a su bebé.

Salió de su tan improvisado escondite, tambaleando, y dirigiéndose al Kibutsuji, quien se dio cuenta del estado de ella.

Cerró sus ojos, perdió poco a poco la conciencia. —Debes escoger al bebé...—Fue lo último que pronunció.

Cuando despertó descansaba en el mismo lugar en donde Muzan solía hacerlo.

A un lado estaba él, con una expresión tranquila, sintió alivio seguramente no paso nada malo. —¿Mi bebé?.—

—Murio.—Sintio algo romperse dentro de ella.

—¿Eh?.—

—El bebé murió, un doctor te atendió pero no fue suficiente, incluso tu ibas a morir.—

—¿I-Iba?.—Lagrimas silenciosas caen.

—Ahora eres igual que yo.—Dijo con burla, ella empezó a llorar.

—Quiero a mi hijo ¿Porque no lo salvaste también?.—Reclamo.

—Nacio muerto.—Fue su respuesta, sin nada de tacto como siempre. —No te preocupes, podemos tener más.—

—¡Te odio te odio!... Ojalá hubieras muerto.—Dijo sin pensar, sintió la mirada de él en su cuerpo.

—Asi que siempre pensaste eso de mi, me preguntó si alguna vez me amaste.—Ahora Muzan se siente como un juez más ella no se dejará.

—¡Mira quién lo dice!... Pero no discutiré eso, por tu culpa mi hijo murió. —

—Crei que era nuestro...—

—¡No!... Solo mío, tu hiciste esto, ya no lo tengo, tenía tanta ilusión, quería ser madre, y tú me lo quitaste.—

—Ya te lo dije...—

—¡No quiero estar contigo, jamás!.—Dijo con dureza. —La única razón que me case contigo fue por mera lástima... Pero pensé, tal vez con él pueda cumplir mi sueño de ser madre, si me quedaba sola nadie diría nada.—

—Me utilizaste.—

—¡No finjas que te duele!... Siempre supe que jamás sentiste nada por mí, y estaba bien, yo solo quería a mi hijo, no a ti. —

—¿Y que no era mejor adoptar?.—

—Mi familia no me lo permitió, lo intente incluso a escondidas, la única opción que tuve fue casarme contigo.—

—¿Y si hubiera sobrevivido como un humano normal?.—

—Ya te lo dije, mi sueño era ser madre, estaba bien para mí tener que estar contigo siempre y cuando tuviera una familia.—

—Eres despreciable... Aún así agradece que me agradas, no te dejaré.—

—¡Quiero morir!... No quiero ser esto, perdí a mi hijo, nada ya me ata a este mundo, ¡Me has arruinado!... —Muzan iría contra ella, pero supo cómo reaccionar.

Yacía lejos del Kibutsuji, ella miró afuera de la casa, como el sol aún ilumina, claramente vio como Muzan se vio afectado.

Halló una salida. —¡No lo hagas!.—Tarde fueron sus palabras, ella salió de la casa.

Aún si pudiera quedar embarazada de nuevo, ya no es humana, tendría miedo hacerle daño a su bebé, prefiere morir a arrebatar una vida.

El sol empezó a quemar su piel, dolía demasiado, arde, ya no pudo moverse más, poco a poco se hacía ceniza, incluso sus lágrimas se extinguen.

Muzan no quería perderla, era un capricho tenerla a su lado, lo admitía, trato de alcanzarla, sus tentáculos fueron hasta ella pero se quemaron al instante con los rayos del sol, sintió tardó una eternidad que el sol se escondiera, cuando fue hasta ella lo único que quedaba era su cabeza.

La absorbió.

E intento traerla de vuelta, pero ella misma se negó a regenerarse.

Quedó dentro suyo, murió, quedó solo, o eso creyó.

—Todo lo que has hecho, yo lo he visto, así como tú pudiste ver tu vida pasada... Estoy atada a ti.—Muzan miró a su esposa.

—¿Siempre has estado conmigo?...—

—¡No me dejaste morir!, Quería reunirme con mi bebé, pero todo esté tiempo he estado atrapada contigo, ¡Te odio!.—De nuevo empezó a golpearlo. —¡Paga por todas las vidas que has arruinado!... No mereces ser perfecto, solo la muerte y el infierno.—

—Asi que después de todo si te salve la vida.—Rio secamente.

—¡¿Que es tan gracioso?!.—Lo golpea sin parar. —No lo hiciste tan solo la arruinaste.—

—Hice algo bien después de todo.—

—¿Eh?...—No entendió nada.

El la separó, y pronto apareció el bebé en los brazos de ella, sin dudar lo abrazó.

—El tenerte a mi lado solo fue un capricho, puedes irte con tu bebé, a mi déjame continuar.—Mas de nuevo fue sujetado.

—No lo haré, irás al infierno.—

—¿Serías capaz de enviar a tu propio hijo al infierno?.—La mirada de ella fue a su pequeño durmiendo, le sonrió.

—Jamas haría tal cosa... Estoy segura que en otra vida podré estar con él.—Solto a Muzan, y a su hijo lo elevó, se volvió polvo de estrella, lo vio maravillada, llorando a la vez.

El Kibutsuji quedó impresionado con lo que vio, no creyó que se atrevería. —Iremos al infierno juntos.—Lo sujeto nuevamente, y como si el suelo fuera arena movediza no podía moverse entre más lo hacía más se hundía.

—¡Sueltame!... Yo quiero ser perfecto.—

—Querido, jamás lo fuiste, tu naciste siendo un ser horrible... Y yo estúpidamente sentí lástima y te quise.—Le murmuraba, las llamas empiezan a quemarlo junto a la persona que jamás supo apreciar. —Ahora vamos a arder juntos... Pagarás por tus pecados.—

El cuerpo de Muzan al fin se desintegró, revelando a un Tanjiro que aún vivía, ellos al fin  habían ganando, terminando con el mal encarnado.

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¡AHHHHHH! Ya quiero ver los spoilers
Muchas gracias por leer, disculpen mi inactividad...
Lamento si pudo parecer cliché, espero les haya gustado

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