Aizetsu, Urogi y Karaku
Advertencia: Escrito con +18 temas sensibles, favor de leer con discreción, pasa de largo si te incomodan este tipo de tramas.
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Eres una buena cazadora, pero debes tener cuidado... Tu no tienes un gran sentido, no sabes diferenciar de demonios fuertes a peligrosos, no puedes sentir la aura de estos, solo sabes que es un demonio cuando lo ves, así que siempre estarás acompañada de un cazador para que te guíe, además tú sangre atrae a los demonios así que corres más peligro, pero sabes tienes una buena técnica con la técnica, así que no te sientas afligida por lo demás... Creo en ti.
Esas eran las palabras que recordó de oyakata-sama... La joven cazadora se levantó de golpe, vaya que se había quedado bien dormida después de llegar a la aldea de los herreros, nada como un buen baño y después usar un kimono bonito para relajarse, solo venía recoger su espada pero fueron tan amables que le permitieron quedarse para la cena, y aparte para una pequeña celebración.
Más escucho un llanto, llevo su vista a la puerta corrediza, por un principio pensó que se trataba de un simple anciano, hasta que vio su apariencia. —¡Un demonio!.—Menos mal siempre dormía con su espada al lado.
—¡Gyaaaa!... No me hagas daño. —Este estaba llorando, y por un momento la cazadora se detuvo en seco, preguntándose si será como Nezuko, más después niega, según palabras de los pilares ella es la única excepción, así que sin dudar corta su cabeza.
Fue demasiado fácil, grave error... No debió hacerlo sin estar segura del rango del demonio, solo se dió cuenta hasta que vio los ojos de este mismo.
—Una luna superior...—Palidecio, y entonces apareció frente suyo un demonio joven, de ojos verdes con cabello largo, el traía consigo una especie de hoja grande.
Sabe que no es oponente, pero aún así tratara de dar pelea, más detrás escucho un ruido leve, como de un tintineo, volteo dándose cuenta que era otro demonio... Joven pero con ojos rojos, parecido al que estaba frente suyo, pero parecía estar enojado. —¿Que?.—Entonces un dolor agonizante se apoderó de su cuerpo, apenas se podía mantener en pie, observó como el demonio molesto usaba su báculo para provocar esos rayos.
—¡Hey hey, no dejes que se desmaye, yo quiero jugar con ella también!.—Escucho como hablo con alegría el demonio de ojos verdes.
—Calla Karaku, ella no es nuestro objetivo... Solo no quiero molestias. —Contesto gruñón el demonio de ojos rojos.
—Vamos Sekido, será rápido, además es muy linda ¿No crees?.
—Eso me da igual, haz lo que tengas que hacer, mataré a los cazadores, no tardes. —Y el demonio gruñón se alejo, la joven cazadora sintió un enorme alivio pudiendo al fin arrodillarse, más no estaría tranquila por mucho tiempo, el demonio llamado Karaku ya estaba frente suyo.
No podía sentir su esencia, pero la marca en sus ojos le hacía saber que era peligroso, aún conserva su espada en la mano... Se pregunta si le podrá hacer frente, no, más importante los herreros corren peligro, pronto escucha el ruido de un niño gritando. —Kotetsu...—Ella pronuncia.
—Hey, hey... No hay tiempo de preocuparse por los demás. —Pronto fue sujetada del cuello por el demonio Karaku. —No están tan mal, ah realmente quisiera tomarme mi tiempo para romperte, pero debemos matar a los tuyos. —Dijo con una gran sonrisa que dejaba mostrar sus colmillos.
Más se armó de valor y corto el brazo del demonio quien solo se burló, salió corriendo de allí, el kimono era un estorbo lo rasgo para poder moverse mejor.
—¡Vaya ¿Acaso me estás provocando?, Bien me gusta!.—No podía creer que ella estaba usando todas sus fuerzas para correr y el no parece ni inmutarse en correr, cuando voltea siempre está cerca.
Sin duda el poder de las lunas superiores era aterrador.
No pensó más en eso, cuando vio a Kotetsu, quien parecía mirar al cielo asustado, un tipo de demonio alado iba hacia al niño. —Ah... ¡No!.
Entonces la sangre se esparcío en el suelo, un gran grito de dolor por parte del niño se escuchó, era abrazado con fuerza por la cazadora quien se usó como escudo humano para evitar que el demonio alado lo atacará.
Le ardía la espalda, el dolor era insoportable. —¡_______!. —Grito Kotetsu desesperado.
—Hey. No la mates tan rápido Urogi. ~
—¿Y quién es esta chica eh?. — Pregunto el demonio alado quien iba hacia la cazadora y el niño.
Quería atacar, pero no sabía cómo sin dejar de proteger a Kotetsu, ¿Lo dejarían ir?... Lo duda estuvo a punto de ser asesinado, no sabe que hacer se encuentra entre la espada y la pared.
Pronto el demonio Karaku empezó a olfatear. —Hey, este aroma, viene de ella... ¡Tiene esa sangre especial!. —Grito emocionado.
—¡Ja, es en serio!... Hace tiempo no la probaba, es linda y con una sangre especial que más podemos pedir. —Urogi dijo celebrando con su hermano/clon.
Su mente solo imagina los peores escenarios, no sabe si seguir protegiendo a Kotetsu o defenderse, si no hace algo pronto terminarán muertos.
—Hey. —Entonces sintió otro rasguño en su espalda, se sentía como una cuchilla caliente que perfora su espalda. —Ya deja al mocoso lo mataremos. —Urogi dijo.
—Y así nos podremos divertir los tres antes de que Sekido nos pida ir. —Karaku continuó. —Mata al mocoso.
Ella se aferró a él. —Oh vamos linda, acepta tu destino, suelta al mocoso, dámelo para matarlo rápido. —El demonio alado tan solo se rió.
La cazadora no le respondió no le daría el gusto. —Ja... Con que eso quieres, bien yo gustoso de seguirte el juego. —Ardor de nuevo en su espalda y está vez parte de su brazo, cerro sus ojos con fuerza tenso su mandíbula, empezaba a dolerle.
El demonio Urogi le daba pequeños cortes lo suficientes para provocarle daño, pero que no sean mortales, después de todo la quiere viva para divertirse... Karaku mira con una sonrisa divertida la escena. —¡Vamos linda!... Ya déjalo. —No lo dejaría de abrazar, este es su castigo por no ser más cuidadosa solo piensa ella... Llego a un punto de la tortura en que las lágrimas se le salían.
—¡Para por favor!... ¡______ basta!... ¡Ya no le hagan daño!. —El pobre Kotetsu gritaba desesperado, lloraba desesperado.
Ella levanto su cabeza para que la pudiera ver, con toda la fuerza de voluntad que le queda le da una amable sonrisa. —No te preocupes... Te salvaré. —Decia, mientras el demonio seguía propinando rasguño tras rasguño, su lindo kimono rosa ya se había teñido de rojo, la parte de atrás ya está desgarrada de la espalda.
—¡Buah... Que ya no te lastimen, paren ya!... ¡Lo siento!.
—Shh. No te disculpes, mi deber es proteger, gracias por dejarme protegerte. —Dio un gran suspiro, se levantó con Kotetsu, sus piernas le temblaban.
—Ja. Al fin cedes. —Karaku dijo con una sonrisa divertida.
Ella respiro profundamente. —Trata de caer en pasto o agárrate de una rama ¿Si?.—Le susurro al pequeño niño que no entendió, hasta que ella lo lanzo lejos de la escena.
—¡Vaya fuerza mujer!.—Urogi iría a por el niño, pero _________ se abalanzó contra él, la verdad que no se lo esperó, tanto que perdió el equilibrio, Karaku iría pero ella empujó al demonio alado hasta su clon/hermano, haciendo que se caigan todos.
Los demonios ya se habían puesto de pie enseguida y la chica ya no podía más, tenía la respiración entre cortada, sentía que en cualquier momento se va a desmayar. —Hmm. Bueno da igual. —Karaku dijo. —Ya vamos a divertirnos. —La mano del demonio fue a la cabeza de la cazadora, la sujeto fuerte de su cabello. —Ah, tienes algo de sangre en la boca...—Lo oyó decir, y entonces los labios del demonio se pusieron sobre los suyos, no puede creer lo que está haciendo, lo trato de alejar pero apenas se podía mover. —Que delicia, ¡De verdad es una delicia está chica!.
—Yo también quiero probar. —Urogi se acercó también.
—Pero tú estuviste probando su sangre mientras la estabas rasguñando, te ví. —Karaku dijo.
—Si, pero nada mejor que probar la sangre directamente.
Se sentía tan impotente ahora... No pudo hacer casi nada, apenas y pudo proteger a Kotetsu, y ahora será devorada por estos demonios locos.
Antes de que el demonio alado la tomara algo sucedió, apareció la chica demonio nezuko quien le dió una buena patada a Karaku, iría a salvar a _________ pero fue sujetada por Karaku. —¡Ja parece que alguien se unió!.
Tanjiro llegó al lugar, olía demasiado a sangre y ahora sabía la razón, puede ver a _________ quien esta de rodillas al lado de Urogi.
Le hirvio la sangre al verla tan herida, es claro que había Sido torturada. —Justamente cuando al fin empezaba la diversión. —Urogi dijo, entonces la tomó entre sus brazos. —Me gusta jugar con mi comida, pero si ellos están aquí y no los acabamos antes de que venga Sekido se va a cabrear.
—¿Eh?.—De repente ella ya estaba volando junto al demonio.
—Siempre voy a recordar tu lindo rostro, si hubiera tiempo te habría tomado a la fuerza, adiós. —La dejó caer... El la lanzo desde el aire.
Tanjiro fue hacia ella para tratar de atraparla, pero Urogi lo atacó precisamente para evitar eso.
Como un cliché ella vio su vida pasar por sus ojos, jamás destacó ni como cazadora ni como persona, solo se había unido para tener un sueldo, para tener trabajo... Cuando pensó que al fin era buena en algo resultó que no tenía sentido para percibir demonios, ni siquiera para diferenciar sus rangos.
No tenía sentido tener desesperación, ya no podía hacer nada a este punto, solo cerraría sus ojos, tal vez sirve mejor muerta que viva. —_______!. —Escucho a Tanjiro gritar. —¡Tu espada, usala para amortiguar la caída!.—Abrio sus ojos, el kamado se las arreglo para lanzar la espada mientras peleaba con Urogi el cual se veía molesto ante esa acción.
Ella reaccionó y fue capaz de amortiguar la caída, respiro profundamente, no había tiempo de sentir lastima por si misma.
Fue contra Karaku quien no soltaba a Nezuko, pudo cortarle el brazo y hacer que a su vez Nezuko pudiera usar su técnica para que el demonio tardará en sanar... Ya irían contra Urogi y junto con Tanjiro fueron capaces de herirlo, aunque aún les faltaba un clon más.
O eso pensaron, de nuevo los rayos del demonio enojo los atacaron. —¡Me enoja que sean tan débiles!...—De nuevo esa corriente eléctrica los estaba noqueando, Tanjiro y Nezuko eran capaz de soportar, pero ______ hace tiempo que llegó a su límite, toda la sangre que perdió y el esfuerzo físico que hizo la dejo noqueada. —Cambio de planes, ya no nos requieren aquí. —Sekido dijo, apareciendo Aizetsu junto a su hermano/clon.
—¡Vale pero nos llevamos a la chica es sangre especial!... Y nos podemos divertir mientras esperamos órdenes.
—Que triste, ni siquiera estar consciente ya.
—Me importa un carajo lo que hagan.
Tanjiro al escuchar eso, fue contra los demonios, aquí y ahora los debe de vencer, antes que fuera contra Karaku este desapareció de la nada... Podía sentir que estaban usando una técnica de sangre pero no era precisamente de los clones.
Tardo en reaccionar, el demonio Aizetsu ya estaba cargando a ________. —¡Nezuko por favor!.—Le pidió a su hermana que entendió la indirecta.
Desapareció Urogi, después Sekido... Nezuko ya estaba a punto de alcanzar a Aizetsu, apenas unos centímetros había entre ellos, pero desapareció justamente cuando iba a tomar a _______. —¡Hmm!.—Tanjiro y Nezuko se quedaron solo viendo una escena donde la sangre de la chica estaba esparcida junto con pedazos de su ropa, la espada quedó atrás, hubo un silencio sepulcral, la hermana menor pudo visualizar el enojo del Kamado.
...
Ella despertó de golpe. —¿No estoy muerta?.—Se pregunto a si misma, dándose cuenta que estaba en un lugar desconocido, se parecía a la finca que tenía Kocho, pero por como era el lugar sabe que no es la misma.
—Me has afligido estos últimos días. —Lleva su mirada hacia la puerta que hay en su habitación, un demonio con una expresión triste hay. —Fue mucho trabajo cuidar tus heridas, Urogi y Karaku me molestaron... Cómo si yo pudiera regenerarte.
Trago seco, no entiende porque está aquí... Empezó a sudar frío, se levantó de golpe, no se quedaría aquí.
—¡Despertó la mujer!.—Reconocia esa voz.
—¡Bien bien ya me quería divertir!... Quien sabe cuánto tiempo más no quede para ir a la fortaleza. —Esto era malo, no tenía su espada, aún estaba agotada, levantarse de golpe vaya que la mareo.
—Apenas despertó. —Dijo Aizetsu con una voz pesada. —No deben beber de ella por más que quieran.
—Tenemos otras maneras de divertirnos Aizetsu, puedes unirte. —Ella escucho decir a Karaku, se sintió sucia cuando el la vio con perversión.
—No tengo interés. —Contesto el de ojos azules.
El demonio alado ya estaba yendo hacia ella, se sintió tan patética se escondió detrás de Aizetsu el cual se sorprendió un poco. —Y-Yo siento que me voy a desmayar. —Pronuncio aterrada. —Si quieren verme sufrir no les servira, ya que no estaré consciente cuando lo hagan.
—Tiene razón. —Aizetsu la apoyó. —Yo no prometo que siga despierta por mucho tiempo, apenas se levantó.
—Ja... No tendría caso entonces. —Karaku dijo con una sonrisa.
—¿Cuánto tiempo necesita?.—Urogi cuestionó.
—Tal vez una semana más.
—¡Hombre eso es mucho tiempo!... Ya en cualquier momento nos iremos. —El demonio alado se quejo.
—No es mi culpa que los humanos sean tan frágiles. —Se quejó el de mirada triste... Esperen eso o mejor vayan al distrito rojo.
—No suena mal, pero queríamos con ella también por su sangre, huele tan bien... Cómo sea regresamos al rato entonces.
Ella se sintió aliviada cuando al fin se fueron. —Gracias. —Ni ella misma sabe porque lo dijo, Aizetsu la miro de reojo.
—No me agradezcas mucho, en estos momentos yo también me controlo para no comerte... Aunque bueno me sacie con la sangre que perdiste cuándo te cure. —La chica lo miro en silencio unos segundos. —Pero si hable en serio de no tener interés en tomarte, al menos no a la fuerza... Cómo sea me ocuparé, no escapes Sekido está afuera, allí hay comida y agua, cámbiate de ropa hay en ese cajón.
Aizetsu se retiró y ella solo se sintió aliviada de estar a salvó. —Aunque en realidad estoy secuestrada... Al menos tengo tiempo de idear un plan. —Queria ser positiva, así que comió y se cambió, solo habían kimonos, resopló... Y no tuvo de otra que ponerse uno, eligió uno morado con detalles dorados. —Para ser demonios tienen muy buen gusto. —La joven cazadora miro hacia afuera, Aizetsu no le mintió con lo de Sekido.
—Mi mejor chance es irme de día... Quien diría que mi sangre me salvaría de no morir. —Suspiro, no había tiempo de sentir lastima por si misma, se debía preparar para su huida en el día. —Debo avisarles de esa tal fortaleza a los demás, seré positiva no me rendiré, tengo que volver para ver a Giyuu. —Ella sonrió al recordarlo, se esforzará.
Tristemente eso jamás pasaría, la pobre cazadora tendría otro futuro, uno en dónde no querrá existir.
...
Se supone que iba huir en el día, por lo que había escuchado de Aizetsu se iban a unas habitaciones subterráneas de esta finca, solo salían si era necesario, no tenían problema de estar arriba, pero era más bien precaución por si los cazadores llegaban a ella le habían puesto una cadena para que no pudiera huir pero arregló el problema fácil, de los utensilios que le dieron para comer tomo uno... Aizetsu era quien se encargaba de cuidarla, parecía mucho bajar la guardia con ella, después de todo le hablaba bastante sobre como sus hermanos le molestaban por ser aburrido, que en realidad ellos son como hijos del cuerpo principal llamado Hantengu, aunque también representan las emociones de este, odian ser Zohakuten, sobre todo por la manera en que debe de ser creado.
Le pareció mucha información para una sola noche, aunque parece que le confesó que mientras dormía también se quejaba con ella, le pareció gracioso por un momento, pero no olvidaba que se trataba de un demonio.
—Ya me iré al sótano, Urogi y Karaku no han llegado, me imagino que se quedarán en el distrito rojo, como sea no intentes huir.
Por supuesto que no iba a seguir esa petición, le agrado Aizetsu por un momento, aunque sabe que la curo por conveniencia se lo agradece.... se libero fácil de la cadena, sonrió... A la vez que miro la luz del día, suspiro de alegría, solo debe tener cuidado antes de irse, se hizo un pequeño corte en la mano para dejar su aroma y sepan que no se ha ido. —Aunque bueno aun si se den cuenta, ya no podrán seguirme. —Agarro una sábana, con esta rompería la ventana para salir y evitar hacer todo el ruido posible.
Abrió la puerta de su habitación, y en ese momento palideció, Urogi y Karaku estaban aquí. —Eh~ que bien que si decidimos volver a último momento casi se nos escapa. —Karaku dijo sonríente, y ella no podía creer esto, se le nublo todo, así que empujó a ese demonio por un intento desesperado de escapar, más Urogi estaba afuera y la sostuvo con su garra.
—Bien bien, ¡Vamos a divertirnos!.
Fue lanzada a la cama, miraba hacia todos lados no encontraba nada para defenderse, tenso su mandíbula con fuerza, debía suplicar. —Aizetsu dijo...
—¿Y que si lo dijo?... No es nuestro Señor ni nuestro padre para darnos órdenes. —Karaku la interrumpió para así desgarrarle parte del kimono. —Ademas se ve que ya estás muy bien, digo ibas a escapar ¿No?.
No respondió a la pregunta. —Como sea, tenemos todo el día. —Dijo Urogi, se subieron ambos a la cama, la joven trato de bajarse pero no sé lo permitieron, ambos la sujetaron, Karaku de las piernas y Urogi de los brazos, el demonio alado lamió su rostro y ella solo sintió asco, quiere huir, no quiere estar aquí.
Sentía las manos de Karaku yendo hacia sus muslos, se empezó a marear... No le gustaba está sensación, ni tampoco como la miraba, pero cuando vio hacia arriba se topo a Urogi quien la empezó a olfatear del cuello, la sujetaba con tanta fuerza que no podía luchar.
Cerró sus ojos con fuerza, no quiere estar aquí.
—¡Ja estás temblando!.—Sentia la piel del demonio rozando con la suya, era una calidez que la quemaba, que la hacía sentir sucia.
Urogi se entretuvo jugando con sus pechos, le dolía como lo hacía... Y de vez en cuando la llegó a besar, le mordió el labio para probar su sangre.
—Tal vez tu expresión dice que no, pero tú cuerpo pide más. —Karaku se burló. —Se siente bien.
Ella estaba en shock no podía hablar, sentía que le faltaba el aire le rogaba a su Dios que la salvará.
Cuando volvió a abrir sus ojos, está vez estaban llenos de lágrimas ahora Karaku la sostenía y Urogi estaba sobre sus piernas. —¿Ya te cansaste de gemir?.
No recordaba haber hecho eso, y es que disocio con tal de no estar presente, aunque su cuerpo lo sintió todo.
Pronto se empezó a quejar en voz alta, rogando que acaben de una buena vez o que la maten.
Debajo de la finca estaba Sekido y Aizetsu durmiendo, no estaban presentes ni sabían lo que pasaba arriba... El demonio de la expresión triste se levantó de repente, creyó que ya había anochecido, aunque no estaba lejos de estar mal, podía ver el cielo anarajando anunciando que el sol se metería, suspiro ahora le toca ir a por la comida de todos... Subió observando la hoja de Karaku. —Si regresaron... Pero no durmieron abajo. —Tuvo un mal presentimiento y fue a la habitación de _______.
Entro, sus hermanos ya estaban de pie acomodando sus ropas. —Hey Aizetsu, es tu turno si quieres. —Comento Karaku.
—Vaya, con razón ya estaba quedando inconsciente, casi oscurece. —Urogi dijo, salieron de la habitación.
Aizetsu llevo su vista hacia ______ la cuál tenía la mirada perdida, ella temblaba, sus mejillas estaban llenas de lágrimas. —. . . —No sabía que decir, solo acomodo el kimono de la chica para que ya no estuviera desnuda.
Vio que la chica abrió lentamente la boca, pero parecía que se le iba la voz. —Ah. Realmente no se que decir.
—Matame. —Contesto. —Matame por favor, no puedo vivir así, ellos ellos... Yo no, ya no puedo regresar, estoy sucia, no puedo ver a nadie a los ojos. —Tartamudeo la pobre, quien seguía mirando a la nada. —No quiero vivir así... Y no puedo matarme a mí misma, prometí que jamás haría eso. —No recuerda a quien se lo prometió. —Asi que si tienes piedad de mi, mátame.
El demonio solo la observó con tristeza, sabía que sus hermanos eran crueles pero no pensó que llegarían a este punto.
—La razón del porque se burlan de mi. —Dijo así de la nada, la chica apenas reaccionó, el demonio la abrazo, se sentía extraña, no le daba asco a pesar de que tenía un rostro parecido a Urogi y Karaku. —Es porque yo guardo la humanidad de él. —Cerro sus ojos el demonio, ella al principio no correspondió al abrazo, seguía en shock, más pronto sintió una extraña sensación en su cuerpo.
Podía sentir la aura de Aizetsu era la primera vez que lo lograba, era cálido, también oscuro pero le causaba una calidez que la confortó.
De nuevo se le empezaron a acumular lágrimas en los ojos, y entonces ella grito fuerte empezando a llorar a todo pulmón.
No quería soltar a Aizetsu, se sentía protegida de esta manera, quería que esté abrazo jamás terminará... El demonio con expresión triste pensaba lo mismo.
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