Senjurou es el tipo de compañero que...

Le pediría consejos a Rengoku sobre cómo poder enamorarte.

Sin saber que todo lo que le dijo Rengoku fueron bromas para burlarse más tarde de el.

༶•┈┈⛧┈♛❀✿❀♛┈⛧┈┈•༶

Estaba nervioso, muy nervioso para decir verdad, pero díganme ¿Quién no estaría nerviosx estando cerca de la persona que le gusta? Obviamente todxs estamos nerviosos aunque tratamos de ocultarlo, fracasando brutalmente algunas veces, siendo este el caso de Senjurou, el cual se estaba debatiendo el si saludarte o no, pero bueno, de todas formas lo tendría que hacer, ya que eran compañeros de puesto, así que trató de juntar fuerzas y caminó hacía donde te encontrabas junto a tus amigas charlando sobre quién sabe qué.

Trago de su propia saliva al notar que tu también lo estabas observando, para luego con una tímida sonrisa saludarte, él vio como les decías algo a tus amigas y ellas te daban unos pequeños codazos para luego alejarse para que Senjurou se sentara en su lugar.

—¡Buenos días Senjurou! —Le dijiste en el momento que se acomodó en su puesto.

—B-buenos días. —Te respondió el mordiéndose la lengua al darse cuenta de que había tartamudeado.

—¿Recuerdas qué clase nos tocaba hoy? —Le preguntaste al ver sus dudas si empezar una conversación o no.

—Si mal no recuerdo nos toca historia... Espero que no sea así.

Reíste levemente al saber el porque no quería que les tocara historia, ya que no era nada más ni nada menos porque el profesor era su hermano mayor, Rengoku.

—¿Sabes? Me agrada tu hermano. —Senjurou al escucharte decir eso casi se cae de su asiento.

—¿Qué? Quiero decir, a mi también me agrada, porque es mi hermano, pero ¿Por qué te agrada a ti? —Dijo acercándose un poco para así observar claramente tus expresiones, como le dijo que hiciera Rengoku, pero digamos que al hacer eso te incómodo un poco, por lo que apartaste levemente la mirada.

—B-bueno, simplemente irradia un aura de confianza y amor, yo creo que por eso es que me agrada. —Mientras decías eso enrollaste un mechón de pelo en tus dedos por los nervios que tenías, y este gesto no pasó desapercibido por Senjurou, quien bajó la mirada al recordar que su hermano le había dicho que "Las chicas se enrollan un mechón de pelo o empiezan a jugar con el cuando hablan sobre el chico que les gusta, no cuando están con él." Pero dándose ánimos internos volvió a subir la mirada mientras presionaba sus labios.

—Ya veo... Bueno, supongo que así debe ser con todos los otros profesores, ¿No? —Te preguntó aún esperanzado de que no tuvieras algún sentimiento de amor por su hermano.

—La verdad... No. él profesor Tomioka a veces me da algo de miedo, pero no puedo negar el que también me caiga bien. —Senjurou al escucharte decir esto se entristeció, pero decidió proceder a otro de los consejos de Rengoku para así hacer que te fijes en él y no en su hermano como creía que hacías.

—¿Quieres un sándwich? Mi hermano hizo uno de más está mañana. —Te ofreció el pan que a simple vista contenía jamón y queso.
Se preguntarán: ¿Qué tiene que ver esto con el consejo de Rengoku? Bueno, éste le dijo a Senjurou que para enamorar a una mujer primero tienes que enamorar a su estómago, y lo que le dijo técnicamente estaba bien, es decir, ¿A quién no le gustaría que le regalarán comida? Pero había un pequeño problema en lo que Rengoku le había dicho, ya que también mencionó el que le echara mucho picante a lo que te fuera a dar, porque a las mujeres les encanta el picante.
Tu soportabas el picante, pero si era en grandes cantidades terminabas hasta echando humo por las orejas, pero no sabía qué ese sándwich llevaba una exagerada cantidad de picante, así que obviamente no rechazaste el sándwich y le diste un mordisco en el momento que Senjurou te lo entregó.

¿Lágrimas? Si.
¿Un Senjurou preocupado apuntó de colapsar? También.
¿Qué Rengoku entró al aula justo en ese momento, y que esté tratando de no reír a carcajadas? Era algo inevitable.

No podías ni moverte, parecía como si te hubieras petrificado ahí mismo al tan solo darle una mordida al sándwich mientras lágrimas salían de tus ojos y tu cara se tornaba de un carmín muy visible.
Senjurou no sabía qué hacer, empezó a buscar algo para darte de beber, encontrando un jugo entre sus cosas.

Mala idea.

Eso solo hizo qué empezaras a llorar con más intensidad mientras jadeabas intensamente tratando de que almenos el aire calmara el picor en tu boca, cosa que no daba resultados.
Rengoku decidió ser por fin un buen profesor y le pidió a Senjurou que salieran del aula para buscar una máquina de refrescos y de ésta sacar una caja de leche, ya que eso pararía el picor que sentías.

Senjurou no lo pensó dos veces y te tomó de la mano para empezar a correr a buscar alguna máquina, sin darse cuenta de que tu rostro empezó a ponerse más rojo que antes, pero está vez no era por el picante.

Suspiró de felicidad al encontrar al fin una, y para su suerte está también tenía cajas de leche, así que enseguida puso algunas monedas en la máquina y presionó un botón para que así ésta le entregara la caja de leche para luego pasártela a ti y tu empezaras a beber como si tu vida dependiera de ello.
Al terminarte esa caja Senjurou te ofreció otra, la cual no aceptaste, diciéndole que ahora estabas mucho mejor, consiguiendo que el relajara sus músculos y te diera una sonrisa de tristeza.

—Perdón por esto, enserio no me imaginé que tuvieras esa reacción. —Te dijo mientras bajaba la mirada tapándose así sus ojos con su cabello.

—No te preocupes, no fue tú culpa, fue la mía al ni siquiera preguntar que llevaba el sándwich. —Le diste una sonrisa para así dejar de preocuparlo, cosa que no funcionó al 100%

—Pero fui yo quién te lo regaló, si no lo hubiera hecho no habrías pasado por lo de hace poco. —Te preocupaste al escuchar el tono con el que habló está vez, ya que no era el mismo de siempre, sino que éste era más apagado, sin ánimos.

—No te quiero volverte a oír con ese tono, no me gusta que estés deprimido, me gustas más cuando estás con tú tono alegre, como el de siempre. —Te sonrojaste levemente por la indirecta confesión que le acababas de hacer, pero aún así seguiste hablando para que pasara desapercibida. —En todo caso no fue culpa de ninguno de los dos, sino que fue la culpa de tú hermano, ya que el hizo el sándwich ¿No? —Mencionaste con una sonrisa mientras inclinabas tú cabeza para así toparte con el sonrojado rostro de Senjurou. —¿Senjurou? ¿Estás bien? —Le preguntaste preocupada al ver como la respiración se le empezaba a entre-cortar.

—Repite lo que dijiste antes, por favor. —Te respondió en un susurro. Tú lo miraste confundida, sin saber a que se refería. —Repítelo, por favor. —Está vez te lo pidió mirándote a los ojos, con un brillo en estos que nunca antes habías visto.

—D-dije que ninguno de los dos tuvo la culpa, sino que fue tú hermano.

—No me refería a eso, sino a lo que habías dicho antes que eso. —Tus manos comenzaron a sudar al recordar lo que habías dicho, así que disimuladamente posicionaste tú cabello en tú rostro para que Senjurou no viera el sonrojo que se aproximaba por tu rostro.

—Había dicho que no me gustaba el tono de voz que habías usado, porque no me gusta verte deprimido, así que quería que volvieras a hablar con tu tono usual, porque así me gustas más que siempre.

Un silencio se apoderó del lugar en ese momento.

No querías ver el rostro de Senjurou por la vergüenza que sentías, pero no pudiste aguantarte y levantaste la mirada para así encontrarte su rostro levemente sonrojado y con una radiante sonrisa.
Senjurou te tomó de ambas manos, para luego darles un pequeño apretón y así pronunciarte las palabras que tanto le había costado decir:

—¡Tu también me gustas!

༶•┈┈⛧┈♛❀✿❀♛┈⛧┈┈•༶

Palabras en total: 1340.

Pedido hecho por: haciel00
Perdón por la demora.❤

༶•┈┈⛧┈♛❀✿❀♛┈⛧┈┈•༶

Extra:

—Por cierto Senjurou, ¿Por qué razón me diste el sándwich si sabías qué éste traía demasiado picante? -Le preguntaste mientras le dabas una mirada curiosa.

Senjurou se sonrojo al recordar el porque fué, pero no dudó en decirte. —Bueno... Mi hermano me dijo que para enamorarte tenía que primero enamorar a tu estómago, y por eso el sándwich, ya que también dijo que a ustedes les encantaba el picante. —Respondió sonrojándose levemente mientras le daba un pequeño apretón a tu mano para demostrar lo nervioso que estaba.

—¿El profesor Rengoku te dijo eso? ¿Enserio? —Trataste de ni reír, pero igualmente soltaste unas pequeñas risas. -¿Y qué más te dijo que hicieras?

—Me dijo un montón de cosas que no entendí, cómo rozar mi mano por tu cintura y así ver tus reacciones, pero cómo no sabía de qué Me servirían las cosas así no las intenté. —Te dijo de una manera tan inocente qué te dieron ganas de apretar sus cachetes cómo si de un bebé se tratase.

—No te preocupes, con el tiempo sabrás a qué se refería. —Dijiste para así soltar su mano y correr al aula, dejando atrás a un Senjurou completamente confundido.

༶•┈┈⛧┈♛❀✿❀♛┈⛧┈┈•༶
Palabras en total: 1583

-Nao fuera☆