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CAPITULO UNICO

Era un agradable día de primavera, el clima era perfecto para salir a dar un paseo, ya sea en familia o en parejas, además de que también se prestaba para que los niños pudieran divertirse en los parques.

Este era el caso de un par de niños muy peculiares; uno de ellos era una pequeña niña de aproximadamente tres años, de largo cabello azabache y unos lindos ojos azules; el otro era un niño que rondaba los ocho años, de cabellera negra y al igual que la pequeña sus ojos eran de color azul, solo que estos eran un poco más oscuros.

- ¡Giyuu, mira! – Se podía apreciar la emoción en la voz de la niña – Una mariposa ¡Y es muy linda! -

-Si Kagome, en verdad es muy linda- Respodio el pequeño de ojos azules, para después mirar con diversión como la mencionada empezó a perseguir al pequeño animalito.

A la distancia estos eran vigilados por sus familiares, quieres se han conocido de años, por lo que tanto Giyuu y Kagome han sido amigos desde que la niña era una bebita, a pesar de la diferencia de cinco años ellos se acoplan muy bien.

De manera repentina la pequeña dejaba de perseguir a la mariposa, acción que extraño al pequeño pelinegro, por lo que se acercó a ella, al ya estar frente de la niña pudo apreciar en su rostro su ceño levemente fruncido.

- ¿Sucede algo Kagome? - Vio que esta abría un poco la boca para responderle, pero se retractó de hacerlo- Sabes que puedes confiar en mi-

- ¿Te aburrirás algún día al estar conmigo? – Esa pregunta tomo por sorpresa a Giyuu.

- ¿Por qué piensas eso Kagome? – Cuestionó después de salir de su estupor.

- Es que, tu eres más grande que yo y tengo miedo de que ya no quieras estar conmigo- Respondió con un dejo de tristeza, haciendo que el niño se enterneciera.

- Eso no sucederá Kagome, no tienes por qué preocuparte- Eso hizo que la niña lo mirada llena de felicidad- La diferencia de edades no es ningún impedimento para que no seas mi apreciada amiga, te lo prometo-

- ¿Lo dices enserio? -

- Muy pero muy enserio, como mi nombre es Tomioka Giyuu-

La alegría aumento en la niña ojiazul, por lo que sin que el niño se lo esperara, la pequeña Kagome salto sobre este, cayendo ambos al suelo, para después estos rieran por lo sucedido.

- ¡Niños! Es hora de volver a casa-

Ambos se colocaron de pie y tras tomarse de las manos empezaron a dirigirse hacia donde estaban sus familiares.

QUINCE AÑOS DESPUES*********

Por una de las calles de Tokio se podía ver a un par de adolescentes correr como si su vida dependiera de ello, aunque para ellos literalmente lo era, ya que iban tarde al colegio.

- ¡Vamos Tanjiro! O llegaremos tarde-

- Eso es lo que trato hermana, pero se me dificulta un poco seguirte el ritmo-

- Solo un poco más, ya nos falta dos cuadras para llegar-

Eso motivo un poco al joven peliburdeo para que así estuviera a la par con su hermana; ambos vieron con alegría la entrada de la institución aún abierta, sin más aumentaron más la velocidad para llegar ahí.

Pero repentinamente entraron en pánico al ver al guardia empezar a cerrar la reja, por lo que Kagome opto por llamar la atención del adulto.

- Espere un momento Urokodaki-san-

Al parecer su plan había dado resultado, ya que el mayor dirigió su mirada a ella y por ende dejo de hacer lo que estaba haciendo, sin más ambos hermanos pasaron a un lado de él, no sin antes recibir un agradecimiento de la chica.

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- ¿Kagome aún no ha llegado? - Pregunto un chico de cabellera clara.

- Aun no Sabito- Le respondió una chica de oscura cabellera.

- Eso es muy raro, ella nunca a fal...- No termino su comentario cuando vio a la susodicha chica llegando casi corriendo al aula- Oh mira Makomo, ahí viene-

Ambos chicos esperaron a que la azabache llegara a donde se encontraban ellos en sus butacas y haci pedirle una explicación de su extraña tardanza.

- Buenos días chico- Saludo la ojiazul con la respiración entrecortada por el maratón que tuvo que realizar y sentándose de forma pesada en su banca, la cual estaba a un lado de Sabito.

- ¿Buenos días? Dirás buenas tardes Kagome- Respondió Makomo de manera burlesca- Ya estábamos a punto de marcarte a tu móvil, nos tenías preocupados-

- Lo siento mucho chicos, es que me quede platicando con Tanjiro hasta tarde y para variar ambos olvidamos activar nuestras alarmas y bueno, el resto ya se pueden dar una idea- Rio un poco tras decir esto

- Cierto, había olvidado que tu hermano ingresaba este año a preparatoria- Comento Sabito- Lo bueno es que lograron llegar justo a tiempo, no se esperaba menos de la chica con la mejor condición de la escuela, no por nada destacas mucho en Educación Física, lo lamento por el pobre Tanjiro, le debió costar mucho seguirte el ritmo-

- No exageres Sabito- Respondió un poco sonrojada por el halago de su amigo- Tendré que pedirle una disculpa más tarde, lo forcé a algo a lo que casi no está acostumbrado-

- Hablando de Educación Física, ¿Sabían que Saburo-sensei ya se jubiló? -

- ¿Enserio? A decir verdad, ya se había tardado-

- No seas así Sabito, Saburo-sensei era bueno en su clase- Defendió Kagome.

- Eso es desde tu punto de vista, si le preguntas al resto veras que pensaran lo mismo que yo-

- Contigo en verdad no se puede- Expreso la azabache mientras negaba levemente con una sonrisa en su rostro- Por cierto, Makomo, ¿Cómo es que te enteraste de eso? -

- Un mago nunca revela sus secretos-

- Eres muy mala- Expreso la ojiazul con un pequeño puchero – Entonces, la maga sería tan amable decirme si sabe algo del maestro que tomara el lugar de Saburo-sensei-

- Lo único que sé es que el nuevo maestro esta recién graduado de la Universidad, así que tal vez sea más joven que Saburo sensei-

- Pues debe de ser alguien muy seguro de sí mismo, no cualquier recién egresado se atrevería a dar clases en una preparatoria-

- Totalmente de cuerdo contigo Kagome- La apoyo el de cabellera clara, mientras Makomo asentia la cabeza estando de acuerdo con ambos.

Su plática tuvo que ser pospuesta, ya que el maestro de historia Rengoku Kyojuro entraba a su salón de clases.

- Buenos días muchachos, sean bienvenidos a un nuevo ciclo escolar y el último año para culminar la preparatoria, así que den su mejor esfuerzo, cualquier duda o problema no duden en hacérmela saber, este año seré su tutor- Hablo con su típico y alegre ánimo.

Fue ahí que Kagome quiso aprovechar lo dicho por su tutor, por lo que alzo la mano para que le permitiera hablar.

- Adelante Kamado, puedes hablar-

- Gracias Rengoku-sensei, ¿Saburo-sensei aun impartirá clases? – Preguntó fingiendo no saber nada sobre ese asunto.

- Lamento decirte que no, el ciclo pasado era su último año, ya se jubiló-

- Otra pregunta Rengoku-sensei- El docente asintió- ¿Ya hay alguien que lo supla? -

- Si Kamado, de hecho, hoy tendrán el honor de conocerlo, así que mi chica no seas ansiosa- El aula se llenó de risas, haciendo que la azabache se sonrojara de pena- Si no hay algo más de lo que quieran hablar, demos inicio con la clase-

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- Ya casi se termina la jornada escolar, estoy ansioso por llegar a casa y dormir el resto de la tarde, estoy muy agotado-

- Eres un perezoso Sabito, aún no han iniciado formalmente las clases y ya te cansaste- Lo ataco la pelinegra de ojos aqua.

- Makomo tiene razón, eres un perezoso-

- Oh chicas, vamos, después de la última clase estarán de acuerdo- Por un momento se quedó callado- O mejor dicho Makomo es la que estará de acuerdo- Ambas chicas solo negaron con la cabeza.

A lo que se refería el chico de cabello durazno era a nada menos que a la clase de Educación Física, ya que al parecer esa clase les fue asignada como la última del día.

- Vamos Sabito, solo estas poniendo excusas, sabes muy bien que hoy el profesor solo se presentará ante el grupo, el "infierno" como tú lo llamas dará inicio el miércoles-

- Kagome tiene razón, no sirve de nada que te hagas la víctima- Agrego Makomo.

-Bien, les sedo el punto a su favor- Ambas chicas sonrieron- Pero eso no quita que la materia favorita de Kagome, alias "El Infierno" cobre a sus primeras víctimas- Hizo un gesto tan dramático al decir esto que provoco que sus amigas rieran.

- Contigo de verdad no se puede Sabito- Expreso la azabache.

- Cada vez te pareces más a Uzui-sensei por el drama que estas formando- Agrego la ojiaqua.

- ¡Oigan!, no me degraden hasta ese punto, yo ni por asomo que parezco a él- Se defendió o más bien trato el chico.

- Claro, como no- Corearon las féminas.

El trio de amigos estuvieron platicando por unos minutos más hasta que oyeron la puerta del aula abrirse, dando a entender que el nuevo profesor había llegado, por lo que inmediatamente se fueron a sus asientos, ya que estos se encontraban platicando en la parte de atrás del salón.

En el preciso momento que el docente entraba empezaron los leves susurros por parte de los chicos y a las chicas suspirar sin ni siquiera disimularlo, ¿La razón? Pues la apariencia del educador era atractiva.

La única que no se percataba de eso era la ojiazul, la cual le estaba enviando un mensaje a su hermano para que se fueran juntos a casa.

- Muy buenas tardes jóvenes, durante todo este ciclo seré el encargado de impartir la materia de Educación Física- La profunda voz del mayor provoco que los suspiros femeninos aumentaran más- Antes de presentarme ante ustedes, quiero dejar en claro unos puntos: uno; tendrán tolerancia de diez minutos para cambiarse el uniforme y estar listos en las canchas y dos; no se les pasaran por alto algún desacato a las reglas del instituto-

- Vaya, su actitud se parece un poco a la de Saburo-sensei- Pensó divertida Kagome, la cual aún no levantaba la mirara por aun estar texteando con su hermano – Aunque su voz me suena levemente conocida- Frunció levemente el ceño tras pensar eso.

- La dirección no me a proporcionado aun una lista oficial de ustedes, por lo que se presentaran un por uno para conocerlos un poco-

Y así fue como uno a uno se presentaba en el salón, en ese momento Sabito se estaba presentando, cuando ya casi era el turno de la azabache (la cual aún estaba enfrascada en la conversación con Tanjiro) tuvo que ser movida por Makomo para que no le llamaran la atención, la chica le agradeció a su amiga con una pequeña sonrisa.

- Eso sería todo sensei-

- Bien joven Kisaku, puede tomar asiento- El docente recibió un agradecimiento del joven- La siguiente-

Kagome se levantó de su asiento para presentarse con una pequeña sonrisa en su rosto, pero en el momento en el que miraba al frente esta se borró por completo, apareciendo en su lugar una mueca de asombro, ya que frente a ella estaba la persona que la había lastimado hace años, el cual al parecer no la había reconocido ya que la miraba algo extrañado por su actitud.

- ¿Sucede algo malo señorita? - Vio a la chica negar con la cabeza- Entonces inicie con su presentación si es tan amable-

- Yo...Yo soy...- Carraspeo un poco para mitigar la leve molestia de su garganta- Soy la mayor de tres hermanos, en mis ratos libres ayudo en el negocio de la familia- Soltó un pequeño suspiro, el cual solo fue notado por sus amigos- Mi nombre es Kamado Kagome, un gusto sensei-

Ahora fue el turno del mayor de asombrarse, aunque no se le notaba mucho lo estaba, ni en sus más locos sueños pensó en encontrar a la niña (ya crecida) de ojos azules.

- Gracias Kamado, puedes tomar asiento- Hablo tratando de volver a su tono serio.

Sin necesidad de que le volvieran a repetir, Kagome inmediatamente realizo lo pedido, tanto Sabito como Makomo estaba un poco preocupados por ella, ya que esta apretaba los puños con mucha fuerza, como si estuviera conteniendose de algo; siendo ajeno a la actitud de la Kamado, el docente continuo las presentaciones de forma tranquila.

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Tomioka ya llevaba cerca de dos meses trabajando en esa preparatoria, logro adaptarse muy bien al alumnado y a los horarios, en si todo marchaba bien, excepto por una cosa, Kagome. Ella lo trataba de una forma muy diferente que a los demás docentes, con ellos siempre sonreía cuando conversaban, pero cuando lo hacía con él (Que eran muy escasas) lo trataba de manera seria, había tratado varias veces el hablar a solas con ella, pero siempre había algo que se lo impedía.

Algunas veces era el hermano de ella, otras por algunos maestros, en ocasiones era la misma ojiazul que pasaba de largo alegándole que si no era nada de su clase no tenía nada de qué hablar; pero el mayor obstáculo tenia nombre y apellido, Kisaku Sabito, ese chico casi siempre estaba con ella o aparecía en el momento menos oportuno tal cual como perro guardián.

En este momento justamente se encontraba impartiendo clase al grupo de la azabache, debía admitir que se había sorprendido mucho la primera vez que la vio hacer la ronda de ejercicios sin problema alguno, mientras algunos ya resentían el cansancio a la mitad de la rutina, Kagome se encontraba fresca como una lechuga. En fin, miro hacia la cancha para ver que estos hicieran los ejercicios que había solicitado, pero fue entonces que de manera involuntaria tenso su mandíbula ante la escena frente a él.

Kagome se encontraba ayudando a Sabito a lograr estirarse lo más que podía al suelo, eso no hubiera sido un inconveniente de no ser porque cada vez que la chica ayudaba a su amigo a hacer ese ejercicio, terminaba apoyando su pecho en la espalda del muchacho, y para variar, cada vez que la chica se inclinaba no había chico en ese grupo que se detuviera un momento para admirarla.

Giyuu estaba pensando la forma de castigarlos sin que se viera tan obvio el motivo, se acercó un poco a la cancha cuando sin querer empezó a escuchar la conversación de Kagome y Sabito.

- Vamos Kagome, me debes esta salida, así que no tienes derecho a negarte-

- Pero Sabito, sabes que tengo que llegar a la panadería a ayudar a mi madre-

- No creo que a tu mamá le importe que llegues un poco tarde por un día, además hay que aprovechar que Makomo no vino hoy a clases, así que vamos, no te vas a arrepentir, estoy cien por ciento seguro de que te encantara-

- ¿Acaso es una propuesta de cita? - Pregunto Kagome fingiendo un tono coqueto.

- ¿Quieres que lo sea? – Respondió el de cabellos claros con una pregunta- Por mí no hay ningún inconveniente, señorita Kagome- Invito el mismo tono coqueto al decir eso.

Kagome rio al ver que su amigo le estaba siguiendo el juego, estaba apunto de responderle cuando fue interrumpida por otra persona.

- Kisaku, Kamado, dejen las pláticas para la hora de la salida y terminen los ejercicios-

- Sí Tomioka-sensei- Respondieron ambos chicos, pero en distintos tonos, uno fue con algo de pena y el otro con un dejo de molestia.

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Las clases había llegado a su fin, por lo que Tomioka se dirigía a la sala de maestros para dejar las listas del día y recoger sus cosas para irse a casa.

Cuando llego a dicho lugar solo encontró a los maestros de Biología y Matemáticas, dándole a entender que los demás docentes ya se habían retirado.

Saludo con un gesto de su mano mientras se dirigía a su cubículo y empezar a ordenar sus cosas, escuchando la conversación de los dos maestros, que al principio no le dio importancia alguna.

- Tal parece que una nueva parejita se formara en el instituto- Exclamo con entusiasmo la docente de Biología.

- ¿Por qué lo dices Kanae? – Pregunto curioso el docente de Matemáticas.

- Veras Sanemi-kun, cuando me dirigía hacia acá puede ver a Kamado-chan y a Kisaku-kun irse juntos- A la sola mención de la ojiazul, Giyuu centro más su oído sin dejar de ordenar sus pertenencias.

- Eso no es ninguna novedad, hasta donde yo sé ellos han sido amigos desde la secundaria y obviamente siempre se van juntos-

- Pero hoy es diferente, Kisaku-kun le ofreció el brazo a Kamado-chan y esta con una gran sonrisa acepto su ofrecimiento- Vio cómo su compañero estaba apunto de hablar y prediciendo lo que tal vez este quería decir lo interrumpió- Hubieras visto, parecía una escena de novela romántica, ambos con grandes sonrisas y la mejillas sonrojadas- La expresión soñadora de la fémina hizo sonreír a Shinazugawa, siendo ajenos a los celos que se formaban en Tomioka tras ese comentario.

- Por lo que dices, tal parece que ese chico se le va a declarar a Kamado-

- ¡Yo también pensaba lo mismo Sanemi-kun! – Expreso la fémina con emoción, estaba apunto de hablar cuando ella y su compañero sintieron una ráfaga de aire pasar junto a ellos y una mata de cabello negro salir de la sala.

- Parece ser que tu plan resulto Kanae, tardo un poco en reaccionar, pero al final de cuentas lo hizo- Vio a la mencionada dibujar una gran sonrisa en su rostro- Aunque aun no entiendo por qué lo hiciste-

- Digamos que quise hacer mi buena acción del día, ambos tienen algo que arreglar-

Shinazugawa la vio un poco confundido mientras ella soltaba una pequeña risa; la pelinegra conocía la historia que esos dos tenían desde niños por la misma boca de la azabache. Un día la vio con una mirada triste y nostalgia, por lo que quiso ayudarla, no sabía si era por su estado de ánimo o por la confianza que ella inspiraba a todo mundo, pero la ojiazul le conto su historia. Al principio un coraje apareció en ella al escuchar lo que el pelinegro le hizo a la pobre chica, pero trato de estar lo más tranquila posible, ya que a pesar de eso podía notar en la voz de la menor el cariño que aún le tenía al ojiazul.

Por lo que le pidió de favor al peliblanco (Sin contarle la razón) la ayudara a tratar hacer que el pelinegro fuera tras Kagome.

- ¿Me vas a decir porque quisiste hacer esto? -

- Lo siento Sanemi-kun, pero no puedo, la confianza entre chicas es sagrado-

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Tanto Kagome y Sabito estaban disfrutando de sus helados mientras caminaban por un parque que se encontraba de camino a sus casas, platicaban de cosas triviales, cuando la azabache se detuvo de repente al escuchar algo que la dejo sorprendida.

- ¿Lo estás diciendo enserio Sabito? – Cuestiono Kagome con una gran sonrisa en sus labios.

- Muy enserio, como mi nombre es Kisaku Sabito- Ese comentario sin querer hizo que el semblante de la ojiazul cambiara un poco al recordar un escenario algo similar, pero se repuso de inmediato al no querer preocupar a su amigo.

- Ya te habías tardado tonto- Tras decir eso la ojiazul le dio un pequeño golpe en la cabeza – Y cuando piensas decírselo-

- Bueno... esperaba hacerlo el viernes al final de las clases, pero...- Kagome pudo notar como su amigo se ponía un poco nervioso- Es que no sé cómo decírselo, temo que los nervios me traicionen y termine diciendo alguna tontería-

Kagome estaba analizando la situación, debía admitir que el chico es un completo desastre cuando se pone nervioso, y declarársele a la persona que te gusta no era un juego, fue entonces que se le ocurrió una idea. Tomo de la muñeca a Sabito y lo arrastro a un lugar que podría ser de ayuda para él, mientras este no entendía ni un poco lo que su amiga quería hacer.

Después de algunos minutos de carrera la ojiazul empezó a bajar la velocidad hasta que se encontraban frente a un árbol de cerezo, el cual por una extraña razón siempre estaba en flor sin importar la temporada del año.

- ¿Que estamos haciendo aquí Kagome? -

- Vamos a ensayar tu declaración- Vio a su amigo alzar una ceja como indicio de que no entendía nada- Te voy a ayudar con ese pequeño problema de los nervios, tu imaginaras que soy Makomo y trataras de declararte-

- ¿Crees que eso funcione? -

- Por supuesto, yo te diré que cosas tienes que corregir y también te brindare consejos para que tus nervios no te traicionen-

- ¡Eres lo máximo! - Le agradeció el chico mientras la abrazaba – Eres la mejor-

- No exageres – La chica rio tras decir eso- Menos charla y más acción-

Estuvieron por lo que parecía una hora buscando las palabras adecuadas y el modo en que el chico lo haría, el lugar definidamente ambos pensaron que fuera en donde encontraban ahora, al tener todo listo optaron que ya era momento de ponerlo en práctica.

En los primeros dos intentos no salió tal cual quería Sabito, pero por lo menos ya controlaba mucho mejor sus nervios, por lo que ahora estaba en su tercer intento.

- Hemos sido amigos desde hace años, hace un tiempo he querido decirte esto, pero no sabía cómo hacerlo y además de que tenía miedo de tu respuesta; sé que soy un desastre a veces, sin embargo cuando estas a mi lado me siento como si no hubiera defecto alguno en mí- Kagome se encontraba muy emocionada al ver que su amigo al fin hablaba sin titubeos- El motivo por el que te traje aquí es para decirte que me gustas y hacerte la siguiente pregunta- La emoción era tal que la ojiazul llevo una mano a su boca- ¿Quisieras ser mi novia? –

Cuando la azabache iba a disimular la respuesta de su amiga, sintió como repentinamente era alzada y colocada sobre el hombro de alguien, empezando a alejarse de Sabito, el cual estaba un poco en shock por la escena que presencio.

- ¿Acaso ese no era Tomioka-sensei? – Cuestiono a la nada mientras veía a dicha persona marcharse con su amiga.

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- ¡BAJEME DE UNA MALDITA VEZ! ¡MALDITO IDIOTA! -

Esas eran las exclamaciones que Kagome dirigía a su secuestrador, el cual la llevaba a un lugar del parque que ella desconocía, peleo por librarse de su agarre golpeando su espalda con los puños, aunque oía los quejidos de dolor del hombre este no la soltaba, por lo que se propuso a llevar en práctica un movimiento que su maestro de matemáticas le había enseñado en caso de una situación así.

Fingió perder el conocimiento haciendo que su captor aflojara el agarre, momento que la ojiazul aprovecho para propinarle un fuerte rodillazo en el abdomen y lograr al fin salir de las garras del tipo.

- No sabía que podía golpear de esa forma, Kagome- Expreso "el secuestrador" con un poco de dificultad.

Kagome estaba a punto de irse cuando escucho esa voz muy familiar provoco que esta se quedara inmóvil por la sorpresa.

- ¿Tomioka-sensei? -

- No estamos en la escuela Kagome, no hay necesidad que me llames así- Respondió el susodicho ya un poco respuesta de la agresión de la azabache.

- Yo lo llamo como se me antoje- Hablo molesta, con el ceño fruncido y los brazos cruzados- ¿Se puede saber porque me alejo de Sabito? – Vio al mayor hacer una pequeña mueca de enojo, pero no le dio la mayor importancia.

- Para evitar que dieras una respuesta precipitada-

- ¿De qué rayos me está hablando? - Se molestó más ante el silencio del pelinegro- ¿Sabe qué? olvídelo, en este momento regresare con él- Estaba apunto de darse la vuelta cuando el pelinegro al fin hablo.

- ¿Tanta la urgencia por volver con él? - Pregunto con molestia - ¿Tanto te urge decirle que sí? - Tras decir eso este apretó un poco la mandíbula.

Kagome analizo las últimas palabras del mayor, comprendiendo al fin de lo que estaban conversando, este había pensando que su amigo se le declaro, pero ella no pensaba sacarlo de su error.

- No es cosa que a usted le incumba, yo puedo estar con quien me de mi regalada gana-

- Eso ya lo he notado- Respondió con algo de burla- Ahora Kisaku tiene el privilegio de verte sonreír con sinceridad, privilegio que anteriormente por derecho era mío- Su actitud seria en este punto lo había mandado a freír espárragos- ¿Sabes lo que más coraje me da? Es ver como a los demás maestros les sonríes de manera sincera y a mi apenas me diriges la mirada-

- Tú no eres nadie para reclamarme- Replico dejando la formalidad a un lado- Tú y nadie más que tú fuiste el principal causante de mi actual actitud- Una cuantas lagrimas empezaban a salir sin que ella lo notara- ¿Qué esperabas? ¿Qué te abrazara al volverte a ver? ¿Realmente esperabas eso después de lo que me hiciste hace cinco años? ¿Crees que no me afecto? Yo te quería mucho, pero al parecer eso ni siquiera te importo – Soltó esta vez sin contener su llanto, mientras el pelinegro solo agachaba la cabeza, ambos recordando aquel horrible suceso.

FLASHBACK******************

Kagome se dirigía a casa de Giyuu para ir a dejarle un regalo antes de que se fuera a la Universidad, debido que la carrera que quería se encontraba en una institución fuera de la Región, no tenía de otra que mudarse.

Pero había algo que le extrañaba un poco a la ojiazul, de un tiempo para acá su amigo la trataba de manera seria y por así decirlo un poco cortante, pero prefirió no indagar más en el asunto culpando a la mudanza por ello.

Desde hace un año la azabache había estado ahorrando parte de la mesada que le daban su mamá para lograr comprarle algo al ojiazul y que no se olvidara de ella.

Ya le faltaba poco para llegar a su destino, cuando vio a la hermana mayor de su amigo a punto de subir a su auto, por lo que acelero un poco su paso logrando alcanzarla.

- Muy buenas tarde Tsutako-san-

- Oh, es un gusto verte Kagome, ¿Que te trae por aquí? -

- Venia a ver a Giyuu ¿Se encuentra en casa? -

- Claro que si, en este momento está empezando a empacar sus cosas-

- Gracias por el dato, espero verla después- Se despidió de la mayor dirigiéndose a tocar la puerta, solo bastaron tres golpes para que el pelinegro de ojos azules saliera a recibirla.

- ¿Qué haces aquí? Estoy bastante ocupado-

- Buenas tardes Giyuu- Contesto la chica sin perder el ánimo- Quería venir a verte antes de que te mudaras-

- Bien ya me viste- Eso empezó a desanimar a la menor- Ya puedes irte-

- Si gustas puedo ayudarte en algo-

- No hay necesidad, me atrasaría más si una niña como tu mete mano en mis cosas-

- ¿Sucede algo Giyuu? ¿Porque me tratas así? –

- No me pasa absolutamente nada- Respondió el joven de manera tosca, pero la insistencia de la niña colmo su paciencia- ¡Ya me aburrí de estar con una niña que no tiene ningún sentido de la responsabilidad! ¡Necesito estar con chicos de mi edad y dejar de ser tu niñera! Querías oírlo no, ahí está tu respuesta-

Esas palabras y la forma en que fueron dichas provocaron que el corazón de la ojiazul se rompiera, nunca pensó que Giyuu pensara eso de ella, rompiendo la promesa que este la había hecho cuando eran más pequeños.

Pero hizo un gran esfuerzo para que este no notara el efecto que sus palabras lograron provocarle, haciéndole frente al mayor.

- De acuerdo, eres libre de pensar lo que quieras- Su tono de voz había adquirido seriedad- Parece ser que fue una pérdida de tiempo venir hasta aquí- Se giró para emprender marcha a su casa, en donde podría desahogarse sin que nadie la viera.

El chico vio como la azabache se iba sin tan siquiera verlo, noto como ella se detenía un momento para tirar algo al suelo, para segundos después reanudar su marcha. Giyuu estuvo parado por un par de minutos hasta que se decidió averiguar que era el dichoso objeto. Sus ojos se abrieron al notar que se trataba de una pequeña cajita con un moño azul, la levanto del piso para abrirla y sorprenderse más al ver su contenido; era una delgada cadena de plata con una pequeña piedra azul en forma de gota de agua, la sacó de la caja para apreciarla mejor y notar en el reverso de la piedra un grabado, el cual decía "QUE TUS METAS SIEMPRE SE CUMPLAN SIN IMPORTAR LOS OBSTACULOS". Fue en ese momento que el arrepentimiento empezó a nacer en el ojiazul y esta creció mas al leer la pequeña nota que estaba dentro de la caja.

"Espero que el regalo te haya gustado, al verlo me dije a mi misma que te quedaría muy bien a ti, es algo para que siempre me tengas cerca de ti, siempre contaras con todo mi apoyo en las metas que te propongas, sé que lo lograras mi apreciado y querido amigo. Con mucho cariño, Kagome."

- Pero que es lo que he hecho, soy un completo imbécil- Se insultaba mientras gruesas lagrimas salían de sus ojos, lagrimas del más puro y sincero arrepentimiento por lastimar de esa forma a la persona por la cual empezaba a sentir algo más que amistad.

FIN DEL FLASHBACK***********

- Eso es mentira- Susurro el pelinegro- A mi realmente me importabas, error, me sigues importando y mucho- Escucho como la ojiazul reía de forma sarcástica- Entiendo perfectamente el daño que te había ocasionado, por eso fui al día siguiente a tu casa para emendar mi error, solo para encontrarme con la cruel noticia que te habías ido a visitar a un familiar el día anterior y regresabas al finalizar las vacaciones-

- Si tanto querías emendar lo que hiciste ¿Por qué no fuiste de inmediato a buscarme? -

- Tenia toda la intención de hacerlo- La chica bufó al escuchar eso- Pero primero tenía que poner en orden mi cabeza, ya que tenía un fuerte conflicto entre lo moral y lo emotivo-

- ¿Un conflicto entre lo oral y lo emotivo? -

-Así es y creo que es el momento adecuado para que lo sepas- Carraspeo un poco para tratar de aclarar la garganta para continuar- No sé exactamente cuando sucedió eso, pero cuando me di cuenta yo ya sentía algo más que amistad por ti- La ojiazul jadeo ante tal revelación- Pero trate de negármelo, no quería que tuvieras problemas por mi culpa, por eso es que empecé a tratarte diferente-

- ¿Estas mintiendo verdad? Pero qué cosas digo, claro que estas mintiendo-

- Lo que digo es más que la pura verdad-

Giyuu noto aun la negativa de la azabache, por lo que, con un pequeño suspiro bajo un poco el cierre de su sudadera, dejando a la vista algo que dejo muy asombrada a Kagome.

- Lo he estado usando desde que lo encontré, eso era lo único que tenia de ti, ya que por más que traté de buscarte en vacaciones año con año nunca te encontraba- Sonrió con nostalgia- Lo creas o no mis sentimientos por ti siguen intactos, no sabes lo realmente feliz que me puse al encontrarte, y aunque fue pura casualidad me alegro mucho de que fuera así, pero lo único que no me agradaba es la cercanía que tenía Kisaku contigo, sé que no era correcto tener sentimientos negativos hacia un estudiante, pero no podía evitarlo, tenía mucho miedo de que él te llegara a gustar- Rio con el sentimiento de ironía y tristeza en el- Pero al parecer ya te confeso sus sentimientos, algo que por miedo y cobardía a lo que los demás pensaran no pude hacer- Sin más se derrumbó, cayendo al suelo de rodillas y soltando algunos sollozos.

A Kagome le partía el alma al ver a Giyuu en ese estado, a pesar de todo ella aun lo quería y los sentimientos que el pelinegro empezaba a sentir ella los había manifestado mucho antes, solo que por su joven edad y falta de experiencia no lo había notado, no fue sino hasta ese suceso que al fin lo entendió.

- Sabes, yo trate con todas mis fuerzas odiarte y olvidar o al menos cerrar en mi corazón todos los momentos que habíamos vivido- La chica noto como los sollozos eran más fuertes- Créeme que lo intente y creí haberlo logrado, pero todo se fue a la borda cuando te volví a ver- El mayor levanto la mirada solo para encontrar el rostro de la azabache con una pequeña sonrisa y algunas lágrimas deslizándose por sus mejillas- Yo también sentía algo más por ti, ese mismo día te lo iba a confesar- Ese comentario hizo que el ojiazul abriera los ojos por dicha confesión- Pero entonces paso "eso" y bueno...es por eso es que nos encontramos en esta situación-

El lugar fue rodeado por un inmenso silencio, el cual sirvió para que ambos jóvenes se pudieran tranquilizar, después de algunos minutos fue roto por la azabache, quien tomo la mano del mayor, sorprendiéndolo nuevamente.

- Me odio a mi mismas, ¿Quieres saber la razón? - Lo vio asentir- Porque por más que trate de odiarte más crecía mi amor por ti- Finalizo mostrándole por primera vez en esos dos meses una sonrisa sincera.

Sin poder contener la emoción, Giyuu abrazo a Kagome de manera efusiva, disfrutando nuevamente de la calidez que solo ella era capaz de brindarle, fue entonces que recordó algo, separándose muy a su pesar de la azabache.

- ¿Qué va a suceder con Kisaku? – Esa pregunta confundió un poco a la chica- Él se te declaro y no quiero hacer que alguien más sufra por mi causa-

- Ah, él se refiere a eso- Pensó con gracia – Lo único que puedo decirte es que él en absoluto no se verá afectado, ya que Sabito gusta de otra chica-

- Pero si yo vio cuando...- No pudo continuar hablando, ya que Kagome había colocado un dedo sobre sus labios.

- Solo practicaba conmigo- Hablo un poco risueña- Para ser más precisos yo fui quien tuvo la idea de ayudarlo, ya que cuando se pone nervioso suele cometer tontería y media-

- Si eso es cierto ¿Por qué se te notaba muy emocionada? – Expreso el ojiazul con el ceño levemente fruncido.

- Una porque estaba feliz de que al fin pudiera expresarse sin errores y la otra porque quise darle realismo al asunto-

Bien, eso en parte era un gran alivio para Giyuu, pero por el otro había actuado como un completo tonto al pensar que no tendría oportunidad de acercarse a Kagome; tan sumido estaba en sus pensamientos que no noto el momento en que la ojiazul se había acercado a su rostro y darle un suave y tierno beso en los labios. Cuando este quiso reaccionar la azabache ya se había alejado de él al mismo tiempo que se ponía de pie.

- Toma ese beso como un incentivo, ya que tendrás mucho trabajo por delante si realmente quieres ganar nuevamente mi confianza y quien sabe, tal vez tener una relación de pareja-

Sin más que decir, Kagome emprendió marcha hacia el cerezo donde esperaba que Sabito aun la esperara, ya que sus pertenencias se habían quedado ahí.

Mientras tanto, Giyuu solo observaba a la chica de la que se enamoró hace cinco años, la chica que siempre estuvo a su lado en las buenas y malas y lo más importante, la chica que le acaba de brindar una segunda oportunidad para recuperar su confianza en él.

- A partir de este día hare las cosas bien, no volveré a cometer el mismo error- Una sonrisa se dibujó en su rostro al tocar su dije con cariño- Hare hasta lo imposible, ya que ella ahora es mi nueva meta-

Se colocó de pie para así el también retirarse a su casa, pero a diferencia de otros días, llegaría con renovados ánimos.

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Espero que este One-Shot sea de su agrado, me surgió la idea mientras avanzaba con el capítulo de UNA LUZ EN LA OSCURIDAD y quise escribirla antes de que la idea se fuera.

Ahora bien, aclarare algunos puntos que tal vez hayan surgido durante el desarrollo de esta historia:

* Kagome fue adoptada por la familia Kamado desde que era apenas una bebé 👶.

* Tanjuro Kamado falleció cuando nuestra azabache tenía solamente diez años 👧.

* Aquí Kagome solo tiene de hermanos a Tanjiro y a Nezuko (A quienes se lleva por dos y cuatro años respectivamente).

*Como bien sabemos, Sabito y Makomo no tienen apellidos, pero decido por lo menos ponerle uno a nuestro chico (Kisaku, traducción literal de Sociable), ya que era una parte importante de la historia.

* Al principio pensaba hacer que Kagome le arrojara la cajita a Giyuu en la cara, pero preferí cambiarlo para darle un poco más de seriedad a esa escena 🤭.

Espero que con esto haya podido aclarar algunas de sus dudas, nos vemos en el siguiente capítulo de mi otra historia.

Les mando un fuerte abrazo.

Les deseo que tengan una linda mañana 🌄/tarde ☀️/noche 🌙.

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