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◍Diseño 8◍


Jimin y Namjoon se apresuraron en recoger las Glicinias que fueron regadas por la fuerte ventisca, no querían perderlas pues sentían que necesitaban de su protección.

A los pocos minutos de haber logrado reunirlas, voltearon en todas direcciones percatándose que su joven amo no estaba con ellos.

—Maldita sea, ¡sólo nos distrajimos un momento!— Namjoon gruñó frustrado, volviendo sobre sus pasos en busca de Seokjin.

—¡Joven amo!— Jimin comenzó a llamarlo, estaba igual o más preocupado que su novio. Aún se sentía susceptible por el intento de suicidio que tuvo que presenciar la noche anterior.

—No pudo irse muy lejos— Namjoon murmuró para sí mismo.

—Espera— Jimin lo detuvo, pues su novio estuvo a punto de echarse a correr aún más lejos.

—¿Qué sucede? No podemos dejarlo solo, tenemos que…

—Lo sé— Jimin lo calló con un dedo en sus labios —pero… ¿No te parece extraño? Estábamos en una calle bastante estrecha, en cambio ahora— señaló todo alrededor con un gesto de cabeza —, hay muchas calles y árboles. Antes no había ninguno.

Namjoon pareció recién captar la diferencia, antes de que Jimin le avisara, todo se veía igual para él.

—No entiendo, ¿cómo llegamos a este lugar?— Namjoon también se apegó más a su tembloroso novio.

—¿Estaremos soñando? Porque no recuerdo ninguna calle como esta, con tantos pinos y conexiones a otras calles— el miedo en Jimin crecía cada vez más.

—No tengo idea, mejor juntemos todas las flores. Si es que algo malo nos está acechando, necesitamos más Glicinias y mejor si están juntas— dijo Namjoon lo primero que se le ocurrió, no estaba seguro si eso era verdad, pero de algún modo quería calmar a su pequeño miedoso.

—Joonie, tengo mucho miedo ¿Y si le pasó algo al joven amo? No quiero, no…—

—Tranquilo mi amor, verás que no pasará nada malo. ¿Acaso no recuerdas que le pusiste muchas Glicinias al abrigo del amo Seokjin?— interrumpió a Jimin que estaba a punto de llorar.

El contrario respondió con un leve asentimiento de cabeza, luchando por no estallar en llanto como un bebé.

—Muy bien, eso es— abrazó más fuerte al menor— vamos a encontrarlo, no lo dudes.

—Y si… ¿Si no lo encontramos?— Jimin miraba con ojos vidriosos a su novio, que lo tenía fuertemente abrazado por la cintura.

—No debemos pensar en negativo, vamos a calm…— en ese momento Namjoon notó algo importante.

—Minnie… ¿estás realmente asustado? ¿Mucho, mucho, en demasía?— preguntó alejándose un poco de su novio.

—Obviamente lo estoy, ¿acaso no notas que estoy temblando? ¿Crees que miento?— respondió a la defensiva, inflando sus cachetes.

—No te enojes mi amor, sólo que, cuando estás realmente muy asustado tiendes a tartamudear— le hizo notar la diferencia.

—Aunque no me hace feliz, debo admitir que es verdad… ¡Oh!— hizo una expresión de asombro y señaló a Namjoon para luego señalarse a él.

—Mi voz no está trabándose, y en serio estoy que muero de miedo— continuó hablando al entender a dónde quería llegar su novio.

—Así es, por lo tanto tu primera teoría estaba en lo correcto. Al parecer estamos en un sueño o algo por el estilo— volvió a mirar todo con más detalle, a ver si encontraba alguna pista.

Jimin bajó la mirada a los canastos que sostenían, dándose cuenta que allí no estaban las Glicinias, eran sólo ramas secas.

—¡Joonie! ¡Mira, las Glicinias desaparecieron! — se exaltó Jimin, mostrando a Namjoon los trozos de ramas.

—¡¿Pero qué rayos!? Esto no puede pasar, definitivamente debemos estar soñando— Namjoon ahora sí que sentía mucho miedo, más no lo demostró porque Jimin estaba al borde del colapso de lo blanco que se puso por el susto.

—Un sueño… un sueño— repetía Namjoon, pensando en algo que le ayude a encontrar la solución.

Jimin miraba las ramas secas, deseando en el alma que las Glicinias de verdad no hayan desaparecido, porque se sentía muy vulnerable sin ellas.

Los minutos pasaban y la pareja estaba más desesperada, hasta que a Namjoon se le ocurrió al fin una idea.

—¡Ya se! Siempre decimos “pellízcame” cada que creemos seguir soñando— comenzó a explicar su plan a un atento y lloroso Jimin.

—No es por nada que lo decimos, el dolor físico te hace despertar porque tus nervios se activan a tal punto que no puedes seguir “descansando”— terminó de explicar la lógica tras la famosa frase.

—Entonces… ¿Debemos lastimarnos? — preguntó Jimin, temeroso por saber con cuánta fuerza debían hacerlo, porque no era fanático del dolor.

—Así es, lastimosamente debe ser algo fuerte o no despertaremos. Este no es un sueño normal.

Jimin asintió, aunque no le gustaba la idea, igual lo intentaría porque no quería que su joven amo esté solito ahí afuera.

Namjoon lo abrazó, le dio un tierno y fugaz beso, para calmar los nervios de ambos. Luego tomó una de esas ramas y la golpeó al piso, frotándola con fuerza logró sacarle filo.

—Vamos a cortar nuestras palmas con esto— tomó la palma de Jimin — perdóname amor— dijo en el momento en que rasgó la delicada piel de su novio y este chilló de dolor.

Enseguida desapareció frente a sus ojos, aliviado por el resultado, prosiguió a cortar su propia palma que le provocó un intenso dolor por la profundidad con la que lo hizo.

A los pocos segundos estaba luchando por enfocar su vista, la oscuridad de la noche no le favorecían mucho.

—Joonie, ¿estás bien?— escuchó la dulce voz de Jimin, un alivio invadió su corazón. Al parecer la loca idea había funcionado.

—Minnie, estoy bien, muy feliz de volver a verte— tomó la mano que su novio le ofrecía y se puso de pie, para después abrazarlo con todas sus fuerzas.

—También estoy feliz de que haya funcionado— respondió en el pecho de Namjoon, frotando su rostro, al fin sentía más seguridad y protección.

Se separaron lentamente, Namjoon limpió la lágrima traicionera que osaba con escapar de esos bellos ojos negros. Le dio un tierno beso en la frente y fueron a recoger las verdaderas Glicinias que estaban esparcidas en el suelo.

—¿Dónde buscamos al joven amo? No creo que se haya ido muy lejos— musitó Jimin al levantar el canasto que le pertenecía.

—No lo sé, pero mira— apuntó a una Glicinia en específico, la cual se había marchitado.

—Se nos acaba el tiempo— murmuró Namjoon al levantarse con su propio canasto lleno de Glicinias aún frescas.

—¡No! Si se nos mueren las flores antes de encontrar al joven amo… N-no q-quiero ni p-pensar lo q-que p-podrí…

—Tranquilo, tranquilo amor. Respira hondo, no pierdas la calma. Aún tenemos muchas flores, sólo debemos enfocarnos en encontrarlo a toda costa. ¿Está bien?— trató de calmar a un tartamudo Jimin que luchaba con controlar su agitada respiración.

—S-si— respondido sorbiendo la nariz.

Cerró los ojos, juntó sus manos y se puso a orar.

«Madre Luna, por favor ayúdanos a encontrar a Seojinnie. Sabes cuán importante es para mí, para nosotros. Lo amamos demasiado, no queremos perderlo. Lo necesitamos con nosotros, necesitamos de sus locos chistes, de su enérgica forma de resolver los problemas; de su manera tan peculiar en levantarnos el ánimo. Por eso y mucho más, ayúdanos a encontrarlo. Te lo suplico»

Jimin terminó de pedir a su diosa, levantó la mirada y vio que su novio también tenía las manos juntas y los ojos cerrados. Seguro también oraba por su joven amo.

En ese momento, Jimin vio una extraña luz a unos pasos de ellos. Cerca a una ramas extensas y secas de alguna enredadera que parecía haber invadido la vieja casita.

Se fue acercando, curioso por ver más de cerca esa luz que parecía moverse de un lado a otro. Namjoon terminó de pedir por su joven amo y se asombró al ver que sus flores comenzaron a brillar, quiso contarle a su novio. En cuanto levantó la mirada, vio su novio acercarse a una extraña luz. Tuvo miedo de que algo malo le pasara, por lo que corrió a toda velocidad.

En cuanto estuvo al lado de Jimin, esa curiosa luz azul y la luz tenue de las Glicinias se juntaron, provocando que se formara un tipo de portal.

Ambos se miraron dudosos y asombrados, sentían que debían ingresar en el. Se tomaron de las manos y con todo el valor que reunieron, ingresaron al portal que se formó en las afueras de esa vieja casa invadida por las enredaderas.

Las Glicinias en sus manos formaron una especie de túnel por dónde ellos caminaron asombrados del espacio en el que estaban.

Parecía una dimensión desconocida, no podían ver nada con una figura coherente, todo era un montón de colores distorsionados. Por donde caminaban no se notaba el suelo, de no ser por las Glicinias que los guiaban, estarían perdidos, desorientados y con serios problemas de profundidad.

De repente, al fondo de ese extraño túnel, pudieron ver una puerta algo antigua, con vidrios que permitían ver su interior. Ahí fue cuando Namjoon reconoció a su joven amo y sin dudarlo se puso a correr hacia él.

Jimin lo siguió como pudo, cargando ambos canastos de Glicinias que aún brillaban con intensidad.

En cuanto ingresó por esa extraña puerta, todo parecía ser normal nuevamente. Ante sus ojos estaba una tienda grande de lo que parecía ser una colección de antigüedades.

Vio a su novio ser llamado por el joven amo Seokjin, como no parecía estar en peligro, prefirió esperar a que Namjoon regresara con él. Por algún extraño motivo no tenía interés de pasar más al fondo, algo de ese lugar lo tenía inquieto.

Para su fortuna, poco tiempo después apareció Namjoon cargando algo grande, siendo seguido por un Seokjin diferente. Ahora podía ver esa emoción que antes rebosaban en esos ojos almendrados.

—Es una reliquia, un maniquí antiguo— escuchó de los labios de Seokjin.

Ese brillo en sus ojos lo encandilaron, sonrió aliviado de verlo mejor que antes. Aunque sintió algo oscuro tras su joven amo, pero decidió ignorarlo y salir de allí cuánto antes.

No supo en qué momento las Glicinias habían dejado de brillar, tampoco cómo fue que al volver a abrir esa puerta, no pasó nada parecido a como llegaron allí. Todo se veía normal como antes de que todo eso pase.

«¿Qué acaba de pasar? Aún no puedo creer todo lo que mis ojos han visto, ¿lo habré soñado?»

Se cuestionaba mientras seguía de cerca al par que hablaban amenamente delante suyo.

«No, siento que todo fue real. ¿Por qué tantas cosas extrañas te suceden Seokjinnie?»

Pensaba sintiéndose frustrado por la situación, aunque debía admitir que su joven amo se veía mucho mejor que antes.

«Lo bueno es que esa linda sonrisa ha vuelto a sus labios. Desde ahora prometo estar más atento, es mi momento de devolverte el cuidado que me diste desde pequeño»

Prometió en silencio, sonriendo mientras cerraban los ojos y lágrimas salían por ellos, rodando por esas mejillas frías.


—¡MIERDA Y MÁS MIERDA!— Un colérico Hoseok lanzaba torbellinos que destrozaron la tienda.

Estaba tan furioso por no poder hacer nada contra ese maldito humano que había hecho lo que le pegó en gana.

—¿Hermanito? Vaya creo que llegué en mal momento— comentó burlón al ver a su hermano menor furioso como hace mucho no lo veía.

—¡TÚ!— se acercó en menos de un segundo, con mirada amenazante—¡SABÍAS QUE ESE HUMANO ES ESPECIAL Y POR ESO ME DEJASTE TODO EL TRABAJO!— vociferó colérico cambiando a su forma esencial.

Ojos plateados, cabellera larga y blanca, labios tan negros como la túnica que ahora vestía.

—Woah, cálmate. Siente refieres a que ese humano es especialmente tonto. ¡Sí!  Porque es inocente, tiene el alma más pura y el corazón tan precioso. Por eso lo elegí y me encargué de que se viera aún más hermoso con grietas que tan profundas que después terminaron por romperlo— explicó con simpleza, encogiéndose de hombros.

Hoseok sentía que estallaría de la rabia, obviamente no se refería a eso. Pero las capacidades de su hermano eran menores a las suyas, así que cabía la posibilidad de que no supiera nada al respecto.

—¿Pasó algo?— preguntó curioso, aún usando ese burlesco tono de voz.

—El muy maldito no firmó mi contrato— gruñó sintiéndose un poco menos furioso al respecto.

—¡¿Qué?!— respondió verdaderamente sorprendido— que yo sepa eso nunca había pasado, con razón estás que no te soportas— soltó risitas al ver los ojos brillosos y amenazantes de su hermano.

—Ya no pudiste engañarlo y adueñarte de su alma— estalló en risas que a Hoseok lo volvían a llenar de cólera— ¡Momento! No me digas que no lograste obtener su corazón, porque sino…— cambió drásticamente su actitud a una igual de amenazante.

—¿Quién me crees? ¿Piensas que soy tan incompetente? No soy tú— se defendió alzando la mano —acá está su corazón, ¡disfrútalo estúpido!— hizo flotar la caja que Seokjin le había dado, lanzándolo al cuerpo del contrario.

—¡Ese es mi hermanito!— recibió la caja feliz, deleitándose con lo que veían sus ojos.

—Ahora entrégame el pago— sentenció serio.

Su hermano abrió su saco y de una de las botellitas de vidrio que había dentro, sacó ese trozo de alma.

—Acá está, cuídalo muy bien— se lo entregó, «que no te quedarás mucho tiempo con el» pensó malicioso. Decido a que lo recuperaría.

Hoseok lo tomó con cuidado y Mo guardó en una pluma blanca como la nieve con brillos plateados.

«Ahora debo ver cómo recuperarte Taehyung, y después, con ayuda de esto serás mío para siempre»


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Holas pixelitos de mi corazón!!💜
Al fin puedo traerles este nuevo capítulo 🤧

Disculpen la demora, mi trabajo comenzó y pues ahora tengo menos horas para dedicarle a la escritura.

Pero igual eso no me detiene! Jejeje

Espero les haya gustado, cuídense mucho, las amito 🥰
Bye 💜

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