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◍Diseño 6◍


La tarde había caído, el sol se despedía lentamente, dejando rayos de colores púrpuras, rosadas y naranjas. Parecía el perfecto final de un día muy tranquilo. Más en la mansión de Seokjin, pasaba todo lo contrario.

Todos estaban ajetreados recogiendo lo último de sus pertenencias, pues con ello darían fin al traslado y empezarían su nueva vida en la casita del bosque de Glicinias.

No podían llevar cosas en exceso, ya que contaban sólo con dos carrosas. Además de que no debían llamar la atención para que nadie se entere de su traslado. Aunque sabían que tarde o temprano la gente lo descubriría, pero hasta que ese día llegara, preferían estar en el anonimato y concentrarse en ayudar a su joven amo para que recupere su ánimo.

—¿Ya recogió todo lo que le interesa, amo Seokjin?— preguntó Namjoon al ingresar a la habitación de su joven amo, quien después de despertar había sido muy bien cuidado con las flores de Glicinias.

Logrando que Seokjin pudiera sentirse mejor, quien aunque no quiso mudarse de allí con ellos, alegando que había adquirido esa casa para la servidumbre y que dejaran de cargar con su existencia. Ellos le hicieron entender que no era así, que todos debían estar juntos y comenzar de nuevo.

Seokjin les agradeció que no lo dejaran solo pese a que él se portó muy mal y se puso a ayudar con la preparación de los equipajes.

Seokjin en sí no puso mucho de lo que tenía para que llevaran a la nueva casa, pues sentía que todo le recordaba a su amado Yoongi y su familia.

Namjoon le dio la idea de que en lugar de alistar lo que quiere llevar, que aliste aquello de lo que quiera deshacerse definitivamente. De ese modo, al descartarlo, él sentiría un peso menos de encima. Aunque fuese de manera simbólica.

Seokjin aceptó no muy convencido, aunque la idea de deshacerse de algún modo de ese sentimiento que lo atormentaba, terminó por convencerlo.

—Sí, Nam. Ya recogí todo lo que me interesa no volver a ver jamás— volteó en dirección de Namjoon, con un intento de sonrisa y la caja llena de objetos en sus manos.

—Muy bien hecho, joven amo— Namjoon le regaló una sonrisa de hoyuelos, orgulloso por el avance de su joven amo en dejar todo atrás.

—Entonces sígame, ya estamos listos— Namjoon quiso tomar la caja de las manos de Seokjin, pero este se lo impidió.

—No, yo lo llevaré. Debo deshacerme de esto yo mismo— dijo caminando hacia la salida.

Namjoon comprendió que era algo muy personal, por lo que prefirió no meterse con ello.

Llegaron a las carrosas, que ya estaban llenas del equipaje de todos. Quiénes parecía que discutían por saber quién iría en cuál carrosa, pues al parecer no había suficiente espacio.

—No se preocupen por mi, yo iré a pie. Debo deshacerme de lo que hay en esta caja— habló Seokjin haciendo que todos callaran inmediatamente.

—¿Está seguro, joven amo? Nosotros podemos turnarnos— respondió rápidamente el señor Lee, haciendo mala cara a los demás por hacer alboroto.

—No te preocupes Seung-ah, la mayoría de ustedes ya está grande, no deben esforzar los pies. Deben cuidarse, yo estaré bien— les regaló un leve sonrisa que a todos los dejó con el corazón aleteando. Pues era la primera que le veían en meses.

El señor Lee tuvo que aguantar las ganas de llorar, en cuanto escuchó ese modo cariñoso de llamarlo. Recordándole a un pequeño Seokjin que corría tras él llamándolo de ese modo para que jugaran juntos.

—El joven amo tiene razón, ustedes deben ir en las carrosas. Yo acompañaré al amo Seokjin, así que no tienen que preocuparse— habló Namjoon antes de que todos empiecen a llorar por ver al joven amo sonreír un poco.

—Gracias Namu, pero no es nece…

—No aceptaré una negativa, voy a acompañarlo, joven Seokjin— interrumpió a su joven amo, quién no pudo contradecirlo. Ya que en el fondo, agradecía por tenerlo como guardián.

—Yo también iré con ustedes. Joonie a veces es un despistado y no quiero que se extravíen en el camino— Jimin se acercó a ellos con una radiante y confiada sonrisa.

Todos ya más tranquilos por ver que su joven amo tendría compañía, subieron a sus respectivas carrosas. No sin antes asegurarse de que Seokjin portara más Glicinias frescas en su pulcro traje. Jimin fue quien acomodó varias flores en el forro del gran saco que portaba, de ese modo no se vería ridículo, aunque sería un poco molesto.

—¿En serio debo seguir con estas flores? Me da comezón— se quejó Seokjin al ponerse el gran saco, haciendo puchero como si fuera un niño pequeño.

—Así es, no sea un niño malo. Debe seguir con eso, porque lo están protegiendo. Además vamos a caminar bastante y no queremos que pase peligro. Quién sabe lo que haya allá afuera— Jimin terminó de acomodar el saco de Seokjin, quién seguía protestando bajito pues aún no le convencía tener que estar tan incómodo.

Namjoon reprimió una risita al ver la escena, se veían muy adorables.

Como precaución Jimin y Namjoon tomaron más flores y la pusieron en dos canastos, que llevaron cada uno. Pues Seokjin no quiso ser ayudado con su caja.

Después de despachar a todos en las carrosas, salieron tras ellos, cerrando muy bien las puertas de esa mansión.

Seokjin le dio un último vistazo, recordando el porqué lo había adquirido, pese a que él no gustaba de casas tan grandes.

*Flashback*

—Acá es, chan, chan~— Seokjin descubrió los ojos de Yoongi, para mostrarle la sorpresa que lo tenía ansioso.

—¡Woah! ¡Jinnie, es preciosa!— Yoongi corrió dentro del gran terreno que dejaba a la vista una edificación inmensa.

—¡Es una mansión como la que quería! Con un poco de jardín adelante y muchas, muchas, muchas habitaciones~— canturreó sonriente al ingresar a la casona.

—Así es, tus deseos son órdenes para mí, amorcito— Seokjin ingresó tras él, feliz por ver a su amado con esa sonrisa de encías que tanto le gustaba.

—Entonces, si deseo que vivamos acá aunque todavía no nos casemos. ¿Me lo cumplirás?— volteó hacia su novio, sonriendo coquetamente.

Seokjin asintió, completamente embobado.

—Y si deseo que estrenemos la casa, ¿lo harás?— se acercó comenzando a desabotonar su gran camisón de seda.

—¿A-acá? — Seokjin respondió nervioso, al ver cómo su pareja comenzaba a desnudarse de manera tan ardiente, tan sensual.

—No sólo acá, amorcito. Quiero estrenar toda, T O D A, la mansión— deletreó las palabras, soltando su última prenda, quedando completamente desnudo.

Seokjin relamió sus labios, su novio era tan fogoso que muchas veces le costaba satisfacerlo. Seokjin era muy mimoso, le gustaba hacer el amor con calma y demostrar su devoción. Por ello prefería una cama. Pero a su pareja le gustaba cosas extrañas, como el sexo exhibicionista, por ello no le importaba ser tomado en medio de un gran salón como ese. Además que siempre le pedía que lo cogiera duro y sin medida. Seokjin nunca pudo comprender eso, él tenía miedo de lastimarlo.

*Fin del Flashback*

«Soy tan estúpido, seguro que nunca me amó porque no logré satisfacerlo como hombre»

Pensaba Seokjin, mientras una lágrima caía por su mejilla, recordando inevitablemente la escena en su habitación. El cómo su amado gozaba y gemía como nunca él había escuchado.

Pensando que por eso lo había traicionado, él nunca lo había cogido tan brutalmente. Él amaba cuidarlo y consentirlo, llenarlo de besos, de caricias y palabras cargadas de amor, además de entregarle obsequios cada día sin falta. Pero al parecer eso no fue suficiente.

—Joven amo, es hora de irnos— la voz de Namjoon lo sacó de sus pensamientos y recuerdos dolorosos.

—S-sí, lo siento— giró sobre sus talones, despidiéndose del lugar en silencio.

¡Maldita sea! ¿Nunca le van a quitar esas estúpidas flores?

Yo creo que ya lo perdimos, estuvimos todo el día al pendiente y nunca pudimos acercarnos.

Sí, mejor vámonos. Busquemos otra presa.

Estoy de acuerdo, sólo perdimos tiempo valioso por tu culpa.

¡¿Mi culpa?! Saben que esa presa es de las mejores que hemos tenido en mucho tiempo. ¡No es mi culpa que esos malditos humanos sepan cómo cuidarlo!

Por eso mismo digo que mejor nos larguemos de acá. Prefiero ir a comer algo sin sabor, a no comer nada.

Bien, váyanse. Yo me quedaré, no me rendiré tan fácil. En algún momento tienen que descuidarse.

Suerte con ello~

—¡Oh! Al fin salió de ese lugar, ¡es hora de hacer mi triunfal aparición!— Hoseok saltó de la emoción en su lugar.

Dejó de ver en el claro de agua y salió de la trastienda. Listo para aparecer en el camino de su nueva presa, a la que prefería llamar “cliente VIP” porque gracias a él, obtendría lo que tanto esperaba.

Dio un último vistazo a su tienda, hizo una mueca, disconforme con cómo se veía. Levantó las manos y cambió toda la apariencia de la tienda, ahora se veía como un lugar más refinado. Prevaleciendo el color café y los tonos naranjas, más las velas que según él le daban ese toque de misterio y mágico. Algo que los humanos amaban con locura.

Sintió que su presa estaba cada vez más cerca, pero tenía un inconveniente. La indeseable compañía, debía deshacerse de ellos primero.

—¿Por qué son tan metiches? Eso no es nada lindo— volvió a estirar los dedos y con una chasquido logró que Seokjin quedara solo..

—Así es, al fin esos están fuera de mi camino— sonrió internamente y ahí estaba, su presa en vivo y todo color.

—Buenas tardes, bienvenido a la Magic Shop, donde puedes intercambiar la tristeza por felicidad— sonrió lo más deslumbrante que pudo, para captar toda la atención de su nuevo cliente.

 
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Holas pixelitos de mi corazón!💜
Acá les dejo un nuevo capítulo! 🎉

Qué les pareció? 👀

Ya falta tan poco para que se encuentren! 😍

Nos vemos a la noche, en otra actualización. Cuídense mucho, las amito 🥰
Bye 💜

 

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