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◍ Diseño 4 ◍

Todos los sirvientes compartían el chocolate caliente, intentando animarse a sí mismos. En medio de la entretenida charla, Namjoon volteó para seguir vigilando a su joven amo. Más su alma se congeló al no verlo sentado en su lugar, la advertencia del anciano resonó con fuerza en su mente. Importándole nada arruinar el ambiente, se levantó de golpe y corrió al pasillo. Llamando a su amo con fuertes gritos.

—¿Qué pasa Joonie? Nos estás asustando— Jimin corrió a su alcance, Nam nunca se ponía pálido. Algo terrible debió pasar.

—Es el joven amo, debemos encontrarlo. ¡Debemos encontrarlo!— fue lo único que vociferó y corrió al fondo del pasillo, gritando el nombre del joven amo.

Jimin se espantó aún más, corrió dentro y les avisó a todos que debían buscar al joven amo. Nadie preguntó razones, solamente acataron lo pedido pues el miedo ya los había invadido a todos.



«Creo que me están llamando»

No, no los escuches. Ellos sólo quieren hacerte más daño.

«¡No quiero que me lastimen más!»

Por eso no los escuches, sígueme ya casi llegamos.

«Está bien, vamos más rápido. Ya no quiero escucharlos»

Como tú quieras precioso.

Namjoon subió al segundo piso, buscó por todas las habitaciones, los balcones. Pero nada, no había rastro de su joven amo. La desesperación aumentaba a cada segundo, si algo le pasaba a Seokjin, no se lo perdonaría nunca.

Subió al tercer piso, encontrándose con Jimin.

—Yo voy al último piso, tu revisa acá— pidió Namjoon.

—Ya lo hice y no está— respondió subiendo las gradas hacia el último piso.

Ambos se encontraban en el cuarto y último piso de la mansión. Namjoon se fue por la derecha y Jimin por la izquierda. Si no estaba allí, tendrían que salir y buscarlo por los alrededores. No podía haber llegado muy lejos.

Eso es, date prisa. Amarra bien esa soga al barandal.

Muy bien, ahora ata el otro extremo a tu cuello. Apriétalo bien, no debe soltarse.

«Me duele, no quiero apretarlo mucho»

Es lo último, después de este dolor ya no sentirás más. Si no lo aprietas bien, no podrás irte conmigo y yo te quiero. ¿Acaso no quieres venir conmigo? ¿Con el único que te quiere en esta vida? Sólo así serás libre de sentir dolor.

«Si quiero, quiero irme contigo. Quiero dejar de sentir este agonizante dolor»

Muy bien dicho, ahora ajusta bien ese amarre. Debe doler un poco tu garganta, recuerda que es lo último que sentirás.

«Listo, no duele tanto como pensé»

Excelente, ahora te quiero más. Vamos dame la mano, sube al barandal.

Eso es, eres tan bello. Ahora eres todo mío, salta, salta y nos iremos lejos de acá.

—¡No!— Jimin corrió tan rápido como pudo en cuanto vio a su joven amo sobre el barandal del balcón.

¡Suéltalo, muchacho entrometido!

—¡Amo! ¡Reaccione, amo!— lo tomó de la mano como pudo, y gritaba sin cesar. Seokjin parecía estar fuera de sí, o quizás desmayado por la presión que la soga estaba haciendo a su cuello.

Jimin no podía gritar más, las fuerzas se le iban, Seokjin era muy pesado para él.

¿No quieres soltarlo? Bien, te llevaré junto con él. ¡Por querer arruinar mis planes!

Jimin sintió que algo lo empujaba, o el cuerpo de Seokjin se hizo más pesado. No lo sabía con certeza, pero sí notó que él también caería si seguía así.

En ese momento, Namjoon llegó al balcón, después de escuchar los gritos del menor. Se asustó al encontrar a Jimin con casi todo el torso por sobre el barandal, tambaleándose, a punto de caer.

Corrió a su auxilio, tomando a Seokjin de los hombros, jalándolo con toda su fuerza. Gracias a ello, Jimin pudo encontrar estabilidad, ayudando a Namjoon a subir al inconsciente Seokjin, que cayó sobre ellos en el suelo.

—¡Amo Seokjin! ¡Despierte, despierte!— Namjoon sacudía el cuerpo de su joven amo, que no reaccionaba con nada.

Jimin recordó la soga en el cuello de Seokjin y con agilidad pudo desatar los fuertes nudos. Namjoon y Jimin ahogaron un grito al ver la piel al rojo vivo que la soga había provocado en su joven amo.

—No, no está… No está muerto, ¡¿Verd-dad que n-no está m-muerto?!— Jimin estaba tan asustado, angustiado que sólo pensar en algo tan horrible, hizo que pierda el control de su voz. Comenzando a hiperventilar.

—Tranquilo, Minnie. Acabo de revisar sus signos vitales, el amo Seokjin sólo está desmayado— Namjoon intentó tranquilizar al menor, aunque él mismo se sentía todo un manojo de nervios.

¡Estos estorbos! ¡Me arruinaron el banquete! ¡Esto no se va a quedar así!

—Vamos a la habitación, está haciendo mucho frío— Namjoon tomó a Seokjin en sus brazos y regresó dentro de la habitación. Topándose con el resto de los sirvientes que habían llegado tras escuchar el bullicio.

—¿Qué le pasó a nuestro joven amo?— la señora Woo estaba tan o más preocupada que el resto.

—E-el… e-el joven a-amo…— Jimin aún no podía formular palabra.

—Mi Jiminie, no tengas miedo, tranquilo— su madre corrió a abrazarlo. Ahora estaba más preocupada, hace muchos años que Jimin había dejado de ser tartamudo. Al parecer, lo que sea que haya pasado, lo afectó demasiado.

La señora Woo ayudó a Namjoon preparando la cama para que acostara allí al joven amo, que en ese momento comenzó a despertar.

«¿Qué hacen acá?»

Pensó aturdido, no esperaba verlos a todos reunidos, en una habitación que no reconocía.

Ellos te quieren hacer daño, no dejaron que te vayas conmigo. No dejaron que seas libre.

—Joven amo…— Namjoon y los demás hablaron al mismo tiempo, aliviados de verlo despierto.

—¿Qué hago acá? ¡No me toquen! ¡Ustedes quieren hacerme más daño! ¡¿Por qué no dejaron que sea libre?!— se apartó bruscamente de la mano que Namjoon estaba acercando a él.

Todos quedaron perplejos al presenciar esa reacción, su joven amo nunca les hablaría así. Nadie entendía lo que pasaba.

—¿Cómo nos dice eso? Nosotros no queremos dañarlo, al contrario queremos cuidarlo— Habló la señora Park, con toda la dulzura que su voz pudo ofrecer.

Mentira, ella miente. Todos mienten, sólo quieren que creas en ellos, para que luego, ¡sufras aún más cuando te dejen solo!

—¡Mentira! Ustedes quieren hacerme daño, ¡todos quieren hacerme daño! — se apartó lo más que pudo de todos, tapándose con las mantas, apegándose lo más que podía al respaldar de la cama.

A la servidumbre se le partía el corazón ver a su amo como un cervatillo herido, queriendo escapar de sus captores.

El señor Lee salió de la habitación sin que nadie se diera cuenta, tenía unas inmensas ganas de llorar. Ese no era su dulce amo, aquel que se preocupaba por todos, quién los defendía con garras si alguien trataba de humillarlos. No, no podía aceptar que ese era su joven amo. Por ello recordó una vieja leyenda que antes era muy popular en esas tierras. Necesitaba llevar ese algo, para ayudar a su joven amo.

Mientras tanto, en la habitación luchaban con controlar a un Seokjin que se puso a lanzar golpes a todos los que querían tocarlo.

—Amo Seokjin, tranquilo por favor. Acá nadie quiere hacerle daño— Namjoon fue quien ahora intentaba razonar con Seokjin, quién tenía en sus manos una caja, dispuesto a lanzarlo a quien sea.

¡Lanza esa caja! ¡Aléjalos, ellos no quieren que seas libre!

—Si no me quieren hacer daño, ¡¿Por qué no me dejaron ser libre?!— lanzó la caja con todas sus fuerzas, Namjoon pudo evitarla fácilmente.

—¡¿Crees que suicidarte te hará libre?!— Jimin fue quien estalló ahora, no podía seguir soportando las incoherencias que salían de los labios de su joven amo.

Todos al fin entendieron qué fue lo que pasó, ahora tenían más dolor y miedo por la estabilidad emocional del joven Seokjin.

—Sui… ¿Suicidarme?— Seokjin parecía que al fin volvía en sí.

—Así es, estabas por saltar de ese balcón, tenías una soga atada a tu cuello. Si no llegábamos a tiempo… ¡E-estarías muerto!— Jimin se lanzó al piso a llorar, ya no aguantaba tantas mezclas de sentimientos.

—La muerte, no es la libertad— esta vez habló la señorita Khang, conteniendo su llanto lo más que podía.

Mienten, todos mienten. Ellos no pueden saber qué es la libertad. No saben todo lo que sufres, ¡No los escuches!

—¡Cállate! ¡Cállate, cállense!— comenzó a golpearse la cabeza, ya no sabía quién le decía la verdad y quién no.

Namjoon se acercó y lo detuvo, forcejeando para que deje de hacerse daño.

El resto se sentía tan inútil, los nervios lo tenían a flor de piel. No sabían qué hacer para ayudar.

—¡Pongan esto alrededor del amo!— gritó el señor Woo, jadeando por todo el esfuerzo que hizo en llegar lo antes posible.

La señorita Khang fue la primera en tomar dos ramos de esas flores de Glicinias que tenía el señor Lee en un gran canasto, comenzaron a llenar la cama de esas flores.

—Tranquilo, basta. Ya no se haga daño, por favor— Namjoon abrazó a Seokjin para que deje de lastimarse.

¡Malditos! ¿Cómo se atreven a traer eso acá? Ni crean que me alejarán tan fácil, esas flores morirán para mañana y vendré con todo mi bando. Me llevaré esta alma a punto de quebrar, si o sí.

Seokjin dio un suspiro tan sonoro, todos se miraron extrañados. Su joven amo dejó de forcejear, dejándose acostar en medio del tipo fuerte de Glicinias que hicieron los demás.

—¿Nam?...— Seokjin abrió los ojos, intentando enfocar el resto de la habitación —¿Por qué están todos aquí? ¿Por qué lloran? ¿Señora Woo?— Seokjin no comprendía lo que pasaba, pero no pudo evitar sentirse culpable. Seguro otra vez hizo algo malo sin darse cuenta.

—No pasa nada, joven amo no se ponga triste— la señora Woo se acercó a dejarle un beso en su frente.

—Así es, no fue nada. Sólo lloramos porque lo queremos mucho y no queremos que nos deje— esta vez fue la señora Park quien lo abrazó. Seokjin se sintió más cálido que antes.

—¡No vuelva a decir que no lo amamos!— Jimin corrió a los brazos del mayor, llorando desconsolado.

Todos voltearon los ojos, se suponía que no debían hacer notar al joven amo que estuvo actuando extraño, fuera de sí.

—Lo siento, discúlpame pequeño Mochi. Por hacerte sufrir así— Seokjin devolvió el abrazo al cuerpo que temblaba entre sus brazos. Jimin no pudo evitar llorar más sonoramente al escuchar su apodo de infancia, definitivamente este sí era su querido amo Seokjin.

—Realmente lo siento, con todos. No dejo de causarles problemas, lamento ser una carga que todos deban soportar— Seokjin se puso a llorar junto a Jimin, sintiéndose tan pequeño. Como si fuera un niño otra vez, uno que siempre se disculpaba de los problemas que causaba.

—No diga eso, usted no es una carga para nosotros. Somos una familia, y nuestro deber es apoyarnos— el señor Lee fue quien tomó la palabra esta vez y todos asintieron apoyando las palabras del anciano.

—Una… familia— susurró Seokjin, recordando que la suya le había tratado tan mal durante toda su vida. Recordando el último daño que les permitió causarle, y el modo en que dejó a esa llamada familia. Ahora estaba solo, solo en el mundo.

Su mente estaba cansada de tanto que procesar, que terminó dormido profundamente en medio del llanto y abrazo con Jimin.

Todos se sintieron un poco aliviados, aunque prefirieron hacer guardia. Velando el sueño de su joven amo, por si volvía a ese extraño estado suicida.

«Debemos irnos de este lugar cuanto antes»

Pensó Namjoon, quien tomó la primera guardia.


—Así que eres tú, tanto tiempo sin verte. ¿Qué te trae por acá?

—No te hagas al que no sabía que vendría, eres un mago dimensional, se supone que ves el futuro.

—No siempre puedo verlo a tiempo ¿Sabes? Además, la vida no sería tan emocionante si veo todo lo que puede pasar. Sumando las incontables líneas de tiempo, hay no~ qué flojera revisarlas todas— Hoseok estiró las manos, mostrándose sumamente cansado.

—Se nota que sigues siendo el típico bufón holgazán de antaño— soltó una risa sardónica.

—Tú tampoco pareces haber cambiado, sigues siendo un ser sin corazón. Aunque parece que estás un poco insatisfecho. ¿Acaso no pudiste comerte uno?

—Odio que me leas tan bien, ¡estoy tan frustrado en este momento!— golpeó la mesa más cercana de la tienda del mago dimensional.

—¡Hey!, no destroces mi tienda. Sólo hazlo con tus presas, mis muebles no tienen la culpa—  se puso a limpiar y acariciar su fino escritorio de caoba.

—¿Aún conviertes humanos en reliquias? Buff, eso es tan tonto— bufó asqueado.

—¿Y tú sigues comiendo corazones rotos?, mejor dicho ¿Los sigues rompiendo y comiéndotelos?— lo retó con la mirada, imitando el gesto de asco del contrario.

—No tienes derecho a juzgarme, sólo así puedo seguir viviendo. Es mi naturaleza— se encogió de hombros.

—También la mía, así que tampoco me juzgues por querer tener la mejor colección del universo— extendió sus manos, haciendo que la pequeña tienda se ilumine, convirtiéndose en un basto espacio con innumerables artefactos de todo tipo.

—Está bien, dejemos el tema ahí— se limpió el hombro, de polvo inexistente— vine porque necesito tu ayuda.

—Lo sé— respondió juguetón, orgulloso de ser solicitado.

El contrario soltó un gruñido furioso.

—No te será gratis y lo sabes— continúo, ignorando el aumento de mal humor de su visitante.

—Lo sé, eres una sanguijuela. Succionando a los demás con tus trampas— gruñó nuevamente.

—Pero cómo osas creer eso de mi— puso su mano en el pecho, fingiendo dolor por esas palabras — eres mi hermanito, ¿crees que te engañaría?

—Precisamente por serlo, estoy seguro que lo harás con más gusto. ¿Acaso no recuerdas que hace tiempo me quitaste un alma? ¡Apenas le había comido un poco el corazón! ¡Pero llegaste y me lo quitaste!— rugió colérico al recordar ese incidente.

—No es verdad, yo sólo cumplí un contrato. Así que no te debo nada de nada— fingió no estar sorprendido porque su hermano no recordara los hechos reales. Tampoco iba ponerse a explicarle todo con chubis.

—Estoy seguro que hiciste trampa, no deberías ser un mago dimensional. Deberías llamarte el mago del engaño— resopló molesto.

—Fuchi, fuchi, ese nombre tan feo~ — canturreó, sacudiendo su cuerpo exageradamente, como queriendo limpiar de él esa sensación.

—Deja de ser tan… tú— volteó el rostro — el tiempo es oro…

—Eso no es cierto, el tiempo es…

—¡Ya cállate! Es sólo una expresión humana— se frotó las sienes, replanteándose si realmente necesitaba la ayuda de su estúpido hermano.

—Qué genio, ya cásate— respondió con un puchero en sus labios.

—Ya lo estoy, y lo sabes.

—Oh, si. A este paso estarás casado con toda la humanidad — estalló en risas.

—¿Me vas a ayudar o no?— estaba por perder la paciencia. Todo era chiste para el estúpido de su hermanito.

—Ya te dije que todo tiene un precio y lo que quieres es muy costoso— se encogió de hombros.

—¿Cómo que muy costoso? Sólo quiero que atrapes ese corazón roto por mi, porque ya no puedo acercarme. Es tu especialidad ¿No? Hacer que esas personas desdichadas encuentren tu tienda “casualmente”— imitó las comillas con sus dedos.

Hoseok lo miró molesto, por recibir esa burla exagerada de su modo de trabajar.

—¿Cómo les dices que se llama tu teatro? Ah, si. “La Magic Shop, intercambia tristeza por felicidad” — imitó su slogan con exagerada agudeza en su voz.

—Yo no hablo así— cruzó sus brazos, volviendo a hacer otro puchero. Odiaba que su hermano se comporte de ese modo.

—Como sea, sólo necesito que consigas te entregue su corazón roto y luego me lo des. Antes de que otros se lo lleven — pidió nuevamente el favor.

—Qué extraño, ¿no vas a pedir su alma también? O, ¿estás a dieta y ya no comes almas?— se burló de su hermano.

—No puedo comer aún su alma, no está tan rota como la necesito. Sólo tiene unas grietas y así, no sabe igual.— hizo un gesto de asco —,pero tampoco quiero que otros me ganen la presa.

—Qué exigente, ¿no será peligroso un ser humano sin corazón?

—¿Crees que me importa? Si hace más caos en el mundo, es mejor para mi. Habrá más comida— sonrió ladino.

—Está bien, lo haré. Así también habrá más trabajo para mi— sonrió satisfecho —, pero como dije, te costará caro— sonrió malicioso. Hace mucho tiempo que deseaba algo que le diera su hermano.

—Está bien, pídeme lo que quieras— aceptó rendido. Después de todo, ¿qué sería eso tan valioso? No tenía nada que perder, con tal de saborear ese manjar digno de un dios del caos.

—Sé muy bien que no te comes todas las almas que les quitas a los ángeles de la muerte. Mucho menos te comes aquellas que están incompletas, por eso, tu pago será que me entregues ese pedazo de alma que te di hace mucho tiempo— expuso su precio. Sabía muy bien que su hermanito guardaba con recelo ese pedazo de alma.

—¡¿Estás demente?! Obvio no te lo daré— se negó rotundamente, nunca creyó que le pidiera tal cosa. ¿Para qué lo quería? ¿Sabrá el significado? ¿Tan lejos llegaban sus poderes? No, claro que no. Era imposible que sepa la importancia de esa pieza preciada.

—Sabes que no pido pagos exagerados, no podría por ya sabes quién. Siempre el pago es justo, lo que pides requiere esa magnitud de pago. Además sólo es un trocito de alma, ni que te estuviera pidiendo parte de tu esencia ¿O si?— lo retó con la mirada, no podía perder la oportunidad de conseguir aquello que persiguió por años, casi un siglo de espera.

El contrario lo pensó, su hermano tenía razón. Si le pedía un poco de su esencia, eso sería más peligroso para él. Además que por las palabras que usó, tan despectivamente hacia el trozo de alma, lo dejó más tranquilo. Al parecer, no sabía nada. Ya después podría recuperarlo, porque lo bueno es que su hermano no se come las almas. Solamente las guarda, le encanta coleccionarlas.

Otro beneficio, es que después podría encontrar el resto de esa alma. La buscó en el Inframundo y no la encontró, en el Supramundo tiene gente buscándola. Si ahí tampoco lo encontraba, estaba seguro que lo hallaría en la colección de su hermano. Porque si le entregaba el trozo de alma, esta buscaría fusionarse con el resto. Así, él podría llevarse el paquete completo. Sólo tenía que pensar en qué podría darle a su hermanito para que se lo entregue. Aunque eso no es problema ahora, ya pensaría en eso después.

—Está bien, tú me entregas ese corazón roto y yo te doy el trozo de alma— ofreció su mano para sellar el trato.

—Trato hecho— estrechó la mano del contrario, seguido de una leve luz en estas que anunció el sello del pacto.

«Ya puedo sentirme más cerca de ser el siguiente dios de caos»

Pensó entusiasmado al salir de la tienda de su hermano.


¿Quién era? Creo que lo conozco. Momento, ¿acaso conozco personas? ¿Dónde estoy?

Oh, despertaste. Bienvenido, lindura— sonrió coqueto al ingresar a la trastienda.

¿Quién eres?

Oh, no. ¿Ya estás olvidando cosas otra vez? Vamos, no seas tan débil. Dijiste que resistirías un poco más ¿Acaso mentías nuevamente?— tomó un paño y le puso una cera especial para pulir a ese maniquí.

¡Mago! ¡Eres el mago de pacotilla!

Lindura, me alegra que aún sigas lúcido. Pero tampoco es para que me insultes— negó con la cabeza, mostrándose muy ofendido.

Una vez me dijeron que las verdades duelen.

Estoy empezando a creer que era mejor no hacer que entraras en razón— se quejó puchereando, al tiempo que comenzó a pasar el trapo por los brazos del maniquí.

Es mejor que me dejes libre de una vez.

Lindura~ sabes que no puedo hacer eso. Hay un protocolo que seguir y…

¡Entonces dime qué hacer para liberarme!

—Ya te lo dije, el día en que llegaste acá. No voy a repetirlo, no es mi culpa que te olvides— se encogió de hombros. No le convenía recordarle el modo de liberarse, se negaba a dejar escapar a la más bella de sus adquisiciones.

Luego dices que no eres un mago de cuarta. Estafador, eso es lo que eres. Un mago que no tiene cora…

Silencio, me encanta oírte. Pero, si sólo me vas a decir cosas tan feas, es mejor que vuelvas a dormir. Así te ves más bello— sonrió con enojo evidente en su mirada, pese a la dulce voz que utilizó.

—Tan bello mi TaeTae, tan precioso. Ni creas que dejaré que te marches. No ahora que estoy tan cerca de conseguir algo valioso. Algo que me ayudará a que seas mío para siempre, como debe ser. Sin que este cuerpo de porcelana nos estorbe. Y no sabes lo mucho que te voy a gozar en cuanto consiga romper este hechizo. ¡De sólo pensarlo me enciendo! ¡Ah! Mejor me voy o estaré en problemas. Hasta mañana mi adorado TaeTae— le dio un beso en la fría mejilla y se fue a toda prisa de la trastienda.

Necesitaba alistarse para su siguiente cliente.

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Holas pixelitos de mi corazón! 💜
Les traigo un nuevo capítulo! 🎉

Creo que me emocioné mucho y me quedó un poco largo 😂🙈

Debo admitir que este Mini Fic estaba planeado para sólo 5 capítulos. Peroooo como que mi imaginación está on fire 🔥 🤣🤣

La trama no iba a ser complicada 😅 pero acá me tienen, haciendo más grande y profundo todo 🤣🤣
Perdón 😥

 Nos vemos en las siguientes actualizaciones.
Cuídense mucho, las amito 🥰
Bye 💜

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