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◍Diseño 20◍


SeokJin no entendió el porqué del extraño comportamiento del señor Lee, ni la razón por la que estaba conduciendo la carrosa tan rápido. Podía jurar que el anciano de veía asustado, como si hubiera visto un fantasma.

En ese momento no podía preguntar, pero lo haría al llegar a casa.

Para distraerse, prefirió volver a husmear la cajita que tenía en las manos. Aún recuerda cuando su abuelo le dijo que debía cuidarlo más que a su vida misma. Un pequeño SeokJin de tan sólo 7 años, estaba más que feliz para guardar un gran “tesoro” como en los cuentos de piratas que el abuelo le leía.

—¿Por qué eres tan importante?— preguntó a la cajita, al momento de abrirla —, mi abuelo nunca respondió esa pregunta. Sólo decía que eras una reliquia valiosa y no necesitaba más razones para cuidarla y protegerla— susurró muy cerca del pasador de cabello, que revelaba la pequeña caja.

En ese momento recordó que al tocar el pasador, en esa mansión, le llegaron unas imágenes extrañas, voces que no reconocía y frases que no entendía.

—¿Será que me lo imaginé?— se preguntó, decidiendo volver a tocar el precioso pasador, para probar si eran recuerdos o sueños, o la pérdida de su cordura.

Con cuidado tomó la cajita, y sacó el pasador para acariciarlo con delicadeza. Las flores que tenía, se veían tan reales, no parecían estar hechos de tela. Al instante otra ráfaga de imágenes extrañas lo atacó.

*Flashback (¿?)*

—Déjame hablar con él.

—¿Eres quien creo que eres? ¿La diosa del Supramundo?

—Soy la Madre Luna, prefiero que me llames así.

◍◍◍◍◍◍

—¿Realmente él era así de importante? Recuerdo que siempre me venía a insistir en que éramos pareja o algo así. Pero yo no lo recuerdo, no quise ser grosero con él. Sólo dije la verdad, y tampoco entendí cómo mi cuerpo reaccionó cuando lo vi en peligro. Después desperté en el Inframundo… ¡Ni siquiera sé lo que pasó!

—Tranquilo pequeño, no debería decirte esto, pero mereces saber la verdad. Los dioses tuvieron que replegarse, por mandato del Padre de la Luz, esto hizo que varias familias se rompieran. Quedando solo los semidioses. Pero para que el caos terminara, se decidió borrar la memoria de ellos y todos sus allegados, con el propósito de que no sufran por la separación.

—¿Qué tiene que ver eso conmigo? ¿Soy un semidiós?

◍◍◍◍◍◍

—¡¿Voy a poder recordarlo?!

—No llores, por favor. Aunque sólo podrás recordar el sentimiento cuando hayas renacido, no las experiencias vividas porque eso está fuera de mis capacidades. Sin embargo, el sentimiento es lo más valioso que hay en este universo.

◍◍◍◍◍◍

—Ustedes entregaron parte de su alma, el uno al otro. Por ello tu alma está incompleta, porque él lo tiene. Este vínculo funciona para poder renacer juntos, si uno muere antes que el otro, esperará acá, en la puerta del Supramundo; hasta que su amante llegue con el trozo de alma que le falta. De ese modo ambos pueden pasar y renacer juntos, para encontrarse en esa nueva vida. 

*Fin del Flashback (¿?)*

—Pero qué… ¡¿Qué fue todo eso?!— SeokJin asustado, guardó rápidamente el pasador en su cajita.

Las ráfagas de imágenes lo dejaron mareado, ese lugar se veía bastante oscuro para que lograr ver con claridad a la otra persona, además que parecía que su cuerpo brillaba.

Algo totalmente extraño.


—El rastro está fresco— farfulló Yoongi, al salir de la mansión —, así que SeokJinnie, ya estás de regreso. Ésta vez no podrás escapar de mí— soltó una risa que sonó tan inhumana, que si alguien lo hubiera escuchado, seguro le daba un paro cardíaco del susto.

—Pero no puedo seguirte en ésta forma, aún estoy débil.

Dicho ello, cambió a su forma humana y regresó a su carroza, para seguir el rastro leve que sentía del alma de SeokJin.

Mientras tanto, su hermano estaba por perder la cabeza.

No puede ser que mi hermano sienta sólo el alma de ese maldito humano, seguro no me quiso decir la verdad. ¿Será que sus recuerdos están volviendo? Si es así, debo apresurarme, o podría perder a Taehyung para siempre—  pensó mientras volvía a realizar su conjuro, para activar la brújula.

Rápidamente, antes que su hermano lo vea, siguió el rastro que su brújula le indicó.


El señor Lee sentía que los caballos jalaban la carroza más lento, o quizás eran sus nervios por llegar de una buena vez a la casona.

Sentía unos ojos posados en ellos, más no quiso voltear, sólo le faltaba subir la colina que lo llevaba a sus terrenos. Se lamentó no tener él también unas cuantas Glicinias, pero le calmaba el hecho de que su joven amo estaba cubierto de ellas.

—Si pasa algo, al menos él se salvará— pensó entre aliviado y preocupado a la vez.

En ese momento escuchó un galope, que anunciaba el acercamiento de alguien, posiblemente una carroza. No iba a detenerse a preguntar. Así que, tuvo que sobre exigir a los caballos para que vayan más rápido.

Sólo debían subir la colina y ya llegaban a casa.

Yoongi sacaba la cabeza de vez en cuando de la carroza, para indicar a su cochero, el camino que debía tomar. 

Pese a que cada vez sentía menos al alma de SeokJin, logró seguirlo. Aunque lamentó que los caballos no fueran más rápido, pues aún no lograba alcanzar la del contrario.

Estaba seguro que SeokJin se escondió, nunca salió del país, pues las calles por dónde estaba siguiéndolo, eran bastante alejadas y rebuscadas.

No podrás escapar de mí para siempre— pensó irritado, ordenando que apresuraran el paso.

Después de unos minutos, la carroza paró.

—¡Amo, llegamos al final del camino!— gritó el cochero.
Yoongi bajó inmediatamente, emocionado por haber dado con el escondite.

Sin embargo, no podía creer lo que veía en frente.

—¡¿Cómo puede existir un lugar así?!— gritó colérico al notar que unas rejas antiguas anunciaban la entrada a la propiedad.

Propiedad que parecía ser un bosque de solamente Glicinias. Así es, de todas las plantas del universo, de todos los árboles que existen, tenía que vivir en medio de un maldito bosque de Glicinias.

—¡Maldita seas SeokJin! ¡Malditas sean esos árboles horribles! — protestó frustrado.

Estaba tan cerca y tal lejos a la vez, que la simple ironía lo tenía a punto de explotar.


El brujo dimensional siguió avanzando por el camino que la brújula le indicaba, abriendo portal tras portal.
Hasta que llegó a uno que no pudo abrir.

—¿Pero qué carajos?— Hoseok estaba al límite de la paciencia, como para lidiar con un portal que no se abre. Eso sólo pasaba cuando existía una barrera bastante fuerte.

—Es imposible que actualmente alguien pueda hacer una barrera de tal magnitud— se dijo así mismo.

Prefiriendo abrir otro portal, unos metros antes del que indicaba la brújula.

Grande fue su sorpresa al encontrar a su hermano nuevamente, el cual gritaba como desquiciado.

Al acercarse más, entendió porqué su hermano estaba loco de furia.

—Estamos jodidos— dijo al llegar al lado del Incubus.

—No estoy de humor para lidiar contigo— respondió Yoongi a la defensiva.

—Ni yo contigo— Hoseok estaba igual de furioso o quizás más que su hermano, su preciado maniquí estaba dentro de esa fortaleza de Glicinias.

—Pero debemos admitir que estamos bien jodidos y no de la forma que te gusta.

Yoongi lo miró filosamente, lanzando un golpe a ese rostro pulcro.

—Tranquilo, no tengo planes de pelear contigo— esquivó el golpe con facilidad —, en lugar de ello, te sugiero una alianza.

—¿Cómo? ¿Por qué crees que quisiera trabajar contigo?— Yoongi lo veía asqueado, ni en sus peores sueños pensó trabajar con el odioso de su hermano.

—Porque necesitas consumir el alma y el corazón de ese humano y yo necesito recuperar a mi maniquí. Para lograrlo, necesitamos trabajar juntos.

—¿Tienes alguna idea? Porque ninguno de los dos puede ingresar ahí, genio— respondió incrédulo.

—Aún no se me ocurre nada, pero con tu habilidad de controlar a los hombres y mi habilidad de manipular las dimensiones y realidades, sé que podremos lograrlo. Vamos a mi tienda, allí planearemos con éxito nuestro atraco— dijo lo último, abriendo un portal para desparecer en él.

Yoongi lo vio irse, mientras analizaba la propuesta.

Quizás el bruto de su hermano podría servirle ésta vez, además por el momento no se le ocurría otra manera. Así que lo intentaría.

Al regresar a su carroza, vio que la cara de su cochero estaba pálida. Al parecer había presenciado la escena, estaba seguro que ver a personas desaparece en portales, no era algo que su débil mente humana pudiera procesar.

Tenía que arreglar ese problemita.

—Choi, llévame al fondo de este bosque — señaló un camino alterno, bajando la colina. Ahí se encontraba un bosque tupido de pinos.

—S-si Amo— respondió tembloroso.

Yoongi le sonrió coquetamente y subió a la carroza, después de unos minutos, llegó a dónde le había indicado.

—Bien, ahora baja— ordenó al cochero, quien obedeció de inmediato.

Yoongi no perdió el tiempo y se le acercó, apegando su cuerpo lo más que pudo y le susurró al oído.

—¿Ves aquel árbol? Ahí te regalaré el mayor privilegio para un plebeyo como tú, podrás tenerme, podrás tocar mi cuerpo y profanarme a tu gusto— susurró con la voz más sensual, en el oído del muchacho, bajando su mano con delicadeza, hasta posarlo en su miembro, dónde empezó a dar fuertes apretones.

—Sabes que es el premio porque no le digas a nadie lo que viste hoy, y tampoco decirle a mi esposo a dónde fuimos. ¿Entendiste?— preguntó al momento de lamer el lóbulo de su oreja.

El joven cochero soltó un jadeo sonoro, su amo era muy sensual, inevitable no desearlo. Más aún cuando ya tenía el miembro duro como una roca, gracias a esos dolorosos apretones.

—Lo que usted ordene…— respondió jadeante.

—Así me gusta— respondió alejándose, hasta llegar al árbol de pino.

Sensualmente desabrochó los primeros botones de su camisón, seguido de un baile para sacar sus pantalones. El joven cochero estaba más que excitado con tremendo espectáculo.

—Bien, ¿Qué esperas para romperme el culo?— preguntó descaradamente al apoyarse en el árbol y abrir sus nalgas para mostrar su entrada necesitada.

El joven lacayo pareció perder el poco pudor que le quedaba, corriendo como un animal en celo a su lado. Ni siquiera sé sacó alguna prenda, sólo liberó su miembro y empaló a Yoongi sin preparación previa, quien gritó de dolor y tuvo que sujetarse del tronco para no caer.

—Usted quería que le rompa el culo y eso haré ¡Siempre quise joderlo! ¡Ahora eres mío! ¡Eres mi puta personal!— comenzó a profanarlo de una forma bestial.

—¡No.. no lo soy! — gritó Yoongi entre jadeos, nunca creyó que ese muchacho cogiera como un animal. No es que no le gustara, pero lo que a él no le gustaba, era que lo insulten en el sexo. Mucho menos decirle puta, él era mejor que eso.

—Ah no, lo serás si quieres mi silencio. Voy a joderte las veces que se me antoje… y acabaré dentro, siempre— jadeó mientras machacaba sin piedad su punto dulce, los gemidos de Yoongi eran tan ruidosos, que si alguien pasaba por el camino principal de ese bosque, los escucharía con claridad.

—No… no te atrevas a aprovecharte de mi— amenazó Yoongi, en medio de gemidos.

—No veo que te desagrade, estás gimiendo tan alto. Te encanta, me estás succionando, tu agujero está feliz de que lo esté reventando. Así que… ¡Serás mi puta personal! — gruñó excitado, aumentando la velocidad de las embestidas.

Yoongi gemía sin control.

Eso crees estúpido. Tendré que ir buscando otro cochero, éste será mi comida de mañana, aunque no me dio tiempo de sazonarlo. Prefiero eso, a tener un imbécil que cree aceptaré ser su puta— pensó Yoongi malévolamente, mientras seguía gimiendo sin pudor.

NamJoon y Jimin estaban de regreso a la casona, su carroza pasaba por el camino del bosque de pinos, para llegar a la colina y así finalmente llegar a su destino.

—Es una pena que no hayamos tenido suerte con encontrar alguien que pueda reparar al maniquí del joven amo— se lamentó Jimin, apegándose a su novio, quien lo abrazó con cariño.

—No te preocupes, hoy no tuvimos suerte. Pero vamos a seguir buscando, estoy seguro que existe alguien capaz. El joven Kim no puede ser el único con esa capacidad— trató de calmar a su pequeño novio, que se aferró más a su pecho.

—Gracias mi amor, siempre sabes cómo calmarme— buscó los labios de NamJoon y le dio un beso tierno, lleno de amor.

En ese momento escucharon unos fuertes gemidos que los hizo separar de inmediato, NamJoon sacudió las correas con más fuerza, para salir lo más rápido de ese camino.

—Qué gente más desvergonzada, mira qué tener sexo en el bosque— se quejó Jimin, alejándose un poco de su novio.

NamJoon no dijo nada, estaba muy abochornado como para decir algo, pues los gemidos se seguían escuchando y eso estaba empezando a calentarlo.

—¡¿Por qué no avanzan más rápido?!— Jimin les gritó a los caballos, esos molosos gemidos ya lo estaban hartando. Y fue peor cuando vio a su novio con la cara roja, desvió su vista y, como sospechó. Su novio estaba con un bulto entre las piernas.

—¡No puede ser! Eres un cochino calenturiento, ¿Por qué no te bajas y te unes?— protestó indignado.

—Mi… mi amorcito, sabes que nunca tocaría a nadie que no seas tú. Esto… — se calló, no quería decirle nada, nunca había hablado de sus fantasías más sucias con su pareja.

—¿Esto?...  ¿Esto, qué?— Jimin le exigió termine la oración.
NamJoon soltó un gran suspiro, sabía que no tendría escapatoria. Si no le decía, podía estar en abstinencia por quién sabe cuánto tiempo, y él no era fan de usar su mano.

—Esto… Esto que ves— dijo señalando al bulto en sus pantalones —, es porque esos gemidos, me hizo imaginar a que tú los hacías, así en un bosque— respondió con la cara toda roja de la vergüenza.

—¡¿Qué?!— Jimin no se esperaba tremenda confesión.

—Kim NamJoon, tú… ¿Tú tienes la fantasía de cogerme en un bosque?— preguntó entre indignado y curioso.

—Y-yo… no debe ser precisamente un bosque, con un tronco de árbol me conformo— murmuró, más para él que para Jimin, quien gracias a la cercanía, escuchó a la perfección.

—¿Se puede saber por qué?— preguntó curioso.

Jimin no era del sexo exhibicionista, ni en exteriores. A él le gustaba la comodidad de una cama y la privacidad de una habitación. Pero también le gustaba complacer a su novio, porque NamJoon siempre le ha cumplido cada capricho. Así que, si le daba una buena razón, o al menos una no muy enferma, estaba dispuesto a complacerlo.

—¿En serio debo decirlo? Me da pena— respondió NamJoon, incómodo por tener que explicar su fantasía.

—Sí, nosotros no nos escondemos nada. ¿Si no confías en mí? Entonces, ¿En quién?

—Tienes razón… Bueno, no es fácil decir esto pero… eres tan hermoso, que el sólo imaginarte en un bosque, o en un jardín, desnudo y rodeado de flores. No sé me parece tan excitante que, me prendo de sólo imaginar que te hago mío en un lugar así— respondió nervioso, tenía miedo que Jimin se enojara o lo tache de loco.

—Mi amor…

Jimin no esperaba una razón tan sentimental, no era para nada una razón de algún psicópata o de un enfermo del sexo exhibicionista. Era una razón muy sensual para él, una que también incluía el tremendo amor que le tenía.

—Lo siento si…

—No hables, sólo bésame— Jimin lo interrumpió y le tomó las manos para que pararan un momento la carroza.

NamJoon no esperó esa reacción, más no preguntaría. Sólo se dejó llevar, disfrutando del dulce beso.

—Mi amor, si esa es tu razón. Estoy más que disponible a cumplirte la fantasía, buscaremos el momento y te cumpliré— le guiñó el ojo, y volvió su vista al camino.

—¡¿En serio?!... ¡Oh, amor, por eso eres el mejor de todo el universo!— lo abrazó y le dio muchos besitos por todo el rostro.

Ambos felices por tenerse el uno para el otro.


El señor Lee al llegar a casa, sintió un gran alivio. Pues sea lo que sea que escuchó que los seguían, ya no estaba y no podría cruzar la barrera de Glicinias.

—¿Señor Lee, está bien?— SeokJin bajó de la carroza y al ver al señor con gesto angustiado, se preocupó.

—Estoy bien joven amo, no se preocupe— le regaló la mejor sonrisa que su arrugado rostro pudo ofrecer.

—¿Seguro? Porque si los caballos hubieran sido unos Pegasus, me habría traído volando— comentó contrariado, pues el señor Lee no es de andar sonriendo. Él no sonríe y punto.

El señor Lee estalló en carcajadas, por la gran comparación, feliz de saber que su joven amo seguía siendo tan ocurrente y divertido.

—Oh, es que se me olvidó que debía ayudar a la señora Woo y usted sabe cómo se pone esa vieja hurraca cuando no le ayudo en lo que pide— respondió la mejor mentira que se le pudo ocurrir.

—Bueno si era eso, entiendo. Pero no creo que a la señora Woo le guste saber que la llamó “vieja hurraca” — hizo las comillas en el aire, mientras reía bajito.

En el fondo, sabía que el señor Woo estaba mintiendo, pero si no podía decirle la verdad. No iba a obligarlo, esperaría hasta que el anciano tenga la confianza suficiente.

—¡¿Qué yo que?!— la señora Woo exclamó un alarido indignado por lo que habían escuchado sus oídos.

SeokJin y el señor Lee pegaron el brinco por el susto.

—Amm, debo ir con Voo. Necesito pulirlo. Adiós— dijo SeokJin a una velocidad casi inentendible, no quería ver la riña que le esperaba al señor Lee, así que se fue prácticamente corriendo.

—¡Cobarde!— le gritó el señor Lee, a lo que la señora Woo respondió con un zape en su cabeza.
El señor Lee tendría que decirle la verdad, si quería salvarse de esa.

SeokJin ingresó a su taller a toda velocidad, bajó las gradas casi rodando. En parte por la adrenalina de escapar, y en parte por la emoción de mostrarle a su maniquí, el objetivo que había rescatado de la mansión.

—Voo, mira— abrió la cajita y le mostró el pasador de cabello— logré rescatarlo, ¿Verdad que se parece un montón al de la pintura?— preguntó emocionado.

¡Tú! … ¿Aún sigo acá? ¡Creí que ya le había succionado la dimensión del maniquí— chilló de susto, el corazón le latía a todo galope. Las ganas de llorar, nuevamente de acumulaban en su interior.

Hasta que finalmente logró posar la vista en el objetivo que SeokJin le mostraba.

Eso… eso es… ¡Es idéntico al de mis recuerdos! ¿Cómo lo obtuviste? Y se ve tan conservado, ¡Eso ya tendría más de un siglo! No puede ser el mismo, no puede— se negó a aceptar lo que sus ojos veían.

—Déjame acomodarlo en tu linda cabecita, estoy seguro que te quedará igual de bello que al príncipe de la pintura, porque eres su viva imagen— propuso SeokJin, sacando el pasador de su lugar, deseando que no le vuelva a pasar lo mismo que las anteriores veces que tocó el objeto.

Afortunadamente nada pasó al tocarlo, en parte lo decepcionó, porque ahora creía que realmente estaba perdiendo el juicio.
Se acercó al maniquí.

—Incluso diría, que eres más hermoso que el príncipe de la pintura— dijo en un susurro, muy cerca del rostro de Taehyung.

—T-tu… tu manía de susurrar las cosas que ponen nervioso, ¡Tampoco le veas así! — se quejó Taehyung por la intensa mirada que esos ojos negros le estaban ofreciendo.

Poco después, sintió cómo le sacó la corona de Glicinias que estaba en su cabeza, para luego acomodar sus hebras rubias. Ese gentil tacto estaban haciendo derretir su corazón, no parecía que estuviera peinándolo, más parecía una tierna caricia.

SeokJin colocó con cuidado el pasador de cabello, en el mismo lugar que vio en la pintura. Al lado derecho, recogiendo el mechón que yacía sobre la oreja de Taehyung.

—Divino, estás sencillamente divino. Hasta parece que fue hecho sólo para ti— halagó a Taehyung, acariciando su gélida mejilla.

Eres tan adulador, mi tonto corazón reacciona a todo de ti. Tus caricias, tus palabras, tu mirada. ¿Qué me hiciste?— preguntó conmovido, sus sentimientos eran un caos en su interior.

Pronto lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, lo cual SeokJin esta vez sí que lo notó.

—Estas… ¿Estás llorando?— SeokJin quedó inmóvil ante lo que sus ojos veían.

¡Mierda!— Taehyung maldijo su débil control de emociones.

¡Es tu culpa! ¡¿Cómo vienes a decirme esas cosas?... Creí, creí que ya no te veía más, que desaparecería para siempre en la dimensión del maniquí.  No puedo creer que te haya extrañado tanto y que cuando apareces, vienes con algo mío, o al menos algo que se parece muchísimo. ¡Por eso es tu culpa!— estalló en más llanto, lágrimas rodaban en abundancia por sus mejillas.

SeokJin se asustó y acunó rápidamente ese rostro fino entre sus manos.

—Sé que debería asustarme por ver llorar a un maniquí, pero me está doliendo verte así. Voo, no llores por favor. Si realmente me escuchas, no llores. Estoy acá para protegerte y cuidarte como el tesoro que eres— dijo mientras limpiaba las lágrimas que mojaron sus dedos, para después depositar un tierno beso en la mejilla derecha, justo sobre una de sus lágrimas.

En ese preciso momento, el pasador brilló tan fuerte que lo cegó por completo, para después caer desmayado al suelo.

*Flashback*

—Mi amor, feliz cumpleaños.

—Tete, no era necesario que me des algo. Todavía algo tan caro— se quejó al recibir un precioso collar con unos anillos entrelazados.

—Mi amor, te lo debía. Nos casamos sin ceremonia, solamente con nuestros votos y la Madre Luna como testigo. Necesitaba darte algo representativo de nuestra unión, además tú me diste este bello regalo por nuestro aniversario y también debió costarte mucho— señaló el pasador de su cabello, era el más hermoso de todos. Un pasador de plata, con una Glicinias colgando de un lado.

—No se vale decir cuánto costó— se quejó con un puchero pronunciado en los labios.

—Exactamente por eso, debes recibir mis regalos sin quejarte. Además, en este obsequio, te entregaré una parte de mi ser— se acercó a su esposo y le dio un tierno beso en los labios, mientras le colocaba el collar.

—Tete, eres la tentación hecha persona— murmuró en medio del beso, atrapando a su esposo entre sus brazos.

—Y tú eres la mía, así que estamos a mano. Amado Jwan— volvió a besarlo, disfrutando de la suavidad de esos acolchados labios que lo transportaban al paraíso.

—Entonces, si tú me das un poco de ti en este regalo. Déjame darte un poco de mí en el mío.

*Fin del Flashback*

Taehyung parpadeó sorprendido por el recuerdo que acababa de tener.

Así que ese tal Jwan era mi esposo y me regaló este pasador, no cabe dudas que es el mismo. Me da coraje no poder ver su rostro, pero ese beso. Ese beso lo sentí muy real— pensó anonadado, muy inmerso en el sentimiento, que no notó que SeokJin estaba desmayado en el suelo.


SeokJin sentía que estaba flotando sin rumbo, hasta que una voz femenina, suave pero imponente, resonó en su cabeza, diciéndole:

Es hora de recordar.

◍◍◍◍◍◍◍◍◍◍◍◍

Holas pixelitos de mi corazón! 💜

Al fin les traigo un nuevo capítulo!!! Para recompensarles, les traje un capítulo muchísimo más largo que los anteriores!

Qué les pareció? 👀 Ya pudieron aclarar dudas?

Tienen teorías más concretas? O están más perdidas? 😅🙈

Espero les haya gustado 😊

Cuídense mucho, las amito 🥰
Bye 💜

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