Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

◍Diseño 17◍

SeokJin estaba rumbo a la casa principal, para dejar a su adorado maniquí en su taller. Quiso caminar rápido, pero el suelo no era uniforme y los baches hacían que su maniquí se mueva demasiado. Asustado por romperlo, prefirió ir despacio, después de todo nadie entraría a la mansión. ¿Verdad?

-Lo siento, Voo. Iré con calma, no quiero hacerte daño.

-No importa, nada me puede doler más que este sentimiento de tristeza que brotó en mi desde que vi esa pintura- Taehyung no estaba consciente de su exterior, al menos no del todo. Porque ese recuerdo que tuvo, más la pintura en la que él está, hicieron estragos con su corazón.

No poder entender la razón por la que se puso así, era lo que más lo tenía desconcertado.

Mientras recorrían el bosque de Glicinias, el sol que brillaba con intensidad, fue cubierto por unas grandes nubes. Causando una repentina, aunque leve, oscuridad.

Más sólo eso bastó para que Jin notara que el brillo de las Glicinias, no eran causadas por los rayos solares. Lo cual lo dejó asombrado en demasía.

-¡Woo! ¡Mira Voo!- SeokJin dejó de empujar el carrito, y corrió a uno de los árboles, tomando con sus manos una de las ramificaciones que se entendía hasta casi su altura.

-¡Están brillando!- gritó eufórico, lo que sacó a Tae de sus dolorosos pensamientos.

-¡¿Pero qué?!... ¡Sabía que ese día no estaba imaginando cosas!- Taehyung quedó perplejo al notar cómo el bosque que lograba captar su vista, brillaba tenuemente. En cambio, la rama que SeokJin estaba tocando, brillaba con más intensidad.

-Definitivamente tienes algo especial, no es normal que hagas brillar las plantas.

-¡Mira, mira!- SeokJin también notó que dónde él tocaba, el brillo era más fuerte.

Así que se puso a jugar tocando una rama, y saltando a tocar otra. Era una escena bastante tierna para Taehyung, enseguida el dolor que sintió fue borrado y suplantado por una calidez que lo hizo sentir en paz.

-Parece que todo el bosque está encantado... pero con él- susurró embelesado.

Ese hombre alto y guapo, de tez clara, ojos tan negros como la noche y cabello tan castaño como un delicioso manjar. Estaba revoloteando como golondrina de flor en flor, aunque él iba de rama en rama. Otras veces, abrazando un árbol para saltar al otro, ya que notó que eso hacía brillar al árbol completo.

-¡Creo que estoy soñando! ¡Es tan mágico que no lo creo!- tomó unas flores que cayeron frente a él, y éstas también brillaron, aunque con menor intensidad. Sólo podía notarse gracias a la poca luz del lugar.

-¡Mira, Voo! ¡También brillan las flores que dejan el árbol!- se acercó a Tae, mostrando emocionado el puñado de flores que tenía.

-Eres adorable cuando estás emocionado- Taehyung siguió deleitando la vista con el joven que parecía hacer algo con esas flores.

-¡Tarán! ¿Verdad que ahora hago más rápido una corona de flores?- SeokJin mostró con orgullo su nueva creación, aunque igual que la anterior, estaba un poco deforme.

-Es verdad, aunque sigues sin lograr un aspecto uniforme- Taehyung estalló en risas, callando al instante cuando lo vio más cerca.

-Un brillante regalo, para el alguien igual o más brillante- susurró al oído del maniquí, para después colocar esa corona de flores sobre la cabeza de risos dorados del más bajo.

-¡M-me pones nervioso si hablas así! - se quejó Tae al sentir cómo chocó el aliento de SeokJin con su fría oreja, más el tono bajo de su voz, se sintió desarmado.

Sólo en ese momento, al estar tan cerca de Tae, SeokJin pudo notar que sus mejillas estaban mojadas.

-¿Por qué tienes las mejillas mojadas?- SeokJin lo vio confundido, no recordaba que haya jugando con agua, tampoco llovió.

-Maldición, no me di cuenta. Me dolía mucho el pecho, soy un tonto, de seguro se asustará.

-¡Casi lo olvido! Culpa de todo este momento mágico, perdón Voo, pero debemos volver. Ya habrá tiempo para seguir jugando. Debo recuperar la reliquia familiar cuánto antes- retomó su labor, empujando el cochecito, camino a la casa central. Restándole importancia al hecho anterior.

-Olvidé que eras tú, nunca actuarás como espero- pensó Taehyung, en cierto modo, algo aliviado.


La señora Park regresó lo más rápido que pudo de las compras, no vio a SeokJin en el jardín, así que se apresuró a dejar todo en el almacén.

Ya era un poco más de mediodía, revisó la cocina y como esperaba, el joven amo no había probado bocado del almuerzo que prepararon.

Con el seño fruncido fue al primer lugar que se le vino a la mente, en busca del joven amo.

En cuanto quiso abrir la puerta del sótano, SeokJin fue quien lo hizo y apareció justo delante de ella; ambos saltando asustados por el repentino encuentro.

-¡Por la Madre Luna, joven amo! Casi me da un infarto- se llevó la mano al pecho, tratando de encontrar aire para sus pulmones.

-¡Lo siento señora Park! Pero yo también me asusté, no creí que regresaría tan pronto- Respondió agitado, imitando los movimientos de la señora Park, luchando por controlar su respiración.

-Sabes que no resisto mucho caminando largos trechos, sólo fui a comprar víveres que nos hacían falta.

-Ah, bueno. Eso lo explica todo- respondió nervioso, su plan de salir y volver antes que lo pillen, ahora era un fracaso.

-¿Dónde ibas con tanta prisa?- la señora Park lo vio acusadoramente, y SeokJin no sabía cómo responder.

-Además ya pasó la hora del almuerzo, y vi que ni siquiera probaste bocado- regañó a SeokJin, apuntándolo con su dedo acusador.

-A-a eso iba, estaba ocupado y recién logré liberarme- rascó su cabeza apenado por mentir a la señora Park, quien rápidamente notó la mentira, pero por ésta vez lo dejaría pasar.

-Bien, vamos entonces- comenzó a caminar rumbo a la cocina y SeokJin la siguió apesadumbrado.

Por alguna razón tenía el impulso, o presentimiento, o lo que fuera; por ir a su antigua mansión y recuperar su reliquia familiar. No quería perder el tiempo almorzando.

-Kookie... que rico estuvo todo- Yoongi jadeaba de cansancio, desnudo sobre el césped del jardín.

-Eres increíble, te he follado toda la mañana y... aún se nota que necesitas ser jodido- JungKook jadeaba a la par de Yoongi, también exhausto, echado a su lado igual de desnudo que su esposo.

-Tú eres el increíble, eres muy resistente- se acomodó de lado y besó a JungKook, acariciando con su mano todo el camino por ese musculoso cuerpo, hasta llegar a manosear aquello que minutos antes lo había llevado a la gloria.

-A-amor, no creo... tener fuerza para... una ronda más- confesó entre besos y jadeos, mientras Yoongi hacía caso omiso y seguía torturando el flácido miembro de su esposo, ahora con su rodilla; enroscándose como podía a ese cuerpo que ardía en llamas.

-¡Me dejarás seco! ¡O quizás me arranques el pene!- protestó mientras sentía cómo esas caricias torpes, estaban haciendo despertar nuevamente a su hombría.

-Mentiroso, mentiroso... aún tienes mucho para dar, mira nada más, sólo necesita un poco de atención- fue bajando poco a poco, con besos húmedos por ese cuerpo sudoroso.

-Debo dejarte fuera de servicio, así no volverás a interrumpir en mis planes. Para tu mala suerte amor, tengo más resistencia que un humano, no por nada soy uno de los hijos del dios del caos.

»Uno que se alimenta de sus víctimas a través del sexo, o como en otras culturas me llaman, un incubus. Solamente que ahora debo alimentarme por necesidad, no por placer. Si no como bien, este cuerpo me dejará de servir- pensaba Yoongi mientras succionaba el ya despierto miembro de su esposo.

JungKook se deshacía en gemidos, su cuerpo ya no le respondía para moverse. Pero al parecer esa información no había llegado a su miembro, porque sentía cómo comenzó a endurecer más, llegando a sentir tanto placer como dolor por querer correrse nuevamente.

La boca de su esposo estaba haciendo maravillas, que lo transportaron a una nube de éxtasis.

Minutos después se corrió con fuerza en esa húmeda cavidad, que siguió succionando hasta drenarlo por completo.

-A-amor, eso fue... exqui...

JungKook cayó desmayado por sobrepasar sus límites, o eso parecía.

-Eres delicioso mi vida- Yoongi lamía sus labios, saboreando cada gota de la semilla de su esposo.

-Y lo digo en todo sentido, lo siento amorcito, pero debo comenzar a consumirte. Me he sentido un poco débil estos días, y para ingresar a esa mansión, debo estar en forma. Porque quizás necesite pasar a mi forma original- besó por última vez el ya dormido miembro, agradecido por la comida y se despidió de su esposo con otro beso corto en esos labios hinchados.

Se vistió como pudo, sonriendo victorioso, a pesar de que su cuerpo le dolía. Era de esperarse de un cuerpo humano a medias, pero era eso, o seguir siendo una triste esencia deambulando por la dimensión de los renegados.

Dejó a su esposo tendido ahí sobre el césped, tal como estaba. Seguro que los sirvientes lo atenderían, además un poco de humillación al pobre, no le iba a caer nada mal. Después de todo, necesitaba sazonar su comida con algo de dolor, como lo era el sentirse humillado.

-Ya no puedo más, señora Park. Estoy lleno- SeokJin sobaba su estómago levemente hinchado, por haber comido dos platos de sopa y uno enorme de Bibimbap.

La señora Park se había encargado de alimentar en demasía al joven amo.

-Tienes que comer, ¡estás muy flacucho! Sólo por ésta vez te permito no acabar ese plato- retiró el plato sobrante -; y tampoco te daré el postre.

-¡Ahhh! ¡Así no vale! Siempre hay espacio para el postre~ - canturreó SeokJin, haciendo caritas que suplicaba a la señora Park, le de una porción.

La señora carcajeó a más no poder, el joven amo hacía las mismas caritas desde que era un niño, cuando pedía que le dieran su ración de postre.

-Acá tienes, disfrútalo- le desordenó los caballos, y SeokJin se puso rojito por sentirse tratado como un niño. Aunque en el fondo, amaba que aún lo traten con ese cariño.

Tomó su rebanada de pastel de fresas, y lo degustó más que feliz.


-He perdido la mañana, pero valió la pena- murmuró Yoongi al subir a su carruaje.

Al fin estaba rumbo a la mansión, lástima que vivía al otro extremo de la ciudad. Tenía muchas ansias de llegar.

-Recordé que hay algo en esa casa, que siempre quise saber qué era. Así que si no hay nadie, al fin podré curiosear esa caja fuerte de SeokJin.

»¿Qué sería eso que guardaba con recelo? fue lo único que nunca logré que me mostrara. Por alguna razón, no pude engatusarlo para que me diga qué cosas guardaba, o para que me diga la clave.

»Ahora no lo necesito, estoy en forma y podré pasar a mi estado original. Aunque tenga sólo unos minutos, sé que podré destrozar el seguro y abrir esa caja. No entiendo cómo había olvidado algo como eso. Quizás tiene algo que me ayude a atraparlo.

Todo el camino a la mansión, Yoongi se la pasó recordando más detalles sobre los lugares donde SeokJin colocaba la caja fuerte, nunca entendió su obsesión de moverlo constantemente.

De sólo imaginarlo, Yoongi estaba más que emocionado.


Después de varios minutos de haber terminado su almuerzo, siguió charlando con la señora Park, buscando el momento para decirle que debía ir a la mansión, por algo urgente.

Estaba pensando cómo convencerla, sin tener que mostrar la pintura que había encontrado. Necesitaba un poco de tiempo para hacerlo, y por alguna razón, también sentía que necesitaba del pasador de cabello.

-Enseguida vuelvo- dijo SeokJin, tomando unos paños de la mesa, y uno de los aceites que Jimin usó para ayudarlo a limpiar a su maniquí.

La señora Park vio lo que SeokJin tomó en manos, al reconocer las cosas, entendió lo que haría. Así que dejó que saliera de la cocina, prefería que pase tiempo con su maniquí, a hacer lo que creyó que quiso hacer, cuando lo pilló al salir tan abruptamente de su taller.

-¡Creí que te habías ido!- Taehyung vio ingresar a SeokJin, y aunque no quiso aceptarlo, sintió calma al verlo.

Aunque no quería aceptarlo, tubo miedo de quedar solo, después de todo recordó que ya habían pasado la cantidad de días que ese brujo de pacotilla le había dicho que faltaba para que él quede atrapado en la dimensión del maniquí, por toda la eternidad.

-Voo, vine a limpiarte. Aún no entiendo cómo se manchó el bello rostro que tienes- musitó SeokJin, al momento de mojar el paño con un poco del aceite de pulir.

-Tonto y más tonto. No me digas cosas bonitas, cuando puede ser la última vez que las escuche- Taehyung se sentía más y más triste, no quería sentir. No otra vez, al menos no ese dolor y miedo.

El tacto gentil de SeokJin lo transportó inevitablemente a otra parte, una en la que el dolor se iba, reemplazándolo por anhelo, esperanza y calidez. Algo que sabía no debería estar sintiendo.

¿Qué había hecho ese hombre con él?

-Lamento haberme ido sin decirte a dónde iba... La verdad quería ir a recuperar aquello que te dije, lo que se parece a la pintura. Pero, la señora Park me atrapó en el intento- soltó una risa tímida, con las orejas levemente teñidas de rojo.

-Así que, sí ibas a dejarme. Maldito- trató de enfocarse en tenerle rencor, o aunque sea renegar un poco, fallando olímpicamente en cuanto esos ojos negros lo vieron fijamente.

-Creo que en parte fue bueno, me ayudó a despejar la mente, la tenía muy intranquila respecto a la reliquia. Aunque también tuve que comer demasiado a cambio- soltó carcajadas, sobando su estómago en un gesto demasiado gracioso a la vista.

-Creo que sólo tú podrías hacer que sufra tantos tipos de emociones, en menos de un minuto- Taehyung no pudo aguantar la risa que sintió rebullir en su interior.

-Después de tener el estómago lleno, me di cuenta que ni siquiera me había despedido como se debe. No es que me esté yendo para siempre, no- SeokJin continuaba limpiando con delicadeza las mejillas, quitando todo rastro del agua que se había secado allí.

-Lo digo porque saldré un momento, debo ir a recoger esa reliquia y algo dentro de mí dice que debo hacerlo hoy. No me preguntes porqué, sólo tengo esa sensación que si no lo hago hoy, me arrepentiré por el resto de mi vida. ¿Extraño no? Bueno, no creo que más extraño que estar hablando con un maniquí- susurró lo último, más para sí mismo que para su oyente inerte.

-Concuerdo contigo, no resulta tan extraño, si lo ponemos de ese modo- y ahí estaba, otra vez cayendo en la conversación de manera natural, como si fueran dos personas completamente normales.

Aunque pensándolo bien, ¿existen personas normales? ¿Qué o quién marcó los parámetros de lo que se considera normal? ¿En qué se basaron?

Muchas preguntas, que no necesitaban ser filosofadas en ese momento.

-Afortunadamente, recordé que no debo salir sin tener Glicinias conmigo. Jiminnie dijo que debo estar siempre rodeado de éstas flores, aunque no entendí muy bien el porqué. Me dijo que era una barrera, ¿pero de qué?. Creo que se le olvidó aclararme ese detalle, o quizás me lo dijo y yo soy el que lo olvidó- se alejó nuevamente con un gesto apenado, regresando con otro paño más pequeño y fino, para terminar con su labor de limpiar a Tae.

-¿Tienes también tus pestañas bajas, mojadas? ¿Acaso lloraste o algo así?- SeokJin observó desconcertado, el pequeño detalle que acaba de notar, al acercarse un poco más al rostro fino del maniquí.

-¡Lo había olvidado! Si lo hice, es todo tu culpa. Tú remueves en mí, lo que creía ya desaparecido- se quejó, apenado de repente.

Nunca había sido fanático de sentirse frágil frente a alguien, mucho menos delante del brujo de pacotilla. Normalmente se sentía furioso si algo así le llegaba a pasar delante de ese sujeto, en cambio ahora, ahora moría de la pena. Pero en un sentido que no supo catalogar.

-Si seré estúpido, es obvio que no puede brotar lágrimas de esos ojos tan... lindos- se regañó mentalmente, por sentirse nuevamente atraído a ese pedazo de porcelana fina.

«¿Qué anda mal conmigo?»

◍◍◍◍◍◍◍◍◍◍

Holas pixelitos de mi corazón! 💜

Acá les traigo una mini maratón!

Disfrútenlo! 😏

(1/3)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro