Boda
Una vez habiendo recogido a la tía Meiji se sintió nostálgico. Mucho más que cuando dejo la casa de Irene. Dejar atrás a Jimin la hora anterior fue lo más duro que pudo hacer en días y luego enfrentarse a sus cuestionamientos sobre todo lo que podría haber significado el sexo en el auto. No quería sonar desesperado, tal vez para Jimin no había sido nada más allá que lo que realmente fue: caliente y fogoso sexo de una noche.
Tenía que dejar de darle vueltas al asunto.
La tía Meiji balbuceaba algo sobre un accidente de ruta, pero Yoongi estaba demasiado absorto en sus pensamientos como para, siquiera, responderle a sus inquietudes sobre el chico que salió volando del parabrisas en medio de la ruta y un vehículo que venia por atrás le aplastó la cabeza.
–Oh, si hijo su pobre familia quedó destrozada–
–Ajá, si... seguramente – Respondió aún sin haber escuchado la cantaleta de la anciana
Todo lo que había en su mente era Jimin
Jimin
Jimin
–Ah, aquí es. Mira Yoongi... es allí – Señaló un pequeño montículo de piedras en medio de la carretera vacía...
El mismo lugar donde había recogido a Jimin
No.
Eso no odia ser posible, tenía que ser una jodida locura ¿Verdad?.
Por primera vez en toda la noche se sintió interesado en la charla de la delirante mujer.
– ¿Qué, Tía Meiji? El chico que murió allí ¿Cómo de cuantos años era? ¿Lo conocías? –
– ¿Por qué? – se defendió sin sentido la mujer – A veces venía a dejar comida a mis gatos y me ayudaba a atraparlos cuando escapaban. Iba a invitarlo a venir con nosotros a la boda pero tuvo ese trágico final... era algo así como... –Dudó – Como de tu edad... ¡Oh, el chico era muy lindo también! –
Los nervios de Yoongi se dispararon como bala de cañón.
– ¿Recuerdas su Nombre, Tía Meiji? – Sus manos se aferraron fuertemente al volante mientras intentaba disimular el temblor de su cuerpo.
–Umh, creo que era algo con Ju... Ji... – Balbuceó confundida
El frio atravesó la medula de Yoongi
– ¿Jimin? –
–Oh puede ser. Tal vez lo sea. No recuerdo –
–Carajo – Tembló con mas fuerzas, él no era un creyente fanático, pero de pronto todo tenía algo de sentido – Tuve sexo con un espíritu– Se dijo en un susurro sabiendo que la mujer tenía mala audición debido a su edad
–Algunos viajeros dicen que a veces está allí... de pie en la ruta. Esperando. – Añadió, Yoongi estaba más nervioso que antes –
–No creo en eso, Tía Meiji –
–Deberías, cuando un alma es arrancada prematuramente de su cuerpo y no puede encontrar la luz se queda vagando en la tierra hasta que su verdadero tiempo se cumple o hasta que logre culminar su misión –
Qué diablos, esto tenía mucho más sentido.
Yoongi no dijo nada más, tragó duro y condujo en silencio el resto del camino.
La imagen de Jimin lo acompaño todo el día, su mente recolectaba todo tipo de posibilidades pero el hecho de que todo parecía coincidir era seriamente perturbador.
Durante la boda de su hermana se mantuvo en silencio, cumpliendo con lo que se esperaba del afortunado hermano que entregaba a la bella novia. Fue cortés y amable con todos a su alrededor y lo sucedido con Jimin se encargó de enviar muy atrás el recuerdo de sus problemas y su fracaso de su relación con Irene.
Vivo o muerto, Jimin le había devuelto la tranquilidad perdida hace años.
Se había encontrado a sí mismo sonriéndole a sus fastidiosas tías y riendo de sus malos chistes en torno a su fracasada vida.
Ya no importaba, sus preocupaciones desaparecieron como el chico del autostop.
En su mente había más ideas de las que deberían haber. Consideró la posibilidad de volver a la ruta solo para intentar encontrase nuevamente con él. También podría volver a Paradise al mismo lugar donde lo dejó, eso hubiera sido viable si no lo hubiera dejado en la entrada del pueblo como el chico le había pedido.
Yoongi acarició sus labios lentamente con la yema de su indice y anular, una copa de brandy en la otra y los ojos cerrados intentando traer de nuevo el recuerdo a su mente.
¿Cómo podía estar muerto si su piel se sentía tan caliente contra la suya y sus besos le habían devuelto el pulso más de una vez? Su boca aún cosquilleaba donde Jimin los había tocado.
×
La fiesta casi acababa y el alcohol en su sangre no hacia efecto frente a los recuerdos. Tiró su cabeza hacia abajo y enterró sus manos entre las hebras de su cabello tirando un poco de ellos.
"Oye, si sigues haciendo eso te lastimaras" – Bien... ya estaba alucinando, podía escuchar su voz detrás de él y era tan clara que asustaba – "Ok, deberías dejar el alcohol por hoy"
Yoongi giró con rapidez para encontrarse al chico portando un precioso traje negro.
–¿Qué...? – Se alejó cuando Jimin dio un paso adelante sonriendo dulcemente
–Hey, tranquilo... no te haré nada que no quieras – Dijo, levantando las manos hacia Yoongi, en tono burlón al verlo asustado – No creas que te estoy siguiendo. Vine por Meiji–
Yoongi miró su bebida y la dejó a un lado, creyendo que, quizás, ya había tenido suficiente por esa noche. Aun estaba en la terraza mientras los demás seguían despidiendose de los invitados.
–No, no... no puedes estar aquí. Tú no... – Todo en el temblaba
–Oh – Se sorprendió y Yoongi notó el rubor en sus mejillas ¿Desde cuándo los difuntos se sonrojaban? Como sea, era lo mas precioso que podria haber visto– Comprendo... no creas que estoy buscando algo más. Lo que sucedió anoche podemos dejarlo atrás, yo... yo entendería –
– ¡No! Lo siento, yo no... – A la mierda si estaba muerto, él lo quería por lo que durara su tiempo – Lo siento Jimin, no es eso. Lo de ayer fue fantástico, lamento haberte hecho creer que no – Acortó la distancia y lo sujeto fuerte en sus brazos para fundirlo en un abrazo... – Solo tengo una duda... ¿Cómo haces para tener calor corporal? Se supone que ustedes están fríos ¿No?–
Jimin se separó confundido
– ¿De qué hablas?
–Lo siento, lo siento...no quise ser insolente – se disculpó
– ¿Por qué te estas disculpando? –
–Mira, no me importa en qué condiciones estés aquí. Ayer pase la mejor noche de mi vida en años y si tengo que aceptar tu estado para tenerte a mi lado... ¡Diablos! debo estar volviéndome loco, pero lo haría sin pensar –
–Bien, cada vez entiendo menos, ¿De qué estado estás hablando? –
–De tu muerte, Jimin. –
Yoongi se encargó de poner a Jimin al tanto de las noticias sobre su trágica muerte que le había contado su tía abuela y Jimin no pudo más que lanzar una carcajada.
– ¿En serio le creíste a una mujer de casi noventa años con demencia senil? Eres increíble – Se burló
–Bien, ríete –Sí, quería que se ría porque su risa sonaba como magia – Entonces explícame qué haces aquí –
–Cuido de sus gatos y a veces la ayudo con el transporte. Después de que me dejaste recuperé mi auto y ya habíamos acordado que la traería a la boda, como no pude cumplir eso por lo menos quise venir por ella. –
– ¿Dónde estaba tu auto? –
–En el taller –
– ¿Y qué hacías solo en la ruta a esas horas? –
–Salí a correr y aproveché que pasaste por ahí para que me acercaras–
–Ok, eso no suena convincente –
–Suelo hacer eso a menudo pero jamás tengo la suerte que tuve ayer – le sonrió aunque el mayor no parecía muy convencido – Oye, se cómo convencerte de que no soy un muerto que viene por tu alma –
Jimin se posicionó entre sus piernas y tiró de su cabello hasta hacerle levantar la mirada. Se acercó a sus labios y lo poseyó en un caliente beso de lengua hasta que el oxígeno escapó de sus pulmones.
Se separaron con un chasquido de sus bocas cortando el hilo de saliva que los unía.
Yoongi sonrió.
A la mierda, lo queria. De cualquier forma lo quería.
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