Con su canción
Desde aquel día la actitud de Taehyung hacia el otro había cambiado drásticamente. Ya no le golpeaba ni castigaba cada vez que hacía algo mal o rompía algún objeto, Kim sólo miraba el bienestar de Jungkook. Cada vez que se lastimaba, el castaño besaba sus heridas y luego las curaba. También dejaba que Jeon toque su cuerpo estimulando a ambos.
Para los que lo veían de afuera era una bonita relación de jóvenes amantes, pero no sería igual tan bonita para ellos si supieran que uno está privado de su libertad y el otro es su sádico secuestrador.
Los tobillos del pelinegro habían mejorado rápidamente, hasta el punto de poder caminar de buena forma nuevamente. "Gracias a Taehyung", diría él.
De todas formas no crean que Jungkook no había intentado escapar, pero el miedo fue más fuerte que él y se convenció a sí mismo diciéndose: " No tengo a nadie en la vida y todas las personas me miran como si fuese un bicho raro para ellos, pero con Taehyung no es así. Él me alimenta, me besa, me abraza, deja que duerma a su lado, cura con cariño mis heridas e incluso me hace el amor. No hay mejor lugar que estar entre sus brazos". Pero el único accionar que lastimaba profundamente a Jeon era cuando el castaño venía con manchas de sangre, ya que el pelinegro sabía lo que este hacía con sus víctimas mujeres antes de matarlas. Y esa fue una de las razones por la cual no dejaba que Taehyung le hiciera el amor hace ya una semana, este estaba en una especie de "castigo".
Pero Kim no aguantó más no saber el porqué del enojo del bonito pelinegro, aunque se hizo una idea.
— Mi amor— le dijo a Jungkook, para luego abrazarlo de atrás. — Kook, ¿estás enojado conmigo?
Jeon no contestó, sólo corrió la mirada.
— Dime por qué estás tan enojado— el castaño continuó hablando. — ¿Qué hice de malo para que estés así? ¿Es por lo que creo? ¿Eh? ¿Es porque me acuesto con chicas? ¿Acaso quieres exclusividad?
Taehyung no se sorprendió cuando el pelinegro asintió.
— Primero que te llamé "mi amor" y ahora quieres exclusividad— Kim volvió a hablar, pero esta vez había un tono de burla en su voz. — No sabía que podías ser tan caprichoso.
— Si no hay exclusividad para mí, entonces tampoco lo habrá para ti.
La sangre del castaño hirvió de rabia.
— Tú no serás como ella— Taehyung escupió con enojo y lo tomó del cuello. — Yo no terminaré como mi padre.
— D-Discúlpame, mi amor.
Kim soltó el cuello ajeno y posó su frente en la espalda de Jungkook.
— Te daré aquella exclusividad. Sólo serás tú, ¿vale?
Había pasado más de una semana desde que el oficial Jaebeom no veía a Taehyung haciendo movimientos extraños, pero eso no quería decir que dejara de hacer cualquier mierda. También seguía pensando en aquel niño que Kim tenía secuestrado.
¿Cómo el oficial Lim Jaebeom sabía todo esto? Simple, había estado investigando y vigilando a Taehyung desde la primera vez que lo vio, ya que nunca le dio buena espina y mucho menos el caso de la muerte de sus padres, el cual quedó con muchos huecos sin rellenar.
Por eso estaba a punto de entrar a la casa de Kim. Ya había guardado su encendedor de la suerte. Sacaría algunas pistas de allí y ayudaría a escapar al pequeño pelinegro, mientras que el dueño del hogar no se encontraría ahí.
Tomó su saco y lo envolvió en su brazo, para luego romper el vidrio de la ventana de arriba. Al terminar de hacer aquella acción, se metió a la casa.
Con cautela bajó de la escalera y fue directo a la cocina, ya que desde ahí provenía el ruido.
Se encontró con el pelinegro encendiendo la hornalla de la cocina para colocar la pava. Este al darse la vuelta se asustó al ver a un oficial allí.
— Tranquilo. Vengo a sacarte de aquí y a recolectar pistas— le habló Lim.
Jungkook comenzó a negar con la cabeza.
— Váyase. Taehyung vendrá pronto. No tiene que estar aquí. Si no se va, él le hará daño.
"Rasgando mi dolor con sus dedos,
Cantando mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente con su canción,
Matándome suavemente con su canción,
Contando toda mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente, con su canción."
Ambos escucharon aquella melodía siendo cantada por una hermosa voz de tono grave.
— Maldición, ya llegó— dijo Jeon y tomó el brazo del oficial. — Venga. Sígame.
A tropezones, el pelinegro llevó a Jaebeom hasta la habitación y lo metió en el placard.
— No haga ni un ruido.
La puerta principal se escuchó abrirse, seguida por una voz.
— Kook, mi amor— llamó el castaño. — Llegué más temprano, ¿dónde estás?
Vio que Jungkook salió de la habitación.
— H-Hola, mi amor.
Taehyung se dio cuenta del nerviosismo del otro, lo cual le dió curiosidad de quién o qué hacía que el pelinegro esté en ese estado, por ello fue a grandes pasos hasta su cuarto y le sorprendió que Jeon no le permitiera el paso.
— Kook, hazte a un lado— demandó mientras su pulso se aceleraba.
No, no me puede estar engañando. Él no es como ella y yo no soy como mi padre, Kim dijo en su mente.
El castaño se dio cuenta que el otro no se movería de la puerta y por eso optó por empujarlo dentro de la habitación. También se dio cuenta que había algo en el placard en el momento que el pelinegro posó los ojos allí.
Taehyung abrió el placard.
— ¿Qué mierda?— dijo sorprendido y miró a Jungkook. — ¡Tienes a un maldito hombre escondido aquí! ¡Metes un hombre a mi casa para acostarte con él!
Fue a pasos furiosos hacía Jeon y lo tomó del cuello.
— N-No es lo que piensas— el pelinegro habló como pudo.
— ¡Eres una jodida puta, pedazo de mierda!— añadió más fuerza hacía el cuello ajeno. — ¡Eres como ella y terminarás igual!
Levantó el puño para golpear a Jungkook, pero antes de realizar aquella acción su cabeza comenzó a doler y se sintió mareado. Soltó a Jeon y dirigió ambas manos a la parte dolorida de su cabeza.
— ¡Niño, corre!— escuchó una voz desconocida gritar.
El pelinegro hizo caso al oficial, pero antes de salir tomó la muñeca de Jaebeom y llevándoselo consigo a la cocina.
Jungkook comenzó a buscar la cuchilla que había afilado y cuando al fin la encontró, escuchó vio a Taehyung con el bate en mano y al oficial en el suelo.
Kim se posicionó sobre Jaebeom para golpearlo nuevamente con el bate, pero no pudo realizar su objetivo porque Jeon se tiró sobre su espalda, haciendo que falle en el golpe.
El castaño ya sin uso de razón, sujetó el cabello del menor y le golpeó la cara con su puño. Cuando iba a terminar de noquearlo una bolsa se posicionó en su cabeza, evitando que el oxígeno corra.
Lim lo tiró al piso, con su brazo izquierdo atajó el cuello contrario y con la mano derecha sacó aquel objeto de plástico de la cabeza de Taehyung.
Kim como pudo dirigió la mirada hacía el pelinegro y divisó la cuchilla entre las manos de este.
— ¡Apuñálalo! ¡Vamos, mátalo!
Jungkook negó con la cabeza a las palabras del castaño.
— ¡Al final de cuentas siempre fuiste un estorbo! ¡Debí matarte aquel día!— Taehyung gritó aquellas palabras, las cuales produjeron las lágrimas de Jeon.
— Sal de aquí. Corre. Vete— esta vez el oficial habló.
El pelinegro soltó la cuchilla y corrió hacia la salida.
Kim aprovechó que Jaebeom estaba distraído con Jungkook y con su codo le dio fuertemente en las costillas, haciendo que Lim rodara a un costado.
El castaño agarró rápidamente la cuchilla y en un movimiento veloz apuñaló al oficial.
— Te mataré a ti y a la pequeña perra que está afuera— dictaminó Taehyung.
Jaebeom aspiró el aire y se dio cuenta que esta se encontraba contaminada por el gas que provenía de la cocina. Eso le dio una idea. Como pudo se arrastró fuera de aquella habitación, mientras que Kim se encontraba dentro riéndose del oficial por "aferrarse hasta lo último a la vida", según él.
Al salir por completo de ese sector y encontrarse en una distancia considerable, lanzó el encendedor hacía la cocina creando una gran explosión.
Había pasado una semana de lo sucedido y al fin Jungkook tendría el alta del hospital, la cual trató de escapar hace dos días y ayer. La razón para querer salir del hospital fue por Taehyung, ya que la última vez que lo vio fue cuando los bomberos lo sacaron de la casa en camilla junto con el oficial.
Jeon aprovecharía que hoy tendría su alta e iría a ver a Taehyung al hospital, ya que Jaebeom le había dicho donde estaba. Se tomó un taxi y pagó con el dinero que el oficial le había prestado.
Al entrar habló con la recepcionista y esta llamó a un enfermero.
— Ve a la sala de espera y aguarda ahí que pronto traeré a Kim Taehyung— dijo el muchacho y se fue.
El pelinegro se sentó junto a una señora de edad avanzada, la cual estaba hablando con alguien.
— Ya me has dicho esa historia desde hace dos días. Todos sabemos sobre eso— habló la persona que se encontraba junto a la anciana.
— Pero este niñito de aquí no la ha oído—la señora se dio vuelta hacia Jungkook. — ¿Quieres que te cuente una historia?
Jeon asintió.
— Pues no le cuentes a los enfermeros, pero desde hace una semana llegó un muchacho muy molesto.
— ¿Por qué molesto, señora?
— Porque siempre gritaba "Kook, Kook, Kook" y como se encontraba junto a mi habitación no me dejaba dormir. Por eso hace dos noches entré a hurtadillas a su cuarto y le dije que se callara, pero no me hizo caso y siguió gritando aquel nombre. Entonces tomé una almohada y le tapé la cara con ella hasta que dejó de hablar.
El cuerpo del pelinegro estaba temblando. Él le quiso decir algo más a la anciana, pero el enfermero apareció a su frente
— Aquí tienes— le entregó una caja.— Murió hace dos días y ayer lo cremamos.
Un Jungkook muy impactado salió del hospital y tomó otro taxi, pero ésta vez iba a ir a su hogar.
El chófer lo dejó en la casa de Taehyung, su único hogar.
Jeon entró y comenzó a inspeccionar el lugar con la mirada.
Los recuerdos lo golpearon duramente y las lágrimas hicieron acto de presencia en sus ojos.
Con la vista nublada por el llanto tropezó. Se calló encima de la caja - donde estaban los restos del castaño - haciendo que esta se rompiese en el momento.
Jungkook se encontraba llorando encima de las cenizas.
"Matándome suavemente con su canción.
Contando toda mi vida con sus palabras.
Matándome suavemente, con su canción", el viento cantó.
El llanto de Jeon había parado ante aquella melodía.
Salió corriendo tras esa voz.
Lo había visto. Era él. Era Taehyung cantando aquella canción.
— ¡Taehyung! ¡Espérame! ¡Mi amor! — gritó el pelinegro desesperadamente, pero Kim no le hizo caso.
El castaño había cruzado la calle con Jungkook siguiendo a ciegas mientras gritaba su nombre.
Jeon se encontraba tan concentrado en seguir a Taehyung que no sé dio cuenta que un automóvil venía a toda velocidad llevándose consigo su vida.
Ambos murieron llamando al otro, pero lamentablemente ninguno pudo escucharlo.
Recuerden bien, todo aquello que empieza mal termina de la misma forma.
-lilith
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro