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Let's blow a hole in this town

And do our talking with the laser beam

Coming out of this place

In a bullet's embrace

Then we'll do it again


How can they say, Jenny could you come back home?

'Cause everybody knows you don't

Ever wanna come back

Let me be the one to save you

Abramos un agujero en esta ciudad

Y conversemos al ritmo de una pistola láser

Salgamos de este lugar

Abrazados por las balas

Entonces lo haremos otra vez


Cómo pueden decir: "Jenny, ¿podrías volver a casa?"

Porque todo el mundo sabe que tú

Nunca querrías volver

Déjame ser quien te salve

— Bulletproof heart, My Chemical Romance

[ ⊱ĭ⊰ ]

Parte final:

ready for action

[ ⊱ĭ⊰ ]

[ 14:1 ]


Tearscolm, 30 de junio de 2022

Hostal Black Owl, 07:03 am


—Ni siquiera quiero saber lo que sucedió ayer. No me lo digan. Y ¿las bufandas? Los hacen ver ridículos.

Jeonghan no es bueno manejando la resaca, nunca lo ha sido. Joshua, en cambio, es de los suertudos que casi no sufren de efectos secundarios después de beber noches enteras hasta casi desmayarse. Nos han contado cuál es su rutina esas noches: Después de salir de fiesta con Joshua, ambos suelen dormir juntos en la casa de Jeonghan. Joshua siempre pone una alarma a las seis de la mañana para levantarse primero, se quita de encima las piernas y los brazos de Jeonghan y sale silenciosamente de la casa. Luego, cuando reciba la llamada ronca y adormilada de Jeonghan a las diez de la mañana, incoherente y llena de insultos, solo dirá Lo siento, mamá llamó, necesitaba ayuda y colgará. Para repetirlo al viernes siguiente.

Es por eso que no es ninguna sorpresa sorpresa que Joshua esté en perfectas condiciones esta mañana y que Jeonghan sea un auténtico dolor de cabeza.

—Estúpidos, ¡estúpidos! ¿En serio se dejaron morder? ¿Por voluntad? —vuelve a exclamar, a pesar de haber dicho hace dos segundos que no quería escuchar nada más acerca del tema. Tiene los ojos entrecerrados y el ceño fruncido con una arruga profunda en su entrecejo. Camina de un lado al otro moviendo las manos en el aire, como una madre en pleno ataque psicótico— ¿Tienen alguna clase de fetiche con la sangre? Por Dios, ¡¿y si se transforman en vampiros?! ¡¿Creen que tenemos tiempo para lidiar con eso ahora?!

Sunoo, Yeonjun y yo llevamos un buen rato sentados en las escaleras, como tres niños siendo sermoneados. Con las piernas pegadas al pecho y la cabeza gacha, solo para esconder que estamos a punto de estallar en carcajadas. Yeonjun hace lo posible por contenerse y se aclara la garganta.

—No nos vamos a transformar. Las cosas no funcionan así —dice, con una media sonrisa que no hace más que exasperar a Jeonghan.

—¿Qué? ¿Tu novio-vampiro te explicó cómo funcionaba? —pregunta con desdén.

Yeonjun aprieta los labios.

—En realidad, sí.

—Déjalos —Joshua aparece apoyado contra una de las mesas con los brazos cruzados. Parece acostumbrado a lidiar con Jeonghan cuando se pone así, pero le fastidia tener que hacerlo frente a nosotros. Una pequeña arruga aparece entre sus cejas—. No somos niños. Lo que hacen con su culo es su problema, no nuestro, tonto.

—¿Quién está hablando de culos? —dice Jeonghan, agarrándose el puente de la nariz como un padre exasperado— ¡Cuellos, Joshua! ¡Los mordieron!

Joshua entrecierra los ojos.

—¿Y?

—¡Son chicos que casi no conocemos!

—Primero que nada, los vampiros son nuestros amigos. Además, ¿tengo que recordarte el incidente de Jeon Wonyoung? Porque no eres en absoluto alguien con derecho a hablar sobre ir muy rápido. Ay, ¿cuánto tardaste en llevártela a un cuarto? Hmm, ¿eran diez o quince segundos... ?

Parece que la resaca afecta de forma personalizada a cada persona, eso es algo que estoy aprendiendo ahora. Yeonjun y Sunoo, según su versión de los hechos, no bebieron anoche (¿hicieron todo eso sobrios?). Soobin y Riki sí lo hicieron, pero por obvias razones los vampiros no pueden embriagarse y mucho menos tener resaca (malditos vampiros). Jeonghan, por el otro lado, se pone insoportable y Joshua solo está un poquito más irritable y más serio que de costumbre.

—¡Shh! ¡Shhhh! —Jeonghan sisea. 

Por fin deja de jugar a ser nuestro padre para abalanzarse sobre Joshua y cubrirle la boca con ambas manos. Joshua no tarda en contraatacar y le muerde un dedo. Jeonghan suelta un chillido y agarra un mechón de cabello de Joshua para jalarlo con fuerza.

—Entonces —dice Yeonjun cuando dejamos de reírnos. Joshua y Jeonghan siguen con su pelea de niños pequeños, un verdadero espectáculo que no quisiera perderme, pero sé por el tono de voz de Yeonjun que quiere que tengamos una conversación seria. Me enderezo y carraspeo. Sunoo también lo nota, jugueteando nerviosamente con sus manos—, ¿en serio... lo hicieron anoche? ¿Con ellos?

—¿Sexo? Ay, no. Por Dios, no —se apresura en responder Sunoo, como si estuvieran acusándolo de un crimen grave—. No podría... Digo, no es que no lo quiera, pero... No está bien...

—Estás consciente de que tener sexo no solo involucra penetración, ¿verdad? —la calma de Yeonjun me hace sentir como un auténtico bebé por sentirme avergonzado. Sunoo se sonroja, pero no tanto como me esperaría de él, y asiente con la cabeza. Yeonjun me mira, esperando una respuesta. Mierda, ¿qué espera que le diga?— ¿Qué hay de ti, Taehyung?

—No pienso decirte nada.

—No quiero detalles, bobo. Quiero un sí o un no. ¿Hay una marca que te une místicamente a un vampiro debajo de esa bufanda o no?

—¿Ahora estamos unidos a ellos místicamente? —pregunta Sunoo, y no estoy seguro de si es más humillante su entusiasmo poco disimulado o el brillo en mis ojos cuando me giro hacia Yeonjun en busca de confirmación. Él pone los ojos en blanco.

—No —los tres nos sumimos en un silencio decepcionado que no dura más que tres segundos—. No lo sé. Lo único que Soobin me dijo antes de dormir es que no nos convertiremos en nada. Somos nosotros y seremos nosotros, solo que con dos puntitos rojos en el cuello que tardarán demasiado en sanar.

—¿Cómo se lo explicaré a mi madre? —Sunoo se agarra la cabeza y la esconde entre sus piernas— Ya será complicado decirle que me gustan los chicos. Y no solo los chicos, sino que este chico que tiene apariencia de delincuente juvenil. Mamá es tan prejuiciosa. Me desheredará cuando vea esto, estoy seguro.

—Tranquilo —Yeonjun le da unas palmaditas reconfortantes en la espalda. Él no debe estar preocupado por su madre. Mientras su hijo estudie medicina, la señora Choi no siente el más mínimo interés por el resto de cosas que pasan en su vida. Si su hijo estará teniendo sexo sin compromiso en un bar gay, más valía que se llevara a los chicos a una mansión financiada con su sueldo de neurólogo—, después de dieciséis años sin llevar a una novia a casa, creo que se espera la parte de que no te interesan las mujeres.

—¿Solo te gustan los chicos? —pregunto, y siento las orejas arder cuando ambos me miran. Somos amigos, somos mejores amigos, y no lo sabía. Bueno, la parte de chicos era bastante obvia desde que pisamos el bar, pero ¿solo chicos?

—Sí —dice Sunoo, sonriendo a medias—. Soy gay, Taehyung. No recuerdo... habértelo contado. Lo siento.

—No, está bien. Pasaron muchas cosas los últimos meses —me encojo un poco y miro mis propias manos. Jay literalmente me aisló del mundo entero, y saber que mi hipótesis de que ellos salieron a experimentar justo cuando nos distanciamos me hace sentir más que patético. Intento devolverles la sonrisa—. ¿Y tú? Tuviste una novia hace... hace muchísimo tiempo, ¿no? —pregunto, mirando a Yeonjun. Él se encoge de hombros.

—Supongo que no me importa. He salido con chicas y chicos, y ambos están bien.

—¿Has salido con chicos? —es devastador lo sorprendido que sueno, como si fuéramos chicos que recién se están conociendo cuando en realidad hemos sido amigos por más de diez años...  Tendré que desquitarme por esto más tarde con Jay.

—No se lo digas a nadie, ¿sí? —Yeonjun mira a ambos lados y se inclina hacia adelante. Las escaleras son minúsculas, definitivamente no están hechas para tres personas, pero ahora estamos mucho más cerca. Como si estuviéramos compartiendo un momento íntimo—. Fue Hwang Hyunjin.

—No puede ser —abro tanto los ojos y me cubro la boca, y los dos empiezan a carcajearse. Yo no tardo en seguirles la risa—. Bueno, no está mal. Supongo. Es bastante tonto, pero es atractivo.

—Sí, es un idiota—responde Yeonjun, aún riendo—. Pero besa bien. Descubrí bastantes cosas gracias a él... Hmm, ahora que estamos jugando a esto, es tu turno, Taehyung. ¿Chicas, chicos, ambos o vampiros?

Pongo los ojos en blanco con la última opción, aunque no suena tan equivocada. Lo pienso por unos segundos, y no sé bien qué responder. Me paso una mano por el cuello, bajo la bufanda, y los pequeños bultos en mi cuello hacen que recuerde todo lo que sucedió anoche. Yeonjun y Sunoo seguramente tienen una mordida, pero yo tengo unas cinco. Tardarán años en sanar. Aprieto los labios. Maldito Jungkook.

—No lo sé. Jungkook es la primera persona que me ha atraído en la vida.

—¿Entonces eres Jungkook-sexual? —aventura Sunoo.

—O tienes parafilias con la sangre.

—O los colmillos.

—¡Ya paren! —les doy a ambos un golpe en el hombro, con las orejas echando humo de lo rojas que están— Hablando de... Hwang Hyunjin, ¿creen que esté bien? No hemos sabido nada de los chicos de la escuela, y nos iremos hoy.

—Quizás un Quiróptero se lo comió después de que terminó esa transmisión en vivo —dice Sunoo, y se encoge de hombros cuando lo miro con horror.

—Nunca nos importaron demasiado. Sería hipócrita fingir que nos preocupamos por ellos justo ahora —Yeonjun responde con facilidad, y el silencio de Sunoo indica que está de acuerdo.

Tampoco tengo mucho derecho para contradecirlo: Es verdad que los chicos de la escuela nunca fueron importantes. Por nosotros, que un monstruo se los coma mientras duermen. Pero ahora que realmente podrían ser comida de un demonio... No lo sé. No me siento tan bien imaginándolo.

Yeonjun suspira y alarga una mano para ponerla en mi hombro.

—No pienses en esas cosas, Taehyung. No es de nuestra incumbencia. Preocúpate por sobrevivir hoy.

—Es egoísta. Sabemos algo que ellos no.

—¿Que el Gran Demonio aparecerá esta noche? —asiento con la cabeza. Su mano en mi hombro aprieta con suavidad— Taehyung, todos en la ciudad saben sobre el Gran Demonio. No es un secreto del gobierno. Y es bastante tarde como para empezar a idear un plan que salve a todo el pueblo, ¿no crees? —no le respondo, solo me encojo con cobardía porque tiene razón. Jay nos está ayudando a nosotros, no a Tearscolm.

Sobreviviremos nosotros y nuestras familias, en el mejor de los casos. No tenemos tiempo para preocuparnos por otros.

—El señor Choi dijo que nos enviaría el mensaje un poco después de las diez —Yeonjun se levanta y estira los brazos. Un crujido resuena desde su espalda y suelta un gruñido satisfecho— Las armas están en un cajón al fondo del garaje. Dijo que aprovechemos el tiempo y que un grupo practique disparar con los silenciadores mientras que otro baña las balas en el... líquido especial. Dijo que le preguntemos a Jungkook por esa parte —empieza a explicar, ladeando la cabeza. Bufo, ¿por qué tanto misticismo?

—Es sangre de conejo.

Ah —Yeonjun alza los hombros y sonríe un poco—, creí que sería algo peor. Lágrimas de un hombre-lobo o saliva de una sirena.

—Esas cosas no existen, Yeonjun —dice Sunoo, riéndose en voz baja. Yeonjun se inclina hacia adelante para mirar a Sunoo a los ojos, completamente serio.

—Te acostaste con un vampiro que se convierte en un medio-murciélago anoche, hay demonios hechos de baba negra y murciélagos de dos metros acechando las calles, esta noche un demonio más grande que la ciudad entera invadirá Tearscolm y este tipo de aquí —me señala con el mentón— tiene un demonio fantasmal personal que lleva apareciendo por días en nuestras pesadillas —entrecierra los ojos en un gesto amenazador y Sunoo traga saliva—. ¿Y piensas poner en duda la existencia de hombres-lobo?

—Tienes que admitir que lo de las sirenas sí suena bastante estúpido —digo yo, y Yeonjun levanta una ceja en mi dirección.

Es verdad, las bufandas sí que nos hacen ver ridículos, y el rumbo que va tomando la conversación no ayuda en absoluto.

—¡Pido la tarea de pintar balas con sangre! —dice Joshua, levantando la mano y caminando hacia nosotros. Jeonghan aparece detrás de él y se queja sonoramente.

—¡Por favor! —echa la cabeza hacia atrás— ¿Esperas que yo cargue un arma? Le dispararé a alguno de nosotros por accidente y será el fin.

—Creí que el señor Choi les habría enseñado a disparar mientras yo estaba dormido —menciono yo. Cuatro pares de miradas caen sobre mí, y un silencio avergonzado inunca el recibidor del hostal.

—Ellos no quisieron —responde con facilidad Yeonjun.

—¡No es que no quisiéramos! Teníamos... teníamos miedo, ¿has visto las armas de Choi Namgil? Esas cosas parecen patrimonio nacional, tan antiguas como la ciudad misma. ¿Cómo se supone que aprendamos a manejarlas?

—Yo aprendí, incluso con un brazo vendado —dice Yeonjun, sin molestarse en disimular su prepotencia. Joshua aprieta la mandíbula.

—¡Tú, nosotros no podemos! Vete a practicar con el silenciador, entonces. Nosotros iremos a pintar balas con intestinos de conejo —Joshua nos agarra de la muñeca a Sunoo y a mí y nos empieza a jalar hacia el garaje.

—¡Déjame a Sunoo! —Yeonjun se apresura en tomar a Sunoo de la otra muñeca y ambos empiezan un juego de tira-y-afloja, peleándose por él. Sunoo luce genuinamente aterrado— Él tuvo suerte con el fusil hace unos días, seguramente dentro de una hora apuntará mucho mejor que tú.

—Siendo sincero, no quiero hacerlo —dice Sunoo en un tono muy bajo. Jeonghan pone los ojos en blanco y se dirige hacia las escaleras. Cuando ya está por la mitad, se apoya contra el barandal para mirarnos.

—Sigan peleando por estupideces, iré a hacer las maletas.

—¿Maletas? ¡No tenemos nada, imbécil!

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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