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Pone una mano en mi nuca y me acerca a él hasta que nuestros labios se rozan, pero no entran en contacto directo. El movimiento es tan brusco y el agarre tan fuerte que me jala un poco del cabello por accidente, y termino echando la cabeza hacia atrás con un quejido atrapado en mi garganta. Jungkook mira la piel expuesta de mi cuello y sus ojos brillan, de ese color ámbar propio del murciélago.

—Porque eres tú, Kim Taehyung. Porque ahora que conozco el sabor de tu sangre sé que no podré detenerme.

—No quiero que te detengas.

—No lo entiendes, nunca lo entiendes. Siempre fuiste más tonto de lo que aparentas. Ingenuo. Viste al Quiróptero arrancando la piel de tu amigo, ¿no crees que haré lo mismo contigo apenas me des la oportunidad?

—No eres un Quiróptero —el agarre en mi nuca pierde fuerza y todo su cuerpo se destensa. El entrecejo fruncido también. Pego mi frente a la suya. Ahora estoy sentado sobre él tal y como Yeonjun y Soobin en la cocina. Agarro su rostro con ambas manos e intento sonreír—. No eres un Quiróptero, Jungkook.

—Sigo siendo un monstruo.

—No, no, no lo eres. Eres... eres Jeon Jungkook. No me harás daño, lo sé.

—No lo sabes —deja caer la cabeza sobre mi hombro y lo escucho inhalar. Olfatea mi cuello y se llena los pulmones del olor. Su nariz está fría y el contacto me da escalofríos. No puedo evitar echar aún más la cabeza hacia atrás—. No sabes las cosas que quiero hacer, Kim Taehyung.

—Puedes hacerlas.

—Quiero morderte —dice, empezando a sonar como un desquiciado sin cordura. Por fin se está dejando llevar—. Quiero morderte por todos lados. Quiero que dejes de oler a oscuridad y huelas a mí. Quiero marcarte, Kim Taehyung, ¿puedo? —siento como recorre toda la extensión de mi cuello con los labios. No son besos, pero se sienten húmedos e íntimos y quiero que siga haciéndolo. Abre un poco la boca y siento que sus colmillos rozan mi piel. Una ola electrizante recorre todo mi cuerpo— ¿Puedo?

—Puedes —respondo, en un susurro necesitado.

—¿De verdad? Te dolerá —ahora sí está besando mi cuello. Sube hasta mi mandíbula y continúa besando hasta llegar a la comisura de mi labio. Quiero besarlo, quiero besarlo— ¿Aguantarías el dolor? ¿Harías eso por mí, Kim Taehyung?

—Sí, sí, sí —susurro, buscando sus labios, pero Jungkook me esquiva sin alejarse realmente—. Por favor, Jungkook.

Lo escucho gruñir por lo bajo. Muy bajito, igual que su hermano Soobin. Los vampiros de verdad son más parecidos a los lobos de lo que me imaginé. Descubre sus colmillos y por un segundo realmente creo que va a morderme, desgarrar mi cuello y alimentarse de mí hasta que no quede nada. Cada centímetro de carne, cada gota de sangre. Cada pequeña parte de Kim Taehyung desapareciendo dentro de Jeon Jungkook. Y el pensamiento no me perturba en absoluto.

Estoy listo para la mordida, pero Jungkook parece no estarlo, así que solo me besa. Pero es el beso más desesperado e impaciente que podría haber imaginado. Parece querer tragarme, pero aún con todo el desespero se esfuerza por evitar el contacto con sus colmillos. No quiere que haya sangre involucrada, no aún por lo menos, así que evito incluir mi lengua en el beso.

Aún cuando la maldita lengua de Jeon Jungkook parece obsesionada con mis labios.

Está caliente, y empiezo a susurrar que espere y se calme un poco cuando deja de besarme y lame los restos de saliva que bajan por mi mandíbula. Vuelve a atacar mi cuello, pero los besos son rápidos y desastrosos y tan húmedos que tardo un poco en que mi cabeza mareada digiera el hecho de que Jungkook está lamiendo mi cuello.

Susurra maldiciones y obscenidades que apenas comprendo. Lo escucho decir dulce y mierda más de una vez entre besos. Nunca creí que esto se pudiera sentir tan bien. Lo imaginé demasiadas veces, muchas de ellas con un vampiro, pero nunca creí que sería así. Tan húmedo y caliente. Definitivamente la aparición de Jay mató toda la libido en mi cuerpo, pero ahora, en este preciso momento, siento que todo el deseo que pude haber sentido esos años se acumula. Se desborda y todo, todo es sobre Jeon Jungkook.

Mi cabeza es un caos. No puedo pensar. Cualquier indicio de pensamiento coherente se detiene en mitad del camino y en un segundo todo es otra vez sobre colmillos y lenguas y besos y Jungkook, Jungkook, Jungkook.

No tengo idea de lo que debería hacer en esta situación, pero tampoco creo que debería tenerla. Las cosas se limitan a dejarse llevar. Si Jungkook reaccionó tan mal la primera vez que lo besé asumo que tampoco tiene mucha experiencia, así que él también está haciendo lo que su cuerpo le dice que haga. Nada es racional en este momento, y eso está bien.

Muevo las caderas intentando que haya fricción y me aferro a su cuello como si mi vida dependiera de ello. El pasillo se siente cálido a pesar de que la noche es helada y el momento es tan íntimo que solo somos Jungkook y yo. Jeonghan podría subir en cualquier momento, Yeonjun o Sunoo podrían acabar con lo que sea que estaban haciendo y vendrán a dormir en su habitación. Nos encontrarán, me encontrarán frotándome contra un vampiro y lo utilizarán para molestarme por el resto de mi vida.

Las maldiciones de Jungkook se vuelven profundas y lo escucho gemir cuando aumento la velocidad. El sonido es grave y suena justo en mi oído. Siento las uñas de Jungkook clavándose en mis hombros por encima de la ropa. No tiene experiencia besando, pero ¿quizás ya ha hecho esto con otra persona? Vive en un bar y es el chico más atractivo que he visto en mi vida. Sé que cualquier adolescente cansado de las caras aburridas del pueblo mataría por estar entre las piernas de alguien como él o cualquiera de sus hermanos.

Pero el modo en el que tiembla con el contacto, el tono de su voz cuando gime mi nombre para que solo yo lo escuche y la fuerza con la que me clava sus uñas hacen que tenga el pensamiento egoísta de que soy la primera persona con la que hace algo así.

Me detengo. Los gemidos se desvanecen en jadeos que resuenan por todo el pasillo. Él levanta la cabeza y me mira a los ojos. La piel pálida ahora es de un rojo intenso que se extiende desde sus mejillas hasta la punta de sus orejas, su cabello es un completo caos y me mira por debajo de sus pestañas con los ojos entrecerrados. Nunca olvidaré la expresión en su rostro en este preciso momento. Es preciosa. Jeon Jungkook es precioso.

Beso su frente.

—Hazlo otra vez —implora, besándome debajo de los ojos—. Por favor, Kim Taehyung. Hazlo otra vez.

—¿Has hecho algo así con otra persona antes? —pregunto. Jungkook niega con la cabeza, bajando sus besos hasta mi mandíbula— ¿Nunca? —vuelve a negar.

—¿Tú? —pregunta entre beso y beso.

—Nunca.

—Soy el primero —me besa en los labios, maniobrando para que en un beso de tres segundos su lengua encuentre la mía. Sonríe y lame rápidamente mi labio inferior—, y espero ser el último.

—Bastante confiado para alguien que no —jadeo cuando siento sus manos heladas por debajo de mi camiseta. Suben y bajan, explorando la piel caliente hasta que ellas también se contagian de mi temperatura corporal— tiene experiencia.

—No, pero tengo ideas.

—¿En serio? Creí que lo último que querías era hacerlo conmigo.

—Para nada. Es todo lo que quiero, lo único en lo que puedo pensar. ¿Sabes el suplicio que fue compartir cuarto contigo anoche, cuando olías tanto a... a sangre y a Kim Taehyung? No me puedo concentrar en otra cosa —una mano continúa acariciando mi abdomen mientras la otra empieza a descender. Me besa antes de que pueda decir algo. Un beso rápido, solo para callarme. Maldito Jungkook—. Eres malo, Kim Taehyung —su mano se adentra en mi pantalón. Intento esconderme en la hendidura de su hombro, no sé qué hará pero no quiero verlo a los ojos mientras lo hace. Él saca la mano que trabajaba en mi abdomen y agarra mi rostro. Me obliga a mirarlo a los ojos. Aprieto los dientes. Él sonríe enseñando todos los colmillos—. Haces que sufra, eres tan malo.

Aguarda, Jungkook, no... —y entonces es demasiado tarde.

Lo siento acariciar sobre la tela de mi ropa interior y es... No lo sé. Demasiado. Increíble. Me recorre una ola de calor, arqueo la espalda y echo la cabeza hacia atrás con la expresión más humillante que podría hacer. Su mano sigue firmemente apoyada en mi cuello evitando que oculte mi rostro, mientras la otra continúa torturándome con movimientos lentos ahí abajo. Soy un manojo de súplicas y jadeos. Movimientos torpes buscando más contacto. No sé qué hacer con mis manos, así que ahora soy yo el que clava las uñas en sus hombros.

Muerdo mi labio inferior, pero Jungkook pasa el pulgar sobre mis labios para que lo suelte. Su mano sobrepasa la última capa de tela que nos separaba y juro que estoy tocando el cielo. Intento hacer memoria de la última vez que me masturbé y no lo recuerdo. Jay nunca me dio privacidad. Seguramente intenté hacerlo encerrado en el baño, pero no pude terminar sabiendo que había un maldito demonio afuera escuchando todo. Ahora... La mano de Jungkook se siente distinta. Más grande, más suave. Me envuelve y se mueve con una agilidad mezclada con gentileza en una maraña de emociones contradictorias. Me dicen te deseo y me importas y te quiero consumir y no quiero que nada malo te suceda.

Intento cubrir mi boca cuando lo que digo se vuelve demasiado vergonzoso, cuando los gemidos se convierten en lloriqueos y empiezo a balbucear el nombre de Jungkook, pero él no tarda en agarrarme la muñeca a la par que aumenta la velocidad. Me mira a los ojos y me dice que me deje llevar, que me deje caer porque él me atrapará. Lo estás haciendo tan bien, Kim Taehyung.

Cuando no puedo más, cuando me convierto en un desastre de espasmos irregulares con un último gemido más alto que los demás, veo otra vez el brillo ámbar en sus ojos antes de que la víbora ataque. El murciélago se apodera de Jungkook y hace realidad su deseo más irracional. Abre las fauces como un animal frente a su presa y aprovecha que echo la cabeza hacia atrás tanto como puedo para clavar los colmillos en mi cuello.

Mi mente está en blanco. Duele, sí, pero sigo temblando y Jungkook acompaña la mordida con otro movimiento de su mano y no puedo pensar con claridad. El dolor se mezcla con los restos del placer y el sentimiento que me invade es confuso y me hace sentir mareado.

Aprieto los labios y dejo que succione todo lo que quiera. Suelta gemidos amortiguados y lame la sangre que brota de la herida antes de atacar otra vez. Me siento pegajoso. Tendré que ducharme. Ahora mismo soy una tragedia de sangre y fluidos, estoy en mi momento más vulnerable y no creo que pueda ser peor. Me siento vacío y lleno al mismo tiempo. Creo que me desmayaré.

—Tan buena. Nada se compara a esto —dice, besando la marca de sus colmillos y pasando su lengua hasta que no queda más sangre. El ardor se expande por todo mi cuello y el dolor se vuelve más punzante al tiempo que el placer se disipa—. Quiero beberla para siempre. ¿Puedo, Kim Taehyung? Déjame ser el único que la prueba, déjame ser el único que haga esto. Estaré contigo para siempre, así que déjame hacerlo, ¿sí?

—Sí —respondo, en un susurro que no suena como mi propia voz. Cierro los ojos. Siento los párpados pesados—. Sí, lo que tú quieras, Jungkook.

Y entonces me desmayo de verdad. 

Ejem... ¡tarán! (???)

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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